Liderazgo y responsabilidad: ¡Llegó la hora!

Posted on: julio 28th, 2023 by Lina Romero No Comments

“Los que nunca cambian de opinión, nunca cambian nada”. Winston Churchill

 

 

Entre los denominados cinco grandes rasgos de la personalidad figura la responsabilidad (Costa y McCrae, 1999) y se define así: “Esta dimensión hace referencia a la capacidad para controlar aspectos como los impulsos, tener autodisciplina y gran capacidad de organización. También se incluye dentro de la misma toda conducta relacionada con alcanzar una meta, además de pensar a corto y largo plazo, seguir las reglas o establecer prioridades” (Nahum Montagud Rubio; 20 diciembre, 2019).

 

 

Se trata de establecer un perfil psicológico que algunos otros llaman consciencia. El vocablo responsabilidad supone otras acepciones, siendo en política y en el campo del derecho cada día más usado e incluso relacionado con el poder y su ejercicio especialmente.

 

 

Paralelamente y, en medio del surgimiento de la sociedad del riesgo, la responsabilidad se ha convertido en una consecuente institución que acompaña el devenir económico y social que por sus derivaciones impone obligaciones para aquellos que son actores generadores de daños, por así llamarlos.

 

 

La locución responsabilidad política apunta más a la apreciación, valoración y juicio que se hace del desempeño de los dignatarios públicos y, transita entre la censura y la imposición de sanciones de distinta entidad y naturaleza, aunque, pudiéramos decir, se advierten consecuencias e imputaciones, políticas propiamente con su declaratoria, pero, además, administrativas, civiles y penales.

 

 

Empero, estoy pensando en otro tipo de responsabilidad y es la que es propia al liderazgo. Cabría preguntarnos no obstante y de manera sencilla qué entenderemos por liderazgo, antes de acometer la tarea que pensamos para estas cavilaciones.

 

 

El liderazgo como ejercicio se refiere al ascendiente de que dispone un miembro de una comunidad que genera confianza en los otros, simpatía, empatía y hasta fascinación. Es una influencia, una atracción, una suerte de autoridad que produce aquiescencia y seguimiento.

 

 

El líder se constituye en un rector de su entorno. Lo interpreta y se hace guía y pensamiento de su ambiente social y político. Un líder ordena y es obedecido. Es un faro de luz en la percepción de sus gregarios, partidarios, solidarios.

 

 

Se produce una natural mutación que lo lleva a ser mentor, conductor, jefe, mientras que correlativamente aparece hacia él, una compulsión a obedecerle inclusive. Un líder manda e irradia, por lo general, una emoción específica y connatural a su condición.

 

 

Siendo así, el líder o quien intenta devenirlo, suele legitimarse promoviendo esa comunión de espíritus que lo asumen como parte de sí en cada cual y, además, es ungido de la cualidad de convincente y persuasivo. Su palabra es el referente, el parámetro a perseguir.

 

 

Simultáneamente, el dirigente recibe en el paquete una carga. Él debería rendir cuenta de sus orientaciones, decisiones y resultados. En ocasiones mantiene su calidad por períodos extensos o en otras situaciones, pierde su aura, su encanto, su gracia y regresa al común simplemente.

 

 

Weber elucidó el asunto al referirse a la predominancia en el seno del grupo social de aquel dotado de carisma; un don, un enigma que lo hace distinto, atrayente o con la autoridad que resulta de la tradición o aquel otro que, constituye la encarnación de la institucionalidad o la legalidad.

 

 

Hay una sintonía, no siempre visible ni explicable, ora de clarísima razón para descollar y ascender al plano jefatural o acaso, una sincronía de percepción y pensamiento compartido y de súbito descubierto, como un hallazgo.

 

 

Hay quienes cultivan entre espinas y dificultades mayores la rosa del liderazgo. Les cuesta mucho, pasan su vida dedicados a regarla y no por ello logran ese pasaje que lo alza a la cima, que lo iza como una bandera y también acontece que no lo logran o parecen haber perdido la oportunidad.

 

 

Cuando deposito mi mirada en la Venezuela de hoy, siento que una densa niebla de incredulidad, fatiga, amargura, vacío espiritual, desinterés y resentimiento, impide la concreción de un liderazgo al cual, y enfatizo, debemos apostarle todo lo que aún tenemos en todos los sentidos.

 

 

No pienso por lo pronto en una persona, sin embargo. Sostengo que, si bien la imagen debe tener rostro y discurso para comunicarse, lo trascendental es comprender que el momento, más que reclamar con quién, exige para qué.

 

 

El líder de este instante de nuestra inmarcesible tragedia es el cambio que nos retorne a la dignidad como personas humanas y de la que hemos sido despojados impunemente. Hay que engendrar y alumbrar ese giro, ese golpe de timón, ese manotazo al libro de nuestra peor historia; esa que exilo a nuestros hijos, hermanos, amigos y nos convirtió en unos zombis sin coraje para existir.

 

 

Es vital que los que se disputan la presidencia lo entiendan y militen en la idea. Superar este desastre es lo que le deben al país. No son simplemente sus aspiraciones que pueden ser justas sino, cómo pueden contribuir racional, inteligentemente a la noble y patriótica faena de apartar del poder a quienes solo han depredado la patria y, quienes mórbidos pretenden seguirlo haciendo.

 

 

Esa debe ser la estrategia y no otra. Veamos quién puede y quiénes no. Esa es el alguarismo de bóveda y ojalá podamos entenderlo antes de mirarse en el espejo y mirarse como el predestinado. La secuencia de los estertores de la tiranía hay que aprovecharla y no desoírla.

 

 

Si Maduro sigue, Venezuela se muere y no se trata entonces de que se les elija sino de actuar de consuno para alcanzar el objetivo de la liberación de Venezuela, de la redención de su pueblo, poseído de los demonios, exorcizándolo con libertad, democracia y genuino patriotismo.

 

 

Confieso que he creído que, la escogencia ciudadana debía apuntar hacia el candidato que mejores condiciones exhibía, pero pienso que obtener sobre el pasado que se quiere perennizar, la victoria, calibrando las contingencias y circunstancias para fraguar el cambio, me ha convencido del camino a tomar.

 

 

Que cada aspirante sopese lo que está en juego. Weber de nuevo y la ética es por responsabilidad ahora y no por convicción. Cierro con el León inglés: “El precio de la grandeza es la responsabilidad” (Winston Churchill).

 

 

 Nelson Chitty La Roche

@nchittylaroche

nchittylaroche@hotmail.com

Elementos por considerar para un cambio de política económica y social para la Venezuela poschavista (parte 1)

Posted on: julio 14th, 2023 by Lina Romero No Comments

“Todos somos responsables de todos”. Fiodor Dostoievski

 

 

Uno de los temas más importantes a examinar en esta nuestra Venezuela hipóxica es, precisamente, el de la política económica y no solo la actual, sino aquella que nos trajo a los predios distópicos en que hoy yacemos.

