De la tentación al demonio del hegemón

Posted on: septiembre 29th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

“No tentarás al señor, tu Dios” Mateo 27:39–43.

 

 

Nos enseñan las escrituras que eso que llamamos tentación es la mismísima prueba a que se expone el creyente. En realidad, de eso es que se ocupa el pérfido, es su oficio tentarnos para que pequemos y se haga él del «mérito» de nuestra perdición.

 

 

Empero, si bien sabemos que se nos tienta de diversas maneras, instrumentos, sentimientos, lujos, poder, vanidades, cabe interrogarnos sobre si ¿el maligno a su vez es tentado o su ejercicio tentador es de suyo, de su única y ontológica condición?

 

 

No pretendo, ni remotamente, evocar aquella negociación del Fausto con Mefistófeles ni tampoco convocar esas letras de Maurice Joly interrumpiendo a Maquiavelo y a Montesquieu, por citar un par que me vienen al espíritu. Como leerán de seguidas, imagino la zaga diaria de aquellos que nos subyugan y nos diezman como nación, rutinariamente.

 

 

No sería adecuado nombrarlos, pero no será difícil personalizarlos. El uno no lo esconde, se regodea, se ufana de su poder y del que como socio disfruta y la otra, silente, pero intensamente activa, teje como una araña y comercia como un fenicio con el mando, las ocasiones de prevalecer, los desafíos contra propios y extraños y el bienestar de su entorno. Ambos se deleitan ebrios de su impunidad, primeramente, pero no se sacian con ello y si han de mover hasta las aguas tranquilas de la constitucionalidad, las remueven fascinados, para distraerse con lo que brota desde abajo.

 

 

La historia reciente del CNE, su cambio de directiva y su recientísima postura sobre las primarias evidencian un diabólico juego con el destino del país. Hay quienes se asumen eviternos, allí están y estarán piensan, más allá de su propio tiempo existencial y, si así no fuera, no se verán jamás fuera de su devenir concupiscente. Es ese pendular entre lo que debe ser y lo que es, su tablero de ajedrez, su morbo.

 

 

Karl Loewenstein, en su celebrada teoría constitucional, sin ambages reconocía en el ser del poder al mal y, desde luego, proponía una mecánica de controles para evitar el abuso y, agrego yo, sin esperar un resultado virtuoso, pero intentándolo, no obstante.

 

 

Ellos saben que destruyeron al país, fueron el cataclismo, lo quebraron, lo asaltaron, lo saquearon; pero, aun así, quisieran quedarse como administradores de los escombros. Son adictos a los himnos y a las convenciones de los dignatarios.

 

 

¿Qué se traen entre manos los chavomaduristasmilitaristascastristasideologizados? En unos días u horas tal vez lo sabremos; pero, con ellos, realmente hay que prepararse para lo peor y los coterráneos no podemos seguir alegando cándidos, ingenuos, que nos sorprenden o que alguna vez lo harán distinto, como patriotas, como gente de bien.

 

 

Se hacen llamar el pueblo y me recuerdan una locución que como sentencia reza así en latín: “Nihil est incertius vulgo, nihil obscurius voluntate hominum, nihil fallacius ratione tota comitiorum”, cuya traducción es como sigue, “nada es más errático que el populacho, nada más oscuro que la voluntad del pueblo, nada más falaz que el razonamiento de las asambleas”.

 

 Nelson Chitty La Roche

nchittylaroche@hotmail.com

De la victimización de la Constitución

Posted on: septiembre 22nd, 2023 by Lina Romero No Comments

“La Constitución es una ‘carta viviente’, capaz de crecer”. Corte Constitucional de Colombia, Sentencia C-533, 2019

 

 

Un cuarto de siglo le ha tomado a la revolución de todos los fracasos forzar a Venezuela, desde la experiencia republicana y el Estado Constitucional, hasta la condición de Estado fallido y pasible de declararse la ilegitimidad de origen y de desempeño de sus poderes públicos, con irrefragable razón y pertinencia, además.

 

 

Aquella frase del primer actor de la tragedia, el difunto comandante eterno, llamando a la Constitución de 1961 la más longeva de nuestra historia, por cierto, en febrero de 1999 como “moribunda”, anunciaba más bien el ocaso de la república, la constitucionalidad, la democracia, el regreso a las vías de hecho y al sistemático abuso del poder.

 

 

Escuchándolo, recordé aquel revelador discurso de Luis Castro Leiva del 23 de enero de 1998 que, como suele pasar en Venezuela, no fue escuchado, tristemente. El sistema republicano y democrático paga con su mortificación, su desdén a las advertencias del ciudadano estelar.

