Los delitos de lesa humanidad

Posted on: abril 2nd, 2015 by Laura Espinoza No Comments

Ya tiene notoriedad mundial la crisis que vive Venezuela y padecemos los venezolanos. Pero uno de los aspectos de esa crisis que más llama la atención es la reiterada violación de los derechos humanos, sobre todo cuando el gobierno desde las protestas de 2014 arreció la acostumbrada represión contra la disidencia democrática en Venezuela.

 

Este gobierno desde sus inicios asumió que debía someter y minimizar cualquier rasgo de disidencia, porque el modelo político y social que ellos han tratado de imponer tiene como principio fundamental el control y lo han englobado en la llamada hegemonía que abarca la economía, el sistema político y los medios de comunicación.

 

Pero en la medida que el modelo ha ido fracasando estrepitosamente, se han visto obligados a tomar medidas para apretar el cerco a la disidencia, ocultar las verdades que les causan daños a su imagen y por supuesto el intento de “judicializar” a todo aquel que piensa distinto, reclama sus derechos y resalta los errores del gobierno.

 

Lo que poco han tomado en cuenta públicamente, es que todas las violaciones a los derechos humanos cometidas por el gobierno a través de sus instituciones, han sido documentadas y denunciadas mundialmente, lo que no sólo ha venido a cambiar la imagen que del gobierno tienen muchos países, sino que además ha conformado un muy grueso expediente internacional por los delitos de lesa humanidad que siguen cometiéndose.

 

Es impresionante la cantidad de venezolanos que están siendo juzgados por supuestos delitos de instigación al odio y la manifestación violenta, porque de pronto salieron a las calles a protestar pacíficamente porque el gobierno no resuelve sus problemas y sobre todo porque han perdido la esperanza de un futuro digno y próspero en el país que los vio nacer.

 

En el nombre de la paz se han cometido muchos excesos, entre ellos la creación de “La Tumba” que es una versión moderna y más terrorífica que “La Rotunda” de Juan Vicente Gómez. “La Tumba” es el mayor símbolo de las violaciones a los derechos humanos, porque ahí han sido depositados, no recluidos, jóvenes que asumieron la resistencia ante lo que ocurre en Venezuela y son sometidos a tratos absolutamente inhumanos. A todos se les ha violado su derecho al debido proceso y la presunción de la inocencia y en eso tiene mucha responsabilidad el Poder Judicial en Venezuela.

 

La sede del Sebin en El Helicoide es otro centro de violaciones a los derechos humanos, donde han sido detenidas muchas personas por supuestos delitos contra la paz ciudadana y son sometidos a tratos crueles por el sólo hecho que un “patriota cooperante” los acusó. Ahí está el ejemplo de Rodolfo González, “El Aviador”, quien se quitó la vida ante las arbitrariedades a las que él y los jóvenes detenidos fueron sometidos.

 

La lista de violaciones a los derechos humanos en Venezuela es larga, pero también es larga la lista de los responsables directos e indirectos de esos delitos. Todo el que hoy se ufana del poder que tiene y cae en esos errores, debe recordar que el poder no es eterno y que los delitos de lesa humanidad no prescriben, o sea que pueden ser juzgados hoy, mañana y siempre.

 

La crisis que padecemos los venezolanos tiene solución, pero eso pasa por asumir nuestros deberes como ciudadanos activos y participativos. Hoy vemos como el poder es usado para avasallar y atropellar, mas no para solucionar los problemas que agobian al pueblo. Aún podemos revertir todo eso y comenzar a reconstruir al país. En tus manos está el comienzo de la solución: actívate y participa. El futuro aún está en Venezuela.

 

@PabloPerezOf
www.pabloperezcontigo.blogspot.com

¿Hay esperanza para la juventud en Venezuela?

Posted on: febrero 11th, 2015 by Maria Andrea No Comments

No existe una sola respuesta para esa pregunta. Cada quien tiene una apreciación de esa situación que planteo en el título, pero seguro estoy que la mayoría de ustedes piensa que NO hay esperanza para la juventud en nuestro país. A este callejón sin salida aparente han llevado a los jóvenes de nuestra patria.

 

Muchos pensarán que como dirigente político opositor me conviene la crisis que vive el país, generada por un gobierno que expropió la esperanza y el futuro para la mayoría de la población; pero no es así. Me llena de tristeza que hay pocas oportunidades de crecimiento y progreso para los venezolanos en general, pero en especial para los jóvenes.