 

 

Científicos económicos nacionales suelen calificar la experiencia venezolana en cuanto al manejo económico que el país ha conocido desde 1998 como, si no el mayor, uno de los peores desastres de la historia económica del mundo.

 

 

No les falta razón, basta comparar las cifras de Pdvsa antes de Chávez y hacerlo después del gobierno del susodicho y más grave aún, luego de los años de administración de su epígono escogido por él mismo, Nicolás Maduro, para tener una idea del tamaño del fiasco que nos ha llevado a ser el país de más bajo salario del espectro latinoamericano y el de mayor pobreza porcentual, como lo evidencia periódicamente el informe de la UCAB, Encovi, reiteradamente.

 

 

Entre las causas del siniestro que nos arruinó groseramente y nos ha postrado, a ratos pareciera y en algunos y no pocos aspectos con semblante catatónico, destaca la política económica adelantada por el “chavomadurismo militarismo”, que no ha sido por cierto congruente con el llamado Plan de la Nación presentado al país en cada inicio de gestión y ha mostrado una orientación que no puede ser desconocida y que definiremos como un estatismo a ultranza y el desorden cataclísmico en el manejo dispendioso, concupiscente, opaco, incontrolado e irresponsable de las finanzas públicas.

 

 

¿Qué podemos entender brevemente por política económica? En términos sencillos, se puede decir que las decisiones y acciones por las que el poder público influye en la economía del país son constitutivas de su política económica. Esa conducta pública es el gobierno económico mismo y evidencia su ontología, su orientación ideológica dirán otros.

 

 

Ni siquiera Reagan ni acaso la Thatcher lograron gestionar la economía sin advertir que existe una inevitable conjunción entre el interés privado y el público, entre el Imperium y el Dominium. Además, hay un proceso dialéctico que cada día invisibiliza más la línea entre la microeconomía y la macroeconomía y entre las esferas de ciudadanos y el Estado.

 

 

Traigo a colación estas consideraciones luego de ser testigo del debate que se cumplió entre los candidatos concurrentes, en la UCAB.

 

 

El día después del arribo de otra tendencia al mando en Venezuela, tal vez en 2024, constatando la dramática situación de la economía y sus efectos sobre la sociedad, será menester tener claro, al menos, un imperativo. Hay que cambiarlo todo o casi todo y para ello, no bastará una sola voluntad, sino que el consenso es la única vía posible al éxito y ello implica tender puentes hacia todos lados y sin embargo, mantener en lo estratégico el desmontaje urgente del omnisciente, omnipresente y totalizante Estado chavista, víctima y victimario de la ideologización, la ignorancia y la tozudez de los dignatarios electos durante estos años, en todas las instancias y niveles.

 

 

Para ello hay que desregular sistemáticamente para abrir las compuertas que cerradas han permanecido, impasibles, hieráticas, aún con las evidencias del mayor fracaso de toda nuestra historia. Para ello hay que atreverse y hacerlo también con prontitud.

 

 

La semana próxima si Dios quiere abundaremos en el punto y otros asuntos más.

 

 

 Nelson Chitty La Roche

@nelson_chitty

nchittylaroche@hotmail.com

Notas sobre el golpe de Estado a la soberanía y la nación en estampida

Posted on: julio 7th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

 

“Querer el olvido es un problema antropológico: desde siempre el hombre sintió el deseo de reescribir su propia biografía, de cambiar el pasado, borrar sus huellas y las de los demás (…) la lucha contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido”. Milan Kundera

 

 

¿Cómo calificar la inhabilitación de María Corina Machado, a todas luces, por cierto, inconstitucional e ilegal, decidida por la Contraloría General de la República? Me refiero desde el punto de vista político, social y moral que el citado exabrupto conlleva.

 

 

«Ab initio» resaltaremos un hecho indubitable. Es un ataque no solo contra los derechos políticos de MCM, sino que también irradia gravosamente a los derechos de los conciudadanos que ven obstruidos los naturales canales de expresión de su participación en el espacio público nacional que se cumple con una consulta a la soberanía del pueblo venezolano, al enervar el ejercicio libre y democrático de los comicios de la elección primaria.

 

 

A mi juicio, se trata de una maniobra sórdida y ominosa que la desesperación y el cinismo del fracasado régimen adelanta. Es una vía de hecho por la cual se agrede a la sociedad política y se pretende eliminar a una aspirante, pero al mismo tiempo amedrentar, intimidar a cualquier otro que se atreva a presentar su nombre, para por su intermedio retar al oficialismo, a Maduro, al autoritarismo, incapaz de resolver los problemas que nos afligen a todos los coterráneos.

 

 

Es una acción fraudulenta y delictual que desnuda por ella sola el grado de desconstitucionalización, desinstitucionalización y desconvencionalización que hoy victima a la república, convirtiéndola en una suerte de satrapía pragmática, carente de principios éticos y aun de los más elementales valores democráticos.

 

 

Es menester, en provecho de la verdad, denunciar lo que puede llamarse un golpe de Estado a la soberanía; sin embargo, no nos impedirá continuar la ruta de la ciudadanía que sabe que asume la vía electoral como antesala para la liberación y que la misma no estará exenta de tensiones y peligros, pero que debemos llevarla a cabo, hasta el final.

 

 

Insisto cuando digo y más bien repito, se trata de un duelo de voluntades entre aquellos enajenados, ideologizados, alienados al injusto propósito de intentar que continúe el mal gobierno por un lado y el resto mayoritario del país que pugna por cambiar a los actores y renovar la planta dirigente y dignatarios nacionales.

 

 

Por otra parte, llamo la atención sobre otro hecho constitutivo por sí solo, en la gran angustia de la Venezuela en crisis. Se sigue yendo nuestra gente, se habla ya de más de ocho millones de venezolanos allende nuestras fronteras y la hemorragia sigue. ¿Cuándo se detendrá ese flujo que debilita la nación, la vacía, la compromete? Si no ponemos un torniquete en la vena de la herida abierta de la migración, nos exponemos al colapso. ¿ Podemos acaso, permitirnos vivir intentando obviar, desconocer, olvidarnos de lo que nos está pasando?

 

 

Todos hemos sido afectados en lo personal y en lo familiar, pero, es mucho mas grave y cabe un ejemplo a considerar lo dicho por el Doctor Douglas Natera, presidente de la Federación Médica Venezolana quién lamenta la marcha de cuarenta mil médicos venezolanos cuya ausencia duele y todavía más lo hará con el tiempo. La lista es mucho mas extensa y la compone, entre muchos otros, profesionales cuya preparación y formación le costo mucho al país de cuya performance necesita y demandara la nación.

