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Maldito seas, Sean Penn

Posted on: enero 10th, 2016 by Laura Espinoza No Comments

Un cirujano supuestamente cercano a Joaquín Guzmán me contactó para que escribiera su vida. Todo resultó en nada y ahora Rolling Stone publica una entrevista que le hizo el actor

Desde hace al menos tres años, Joaquín Guzmán Loera buscó que el mundo conociera su historia por propia boca. El año pasado dio una entrevista a Rolling Stone -que se acaba de publicar- y hace pocos días cayó prisionero por la imprudencia de producir una película, su último intento para propagandizarse. Antes, El Chapo quiso que alguien escriba la historia de su vida.

 

 

Un día de enero de 2012, cuando Washington DC era un pantano de humedad gélida, una editora amiga me llamó para tentarme con una oferta que no podía rechazar: El Chapo Guzmán, dijo, quería contar su vida y ella me había elegido a mí como su autor. Un cirujano plástico amigo de El Chapo había llamado de buenas a primeras a su compañía en busca de quien le abriera las puertas a la historia del narco más famoso del planeta. Podían haber elegido cualquier otra editorial, dijo, pero la fortuna —o la guía telefónica— quiso que la suya, Aguilar, comenzase con la letra A. El Chapo quería narrarse a sí mismo, cansado de que la Historia lo tuviera del lado de los malos y no como un bandido con corazón.

El libro debía escribirse en condiciones de espanto y absurdo. El inicio de la producción no tenía fecha fija porque dependía de cuándo Guzmán Loera quisiera o pudiera hablar. Cada uno de mis viajes sería a un aeropuerto a determinar, donde sería recogido por un grupo de hombres. No podía llevar teléfono celular ni computadora, el pasaporte quedaría con ellos y viajaría encapuchado a un destino incierto. En ese paraje remoto de México donde mi única compañía serían tipos armados con todo tipo de armas pero ninguna piedad, debería conversar con Guzmán Loera del tema que él quisiera, por el tiempo que fuera necesario y sujeto a su humor de mercurio. Menudo plan: desaparecería de la Tierra sin aviso y volvería a aparecer cuando el Chapo lo deseara.

 

 

Desde el principio dije a mi amiga que me interesaba escribir la historia según mi propia voz, no ser un escritor fantasma, pero del otro lado insistían en que la historia debía ser la voz y mirada del Chapo. Ante su necesidad de un amanuense, yo insistía, no sé con qué coraje o inconsciencia, en que no hay mejor historia que aquella apropiada por los extraños. Mi mujer estaba preocupada —nuestro hijo recién tenía tres años— y yo compartía sus nervios, pero los mezclaba en un cóctel promiscuo de excitación, famas posibles y veleidades de escritor pretencioso. La mayor parte de nosotros pasa su vida sin que un gran criminal toque a la puerta para contarte su vida a un brazo de distancia, de modo que decidí esperar por los hechos. El mal espanta al hombre pero atrapa al escritor.

 

 

Como si estuviese tocado por el espíritu de Flannery O’Connor, El Chapo había decidido asumir que sólo él podía escribir el guión de su propia existencia
Siguieron varios meses del cirujano esfumándose con regularidad para volver a aparecer con nuevos SMS desde un teléfono nuevo. En ocasiones, el tipo nada más escribía para decir que el proyecto continuaba. Mi editora y yo nos acompañábamos en la ansiedad de los padres primerizos, pero un día, al cabo de unos seis meses, sus SMS se acabaron tan inesperadamente como comenzaron. En una última comunicación, el cirujano dijo que suspendía los contactos por cuestiones de seguridad. Supusimos entonces que los militares del gobierno de Felipe Calderón atraparían pronto a Guzmán Loera, pero el cerco recién estrangularía un año y medio después de nuestras conversaciones, cuando la Marina, ya bajo el mando del presidente Peña Nieto, cazó a El Chapo en Sinaloa casi al mismo tiempo en que la revista Forbes lo incluía en su lista de millonarios y famosos.