 

Las universidades públicas y privadas están llenas de jóvenes con deseos de superación. La mayoría estudia con grandes sacrificios. En el Zulia muchos se beneficiaron del plan de becas Jesús Enrique Lossada creado por Manuel Rosales y que continuó con mucho éxito en mi gestión.

 

Hoy ese plan de becas lo acabaron. Apenas hace unos días entregaron mil becas. Si apenas mil becas con más de dos años de gestión, bueno para ser exactos y veraces: de fracaso al frente de la Gobernación del Zulia.

 

Esos jóvenes que buscan la obtención de un título profesional tendrán muy pocas posibilidades de un empleo bien remunerado y que les permita elevar paulatinamente su calidad de vida. Nada de eso es posible en la Venezuela actual. Han destruido el país.

 

Hagamos un ejercicio y busquemos respuestas a las siguientes preguntas:

 

¿Podrá un joven profesional ganar un salario mayor el mínimo nacional?

 

¿Puede un joven aspirar a comprar una casa propia para casarse y formar su hogar?

 

¿Puede un joven comprar un vehículo en la actualidad?

 

¿Puede un joven pagar sus estudios de postgrado?

 

Para mí y sé que para la mayoría de ustedes la respuesta a cada una de dichas preguntas es NO. NO hay futuro en Venezuela para la juventud en el marco del modelo actual.

 

Recuerdo muy bien como en la IV República podíamos estudiar, aspirar a un empleo digno. Muchos soñaron con ingresar a la PDVSA que era la gran empresa en Venezuela. Podíamos comprar un vehículo usado para comenzar y hasta aspirar a la adquisición de una casa.

 

Hoy sólo tienen esa posibilidad los hijos de los enchufados que son los únicos que se han beneficiado realmente de la abundante riqueza petrolera que derrochó este gobierno durante 16 años. No hay obras emblemáticas que mostrar. No hay indicadores reales de superación de la pobreza. No hay resultados en el combate de la inseguridad. No han mejorado la calidad de vida de la gente. Pero si crearon una nueva «casta»: boliburgueses y enchufados.

 

Aún estamos a tiempo de detener la crisis. Sólo la participación activa de los venezolanos podrá motivar el cambio que el país necesita ¿Quieres tener calidad de vida? o ¿Te resignaste a recibir migajas y vivir en una cola? La respuesta la tienen cada uno de ustedes.

 

@PabloPerezOf 

 

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A confesión de partes…

Posted on: enero 7th, 2015 by Laura Espinoza No Comments

El gobierno acaba de admitir que la eliminación de los peajes en las carreteras venezolanas fue un costoso error. Aunque pretendan disfrazarlo como una “encomienda de gestión” se trata de reconocer tácitamente que Chávez se equivocó al eliminar el cobro de una tasa para circular en las vías del país, ya que eso se tradujo en un retroceso grave.

 

Era el año 2008 y Chávez tomó esa decisión de eliminar los peajes porque representaban el capitalismo y el neoliberalismo en los servicios públicos ¿Esa eliminación mejoró en algo el estado de las carreteras y autopistas? Para nada y más bien se destruyó toda la inversión que se había hecho no sólo en la adecuación de las vías, sino en los servicios que se le prestaban al usuario entre ellos auxilio vial y seguridad.

 

El entonces Presidente comete ese error principalmente para atacar a las gobernaciones de Carabobo y Zulia porque habíamos sido pioneros en ese modelo de descentralización que se tradujo en beneficios para los venezolanos. En el caso zuliano las vías de comunicación estaban siendo rehabilitadas, pero Chávez en el 2009 no conforme con haber eliminado los peajes, nos quita el manejo de las carreteras y eso ocurrió casualmente un día después que habíamos inaugurado 10 Km más de la Gran Autopista de Occidente Lara-Zulia. Con ese tramo totalizábamos 30 Km de nueva y moderna vialidad porque Manuel Rosales había entregado 20 Km inicialmente. Luego con la GNB nos impidieron continuar con esos trabajos.

 

Con la decisión de los peajes se consuma el despojo de la obra y no nos permitieron seguir avanzando en otros 5 Km de vía y tampoco nos dejaron culminar el Distribuidor de Ciudad Ojeda. Apenas ahora luego de 5 años de abandono es que terminan ese enlace vial, mientras por culpa de la falta de mantenimiento se incrementaron los accidentes y las pérdidas de vidas humanas.