 

 

Los que se van, lo hacen, porque han perdido confianza en su país como escenario para su desarrollo en lo económico, primeramente. Los corre la miseria de un salario, entre los más bajos del mundo, una inflación morbosa y omnipresente, el desempleo, la inseguridad, los malos servicios públicos y el miedo de que no podamos lograr el cambio. El temos a perder toda posibilidad de futuro.

 

 

¡Si Maduro continúa, Venezuela se nos muere!

 

 

Nelson Chitty La Roche

@nelson_chitty

nchittylaroche@hotmail.com

Carta a los ucevistas que puede ser leída por los que no lo son (segunda parte)

Posted on: junio 23rd, 2023 by Lina Romero No Comments

 

 

“La crisis consiste justamente en que lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer”. Antonio Gramsci

 

 

De que la universidad venezolana vive una hora crítica no debería haber de parte de nadie ninguna duda. La hipoxia presupuestaria ha caracterizado desde hace ya una década el funcionamiento de la UCV, a lo que debemos sumarle la pandemia y especialmente la estrepitosa caída de la matrícula, disminuida a poco más de 20.000 estudiantes.

 

 

Las universidades se han vaciado y se van quedando solas. Los jóvenes que podrían caminarla echaron su andar hacia otras latitudes foráneas o han debido por necesidad trabajar, para contribuir al sostén de la carga familiar.

 

 

La universidad privada también ha sido afectada. Me comentaba el rector de una de ellas que le había tocado abrir un curso con un solo alumno y otra de esas universidades tuvo que dejar de ofertar en posgrado porque no hubo demanda.

 

 

El país empobrecido no economizó a nadie y el entorno educativo, pálido, desencajado, famélico, es una prueba evidente del fiasco que significa una gestión de política económica que nos arruinó, como con todo lo hizo, la revolución de los fracasos.

 

 

Para sostenerse en el trance del déficit estructural en que se no condenó, el régimen ha centralizado las finanzas en torno a la figura de la vicepresidencia y la plataforma Patria y desconocido la legislación laboral y los compromisos con el sector.

 

 

De un porrazo desaparecieron las obligaciones producto de las contrataciones y convenciones colectivas, la Onapre esfumó los asientos contables y desmaterializó los derechos económicos del personal educacional, maestros y profesores universitarios y solo se atiende lo más elemental del salario, pago de vacaciones y de fin de año.

 

 

El resultado está a la vista; la asfixia de los educadores y el descalabro del sistema educativo, colapsado en sus actores docentes y un visible abandono de los estudiantes. Los números oficiales confirman lo que vengo afirmando.

 

 

La universidad fue, como entidad autónoma y referente académico, simplemente soslayada. Se dejó de considerar su proyecto presupuestario y se le despojó incluso del manejo del aporte fiscal correspondiente para, a cuentagotas y de manera irrespetuosa, privársele de su administración. La UCV desde entonces exhibe una penosa anemia económica y financiera que la ha postrado.

 

 

De su lado, en lo interno, la administración de los recursos propios de la universidad pareciera que arrojan números angustiantes. Las cuentas han mermado peligrosamente y la opacidad tampoco ha permitido hacerse una idea clara y un juicio asentado y válido. Es menester examinar ese aspecto apenas lleguemos a las oficinas como nuevas autoridades.

 

 

Las regulaciones endógenas, como aquellas exógenas que el país conoce, han reducido y enervado la generación de ingresos por actividades que las escuelas y facultades pudieran estar realizando para producir y esa faena debe acometerse como una de las principales tareas de una universidad que no ha ingresado en el siglo XXI y que no contó con un liderazgo capaz de presentarle soluciones a toda esa problemática. Innovamos o seguiremos muriéndonos. Así de claro.

 

 

Resumiendo, diremos además que hay que desregular, revisar digo, todo ese tupido manojo de normas que no solo no han controlado eficientemente, sino que obstaculizan la necesaria apertura en el mercado nacional e internacional, por vía de extensión, pero, igualmente de investigación, que tanta falta hacen ahora. No es un delito forjar ingresos propios y el gobierno debe apreciarlo en positivo.

 

 

Una universidad productiva, creativa, audaz, solo es posible si coloca en los mandos a otro equipo, no vinculado a la gerencia de todos estos años pasados y que, como se hace evidente, no pudo, no supo y no querría hacerlo distinto. Son ellos los que quieren sin embargo permanecer o devenir en autoridades nuevamente. La oferta es el continuismo.

 

 

Otra voluntad, con otro programa, con sapiencia y novedad, representará en esta próxima elección del 30 de junio el componente de “Activados por la U”. Yo agregaría, como una virtud a no menospreciar, que ese grupo que ya ganó en la primera vuelta es el único unido, con programa compartido y previamente discutido y aprobado entre ellos, lo cual puede y debe suponer que llegarán para hacer y no para ver quiénes son y en qué piensa cada uno.

 

 

Queremos darle a la UCV sustentabilidad económica y financiera y para eso tenemos que auditar y evaluar lo que hubo y lo que hay. Establecer una administración automatizada en la gestión corriente y a la vista de todos, transparente, eficiente y responsable.

 

 

Que vuele el conocimiento en procura de alianzas, acuerdos, convenciones, dentro y fuera para no solo producir sino para revisar el modelo curricular y hacerlo más proclive a dotar de competencias para el trabajo. Saltar hacia la puesta en práctica de una cultura de la digitalización y la ordenación del saber tecnológico porque no podemos seguir atrasándonos. Encontrar el camino que se ha perdido hacia el siglo XXI.

 

 

La investigación es el instrumento. No solo de los docentes ni de los que son llamados a profundizar y elaborar para lograr productos útiles, sino también los estudiantes que se sienten aburridos a ratos y que hay que estimular para que se convenzan y se persuadan de que vale la pena el esfuerzo.

 

 

Cambiar las cosas, sin miedo, pero sin temeridades. Con tanta humildad como para oír lo suficiente, pero, deliberando, tomando decisiones y avanzando. Un liderazgo que solo ha mostrado en la praxis caracteres irresolutos no lo aguanta más la UCV y esa amenaza está compitiendo, fíjense bien, por favor.

 

 

Finalmente, unas palabras a los jubilados, muchos de los cuales aún pueden ayudarnos y debemos aprovechar su disposición pagándoles su concurso y valorándolos por su dedicación. El envión requerirá de sus aportes.

 

 

A los trabajadores, a los empleados, ofrecerles seguridad y oportunidades de progreso y movilidad dentro de la corporación y de la sociedad que los mirará crecer y evolucionar.