 

 

Me olvidé del caso por un tiempo y cuando ya había comenzado a convencerme de que nada más sucedería, a fines de 2014 un colega muy joven me contó una historia similar a la de mi editora: un médico que era testigo protegido de la DEA en Estados Unidos y decía ser cercano a Guzmán Loera le dijo que quería contar la historia de ambos, pero nada pasó y el proyecto cayó en el mismo vacío sideral donde flotaba la aventura del cirujano plástico. Un tiempo después el Chapo escaparía de una prisión federal para esconderse quién sabe dónde, hundiendo al gobierno mexicano en el descrédito y la burla hasta que apareció la Procuraduría General de la República con una historia, literalmente, de película.

 

 

Como un actor de tablado pobre, ansioso por atrapar el único papel importante de su vida, un Guzmán Loera embrutecido por las torpezas que provoca la vanidad descontrolada, habría salido a buscar a la desesperada actores y directores para ponerse a sí mismo ante el escrutinio de Hollywood. Como si estuviese tocado por el espíritu de Flannery O’Connor, El Chapo había decidido asumir que sólo él podía escribir el guión de su propia existencia. Ahora su historia ya no sería narrada sino vista y él sería el productor y mandamás de todo un equipo que contaría la leyenda de un tal Joaquín Guzmán Loera.

 

 

En medio, sabemos ahora, Sean Penn aterrizó con Kate del Castillo en una sierra ignota de México y habló siete horas con el Chapo. Su historia, con mensajes encriptados y una avioneta que escapaba radares, empequeñece mi travesía imposible y engrandece mi derrota, pero hace sobre todo increíble la determinación de Guzmán Loera por volverse propagandista de sí mismo. Y es comprensible: todos deseamos ser aceptados. Con su libro y su película, el Chapo quería limpiar su legajo de las maldiciones ajenas, peinarse como el chico bueno de la foto. Que el mundo entendiera que aquel criminal brutal era un bandido romántico amado en su tierra. La vanidad no es ajena a nadie con dos piernas ni nueva entre los hampones. Donnie Brasco, el agente encubierto del FBI que vivió seis años con la familia Bonanno, decía que los gángsters adoraban verse en las películas retratados como generales listos e inteligentes como filósofos. El Padrino de Coppola enorgullecía a los mafiosos de New York porque su delicadeza y clasicismo técnico presentaba la vida en la mafia como un universo violento, sí, pero también capaz de glamour y refinamiento. El hijo de John Gotti tocó la cúspide de esa superficialidad desesperada por ser y encajar cuando celebró su matrimonio en el Helmsley Palace de Manhattan junto a doscientos cuarenta invitados en una bacanal romana de pasta, medallones de ternera, langostas de Maine y kilos de fruta fresca.

 

 

La avidez de Guzmán por contar su vida requiere de nuestra complicidad. Películas como Buenos muchachos o Casino o series como Los Soprano tocan nuestras canciones. El libro Film, Television and the Psichology of the Social Dream habla de Vito Corleone como un hombre resuelto, astuto, inteligente y determinado, dispuesto a vivir la vida de manera realista y en sus propios términos antes que a sucumbir a la miseria de trabajos insignificantes y la amenaza de la miseria. Ese costado enjundioso no parece desdeñable para quien vive molido a palos por la vida, aún cuando quien lo inspire sea un arquetipo de la mafia como Corleone o el Chapo.

 

 

Y luego está aquello que a mí mismo me atrapó, ese tironeo de repelencia y seducción de estos tipos malditos que nos muestran cómo podría ser la vida si tuviéramos menos escrúpulos. En libro o película, El Chapo, un pequeño Darth Vader mexicano, confiaba en nuestra avidez y nuestra piedad para hacer, de su historia, la Historia. Como debía ser, vía Sean Penn y Rolling Stone, el Chapo se la regaló a Hollywood.

 

 

Diego Fonseca es un periodista y escritor argentino.

 

 

Narco golpe judicial navideño en Venezuela

Posted on: diciembre 24th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

La comunidad internacional debe hacer respetar el voto popular del 6D y sus legítimos representantes

La hermana Venezuela enfrenta un fin de año y un 2016 extremadamente complejos.

 

 

En lo económico el manejo incompetente del régimen y la caída del precio del petróleo han desnudado el colapso productivo. El ingreso de divisas petroleras ha declinado, buena parte de estos se regalan a otros países o internamente, porque en ningún otro lugar del mundo se compra 9.200 (Si, nueve mil doscientos) litros por 1€ (un Euro). En ningún otro país el Banco Central vende $us100 por 75 centavos de dólar (menos de 1% del valor) a amigos del régimen, para que se roben las pocas divisas. En ningún lugar el billete de más alta denominación, el de 100 “Bolívares Fuertes” en Venezuela, vale alrededor de 11 céntimos de Euro.