 

Es bueno recordar que gran parte del dinero que se recaudaba en los peajes estaba destinado al mantenimiento y ampliación de las carreteras, además de la prestación de servicios de atención al viajero y el funcionamiento de la patrulla de caminos. Todo eso desapareció con la absurda decisión del gobierno nacional. Las vías fueron abandonadas, el deterioro de apoderó de ellas y la inseguridad regresó peligrosamente.

 

Todo eso por culpa de un capricho que, como muchos que han prevalecido en estos años de catástrofe nacional, sólo obedecía a razones políticas de quitarle competencias a los estados y limitar la gestión de los gobernadores, sobre todo los de oposición. Nunca pensaron en el ciudadano que al final pagó las consecuencias de la improvisación.

 

Ahora Maduro anuncia con bombos y platillos la reactivación de los peajes y su entrega a las gobernaciones para su administración ¿Se dieron cuenta del error? No, para nada. Lo hacen empujados por la crisis. Toman esa decisión para compensar financieramente a las gobernaciones que ante el déficit actual y los difíciles tiempos por venir verán muy menguados sus asignaciones presupuestarias.

 

Lo hacen porque el gobierno central no tiene, ni tendrá, los recursos para ocuparse de las carreteras que en todo el país se han convertido en verdaderas guillotinas, porque los huecos abundan, los reductores de velocidad se han multiplicado y la inseguridad es una nota permanente.

 

Con esta decisión, Maduro confiesa claramente que en estos 15 años han fracasado principalmente porque actuaron con base en caprichos e intenciones políticas. No pensaron, ni piensan en el pueblo. Ojala esta medida se traduzca en corto plazo en mejoras de las carreteras y no sea una vía más para que los vivos se enriquezcan. Le están regresando algunas competencias a los gobernadores, pero no la vida de las personas que fallecieron en las carreteras abandonadas y sin mantenimiento.

 

@PabloPerezOf

 

La “estafa” constitucional

Posted on: diciembre 17th, 2014 by Laura Espinoza No Comments

Primero debo aclarar que cuando me refiero a estafa, no lo hago en relación con el contenido del texto constitucional, sino a su utilización y deformación por parte del oficialismo en estos 15 años. Las leyes pueden estar cargadas de buenas intenciones, pero los hombres las manipulan a su antojo y es ahí cuando esos instrumentos legales se convierten en una verdadera letra muerta.

 

 

Cuando el 15 de diciembre de 1999 el pueblo en un referendo aprobó la nueva Constitución, Chávez y sus voceros la vendieron como una Carta Magna de avanzada que garantizaba la democracia plena en Venezuela. En parte tenían razón. Lo que nunca aclararon era que ellos la usarían a su conveniencia.

 

 

Se han vivido 15 años de usos y abusos de la Constitución. El primer atentado contra ella radicó en los cambios que aplicaron en el texto, porque el publicado en Gaceta Oficial no era el mismo que emergió del trabajo de la Asamblea Nacional Constituyente.

 

 

El artículo 2 de la CN establece, por ejemplo, que Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de derecho y de justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político.

 

 

¿Se cumple lo establecido en ese artículo? Para nada. Ellos han transformado el Estado venezolano en una estructura de persecución y represión de todo vestigio de disidencia, pero que además no satisface las demandas de la sociedad. La vida en Venezuela no vale nada producto de los elevados índices de inseguridad. La libertad y la justicia están condicionadas y los derechos humanos han sido violentados en múltiples ocasiones.

 

 

El artículo 4 indica que la República Bolivariana de Venezuela es un Estado Federal descentralizado en los términos consagrados por esta Constitución, y se rige por los principios de integridad territorial, cooperación, solidaridad, concurrencia y corresponsabilidad.

 

 

¿Se cumple este artículo? Mucho menos. Venezuela es un Estado cada vez más centralizado y si vamos un poco más allá, cada vez más presidencialista. La descentralización la acabaron por completo y no sólo es que han menospreciado a las Gobernaciones y Alcaldías, sino que mantienen el interés en acabar con esas instituciones apelando al discurso desgastado de la transferencia de poder al pueblo, cuando muchos sabemos que eso es falso y que sólo se busca centralizar aún más el poder y que crezca la dependencia del ciudadano del poder establecido en Caracas.