 

 

Conciudadano universitario y ucevista, resumo nuestra propuesta en el servicio a la gente, a la juventud que nos necesita y al país que hay que guiar y rendirle cuentas. Sustentabilidad económica y financiera como antes dijimos, social y del ambiente, para el homo actualis, una nueva y más digna cosmovisión es y será nuestro compromiso. A mayor abundamiento, www.activadosporlau.org

 

 

Atentamente,

 

 

Nelson Chitty La Roche

@nelson_chitty

 

Carta a los ucevistas que puede ser leída por los que no lo son

Posted on: junio 16th, 2023 by Lina Romero No Comments

“La ingratitud es el crimen más grande que los hombres pueden atreverse a cometer”. Simón Bolívar.

 

 

Hace unos años mi fraterno amigo y compadre Gustavo Tarre Briceño escribió un ensayo con forma epistolar, dirigido a sus correligionarios, en términos de solidaria reflexión, franca y sincera como es él mismo. No buscaba agradar sino compartir pensamientos y razones para, como diría otro grande entre los grandes y lo parafraseo, José Rodríguez Iturbe, “asumir que constituían una comunidad de espíritus que debían actuar, con espíritu de comunidad.”

 

 

Transcurrida una primera fase del proceso eleccionario de la UCV, agradecido por el apoyo recibido a nuestra cuarteta, Activados por la U, aspirante a tomar el relevo como autoridades de la universidad y luego de quince años de espera, haré unas pocas y rápidas consideraciones que es menester conocer y meditar para la fase que viene y, sobre todo, una vez concretado el laurel, para llevar a cabo nuestro programa que, por cierto, puede y debe ser consultado en nuestra web, www.activadosporlau.org.

 

 

Los cambios traen con ellos y su alumbramiento, resistencias de variado cuño. Comencemos advirtiendo que el advenimiento de otras autoridades y otro comando a la UCV disparó los miedos de algunos y la amargura de otros, que no cesan de contrariar los naturales ademanes de la soberanía que, como es bien sabido, se manifestó con convicción y contundencia hacia las candidaturas de Activados por la U, encabezada por Humberto Rojas como rector y Boadas, Aristimuño y este servidor como equipo y vicerrectorados y secretaría.

 

 

El demoníaco poder, como lo llama Loewenstein, echó a andar una campaña más que sucia asquerosa, poniendo en tela de juicio la condición de ciudadano opositor de Rojas que, por supuesto, provocó una reacción de la verdad ante la mentira. Se expresaron otros factores vinculados a los hechos presentados con tergiversaciones y sesgos, la verdadera universidad diría yo, rescatándolo y aun no siendo partidarios de Rojas sino del otro aspirante al rectorado. Honrar les honró.

 

 

Superándose ese episodio, detrás de la bulla y la pretensión de ofender y enlodar, se esconde una actuación de los grupos que se baten por permanecer en los espacios de dirección y con desesperación, evitar lo inevitable porque ya la ciudadanía universitaria ucevista se manifestó con convicción y contundencia.

 

 

El sistema electoral ucevista, no obstante, convoca a una segunda vuelta en que se elige entre aquellos más votados el pasado nueve de junio y que tendrá lugar si la providencia lo dispone, el treinta de junio venidero. Los perdedores, en aquella consulta, suelen buscar alianzas y pugnar por armar un frente y dominar al que los venció a todos.

 

 

Paralelamente, se aprecia otra situación. Las coaliciones referidas antes, igualmente, tratan de impedir que una de las formulas presentadas “ab initio” como un equipo, que conquiste como tal la victoria, logré alcanzar las plazas de rector, vicerrectores y secretaría. Se confunden las cosas en ese momento.

 

 

Es complejo pues, completar la travesía y por ello, ha sido raro, arribar como conjunto homogéneo y coherente para ser y hacer una programación congruente con el programa presentado en la campaña electoral.

 

 

La democracia tiene a veces modos de ejercitarse que la comprometen en lo esencial. No es lo mismo un ballotage que un proceso de componendas y aleaciones que a la postre comprometan o perviertan los genuinos resultados de los comicios. Pero esas son las reglas actuales del juego electoral ucevista y todos deberían tomar consciencia para optar por lo que le convenga a nuestra alma mater.

 

 

Se tratará ahora, caros destinatarios de estas letras, de resumidamente reiterar un diagnóstico de las patologías que, como el país, padece la UCV y, también, en capsulas, anunciar los giros, reorientaciones y golpes de timón que se harán Dios mediante, al concluir el proceso electoral y, formalmente producirse, el traspaso de los mandos, a quienes cuenten con el apoyo y la confianza de los ucevistas. Activados por la U repito, ganó la primera etapa y si la ciudadanía ucevista es coherente, volverá a hacerlo.

 

 

La semana próxima abordaremos la secuencia que se anuncia medular para que valga la pena el esfuerzo y que resumo en una frase; cambiar en lo estratégico para crearle un futuro que hoy no tiene la agotada y a ratos hipóxica casa que debe vencer la sombra.

 

 

Nelson Chitty La Roche,

nchittylaroche@hotmail.com,

@nchittylaroche

 

De un espacio resiliente, la UCV

Posted on: junio 2nd, 2023 by Lina Romero No Comments

«La capacidad del hombre para cavar un hoyo en sí mismo, para secretar un caparazón, para erigir a su alrededor una frágil barrera de defensa, incluso en circunstancias aparentemente desesperadas, es un fenómeno asombroso que requiere ser estudiado en detalle. Este es un valioso trabajo de adaptación, en parte pasivo e inconsciente, en parte activo». Primo Levi. Si es un hombre

 

 

¿No es acaso en cualquier parte del mundo libre la universidad un espacio para la crítica apasionada y profundamente honesta? La sociedad simpatiza con sus universidades y suele guardarles, de un lado respeto y, de la otra, audiencia.

 

 

El régimen lo supo desde el comienzo y se cuidó de no entablar un forcejeo directo con esa corporación con abolengo y mérito, pero, como reza el refrán popular, “árbol que crece torcido, nunca su rama endereza” y siempre estuvo receloso y motivado, además, por el afán de mantenerse en el poder, a cualquier costo, desdeñando cuestionamientos bien fundados y echando a andar un sustituto de la verdad, esa que la universidad busca, por aquella de la versión oficializada, y así ha sometido la institución universitaria a un proceso de degradación sistemático.

 

 

Lo ha venido realizando, mediando la instrumentación de distintos mecanismos y quizá el más protuberante resulte aquel de la asfixia económica. Lo mismo haría con el establecimiento de la educación, cínica e impúdicamente.

 

 

No solo lo hacía el gobierno de Chávez cuando estaban las arcas llenas aunque con reserva sino, especialmente, en el devenir trágico de un estado que se arruinó, convirtiéndose en el paradigma del desastre económico financiero y en el aquelarre de los deletéreos corruptos que emergieron, mientras se estructuraba esa perniciosa alianza fascista de seudoideologizados y militares sugerida por Ceresole y asumida por el ignaro líder de una revolución que, objetivamente, nos trajo todos los fracasos sociales y la destrucción del aparato productivo nacional.