 

 

La tierra del Libertador enfrenta la explosiva mezcla de inflación de Zimbabue, criminalidad siria y escasez de alimentos subsahariana

 
La tierra del Libertador enfrenta la explosiva mezcla de inflación de Zimbabue, criminalidad siria y escasez de alimentos subsahariana. La protesta pacífica y la crítica certera fueron virulentamente reprimidas: decenas de presos políticos y muchos periodistas procesados por reproducir noticias internacionales.

 

 

Por esta dramática situación y contra todo ventajismo electoral imaginable, descrito en la carta de 18 páginas del Secretario General de la OEA Luis Almagro, el pueblo votó masivamente por la oposición que obtuvo 112 de los 167 escaños para la nueva Asamblea Legislativa.

 

 

La votación fue un repudio contundente al hombre más poderoso de Venezuela, el Presidente saliente de la Asamblea Diosdado Cabello, un autoritario militar que desde ese cargo manejaba todas las instituciones “independientes”, buena parte de la economía y, según investigaciones internacionales, el tráfico de cocaína.

 

 

La tarde del pasado 6 de diciembre este tenebroso personaje anunció que se “votaría hasta la hora que sea”, anunciando en esencia que mantendría recintos electorales abiertos, sacaría a la calle las bandas crimínales (“colectivos”) para apoderarse de estos y alteraría la votación electrónica mediante la toma violenta de las mesas. Esta receta no pudo aplicarse ese día, porque el Ministro de Defensa General Padrino tomo una posición democrática, ordenó el cierre de las mesas y anunció que no permitiría desmanes violentos. Ese día Diosdado quedó destemplado, porque en unas pocas horas perdió su ascendiente militar y su base de poder institucional en el Congreso.

 

 

A pesar de ello, el Presidente Maduro, como nos aseguró la noche antes de la elección, anunció públicamente que aceptaba los resultados. También cumplió al permitir que Leopoldo López sufrague en Ramo Verde.

 

 

Lamentablemente, en este periodo de transición no se está buscando la reconciliación, ni abordando la reconstrucción económica. La falta de alimentos, suministros básicos y medicamentos tiende a agravarse. La crisis humanitaria está en ciernes. Pero la desesperación de Diosdado prima y prevalece sobre las necesidades nacionales.

 

 

Desde el 6 de diciembre, el gobierno que aceptó resultados ahora los llama “golpe electoral”; ha anunciado que entregará el Congreso a un “parlamento comunal”; Barreiro, la jueza que linchó a Leopoldo López con una sentencia de catorce años sin pruebas ni causa, acaba de ser elegida por Diosdado como Defensora Pública; además la Canciller ha mentido, tergiversado e insultado al Presidente Argentino Mauricio Macri por pedir la libertad de los presos políticos.

 

 

El desesperado Diosdado acaba de consumar su maniobra más descabellada: el intento de golpe judicial a la voluntad popular expresada en las urnas hace unos días. Como Presidente de una Asamblea saliente carente de legitimidad, ha obtenido Autorización judicial para convocar sesiones legislativas extraordinarias y el 23 de diciembre ha elegido en CUARTA votación, porque no tiene dos tercios para hacerlo en las tres primeras, a 13 jueces titulares y 22 suplentes en el Tribunal Supremo de Justicia.

 

 

Por increíble que parezca, el otrora hombre fuerte congresal y militar, habiendo perdido el 6D estas esferas de poder, ahora pretende atrincherarse con sus áulicos en el Poder Judicial, desde donde pretende facilitar a su régimen legislar por decretos ejecutivos, fallar contra la constitucionalidad de las leyes del nuevo congreso, impugnar o enjuiciar a nuevos congresistas y protegerse judicialmente de posibles juicios e investigaciones. Ese es un intento de golpe judicial de fin de gestión por parte de una persona acusada de manejar el Cártel de los Soles, en suma un Narco Golpe Judicial Navideño.