 

 

Hablan de federalismo y nunca ni siquiera discutieron la creación de la Hacienda Pública Regional, por ejemplo, y que fue creada como un mecanismo para facilitar el trabajo de los gobiernos regionales y viabilizar las soluciones de los problemas del pueblo. De ese mismo pueblo que sólo utilizan en el discurso.

 

 

Han sido 15 años de manipulaciones evidentes de la Constitución Nacional. Lo peor es que para cometer tales atropellos, han contado con el aval de los poderes públicos, sobre todo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que nunca ha tomado una decisión contraria a los designios del Poder Ejecutivo en materia constitucional.

 

 

Es triste como los magistrados que han integrado el TSJ han “legalizado” las violaciones a la Constitución como parte del esfuerzo para que el “proceso” intente atornillarse eternamente en el poder. Ellos han avalado todos los abusos cometidos usando a la CN como excusa.

 

 

El problema de Venezuela no es la Constitución Nacional, sino el uso que de ella se ha hecho para blindar un modelo político que acabó con la normalidad social, dividió a la población, pateó la legalidad y arruinó al país. Si hacemos un buen uso de la Carta Magna, estaríamos consolidando las bases de la recuperación nacional. Venezuela nos necesita a todos. Actívate y participa.

 

 

@PabloPerez

La política es sumar e incluir

Posted on: diciembre 10th, 2014 by Laura Espinoza No Comments

Quienes creemos en la política como la vía para solucionar los problemas del soberano, debemos verla como una actividad que se basa en sumar voluntades para alcanzar los objetivos que permitan perfeccionar la democracia.Sumar y sumar debe ser la consigna para todo aquel venezolano, especialmente joven, que pretenda dedicarse a la política. Sumando se construye la diversidad y se apuntala la pluralidad tan necesaria en un sistema democrático.

 

En estos tiempos tan difíciles que vive Venezuela se necesita la sumatoria de todos los esfuerzos posibles y de la activación de ciudadanos de todos los pensamientos. La división nos ha llevado a este desastre. Unidos sacaremos a Venezuela del caos. Divididos profundizaremos la catástrofe.

 

Cuando en política se suma, obligatoriamente se debe escuchar a todo aquel que se sume. Cuando esa sinergia se produce, se hace política inclusiva. O sea que no sólo se invita a participar, sino a opinar, aportar,ser proactivo y contribuir de esa forma al trabajo en equipo.

 

Hay ejemplos bien interesantes que demuestran los resultados positivos que hemos obtenido en la alternativa democrática cuando sumamos, incluimos y trabajamos en equipo. Partamos de esos ejemplos. Repitamos las buenas acciones y aprendamos de los errores cometidos.

 

En el 2007 fuimos capaces de derrotar a Chávez cuando intentó mediante una reforma constitucional causar graves daños al sistema democrático venezolano. Ganamos a pesar del ventajismo, del abuso y la parcialidad de las instituciones ¿Y cómo se logró esa victoria? Porque todos estábamos convencidos que la lucha valía la pena.

 

Igual experiencia vivimos en el 2010, cuando el trabajo en equipo permitió ganar las elecciones parlamentarias. En el Zulia fuimos todos en un sólo grupo y logramos una victoria bien significativa ante la maquinaria de dinero y poder del oficialismo. Sólo las maniobras electorales evitaron que alcanzáramos la mayoría en la Asamblea Nacional.Si queremos ganar las parlamentarias del año próximo, para comenzar a cambiar el modelo y sanear la democracia venezolana, debemos sumar y trabajar en equipo.

 

El hacer política de inclusión facilitará la victoria, porque para ganar debemos revertir los problemas de imagen que tiene la Unidad. Y eso sólo se logra sumando la participación espontánea del pueblo. De ese pueblo que hoy estáen una crisis de confianza en las instituciones yen los partidos. Si ellos se sienten tomados en cuenta, podemos sumarlos a esta lucha.

 

Pero nada hacemos en ese intento, si en nuestras organizaciones políticas y en la alternativa democrática apelamos a la exclusión, el sectarismo y al revanchismo. Todos hacemos falta. Para que todos trabajemos en el mismo camino, se deben apartar los intereses grupales y ceder para construir una alianza ganadora.

 

El pueblo tendrá confianza en los políticos y los partidos, en la medida que ofrezcamos las oportunidades y los espacios que permitan construir una relación ganar-ganar.