 

 

El país se disgregó, desvencijó, dislocó. Una parte de esa patria viva, significativa, decepcionada y desesperanzada se desarraigó, se marchó y aquella que se quedó, sobrevive sacrificándolo todo. Dejamos de ser, en poco más de dos décadas, una entidad política, democrática y apegada al Estado de Derecho y referente en todo el continente, para derivar en una insolente satrapía.

 

 

Para hacerlo fue menester la hipoxia de la universidad y de toda la institucionalidad que se constituía en nuestra seguridad. Se desvaneció, como antes dije, la república, el orden normativo y el aparato público.

 

 

Todos hemos sido irradiados por la experiencia del facismosocialista y la universidad no fue la excepción. Yace la misma porque recibe una suerte de subsidio que le proporcionan sus profesores, empleados y trabajadores que la siguen sirviendo, aunque apenas paga salarios míseros. Igual acontece con los maestros, profesores, licenciados en Educación que siguen a punta de coraje y de una actitud de contumacia y rebeldía, frente al desastre, el fracaso, la nada de una revuelta malograda y sobre todo irresponsable.

 

 

Pudimos, sin embargo, iniciar el camino del mejoramiento el viernes 26 de mayo pasado en la elección que convocó a varias decenas de miles, pero, gravosamente, fallaron los aspectos logísticos y algunos otros que en otro momento habrá que examinar, abortándola.

 

 

Volvemos, no obstante, a la sala de espera y el parto de otra fragua histórica, que corresponderá cumplirse el próximo 9 de junio de 2023, ¡Dios mediante! La universidad es su gente, sus docentes, trabajadores, empleados, estudiantes que habrán de regresar para mostrar de qué material están hechos, para tributar en ese cauce del cual forman, formaron y formarán parte como una membresía distinguida, la de ser genuinamente cada uno y cada cual, un ucevista.

 

 

He caminado sus pasillos, sus aulas, sus salones de reunión, primero como alumno y luego como profesor de pregrado y posgrado por más de cincuenta años. Soy profesor titular, jefe de cátedra y de departamento y lo digo con mucho orgullo. Ser ucevista y dar lo mejor de mí a esa madre que tanto me dio me nutre el alma.

 

 

Quiero pensar que en este trance difícil, agudo, crucial de la universidad y de la patria, nos quedan arrestos para seguir creyendo y militando, en la eterna batalla entre el bien y el mal, entre la luz y la oscuridad. ¡Por amor a la UUUCV!

 

 Nelson Chitty La Roche

@nchittylaroche

nchittylaroche@hotmail.com

Del homo saucius y el alma mater

Posted on: mayo 26th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

“Los venezolanos vivenciamos una situación dramática, con un empobrecimiento que ya no nos define en el continente americano, sino que nos aproxima a niveles africanos. Todos los indicadores socioeconómicos prenden las alertas de las agencias internacionales y son un llamado a la conciencia moral. Para agravar la situación, estamos en una crisis política de desconocimiento entre las partes, generada por la intolerancia gubernamental desde principios de siglo, que no ha logrado resolver ningún problema estructural y, por el contrario, los agravó todos, dinamitando cualquier intento de convivencia y negociación política, por la intención hegemónica de quienes ejercen el poder”. Freddy Millán Borges. El Nacional, «El giro antropológico de la educación«, octubre 8, año 2020.

 

 

El venezolano muestra, desde todos los ángulos en que se mire, un semblante patológico. No solo así se exhibe, cuando se lanza a la aventura del Darién o del desierto chileno, sino cuando abandona la escuela o su empleo público o la universidad. Se desarraiga, se vacía, se desdibuja.

 

 

Pareciera que se le perdieron los objetivos existenciales previsibles o quizá renunció a ellos. Anda desandando caminos que quiso y nunca caminó o, tal vez, él ya no es una entidad como fue otrora, en los otros y, se va diluyendo, licuando, disolviendo, desprovisto de todo apetito de trascendencia.

 

 

Mi fraterno amigo y admirado Freddy Millán Borges, doctor en Ciencias de la Educación, lo describe en el ensayo arriba citado como sigue: “Estamos en presencia de lo que a partir de Aguilar León (1992) se denomina ‘daño antropológico’, que afecta a la persona humana es su propia estructura existencial, la despersonaliza, la desapropia de su conciencia, voluntad y libertad, le incauta su soberanía. Desde la pretensión del Hombre Nuevo se llegó al hombre enfermo (Homo Saucius) que desarrolló una enfermedad antropológica, según Valdez Hernández (2020)».

 

 

La experiencia cubana es el mejor ejemplo fenomenológicamente apreciado. La revolución castrocomunista comprometió a ese maravilloso pueblo otrora exitoso y referente en America Latina. Pocos recuerdan que Cuba, antes del arribo de Fidel y su camarilla, tenía los mejores números macroeconómicos continentales y si bien, políticamente padecía como buena parte de los pares regionales de una dictadura corrupta, no cambió esa condición con el advenimiento de los que llegaron para cambiarlo todo de manera a que ni siquiera quedara igual sino peor.

 

La expresión “homo saucius” semánticamente recoge ese producto de la crisis; es un ser herido, acogotado, vulnerable, desfigurado que, mas que existir, vegeta; esposado a la cadena que lo liga a una suerte temporal fallida y de la que, no pudiéndose liberar, asume como un sino infausto. Es morir en vida y viene a mi memoria Malraux y, “Lo que hace trágica la muerte es que convierte la vida en destino.”

 

 

Escapándose de ese lance, una cuarta parte de nuestra población se arrojó por la borda del navío nacional y expuesta a todos los sinsabores y peligros, se atrevió a emigrar. Lo grave es que muchos otros siguen soltando los cabos y el país, la nación más bien, anda a la deriva, sin rumbo preciso.

 

 

Esas circunstancias socavaron lo que fueron otrora nuestras fortalezas y la educación, la salud, la seguridad, la economía, la propiedad, las instituciones flaquean, inficionadas de ideologización y conducidas por ineptos a menudo. El resultado está a la vista y el fracaso se exhibe voluptuoso por doquier.

 

 

El medio para redimirnos de esa condena que nos colapsa y envilece supone un cambió, una revisión profunda, una transformación. Para eso necesitamos otra educación y otra universidad, valores, principios, otra apreciación del trabajo, otras políticas públicas.

 

 

Hoy sufraga la UCV. Veremos si la comunidad universitaria captó la idea y se anotó en ese esfuerzo de ciudadanía universitaria comprometiéndose con a liderar ese golpe de timón para recuperar al hombre, al militante societario, a la patria postrada o, perderá la ocasión de iniciar su despegue hacia un siglo XXI al que parece no haber Venezuela llegado todavía.