 

 

Volviendo al abordaje de intención temática, cabe recordar que la “aceptación del poder,” como lo recuerda la doctrina, pasa por la conjunción de elementos de distinta naturaleza y una cita nos vendría bien para más comprender. “El conjunto de razones que permiten la dominación converge en la obra de Weber y Gramsci. Sin embargo, para fines analíticos fue necesaria la desagregación del concepto “aceptación de poder” en las dimensiones “razones objetivas” y “razones subjetivas” con el objetivo de orientar la aproximación teórica. Las primeras remiten al aparato jurídico-institucional que opera como armazón y extensión territorial y material del núcleo de poder. La mención del Estado es inevitable; sin embargo, es necesario adicionar las herramientas institucionales con las cuales se corporiza la dominación. Entre ellas se encuentran la coerción, el derecho y la burocracia. Las razones subjetivas consisten en la predisposición de los dominados a acatar la autoridad, considerando los efectos de la cultura, el intermedio de los medios de comunicación y los atributos personales de los gobernantes como forjadores de una subjetividad que permite el acatamiento voluntario al orden” (Weber y Gramsci en una disputa por el sentido: algo más que una razón para la crisis y el consenso. Victoria Miño, Teoría Política II de la Licenciatura en Ciencia Política de la Universidad Nacional de Rosario 2021).

 

 

Si una nota, impretermitible además, es menester resaltar, al momento de referirse a este período de nuestra historia constitucional e institucional iniciado en 1998 es, precisamente, la inmanente compulsión a forcejear con el Derecho, como signo característico de la llamada revolución que no llamaré bolivariana, porque nada de bolivariana tuvo ni tendrá.

 

 

Un sistemático desafío a la norma “in limine” es propio, no obstante, de los procesos radicales de revisión y sustitución del orden formal por aquel que se dispone a ocupar su lugar. Es quizá natural que así acontezca, pero lo peligrosamente patológico, perturbador e inconveniente consiste, en la continuidad de esas acciones aún contra la nueva legislación e institucionalidad que irrumpe bajo el auspicio de la nueve clase política que la sanciona.

 

 

Un ejemplo destacado de lo que afirmo es aquel que se muestra en la convulsionada Francia a partir de 1791, que no solamente inició el desmontaje de, “L’Ancien Régime” sino que continuo mórbido su quebrantamiento a todo y a todos hasta lograr una suerte de regreso a lo que antes significó o peor aún, engendró otra fase superior de ese régimen, como un ejercicio de evolución.

 

 

El Consulado declara terminada la revolución para ensayar de sostener un gobierno que a lo largo de un periplo que duró hasta 1799, solo trajo inestabilidad y violencia. Luego, recordemos, se tránsito hacia el regreso a las viejas legitimidades.

 

 

Para lograr un orden firme y sustentable, es menester sustituir construyendo, izar y mantener y para eso, el marco legal es irreemplazable. La CRBV nunca fue completamente para Chávez ese parámetro regulador, al contrario, era menester desconocerla y eventualmente reformarla o cambiarla por otra constitución, especialmente, para llevar a cabo el programa Ceresole, Ejercito, Caudillo y Pueblo y/o la edificación del socialismo del siglo XXI a lo que se dedicó el extinto y lo que como un anatema nos legó, en mala hora, dicho sea de pasada.

 

 

Mas de dos docenas de constituciones hemos tenido, pero, solo un verdadero período de validez y vigencia del estado constitucional y fue ese de 1961 a 1998 porque, en el inicio del año 1999, la CSJ atendió solícita la demanda del recién electo presidente, desconoció y violó al hacerlo la constitución de aquella actualidad y abrió la puerta para que entrará un poder constituyente a la medida del deseo del hegemon en ciernes.

 

 

La CRBV es un producto surgido de un proceso inconstitucional e ilegal entonces, pero, su validez que le fue dada por la fuerza fáctica de los hechos y la legitimación de la urna referendaria.

 

 

Desde el mismísimo año 2000 ha sido objeto de un sinfín de transgresiones y lo peor es que el ente llamado a cuidar su integridad es el que se ha manifestado como el desconocedor y violador por excelencia. Me refiero al TSJ y especialmente a la sala constitucional.

 

 

Cunado me interpelan sobre qué habría que hacer para mejorar el país, me viene al espíritu una respuesta, respetar la constitucionalidad, pero, eso no es posible en este régimen autoritario, en esta satrapía.

 

 Nelson Chitty La Roche

nchittylaroche@hotmail.com

@nelson_chitty

¿La revolución de los cínicos y de todos los desprecios, de todas las humillaciones?

Posted on: septiembre 8th, 2023 by Lina Romero No Comments

“El odio es un asunto del corazón; el desprecio, de la cabeza. (Arthur Schopenhauer)

 

 

Confieso haber reflexionado mucho sobre los sentimientos que han animado a los actores de esta experiencia que nos aflige y que comenzó, por cierto, aquel 4 de febrero de 1992, para desgracia de esta nación y que aún perdura y amenaza, con permanecer todavía, más allá de este tiempo.

 

 

¿Aquello de Chávez que ofrecía “freír las cabezas de adecos y copeyanos”, por solo citar una de muchas que pudieran repetirse, era una emoción de odio o de desprecio o, de ambos?