 

Hagamos buena política. Si sumamos voluntades, estaremos edificando y tonificando esa alianza de partidos y sociedad civil que permitiría hacer frente a un gobierno que en su desesperación apelarámuchomás que antes al abuso y el ventajismo. Te invito a participar. Hay futuro en Venezuela.

 

@PabloPerezOf

Chespirito y el humor en tiempos de crisis

Posted on: diciembre 3rd, 2014 by Lina Romero No Comments

El humorista mexicano Roberto Gómez Bolaños deja un importante legado cultural y humorístico no sólo en su México natal, sino en nuestros países ya que sus personajes traspasaron las fronteras y se hicieron famosos para muchos venezolanos y de otras nacionalidades.

 

Su fallecimiento ejemplifica la desaparición física de uno de los artistas que más nos hizo reír, no sólo de pequeños, sino también de adultos, porque pareciera que sus historias no perdían vigencia y sobre todo eran un bálsamo ante la crisis casi que permanente que vivimos en los países de la América de habla hispana.

 

Por eso su éxito, ya que no sólo los mexicanos se sentían identificados, sino que cualquier venezolano, ecuatoriano o peruano podía sentir que ese personaje estaba en sus calles y en sus penurias. Eran la representación del latino y sus dificultades.

 

Cuando El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado comenzaron a difundirse a través de la TV, eran tiempos de crisis en México y en otras naciones dónde aún hoy esos programas tienen elevada audiencia. En ese momento servían como una distracción oportuna ante los problemas de inflación y desempleo que los latinoamericanos vivían.

 

En Venezuela era distinto, cuando esos programas comenzaron a televisarse eran mejores tiempos. La inseguridad no alcanzaba cifras tan trágicas, la inflación y el desempleo eran manejables y la escasez de productos de primera necesidad no era ni siquiera un problema incipiente.

 

A pesar que la crisis venezolana no estaba tan magnificada, Chespirito con sus personajes nos hacía reír, nos sacaba de la rutina diaria y marcó la vida de muchos que ayer de niños disfrutaban de sus personajes y hoy de adultos le agradecen los divertidos momentos que les hizo pasar.

 

Hoy la situación se invierte. En la mayoría de los países donde El Chavo del 8, por ejemplo, mantuvo elevadas audiencias, hoy se viven momentos de estabilidad, crecimiento y baja inflación; mientras en Venezuela los problemas se han desarrollado de tal forma que parecen no tener solución.

 

Los venezolanos actualmente necesitamos muchos Chespiritos, no sólo para que nos hagan reír un poco y alejarnos de la agobiante dinámica diaria, sino para recordar que con esfuerzo se pueden hacer grandes cosas. Él con sus relatos nos presentaba a seres normales, a veces poco trascendentes, pero que si los analizamos encontraremos que simbolizaban los problemas comunes que tenemos en las sociedades latinoamericanas. Y algunas de esas sociedades han logrado revertir buena parte de los males que caracterizaban su realidad social.

 

Nuestra realidad es compleja y difícil. La crisis es profunda, pero por más difícil que sea la situación, el venezolano necesita diversión, más no distracción. Pero en medio de ese necesario relajamiento temporal, nunca perdamos la esperanza y las ganas de luchar por una Venezuela más justa, más equitativa y de progreso.

 

Así como en el resto de los países latinoamericanos donde Chespirito triunfó han comenzado a salir de las crisis que parecían eternas, en Venezuela podemos hacer lo mismo siempre y cuando usted como ciudadano entienda que hay que luchar por nuestro país. No pierdas la esperanza. Tenemos una nación por la cual trabajar. Te invito a ser parte de esta lucha.

 

 

Pablo Pérez Alvarez

Impunidad, institucionalidad y crisis

Posted on: noviembre 12th, 2014 by Lina Romero No Comments

Latinoamérica está siendo sacudida por fuertes presiones sociales producto de la desigualdad, el deterioro de las instituciones y las actuaciones de las mafias que dominan el crimen organizado y tienen influencias en las estructuras políticas de nuestros países. Uno de los factores que más daño está causando a nuestros países es elevada impunidad.

 

El asesinato de 43 jóvenes en Iguala, México, es una demostración clara no sólo de la penetración del crimen organizado en la política a través del financiamiento, sino de como miembros de estos grupos al margen de la ley ocupan cargos públicos y usan su poder para corromper al resto de las instituciones.