 

 

Nelson Chitty La Roche

@nchittylaroche

Una universidad para el futuro (parte III)

Posted on: mayo 12th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

“La noción de individuos que deciden, actúan y ‘existen’ en absoluta independencia entre sí, es un producto artificial de los hombres característico de una etapa particular del desarrollo de su autopercepción. Se basa en parte en una confusión de ideales y hechos, y en parte en una reificación de mecanismos individuales de autocontrol». Norbert Elias, The civilizing process, citado por Zygmunt Bauman en Libertad, Buenos Aires Losada 2007.

 

 

La transmisión del conocimiento, los modos y medios para eso y la concepción e implementación de un marco propositivo y dialógico del que surja un paradigma, viene acompañado de un elenco de políticas públicas y opciones que sintonicen y sincronicen con aquellas, de parte de lo que llamaríamos la comunidad educativa.

 

 

Mucho queda por librar en este calamitoso, ideologizado y deficiente sistema educativo y, no poco, debemos admitir, nos exigirá la reforma, la renovación y la adecuación en la universidad de otro modelo curricular inficionado del reto tecnológico y la exigencia para la producción de profesionales capaces de insertarse en la sociedad del saber y la economía emergente.

 

 

Proactivo es solo aquel que está persuadido y comprometido con una idea y acciona desde la libertad con ella, en el espacio público que le sirve de teatro existencial. La universidad debe ser eso, pero, primeramente, tiene que definirse, disponerse e instrumentarse ella misma.

 

 

Reaparecen, entonces, las baterías principistas para servirnos de ella y hay que analizar los contenidos curriculares holísticamente. Veámoslo así; cambiándolo todo desde la raíz, pero sin cambiar nuestras raíces, como una vez dijera un político mexicano en un acto de inicio de una propuesta constitucional.

 

 

No exageraríamos si dijéramos que nos hemos quedado en la cuneta de la autopista de la información y de la formación y nos hemos obsoletizado. Son varias décadas, aislados del saber científico preponderante, en constante deterioro y menosprecio del esfuerzo académico y la jerarquía del conocimiento. Dolosa y culposamente nos han afligido y medianizado.

 

 

Por si fuera poco, lo estampado; a la diáspora fueron a dar generaciones enteras, promociones integras, decenas de miles y a veces los mejores de nuestros profesionales jóvenes y de aquellos otros que ya habían acumulado alguna experiencia. La pobreza que nos ha legado la estulticia de los que han gobernado nos ha descerebrado y contra todo eso hay que insurgir.

 

 

Todas las facultades y escuelas de la universidad, los institutos y direcciones saben que urge revisar, alinear con el mundo y, sobre todo, mejorar ostensiblemente, para aparecer en la fotografía de la calidad y el más reclamado desempeño.

 

 

Nuestro lado científico tiene que dotarse, dedicarse y atreverse. Medicina, Ciencias, Odontología, Ingeniería, Agronomía, Veterinaria, Arquitectura, Farmacia. Deben examinarse los estudios y las asignaturas que se imparten, las líneas de investigación y el modelo curricular para actualizar y despegar.

 

 

Como puede inferirse de lo anotado, no se trata de correr sino de saltar para no quedarnos definitivamente en la cola de todos los demás países. Vivimos como afirmó el Santo Padre Francisco, no una época de cambios sino un cambio de época y hay que reiterárnoslo hasta internalizarlo verdaderamente.

 

 

El conocimiento del siglo XXI ha derivado en otras direcciones, actitudes, herramientas, con otros objetivos y captaciones, de los que no podemos prescindir. El futuro viaja en uno de esos trenes de gran velocidad que pasa por nuestra estación y debemos, a como dé lugar, abordarlo.

 

 

Toda una reingeniería y no solo en lo orgánico y funcional sino en lo sustantivo debe crearse. Venezuela debe ser pensada de nuevo y la universidad pensándose a sí misma contribuirá a esa realización.

 

 

Misma campanada para Humanidades, Ciencias Económicas y Sociales y Ciencias Jurídicas y Políticas, las cuales coadyuvarán a las respuestas que reclama una dinámica social y política que ha puesto en este siglo XXI todo de revés y nos ha llenado, con la pandemia como detonante, de interrogantes sobre la normación, la institucionalidad y el ser, acordes con el orden procedente. Hablemos del cambio de la educación, del país de la universidad. Abramos ese cauce de ideas, soliviantemos esa dormida ciudadanía para movernos del lugar en que nos ubicó la mediocridad que nos ha gobernado.

 

 

Nos permitimos evocar a Gadamer, hoy más pertinente que nunca: “Todo comprender es interpretar, y toda interpretación se desarrolla en el medio de un lenguaje que pretende dejar hablar al objeto y es al mismo tiempo el lenguaje propio de su intérprete. (Gadamer, 1999: 467)

 

 

La revisión y eventual reducción del tiempo de estudios estará en el radar sistémico de la universidad que viene. El mejor uso de este nos llevará a entender la pertinencia de la pronta incorporación al trabajo mediando una adecuación curricular.

 

 

La educación para trabajar, capacitarse y mantenerse al día es la fase adicional que advertimos ha de considerar la universidad del futuro. Paralelamente, asumamos otra irrefragable condicionante. Todo cambia hemos dicho, velozmente y, es indispensable actualizarse, cada bienio al menos. La pandemia no nos enseñó a sustituir el contacto presencial sino a asir el intercambio virtual como instrumental complementario. La educación a distancia es otra opción para no soslayar.

 

 Nelson Chitty La Roche 

Una universidad para el porvenir (parte II)

Posted on: mayo 5th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

 

Y las ocasiones se esfumaban tan rápidamente que era necesario aferrarse en seguida a una decisión. Eso le hacía a uno pensar, porque pensar era algo valioso que lograba resultados…”. William Golding, El señor de las moscas

 

 

Alguien que ha perdido la fe y sobran en nuestra Venezuela distópica, me señalaba la grave situación que vivimos y me preguntaba si realmente yo creía que valía la pena, en el otoño de la vida, seguir persiguiendo esos molinos de viento y apuntaba, a otra universidad a encontrar y construir.

 

 

Tratándose de un amigo de muchos años, ensayé una respuesta que retuve para compartir. “Mientras viva, seré fiel a mis amores, a mis ideas, a mis retos”. Discúlpenme por evocar esta experiencia personal, pero creí ver en ella el drama de la Venezuela que nos va dejando secos, pobres, solos, aislados y desesperanzados.

