Uno de los mayores retos para las empresas, en épocas de crisis, lo constituye la retención del talento, porque sabemos que el salario no es el único ni el principal motivador, es más, el efecto de cualquier incremento dura hasta la siguiente quincena, cuando se diluye en nuevos gastos impactados por la inflación.
Sabemos que la gestión del talento es compleja y más aún en estos tiempos, tiene como ingrediente imprescindible saber identificar oportunamente las necesidades individuales y es allí cuando requerimos del Gerente Coach, capaz de escuchar más allá de las palabras, de conversar sobre lo que inquieta a cada colaborador, de propiciarles reconocimiento, incentivos y oportunidades de crecimiento, las cuales son eslabones fundamentales ante la pregunta de ¿me voy o me quedo?
Cuando los colaboradores sienten que son parte importante de “su empresa” sienten mayor identidad y vinculación, hacen a sus organizaciones exitosas y competitivas, aun cuando se tengan entornos adversos.
El Gerente Coach facilita la posibilidad de ofrecer a su gente la oportunidad de lograr autorrealización personal y profesional, invirtiendo el tiempo necesario para un adecuado acompañamiento y ofreciendo feedbacks nutritivos, porque resulta más costosa la rotación de personal, que retener y conserva adecuadamente.
Se necesita la combinación de muchos elementos: una organización que promueva el auto-desarrollo, el interés del supervisado en involucrarse con cada reto y que le permita alcanzar más y mejores resultados y Lideres Coaches coherentes con la premisa que el activo estratégico más importante de las empresas es su gente.
Adela Romero Barboza