Con la gente

Con la gente

La verdad es que cuesta creer que algún personaje de la oposición venezolana tenga tanto poder dentro del Departamento de Estado norteamericano como para influir en algo las decisiones del país más poderoso del mundo luego de tomarse un café con algún alto burócrata y convencerlo de que los chicos malos de aquí no lo son tanto, que son quizás un poquito díscolos y que tal vez se les ha ido la mano con las tremenduras de los muchachos dándoles algo más que unas nalgaditas, pero que no son merecedores de una sanción tan fuerte como quitarles las visas para ver a Mickey o tocarle los «churupitos» hechos con el sudor de sus influencias, extorsiones y comisiones. Si en verdad existió ese personaje que actuó en solitario (porque la MUD ya ha aclarado hasta el cansancio que nadie lo hizo de manera colegiada) y se le fue «el yoyo» ante todo debería conocerse, la señora Jacobson decir quién fue y la propia Mesa, si lo conoce también explicarlo. Claro, que estamos hablando en el mundo ideal donde la transparencia y la claridad son la norma. Pero ¿podemos esperar eso en nuestra realidad donde lo común es el secretismo y el misterio? Allí está el detalle. El régimen nos ha hecho dudar de todo y, más aún, nos ha acostumbrado a pensar mal y acertar, pero estas dudas que se escuchan en la calle sobre las actuaciones de la alternativa democrática son, si se quiere, un asesinato a la esperanza que la mayoría tiene de poder «salir de esto» de la mejor manera posible.

 

Si bien el régimen es una suerte de «saco de gatos» y vemos cómo se destrozan a puertas cerradas poniéndose piedras y jugándose sucio, de cara a la gente los ves sonrientes y monolíticos. A fin de cuentas tienen el poder y lo que los une a todos es no perderlo.

 

Pero si el secretismo es la norma en el gobierno, en la oposición esto constituye un grave pecado. La Mesa de la Unidad está obligada a marcar la norma de la total transparencia y que conste que quien esto escribe no pertenece a la corriente de la antipolítica y en lo personal aprecia a muchos de los que conforman el grupo de la alternativa democrática. La unión sólo de los partidos políticos es correcta en los momentos electorales pero en la actual coyuntura donde el descalabro del país es acelerado se requiere una instancia que incluya al resto de los sectores que conforman la Venezuela que aspiramos. A estas alturas estar con medias tintas y eufemismos ante un gobierno corrupto y represor en superlativo da, como mínimo, muy mala impresión. Ante la gravedad de los hechos los comunicados escritos son un gesto muy tímido. Mis respetados amigos de la MUD en lugar de darle tanto material para los inescrupulosos twiteros anónimos deberían buscar a la gente de carne y hueso que los está esperando con sus problemas y heridas verdaderas. Para eso es el liderazgo ¿no?…

 

mariaisabelparraga@gmail.com

Por María Isabel Párraga

 

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