 

 

Sin sueños, sin valores, nos animalizamos, nos despersonalizamos, nos deshumanizamos y por eso inicio esta segunda entrega -como ofrecí al terminar la primera- presentando una lista de elementos del espíritu que pesan tanto o más que lo material, que parece preocuparnos más. Para inventar ese mundo que viene, deberemos abrazarnos a presupuestos éticos y a compromisos del conocimiento y del necesario culto a la inteligencia y el saber, pero sin perder el alma en el intento.

 

 

Por eso es menester asumir y lo propongo, algunos y concomitantes parámetros que describo de seguidas:

 

Concientizar supone un ejercicio psicosocial que pondera, delibera e interioriza a la sociedad y sus cuerpos intermedios, con base en un ideal que nos hacemos de lo que debe ser, de lo que vendrá, para nutrir la voluntad colectiva de una convicción que empape las acciones subsecuentes. Hay que remar en la misma dirección; pero, previamente, hay que, pensando, responder la interrogante del por qué hacerlo.

 

 

Compromiso es responsabilidad. Es mucho más que acordar, convenir, ofrecer la palabra, obligarse a un “dare” o “facere” dirían los romanos. El compromiso del ciudadano universitario es y debe ser una expresión de genuina eticidad. Cada cual y así todos, respondemos de lo propio y de lo comunitario. Trabajaremos, con metas apreciables por la ciudadanía universitaria, rindiendo cuentas y atentos a la evaluación que nos haremos y se nos hará.

 

 

Innovación y actualización. Se trata de crear o perecer, parafraseando al intelectual Andrés Oppenheimer. Se estructura una visión desde la asunción de la misión, como una progresión en perspectiva. Me explicaré de seguidas.

 

 

A cada rato nos impresiona el mercado con una oferta diversificada y mejorada. Los productos que nos anuncian cada año sorprenden por su novedad, utilidad, celeridad de la prestación y costos asequibles para todas las clases sociales. Debemos incorporarnos urgentemente a esa manera de pensar y actuar. Es menester hablar ahora del futuro haciéndolo nuestra cotidianidad.

 

 

Es una cultura la que hay que auspiciar y elaborar. Ello comprende no solo una planificación, sino incluso un lenguaje a propender un cambio que supere las naturales resistencias a los mismos y también una estética emergente que complete el esfuerzo epistemológico a ultimar. La universidad es para eso. Actualizarse no es suficiente, es adelantarse, anticiparse, liderar. Aunque esto resulte de entrada fantasioso, que luzca utópico, es solamente un cielo por alcanzar, un confín a superar. Otro país, otra universidad. Otra ciudadanía.

 

 

Excelencia: El lema será que, si no es perfecto, debe ser perfectible y allí radica el reto constante y reiterado. Si de alguna manera resumo yo la experiencia de los últimos 25 años en Venezuela es como el ascenso de la mediocridad que nos llevó de ida y de vuelta hacia el pasado.

 

 

Es indispensable dejar eso atrás, promover y premiar, el mérito al esfuerzo y la prevalencia del saber eximio, navegando hacia la excelencia, permanentemente, además. Vamos por lo mejor.

 

 

Sustentabilidad: El planeta y ergo, nuestro país, conoce un momento álgido de peligros reales e inminentes. Ha sido depredado hasta comprometerlo como nuestro hogar y dificultando el uso que hacemos de sus recursos por abuso constante e inconsciente. Nuestro país en particular fue y es víctima de todos los desmanes por el extractivismo irresponsable de los que lo han conducido. El daño ecológico en el sur con el Arco Minero y en nuestro litoral, por hablar solo de dos latitudes, pero igualmente en las cuencas de los ríos y lagos contaminados es grosero y criminal. El abandono de los Parques Nacionales, el desconocimiento y la transgresión normativa en el Ávila, Los Roques, Mochima, Morrocoy, son prueba de lo que afirmo. Acabamos viviendo, sin ordenación territorial ni urbanística.

 

 

Otro modo económico de vida y mejoramiento del colectivo comunitario tendrá en cuenta, desde la guía universitaria, una auditoría sistémica y una regeneración como programa regular de nuestra sociedad. Constitucionalmente estamos obligados a un desarrollo sustentable que solo puede tener lugar si lo acometemos como se señala en la carta magna.

 

 

Articulados en los principios mencionados, resaltaremos, pero con un carácter enunciativo, algunos aspectos programáticos esenciales. La universidad debe disponerse al cambio de orientación y a su reajuste, de manera a equiparse y ajustarse a los nuevos requerimientos.

 

 

Para eso, para construir, necesitamos toda la fuerza de la Universidad y traigo una consideración a guisa de resumen sobre nuestra gente en la UCV. Me referiré a los jubilados específicamente y por cierto constituyen más de la mitad de los integrantes de nuestro contingente. Son un capital de importancia y no son tratados ni convocados al esfuerzo debidamente. Me referiré al tema más largamente el próximo viernes Dios mediante.

 

 

Del modelo curricular: iniciaremos este título recordando la necesaria conexión que debe haber entre las distintas etapas del proceso educativo. Ni el preescolar, ni la escuela primaria, ni la educación media pueden estar segregados el uno de las otras.

 

 

Destaca un gran obstáculo entonces que hará más difícil el asunto de la educación universitaria para el cambio y, me refiero a la estrepitosa caída del nivel de la educación en general, que atraviesa transversalmente el espectro todo del cosmos formativo venezolano.

 

 

Maquillaje o simulación de un cambio entre los modelos curriculares tradicionales hemos tenido en estas deletéreas décadas recientes hasta la saciedad tóxica. Se habló de conductismo, constructivismo y el más reciente cognitivismo, pero entre tropezones y revisiones, lo cierto es que el rendimiento académico ha desmejorado tanto que explica y encadena con otros patógenos por así denominarlos, el aburrimiento y la consecuente deserción masiva como repitiente fenómeno que afecta la matricula gravemente. Las evaluaciones para aprobar han perdido seriedad y es más difícil ser aplazado que aprobado.

 

 

Quizá por esa razón conviene llamar la atención a la sociedad toda sobre un descalabro que se visibiliza de no reaccionar destacando que la más importante reforma, más bien diríamos revolución pendiente, es la de la educación. Esa profunda transformación supone sustituir un orden normativo e institucional por otro y, ello tocará hacerlo de “lege ferenda” en la universidad y todavía más significativo, en el Estado, la organización social y en el salón de clases con el maestro.

 

 

La semana pasada se manifestó en esta dirección ese venezolano de excepción y sacerdote jesuita Luis Ugalde proponiéndole al país una alianza para encarar el desafío de cambiar la educación para darle al país una oportunidad que hoy no se ve en el horizonte. De eso se trata en lo estratégico y lo repetiremos hasta la saciedad.

 

 

Seguiremos la semana próxima, si Dios quiere, con la meditación en curso, pero, por razones de espacio, es menester detenernos aquí y gracias a los lectores por compartir la inquietud y por tener paciencia.

