Una tregua o el control total que tanto aspira el gobierno? A partir de hoy lo sabremos. En estos días si bien los estudiantes han mantenido una agenda de lucha, la sociedad civil en su gran mayoría se dejó seducir por el encanto de la playa, los días libres y la evasión después de dos meses de tensión constante. Ahí está el detalle. Todavía parece que la colectividad no cae en cuenta de que el gobierno no descansa en su avance y que, incluso, los días libres le benefician porque agarra a todo el mundo fuera de base.
Así las cosas la represión continúa, las detenciones también, la escasez ha llegado a rozar el 60 por ciento en los productos básicos, la inseguridad persiste ahora con extrañísimos casos de secuestros, las detenciones están a la orden del día y el diálogo más allá de la retórica está a la espera de los primeros resultados. Al momento de escribir este artículo corre el rumor de la liberación de Iván Simonovis como gesto de buena voluntad (ojalá sea así), pero el requerimiento inicial, el más importante para la mesa de la Unidad es la aprobación de una Ley de Amnistía General que deje en libertad a todos los presos políticos, también a los estudiantes detenidos y aquellos que han quedado con medidas cautelares y que igualmente se permita el retorno de los exiliados. La fe es importante, más después de estos días santos, pero la duda en este caso es más que razonable toda vez que la tesis de Maduro es que este es el momento de la justicia implacable.
Así las cosas, todos los requerimientos hechos por la MUD han tenido su respuesta en los hechos. Al desarme de los paramilitares, el régimen le sienta un tupamaro en la mesa y le restriega a la colectividad la importancia que tienen en el despliegue de los actos del 13 de abril. A la solicitud de bajar los niveles de represión, en la marcha estudiantil del sábado y los días siguientes la dinámica continúa siendo cruenta. Sobre la creación de una comisión de la verdad independiente crea un «yo con yo» de un Consejo de Derechos Humanos y una instancia parlamentaria encabezada nada más y nada menos que por Diosdado Cabello. Ante el requerimiento de la excarcelación y la restitución en sus cargos de Ceballos y Scarano la reacción ha sido la convocatoria de elecciones en tiempo récord.
Todas las cosas que han sucedido en estos días santos abren los signos de interrogación sobre las jornadas que están por venir. No queda duda que «el diálogo» para el gobierno ha implicado ganar tiempo y enfriar la situación. En buena forma lo ha logrado. Sin embargo, los problemas (las brasas) están allí. La pregunta es si volverán a encenderse a punta de la dura realidad que nos recibe hoy nuevamente.
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Por María Isabel Párraga