 

 

La comunidad internacional debe rechazar esta acción dolosa. El próximo año 2016 el nuevo Congreso Venezolano removerá de su cargo a estos jueces narco-golpistas. El régimen intentará denunciar “conflicto de poderes”. Cuentos de Diosdado. No habrá tal.

 

 

Ante la última intentona autoritaria de Diosdado instalando su Tribunal golpista, la OEA y los gobiernos de la región deberán reclamar el respeto a los 112 parlamentarios electos por el pueblo el 6 de diciembre. De ser necesario, la OEA debe invocar el Artículo 20 de la Carta Democrática para hacer respetar el voto popular, a sus legítimos representantes y jamás avalar el narco-golpismo judicial de Diosdado.

 

 

Eso es democracia, el resto son golpes disfrazados de jueces.

 

 

Andrés Pastrana Arango es expresidente de Colombia. Twitter @AndresPastrana. Jorge-Tuto Quiroga es expresidente de Bolivia. Twitter @tutoquiroga

 

 

 

El feo rostro de las deportaciones, que la OEA prefiere no ver

Posted on: septiembre 3rd, 2015 by Laura Espinoza No Comments

La decisión de la OEA de negarse a una reunión para analizar las deportaciones es una de las más vergonzosas de su historia reciente

 

 

La crisis entre Venezuela y Colombia nos recuerda la brecha que puede existir entre lo que alguien pretende ser y lo que es. El chavismo siempre se ha vanagloriado de defender a los más pobres. Pero el gobierno de Nicolás Maduro ordenó hace poco la cruel deportación de más de 1.000 colombianos, incluyendo niños. A muchos de los deportados les robaron sus pertenencias durante los desalojos y a otros les demolieron sus hogares. Pululan reportes de refugiados expulsados, niños separados de sus padres y hasta abusos sexuales a mujeres.

 

 

No es la primera vez que la cúpula chavista traiciona los valores que dice defender. Ya antes ha demostrado que ante la amenaza de perder poder es capaz de casi cualquier cosa. Porque seamos claros sobre lo que está ocurriendo: Maduro decidió utilizar a Colombia como chivo expiatorio de la grave crisis de su país. Y, para tratar de legitimar con acciones esta farsa, ordenó un operativo que viola derechos elementales de personas sin recursos que no tienen cómo defenderse.

 

 

Por supuesto, el gobierno ya fraguó una narrativa para camuflar esta fea realidad. El detonador de la crisis fue supuestamente un altercado con contrabandistas colombianos que dejó a varios militares venezolanos heridos. Pero Maduro ha aclarado que la causa de fondo es la presencia de paramilitares y otros criminales colombianos en su país. Asegura que ellos son los responsables del auge del contrabando y el crimen, razón por la cual ordenó cerrar parte de la frontera y deportar indiscriminadamente a colombianos sin documentos.

 
Estas medidas no tienen sentido. No hay correlación alguna entre la inmigración colombiana y el crimen. En Venezuela, desde la caída de la dictadura en 1958 hasta 1989 la tasa de homicidios se mantuvo estable, nunca superando las 10 víctimas por cada 100.000 habitantes a pesar de la masiva inmigración colombiana durante ese período. Entre 1989 y el 1993 la tasa se duplicó, presumiblemente por la grave crisis institucional que siguió al Caracazo. Pero a partir de 1994 la tasa se estabilizó. No fue hasta 1998, cuando Hugo Chávez ascendió al poder, que la tasa se disparó, cuadruplicándose durante los siguientes tres lustros.

 

 

En Venezuela 90% de los homicidios no son castigados

 
¿Por qué el crimen aumentó? Nunca es fácil establecer las causas de una ola de crimen. Pero una explicación persuasiva es el colapso institucional que acarreó la revolución bolivariana y la incompetencia de Maduro y su predecesor para lidiar con problemas como la falta de jueces y fiscales, los escasos recursos de las policías y la proliferación de armas. Hoy en Venezuela 90% de los homicidios no son castigados. Y de esto no se puede culpar a los colombianos ni a nadie que no sea el gobierno venezolano.

 

 

El boom del contrabando también es culpa del chavismo. Es verdad que muchos colombianos son pequeños contrabandistas o incluso miembros o líderes de las poderosas mafias fronterizas. Pero muchos venezolanos también lo son. Esta profesión no discrimina en base a nacionalidad porque las personas que la escogen simplemente responden a poderosos incentivos económicos.