 

 

 Nelson Chitty La Roche

@nchittylaroche

nchittylaroche@hotmail.com

Anotaciones sobre la cosa pública (II)

Posted on: abril 21st, 2023 by Lina Romero No Comments

“El poder tiene tendencia a acumularse y, lo que es más, a librarse del Derecho”. Luigi Ferrajoli

 

 

El administrador de la cosa pública, entre otros parámetros de actuación, debe asumir su gestión con consciencia de responsabilidad. Ello implica, necesariamente, abrazar la tarea partiendo de una base principista que transversalice su conducta, su desempeño, su evaluación.

 

 

Básicamente el funcionario es un agente público a favor de la sociedad y, ante la cual, tiene deberes correlativos al ejercicio del mandato para el que fue designado.

 

 

Debe, pues, cuidar de ubicar y educar su pensamiento y su comportamiento a un permanente referente; es un representante o un apéndice de una organización, cuyo propósito es el interés general y el bien común. Él debe una labor, una función que de él se espera.

 

 

No hay cabida a otra consideración; ni siquiera se puede permitir optar, como enseña Webber, entre la ética por convicción y aquella otra ética por responsabilidad. Es un eslabón de la cadena pública y ese valor debe guiarlo en toda circunstancia.

 

 

Dejemos claro entonces que hay un bien general a tutelar y él es uno de los encargados de esa noble misión. Ello va por igual al presidente y al obrero bedel que hace el mantenimiento en la oficina de gobierno. Todos son responsables, por así resaltar un hecho innegable, tramitan para el mismo patrón que somos todos y al que mucho demandaremos y del que dependeremos eventualmente, de su oficio, su esfuerzo, su prestación.

 

 

Ser responsable supone, primeramente, ser actor, con un guion que se conoce en la definición de la competencia atribuida. Paralelamente, ese rol asignado le acarrea una ponderación, una estimación, una aprobación de su aportación, del conjunto que lo ha escogido.

 

 

Puede también tener lugar una imputación de responsabilidad administrativa, penal, civil, fundada en la comisión de hechos contrarios a aquello que la ley establezca y que resulten desconocidos o violentados o que la norma tipifique como delito, igualmente, una declaración de responsabilidad política, una moción de censura que lo lleve a ser investigado y de esa averiguación termine sancionado.

 

 

La CRBV contiene en su articulado un cuadro sinóptico que regulariza el mecanismo de instituir la responsabilidad en la definición y tratamiento de las competencias como capacidades de los distintos institutos, orgánicos, funcionales y procedimentales.

 

 

Se trata un elenco normativo que programa todo un sistema de responsabilidad y como dijimos de responsabilización que, por cierto, es un vocablo con frecuencia utilizado en el sur del continente y de escaso uso o casi nulo en Venezuela.

 

 

En todo caso, el artículo 6 de la CRBV establece, además de otros elementos fundamentales, el del gobierno responsable y de mandato revocable. Estamos refiriéndonos a una disposición comprendida en el título I de la carta magna que constituye el basamento dogmático, programático e intangible del orden constitucional y desde luego, de la estructura jurídica de nuestro país.

 

 

Sigue en el título IV y relativo al poder público, la responsabilización del funcionario y la consagración en el artículo 140, de la teoría del riesgo administrativo. El trato que se le acuerda a la responsabilidad del estado es una muestra de la evolución del concepto de responsabilidad administrativa que por mucho tiempo se rigió fenomenológicamente por el Derecho Civil.

 

 

El artículo 141 de la CRBV reza: La administración pública está al servicio de los ciudadanos y ciudadanas y se fundamenta en los principios de honestidad, participación, celeridad, eficacia, eficiencia, transparencia, rendición de cuentas y responsabilidad en el ejercicio de la función pública, con sometimiento pleno a la ley y al derecho. (Negrillas nuestras)

 

 

Resumiré así: la función pública y sus personeros, sin excepción, son señalados por la CRBV como responsables y cada una de las actuaciones de estos, sujetas a control.

 

 

Esos controles son verticales, horizontales e intraórganos o interórganos y deberían asegurar vigilancia, fiscalización y análisis de las acciones públicas. Son también controles orgánicos y funcionales.

 

 

No hay espacio para profundizar o detallar, pero la rendición de cuentas y la asunción de la responsabilidad pública se reiteran, especialmente, en el Título VI, relativo al régimen socioeconómico y la función del Estado en la economía y más específico, en el capítulo del Régimen Fiscal y Monetario.

 

 

No puede decirse que no hay instrumentos para el desarrollo de políticas de responsabilidad fiscal y anticorrupción, pero no hubo, no hay y no habrá voluntad en quienes reúnen y lamento decirlo, ignorancia, falta de escrúpulos y cinismo.

 

 

El episodio reciente que han tomado como bandera y que apunta al latrocinio en Pdvsa, inexplicablemente acontecido, por años además, sin que fuere advertido por la Contraloría General de la República o por sus propios controles internos, solo revela el abandono total de la tarea contralora, de la cual por cierto y como órgano constitucional es partícipe el llamado Consejo Moral Republicano.

 

 

¿Y el BCV? El cómplice necesario obra bajo esas siglas. Tanto como la AN que no realizó su tarea prevista en el artículo 187 de la CRBV, numeral tercero que establece: ejercer funciones de control sobre el gobierno y la administración pública nacional, en los términos consagrados en esta Constitución y la ley. Los elementos comprobatorios obtenidos en el ejercicio de esta función tendrán valor probatorio, en las condiciones que la ley establezca.

 

 

Por otra parte, basta leer los artículos 115 y 116 de la CRBV para entender que lo que hubo, hay y habrá, fue un proceso de desconstitucionalización que fue ideado y premeditadamente adelantado con el conocimiento tanto de Chávez como de Maduro y especialmente por éste, dado que no dispuso de los recursos con los que trabajó el de Sabaneta, aunque tampoco cuidó de no recurrir a la rapiña, como lo desnudan los desmanes que afloran desde su entorno y colaboradores más cercanos.

 

 

No hay manera de exculpar a Tareck el Aissami y demorar su imputación no es aceptable para nadie. El problema no es despojar a sus haberes ilícitos sino cortarle la yugular al proceso que corrompe y envilece y me temo que ese está entronizado en la cultura de los que ya victimaron al país y para seguir allí es menester que ellos sigan haciendo lo que han hecho.

 

 

Inficionada del virus de la impunidad sigue en la cumbre gobernando la dupleta maligna de uniformados y mamelucos del castrochavismo. El drama ético continúa. Solo que en ese teatro hay más de un escenario. Para sanar el país acorralado por todas las patologías, si acaso es posible, hay que iniciar la cura desde arriba. Lo demás es mentira.

 

 

 Nelson Chitty La Roche

nchittylaroche@hotmail.com

@nchittylaroche