 

México es un ejemplo a estudiar para saber hasta qué punto se pierde la gobernabilidad en amplias zonas de un país, como consecuencia de la pérdida de legitimidad de las instituciones y de la asunción de carteles de la droga, por ejemplo, como las autoridades en esos territorios.

 

Lo que se vive en México replica en varios de nuestros países con distintos matices. Colombia vivió por largos años esta aberración institucional, en la cual era hasta “normal” que los grupos delictivos organizados tuvieran control de pueblos y de sus autoridades.

 

En Venezuela estamos viviendo situaciones que pueden degenerar en experiencias muy parecidas a las que vivió Colombia y vive México en la actualidad y todo como consecuencia de la debilidad de las instituciones frente al delito. La impunidad en Venezuela es demasiado alta.

 

En nuestro país de cada 100 delitos que se cometen, alrededor de 90 quedan impunes, según los estudios de organizaciones no gubernamentales, o sea que no se resuelven y mucho menos se castiga a los responsables. Esa incapacidad para castigar al que delinque, incentiva al delincuente y a quien está cerca de serlo a cometer fechorías, porque siente que no será castigado o que pagando una suma de dinero es “perdonado”.

 

La sociedad venezolana sufre de graves distorsiones y una de las más preocupantes es la absoluta impunidad. Cada día son más los venezolanos que escogen actividades ilícitas de cualquier tipo para enriquecerse, vivir o sobrevivir en buena parte porque sienten que el Estado no les brinda opciones viables y legales para crecer y satisfacer sus necesidades.

 

Y cuando me refiero a actividades ilícitas no sólo estoy hablando del narcotráfico, sicariato o secuestro, entre las más conocidas, sino todas aquellas que muchas personas realizan y que consideran “normales”, pero resulta que no lo son como, por ejemplo, el bachaqueo de alimentos y combustible.

 

Pero hay un ejemplo más grave aún y es la proliferación de los llamados colectivos violentos, que se alejan de la concepción conocida de estos grupos que desarrollan labor social, y que han sido creados como grupos paramilitares al servicio de una parcialidad política. Ellos gozan de tanta impunidad, que hasta “motivaron” la destitución de un ministro del gobierno nacional.

 

Le han causado enormes daños a las instituciones, las cuales ahora ni son creíbles para los ciudadanos, ni cumplen con su deber de ejercer los controles dónde de verdad se deben ejercer. Estamos a tiempo de curar las heridas de Venezuela. Pero todo dependerá del aporte de cada uno de nosotros para que todas estas distorsiones, incluyendo la impunidad, sean cosa del pasado.

 

Pablo Pérez

En el borde de la línea

Posted on: noviembre 5th, 2014 by Lina Romero No Comments

No hay que ser economista para entender que el colapso de Venezuela está cerca, demasiado cerca para las aspiraciones del gobierno de seguir pedaleando una crisis que el pueblo percibe y padece. Ni siquiera los abundantes esfuerzos propagandísticos del gobierno logran matizar aunque sea un poco lo que ocurre en Venezuela.

 

Ahora sacan el nuevo show de las “Navidades Felices”, cuando todos sabemos que la época decembrina será de abundante escasez de productos y de un enorme malestar por parte de los ciudadanos, de esos mismos que se no creen los cuentos oficiales porque pasan largas horas en una cola, ahora no sólo para comprar, sino también para pasar la alcabala gubernamental del sistema biométrico.

 

La crisis es incalculable. En la sociedad venezolana hay un deterioro muy peligroso aguas abajo. La molestia es general. La ira contenida es grave. La falta de esperanza es triste. Un amigo me decía hace muy poco que se encargó de pulsar la percepción de los taxistas, quienes son indicadores muy certeros del estado del pensamiento colectivos, y todos coinciden que el país va por muy mal camino.

 

Estamos tan mal, que hasta hay visitadores médicos, cuyos trabajos habían sido  muy bien remunerados, quienes ahora se metieron a taxistas en su tiempo libre para equilibrar sus ingresos. Cada venezolano vive una odisea muy personal para tratar que su dinero alcance ante la inflación desbordada.