 

 

Y en Venezuela los controles de precio y de cambio son poderosísimos incentivos. Una persona puede comprar un producto a precio regulado y revenderlo en Colombia a un precio mucho más alto. Por ejemplo, una gandola llena de gasolina cuesta menos de siete dólares en Venezuela y se vende por 25.000 en Cúcuta. Con los alimentos, los medicamentos, la ropa y otros productos con precios “solidarios” las ganancias del contrabando también son increíblemente altas.

 

 

Lo cual deja al gobierno venezolano con dos opciones: atacar la raíz del problema desmontando los controles que estimulan el contrabando o enzarzarse en el juego eterno de capturar a un contrabandista para que surjan otros. En teoría el Gobierno ha escogido la segunda opción. Y digo “en teoría” porque deportar indiscriminadamente a colombianos no es un método represivo racional. Entre los deportados hay personas que no se dedican al contrabando o que, si lo hacen, mueven volúmenes insignificantes. A los verdaderos capos, incluyendo los que trabajan en las instituciones venezolanas, no los afectan un ápice las deportaciones y pronto encontrarán maneras de burlar el cierre parcial de la frontera.

 

 

En el fondo, las medidas de Maduro parecen ser una simple maniobra electoral. Su popularidad está por el suelo, se aproximan unas elecciones legislativas y seguramente busca una distracción a la crisis y desviar culpas. Quizá sólo le interesa que sus acciones “parezcan” un ataque frontal contra el contrabando. Que en realidad no lo sean no parece importarle mucho, como tampoco parece importarle utilizar a colombianos pobres como desechables personajes de utilería en esta burda obra teatral. La decisión de la OEA de negarse a convocar una reunión para analizar las deportaciones es una de las más vergonzosas de su historia reciente.

 

 

Alejandro Tarre es periodista venezolano. Twitter: @alejandrotarre

Guía para entender las elecciones en Venezuela

Posted on: agosto 27th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

Cuando un gobierno controla todos los poderes y los recursos, ir a votar deja de ser un acto democrático para ser un acto de rebelión

El 6 de diciembre habrá elecciones legislativas en Venezuela. No serán elecciones democráticas porque el fraude no solo ocurre ese día. Comienza mucho antes.

 

Veamos algunos ejemplos.

 

 

Presos políticos

 
El líder de la oposición Leopoldo López se encuentra detenido sin sentencia judicial hace más de un año. Antonio Ledezma y Daniel Ceballos, ambos exalcaldes electos, también están detenidos bajo prisión domiciliaria. Los tres se suman a una larga lista de jóvenes, estudiantes, políticos, militares y simples ciudadanos que aún se encuentran presos por haber participado en protestas el año pasado.

 

 

Inhabilitaciones

 
En Venezuela no solo hay presos políticos, también hay políticos inhabilitados para competir. María Corina Machado fue desplazada ilegalmente de la Asamblea Nacional el año pasado. Luego de destituirla, el gobierno ordenó la prohibición de salida del país en su contra. Semanas atrás fue inhabilitada para participar en las elecciones legislativas sin fundamento legal alguno. Eso no solo significa una violación a sus derechos políticos, sino también una violación al derecho de los venezolanos a volver a elegirla como su representante en la Asamblea Nacional.

 

 

¿Libertad de expresión? No, gracias

 
En Venezuela los medios de comunicación libres no existen. Desde el cierre de RCTV en 2007, el gobierno ha avanzado en la creación de un sistema de hegemonía comunicacional a través del cierre de medios, la persecución a periodistas y dueños de medios, la cancelación de licencias, o la compra de grandes medios por parte de los “boliburgueses” que actúan como agentes del gobierno. Ya no existen canales de televisión o medios impresos de alcance nacional disponibles para la oposición. En este contexto, hacer campaña y llegar a la gente es una tarea casi imposible.

 

 

Circuitos electorales a la medida del oficialismo

 
En 2010, el chavismo reformó la ley electoral modificando los circuitos electorales, dándole mayor ponderación a aquellos distritos que tradicionalmente han votado por el gobierno. Para ganar las elecciones, la oposición necesita obtener 83 escaños y la única forma de lograrlo es venciendo en todos los circuitos reñidos y en muchos circuitos en los que jamás ha obtenido representación.

