Al hilo de arribar a los 100 años el presidente Jimmy Carter los ojos de la mayoría de los think tanks americanos estaban puestos sobre su legado mas visible: El Centro Carter. Creado desde el final de su mandato presidencial en 1982 pero realmente lanzado al mundo a partir de 1989. Desde entonces el Centro Carter dirigido por Robert Pastor se lanzó a la defensa del derecho a la autodeterminación de las naciones emergentes creando una división de observación electoral que contó con el apoyo bipartidista en Estados Unidos. Estrellas del firmamento geopolítico como James Baker II, Bill Richardson. Andrew Young y Dante Fascell participaron en la observación electoral para darle fuerza a las autoridades encargadas de la custodia de la soberanía como lo son los poderes electorales del mundo entero. Y si bien hubo contratiempos en países como Panama bajo Noriega y Venezuela bajo Chavez el Centro Carter emergió como un bastión de luz en medio de las semi tinieblas totalitarias que comenzaron a envolver al continente.
Pero hasta ahora la observación se había limitado a realizar informes en los que se recogían los resultados de la votación tal y como habían sido escrutadas las urnas de votación. En el caso de Venezuela el centro Carter ha dado un paso al frente al custodiar y entregar a la Organización de Estados Americanos las actas de votación originales expedidas por cada centro de votación en Venezuela el 28 de Julio de este año. Este paso refleja un conocimiento profundo por parte del Centro Carter del origen de las amenazas a la democracia en este siglo XXI. la Carta Democrática Interamericana solo prevé como amenaza a la democracia levantamientos armados violentos fundamentalmente protagonizados por las fuerzas militares. Pero la realidad es que la democracia esta más amenazada por fuerzas políticas internas que recurriendo a sus sistemas de funcionamiento se hacen con posiciones de poder para vaciar el sistema de todo contenido democrático. Otro enemigo silencioso es el crimen organizado transnacional cuyos lideres usan los pingues beneficios de las actividades criminales para financiar lideres políticos comprometidos con sus estrategias de negocios. Los métodos para vaciar de contenido las democracias incluyen el debilitamiento de los poderes de control como son el sistema de justicia y los parlamentos. También se recurre a la perversión de los sistemas electorales de manera de tener al pueblo votando sin elegir. Este ultimo es de mayor peligrosidad porque la soberanía reside en la facultad de un pueblo para elegir a sus lideres. En el momento que esto se burla el régimen resultante tiene legitimidad internacional a costa de la confiscación de la soberanía. Y es por ello esencial la observación electoral independiente en puesto que es el garante de la soberanía. EN el caso de Venezuela el sistema electoral creado a lo largo de muchos años de trabajo profesional es quizás el mejor del mundo porque emite pruebas del resultado final de los escrutinios de cada centro de votación a todos los partidos políticos participantes en la elección y a los observadores nacionales e internacionales. Por esta razón los resultados no se pueden modificar como lo aprendió el régimen del Sr Nicolas Maduro la noche del 28 de Julio. Por ello jamás pudo el régimen presentar pruebas de la derrota del Señor Maduro.
La actuación del Centro Carter desnuda de una vez y para siempre la táctica fundamental del neo totalitarismo latino americano. Se trata de vaciar la democracia de contenido sin cambiar las constituciones o las leyes. Sencillamente se secuestra el derecho a la autodeterminación. Por ello su actuación será determinante en la revisión de la Carta Democrática Interamericana y en la instauración de sistemas electorales eficientes y transparentes como el de Venezuela gracias a lo cual se pudo probar el fraude fraguado por un régimen que cada día depende más para su sustentación del crimen organizado transnacional y que claramente es rechazado por el pueblo de Venezuela. Para Jimmy Carter la actuación del centro creado por el para defender la democracia debe ser el mejor regalo por su centenario que la habrá dado la vida.
Beatrice E. Rangel