 

Aquel venezolano que quiera comprar algo tiene el temor de sufrir un infarto con los precios que hay en la calle. Vas a un centro comercial y cualquier cosa vale un ojo de la cara. Pero si buscas una alternativa en sitios populares de compras como el “Callejón de los Pobres” en Maracaibo, también sales espantado con los precios. No hay salvación. No hay alternativas.

 

Las distorsiones creadas por más de 15 años de desastre son tan profundas, que mucha gente, por ejemplo, deja trabajos formales para meterse a bachaqueros porque sienten que ahí ganan más dinero. La ilegalidad es una vía que usan muchos ciudadanos para ganarse la vida y eso es el resultado del desbarajuste general que hay en Venezuela.

 

El descontento popular alcanzó límites impensables si tomamos en cuenta que el país vivió una extraordinaria bonanza dilapidada por el gobierno, que hubiera permitido mediante inversiones certeras y un manejo responsable, elevar la calidad de vida de los venezolanos. Pero la realidad supera cualquier cálculo que usted o yo hagamos. La sociedad venezolana es una olla de presión que puede estallar en cualquier momento.

 

Es tan difícil la situación del gobierno, que Maduro tuvo que apresuradamente aprobar un aumento del 45% a los militares, con el fin de bajar la presión en las Fuerzas Armadas y usarlas como su sostén ante la crisis que se vive y la hecatombe que se avecina. Pero ni ese incremento calma a los militares, porque ellos también son víctimas de la crisis.

 

 

Mientras tanto, el resto de la sociedad no goza de aumentos salariales significativos, pero si sufre de todas las plagas que nos han caído encima: escasez, inflación, epidemias y la inseguridad que no baja en el país. Nadie sabe que va a ocurrir en Venezuela. Todos tienen proyecciones terribles. Yo insisto en el llamado a la rectificación, el diálogo y el cambio necesario en Venezuela. Si el gobierno sigue por este camino, la crisis los arrollará.

 

 

@PabloPerezOf

Sin remedio no hay salud

Posted on: agosto 27th, 2014 by Super Confirmado No Comments

 

Otro de los síntomas terribles de la profunda crisis que vive el país, es la postración en la cual está el sector salud. El problema es tan grave, que cuando hablamos de postración no sólo hablamos de los hospitales públicos, sino también del servicio privado que está experimentando momentos bien difíciles.

 

La clave que muestra la verdad de lo que ocurre en el sector salud en Venezuela, la expresaron los voceros de los hospitales y clínicas privadas, cuando solicitaron la declaración de la emergencia humanitaria en el país por el muy bajo nivel de inventarios de medicamentos e insumos que están padeciendo estas instituciones.

 

Otro dato clave lo dio también esta semana el presidente de la Federación Médica Venezolana, Douglas León Natera, quien aseguró que 97% de los hospitales en el país apenas cuentan con 2-4% de los insumos que son básicos para cumplir con el acto médico.

 

Todos los días podemos leer en los medios de comunicación titulares que indican que escasean medicamentos normales como antihipertensivos, analgésicos y antibióticos de uso común. Los niveles de escasez preocupan al máximo cuando se trata de medicamentos para tratar enfermedades graves como el cáncer, por ejemplo.

 

¿Cuál ha sido la respuesta del gobierno ante todas estas evidencias? Negarlo todo. Para ellos aquí no pasan nada. Por eso maniobran con el discurso para que el pueblo sienta que todo es parte la supuesta guerra económica.

 

El colmo de la desfachatez fue la respuesta de la supuesta Defensora del Pueblo, Gabriela Ramírez, quien negó que la escasez de medicamentos fuera grave y en vez de defender al pueblo que recorre decenas de farmacias buscando un “remedio”, como siempre asumió la postura de la militante del PSUV que es y sólo defendió al gobierno.

 

Hay venezolanos que están muriendo irremediablemente porque es imposible conseguir un medicamento para tratar su problema. Esa es la realidad. Esa es la dura verdad que están viviendo los venezolanos, por más que el aparato de propaganda oficial trate de minimizar el problema.

 

Si añadimos el estado de los hospitales públicos, la verdad se convierte en una película de terror. En 15 años no han hecho mucho para mejorar la dotación de equipos, medicamentos e insumos de los hospitales públicos. Crearon un sistema paralelo de salud a través de la Misión Barrio Adentro y ésta también se encuentra en crisis.