 

 

Maquinaria estatal y clientelismo: David vs. Goliath

 
Un estudio publicado recientemente muestra que, a enero de 2015, más de 2 millones y medio de personas son empleadas directamente por el Estado. Esto significa que alrededor de un 14% del padrón electoral tendrá miedo a votar en contra del gobierno por temor a represalias. Por otra parte, la destrucción del sector privado hace casi imposible a la oposición encontrar recursos para poder llevar adelante una campaña. A pesar de la terrible crisis económica y la caída de los precios del petróleo, el PSUV es un ministerio más y sus recursos son incalculables

 

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Estado mafioso

 
Diversos reportes periodísticos recientes han señalado al presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, Dichos informes indican también que autoridades federales de Estados Unidos estarían preparando acusaciones formales en su contra. En estas circunstancias y con tanto para perder, ¿qué tan viable puede ser que el Gobierno se preste a reconocer una derrota electoral?

 

 

¿Observación electoral internacional? Tampoco

 
Semanas atrás, el gobierno venezolano anunció que no aceptaría ningún tipo de observación electoral en Venezuela. Esto ocurrió tras las declaraciones del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, de su predisposición a formar una misión electoral. Esto significa que, por encima del fraude previo al día de las elecciones, no habrá en Venezuela ninguna autoridad internacional capaz de denunciar irregularidades que ese día ocurran.

 

 

Casi todas las encuestadoras coinciden en que el gobierno de Nicolás Maduro se encuentra en sus niveles mínimos históricos de aprobación y que, de existir elecciones libres y justas, la oposición debería ganar por un margen superior al 20%. El problema es que las elecciones no serán libres ni justas ni democráticas

 

 

En este contexto, un eventual triunfo electoral del gobierno no significaría legitimidad, sino la prueba más contundente del fraude que ya está en marcha. Por eso es importante que las irregularidades aquí mencionadas y tantas otras continúen siendo denunciadas en foros internacionales.

 

 

La OEA, ante el rechazo del gobierno venezolano de aceptar una misión electoral, debería trabajar desde ya en la producción de un documento en el cual se analice en profundidad el contexto en el cual las elecciones se llevarán a cabo.

 

 

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos debería emitir un comunicado condenando la inhabilitación política a María Corina Machado, e instando a la liberación de todos los presos políticos.

 

 

Los gobiernos de la región y el de Estados Unidos deberían ser más claros en cuanto a su posición de cara a las elecciones: no tomar una posición firme entre lo que es bueno y lo que es malo, no es una opción.

 

 

Esta no es una elección democrática, pero no votar o votar sin denunciar el fraude que ya está teniendo lugar no son una opción. El camino es ir masivamente a las urnas y salir a defender el voto. Lo que está en juego en diciembre no es la Asamblea Nacional sino un modelo de país. Lo que se expresará en el voto no es el acto democrático de elegir. Es el rechazo más profundo a este gobierno.

 

 

Ezequiel Vázquez-Ger es Director del Centro de Investigación Periodística en las Américas.

 
 @Ezequielvazquez

Liberen a los presos de conciencia de Venezuela

Posted on: junio 11th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

Insto al Gobierno a que permita el acceso a la Cruz Roja, a sus médicos personales y a su familia a visitar a los presos políticos

 

 

La Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños se reúnen actualmente en una importante cumbre en Bruselas. Aunque imagino que habrán muchos debates fructíferos centrados en fomentar una relación más fuerte entre Europa y América Latina, una nube oscura se cierne sobre la cumbre. Mientras cientos de políticos se reúnen alrededor de comidas suntuosas y disfrutan de buen vino, 77 presos languidecen en las cárceles en Venezuela. Su encarcelamiento no está en la agenda de la cumbre.

 

La situación actual de los Derechos Humanos en Venezuela es particularmente sombría. Incluso es más preocupante que la situación económica y de seguridad del país, es la respuesta del gobierno a las frustraciones de su pueblo. Desde las protestas callejeras de febrero de 2014, cuando cientos de miles de venezolanos protestaron contra la corrupción galopante y la represión que azotan el país, el gobierno del presidente Nicolás Maduro respondió a través de la fuerza. El gobierno usó la fuerza para reprimir y murieron 43 personas en las protestas, además detuvo arbitrariamente a más de 3.000 personas. Que un gobierno actúe de esta manera contra sus propios ciudadanos, cuando están ejerciendo sus derechos fundamentales de libertad de expresión y asamblea, es atroz. Pero el silencio ensordecedor y la inacción de los vecinos de Venezuela le han dado a Maduro una licencia para actuar con impunidad.

