¡Ya falta poco pá desquítamela con todo lo que nos están haciendo estos señores! Me gritó desde la batea donde lavaba la ropa de los muchachos, la joven pero curtida madre, allá en los Manantiales de la Parroquia Los Cortijos, cuando pasábamos con el afán diario de llevarle una esperanza y la voluntad de cambio, no sólo a ella, sino a todos los vecinos de nuestros abandonados Barrios de San francisco.
Esa es la esperanza y el clamor que se escucha igual en Domitila Flores, El Bajo, Marcial Hernández, Francisco Ochoa, José Domingo Ruz y hasta en la Villa Bolivariana. Esperanza de un pueblo al que le quebraron de nuevos sus expectativa de cambio, a nombre de una revolución que a fin de cuentas, ha resultado peor que la vivida en los viejos gobiernos de la tan criticada cuarta república.
Por eso cuando comienzo a escuchar comentarios tras bastidores, sobre el posible retardo o la suspensión definitiva de las elecciones de Alcaldes y Concejales, no me queda otra alternativa sino salir a denunciar esta burda maniobra de los candidatos de Maduro, quienes espantados por lo que viene, se atreven a lanzarse en semejante aventura golpista y antidemocrática.
Ellos saben que van a perder las elecciones y que no tienen control del país. De atreverse a cometer tal fechoría electoral se arrepentirán; este seria un error político muy grave, y de llegar a producirse, de seguro sólo le traería mayor inestabilidad política, social y económica a la ya agobiada sociedad venezolana.
Esta alerta que hoy me atrevo a denunciar no parte de un simple rumor descabellado, puesto que en un pasado ya lo hicieron. Originalmente los comicios municipales estaban pautados para el 14 julio de este año, pero el CNE las reprogramó para el 8 de diciembre. Ellos podrían suspender unas elecciones una semana antes, lo han hecho en otras oportunidades.
El cronograma para las elecciones del 8D va perfecto, ha dicho la dama de las tendencias irreversibles y a Dios le rogamos para que sus palabras vayan por delante; sin embargo, que nadie baje la guardia en cuanto a las amenazas cocinadas en la sala situacional cubana instalada en Miraflores y en la cabeza del aterrado Nicolás. Sigamos alerta, pero convocando y organizando a todo el pueblo para que pacífica y democráticamente le cambiemos el rumbo a Venezuela
Sigamos en la ruta trazada porque esta voluntad de cambio ya nadie la detendrá, ellos, los enchufados que sigan con su festín de corrupción, inflación y caos económico, que nosotros como lo dijo la combativa madre, allá en los Manantiales: Tranquilo Julio, el 8 los desenchufamos aquí en San Francisco y en todas las Alcaldías del país.
Por Julio Montoya