 

En el Zulia hemos retrocedido mínimo 15 años en esta materia. La democracia social dejó hospitales públicos que si funcionaban. Dónde el paradigma de la salud gratuita era una realidad. Hicimos cuantiosas inversiones en tecnología, dotación e infraestructura. Hoy la realidad es distinta.

 

Quienes ocupan “temporalmente” el poder han destruido lo que hicimos y abandonado a los pacientes. Los hospitales hoy están en ruinas. No hay salud gratuita. Sólo quedan recuerdos. Hoy los pacientes tienen que llevarlo todo, bueno lo que consiguen en el mercado.

 

La salud en Venezuela está en coma. Ahora los venezolanos vivimos de un solo milagro: conseguir la medicina o encomendarnos a Dios.

 

@PabloPerezOf

Complicidad fronteriza

Posted on: agosto 20th, 2014 by Super Confirmado No Comments

En muchas ocasiones lo he expresado: este es un gobierno que de todo arma un show y no muestra resultados concretos en sus anuncios, planes o programas. La supuesta lucha contra el contrabando en la frontera, es otro ejemplo claro de esta aseveración.

 

¿Por qué es un show? Porque se limitan a armar un espectáculo ordenando el cierre de la frontera, que por cierto es una decisión unilateral como lo reveló la Canciller de Colombia, cuando con eso no se ataca de fondo el problema del contrabando que desangra al país y acaba con la paz y la tranquilidad de los venezolanos.

 

La semana pasada lo dije en una entrevista a través de Venevisión. Los alimentos y la gasolina no tienen alas para volar. Buena parte de esos cargamentos cruzan la frontera impunemente y “protegidos” por la mirada cómplice de quienes ofenden su uniforme recibiendo pagos ilegales de las mafias que manejan esos negocios.

 

Aquí lo clave no es cerrar la frontera en horas nocturnas, sino que el gobierno de verdad y con mano férrea verifique y castigue a los funcionarios que tienen bajo su responsabilidad cuidar nuestra soberanía, pero que caen tentados por el dinero de quienes se enriquecen llevando la gasolina y los alimentos que deberían ser para el consumo de los venezolanos.

 

Sin esa complicidad sería casi que imposible que camiones de todos los tamaños crucen la frontera con la gasolina y los alimentos que se venden a precios muy altos en Colombia. Esa alianza no oficializada es lo que debe atacar el gobierno. De nada hacen destacando 17 mil efectivos en la frontera, si no hay un castigo ejemplar contra quienes se corrompen.

 

Pero el show no se queda ahí. Al gobierno le interesa que el contrabando siga siendo noticia, porque con eso tiene los argumentos para “justificar” la escasez que se vive en Venezuela y que se siente con mayor fuerza en el Zulia como consecuencia de la labor de los “bachaqueros”.

 

¿Por qué el “bachaqueo” sirve a los intereses del gobierno? Muy sencillo, porque al acusar al contrabando de generar la escasez que a todo nivel de vive en Venezuela, continúan escondiendo el fracaso del modelo socialista que quebró al país y mató el aparato productivo nacional.

Todo forma parte de una misma tramoya. Esa que pretende endosar a otros los problemas que padece el país y que son responsabilidad única y exclusiva del gobierno de Chávez y ahora de la gestión de Maduro. Tienen 15 años con el poder en sus manos. 15 años mintiéndole al país. 15 años manipulando a una parte de la población.

 

Son 15 años de destrucción que se evidencia en la calamitosa situación que vive el país. Estamos tan, pero tan mal, que celebran como si fuera un acto heroico que la Asamblea Nacional apruebe recursos cuantiosos para comprar en el exterior los productos de higiene personal que ya no somos capaces de producir en Venezuela.

 

Venezuela está al borde de un profundo barranco. Los venezolanos estamos siendo castigados por quienes han destrozado a la nación. Pretenden que el pueblo con el aumento de las tarifas eléctricas, el proyectado ajuste de los precios de los combustibles y con otras medidas; tape el hueco que le han hecho al Tesoro Nacional.

 

¿Y cuál es la solución a este desastre? Que todos los venezolanos conscientes de la crisis asumamos que el conformismo los ayuda a mantenerse en el poder. El pueblo tiene que activarse, porque sin esa participación de nada sirve el esfuerzo que los partidos políticos están haciendo a pesar de las dificultades. Sólo la sinergia de ciudadanos y partidos, podrá sacar a Venezuela de esta pesadilla.

 

 

Pablo Pérez

@PabloPerezOf