 

La situación ha empeorado con respecto a hace más de un año, cuando las protestas sacudieron a la nación. Los presos de conciencia en Venezuela están representados en los líderes de oposición Leopoldo López y Daniel Ceballos. Ambos hombres están en la cárcel por su papel en las protestas no-violentas de febrero de 2014. López y Ceballos abogan por la protesta no violenta y pacífica ante la injusticia y la impunidad. Han instado a que el pueblo de Venezuela resuelva sus problemas constitucionalmente. Al igual que otros activistas famosos de la No Violencia Mahatma Gandhi y Martin Luther King, Jr., ellos están pagando un precio muy alto en su búsqueda incesante de justicia.

 

Hoy ambos están en la cárcel y siguen participando en protestas no violentas, desde hace mas de dos semanas están en huelga de hambre exigiendo la liberación de todos los presos políticos; el cese de la represión, persecución y censura; y que se fije una fecha para las elecciones parlamentarias de este año con observación de la OEA y la Union Europea. Insto al Gobierno de Venezuela a que permita el acceso a la Cruz Roja, a sus médicos personales y a su familia a visitarlos.

 

El silencio ensordecedor y la inacción de los vecinos de Venezuela le han dado a Maduro una licencia para actuar con impunidad
A pesar de estas circunstancias drásticas, el gobierno de Maduro ha continuado en la senda de la represión. A raíz de las protestas del país, Maduro autorizó el uso de armas letales para que las fuerzas de seguridad repriman a los manifestantes —aun pacíficos— si son percibidos como una amenaza para el orden público. Tal decreto eleva la probabilidad de una masacre de civiles.

 

Ante el colapso potencial de un país al que llaman ” hermano”, los líderes de Latinoamérica han respondido con silencio. En lugar de defender los derechos humanos universales, se han escudado detrás de la excusa de la no-injerencia. Tras la decisión de Estados Unidos de imponer sanciones a los violadores de derechos humanos en Venezuela, los países de Latinoamérica adoptaron una resolución apoyando a Venezuela bajo “el principio de la no-injerencia”.

 

Entiendo el trauma del colonialismo, pero sin la participación de la comunidad internacional, el derramamiento de sangre en Sudáfrica hubiera sido mucho mayor
Sin duda entiendo el trauma del colonialismo, pero sin la participación de la comunidad internacional, el derramamiento de sangre en Sudáfrica hubiera sido mucho mayor. Fue el boicot internacional y el régimen de sanciones junto con la resistencia interna lo que ayudó a cerrar el capítulo más oscuro de la historia de mi país. La comunidad internacional no empezó a movilizarse sino hasta después de la masacre de Sharpeville, donde 69 personas fueron asesinadas por protestar no violentamente por la Ley de Pases de nuestro país. La comunidad internacional no debe esperar a que ocurra otra masacre para tomar acción.

 

La respuesta para abordar la situación grave de los derechos humanos de hoy en Venezuela no es proteger a los líderes que toman ventaja de las sensibilidades postcoloniales y de la historia para mantenerse en el poder; Latinoamérica y la Unión Europea deben superar la retórica y tomar medidas concretas.

 

También creo en la Iglesia y creo en la misericordia y la compasión. No es demasiado tarde para que Maduro cambie de rumbo. En 2016, la Iglesia Católica celebrará el Año Santo de Misericordia, que, según el Vaticano, “sirve como una invitación a seguir el ejemplo misericordioso del Padre que nos pide que no juzguemos o condenemos sino perdonemos y demos amor y el perdón sin medida”. Con el apoyo del Papa Francisco, rezo para que Nicolás Maduro honre temprano esa invitación y libere a los presos políticos de Venezuela.

 

Desmond Tutu es arzobispo (anglicano) emérito de Ciudad del Cabo y activista de los derechos humanos.

 

DESMOND TUTU

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