 

 

Escuchar a ratos a Maduro, Diosdado, Jorge y ni hablar de Iris Varela por evocar algunos de los más elocuentes dignatarios del régimen, proporciona confirmaciones más que impresiones sobre que hay una oscilación pendular entre el odio y el desprecio, en aquellos que ejercen un poder ilegítimo y autoritario, que a ratos pretende disfrazarse de legal y democrático.

 

 

Se trata de un discurso empapado de animosidad y rencor, originado además por una patológica emoción que condensa un complejo de superioridad que solo se sacia con la humillación de todos los demás congéneres y especialmente aquellos que, osan mostrarse disidentes y opositores.

 

 

Me vino al espíritu esta cuestión oyendo a Maduro reclamar a las Naciones Unidas el mal trato que reciben los coterráneos que se marchan cual desahuciados que intentan la desbandada y el éxodo como una opción última, final, crucial. ¿Cinismo?

 

 

En paralelo, escuché a Diosdado entre risas afirmar que “estarían doscientos años en el poder, que ni por las buenas ni por las malas se irían” y ello a pesar del peor gobierno de la historia universal. ¿Impudencia?

 

 

Inhabilitar a María Corina, además de cobarde, es un golpe a la soberanía del pueblo que dicen acatar y representar y que es quien debe decidir. Cinismo, desprecio, humillación los tipifica. “Por sus obras los conoceréis” ¡Jesús dixit!

 

 

Es una forma de normalizar un permanente atentado contra la ética de la política y la banalización de la displicencia que generan y convierten en un estado de cosas que, siendo su responsabilidad, asumen que no les concierne. Es el discurso de la mentira, la simulación y la irresponsabilidad también.

 

 

Pasé por el pueblo de Baruta camino a mi casa y presencié un intercambio de los artículos del CLAP por cambures, tomates y cebollas. Me acerqué y les pregunté a unas señoras que en sus manos traían los paquetes de harina y frijoles y hacían la cola, si les era eso conveniente, si no perdían en ese intercambio por uno o dos kilos de fruta y la respuesta fue la misma: «Señor, esto no lo comen ni los animales y cualquier cosa es mejor”.

 

 

Tal vez, pensé, estarían de mal humor y he consultado a otros tenedores y receptores y las respuestas se parecen mucho. ¿No saben eso allá en Miraflores o en las oficinas del PSUV? Y esa es el ancla de la política social del gobierno para mantener la fidelidad fatua de un pueblo antropológicamente victimado, dañado, despersonalizado.

 

 

El gesto “patriota” del “chavomadurismomilitarismoideologismo” ante el impúdico fiasco de una revolución de todos los fracasos, desprecios y humillaciones sería apartarse y dejar al país intentar su recuperación; pero hay otro componente en ese Frankenstein que nos tiraniza y es el “castrismo” que conoce la lección y la han traído para amaestrar a los sórdidos de aquí. No hay sentido de patria, solo de poder para el poder.

 

 

El ideologismo importado y asumido en su enajenación megalómana por el difunto y, diseminado por sus acólitos en ese pueblo pobre, manipulable e ingenuo, prescinde de toda humanidad y desconoce el valor de la persona y su dignidad.

 

 

Ya no les quedan secretos a los fascissocialistas psuvistas y por eso, no nos sorprende Maduro en Egipto, en la Conferencia Mundial sobre el Clima hablando “cara e’ tabla” sobre medioambiente y sugiriendo políticas, mientras acá son actores del mayor ecocidio que se ha visto en América, con el cuento ese del Arco Minero. Hervidos todos los pétalos del cinismo se obtiene una gota de esencia chavomaduristamilitaristacastristaideologista, sin duda alguna.

 

 

Piensan ellos que siempre estarán allí. Un ademán espiritual entre la confianza y el temor de que no sea así los insufla, pero apuesto que, así como llegaron, se van a ir porque la única eternidad asequible aparte de la que nos ofrece Jesús, es la del pueblo que no por vivir en la agonía admitimos que debe morir.

 

 

¡Pasará el cinismo, el desprecio, el odio, las humillaciones y ellos, también pasarán!

 

 

 Nelson Chitty La Roche

nchittylaroche@hotmail.com

@nchittylaroche

Dignidad, República y reconstrucción

Posted on: septiembre 1st, 2023 by Lina Romero No Comments

 

“El sentimiento de nuestra existencia depende en gran medida de la forma en que nos miran los demás: entonces tal vez la calificamos como no humana, la experiencia de quien vivió tiempos en los que el hombre era un objeto a los ojos del hombre”. Primo Levi (Si esto es un hombre).

 

 

Me permito reproducir las palabras de un héroe civil alemán, fusilado por defender la libertad y la dignidad de los jóvenes estudiantes alemanes. “Me había fijado el objetivo de suscitar en los círculos estudiantiles, no mediante una organización sino mediante un solo verbo, no un acto de violencia sino una conciencia moral de los graves males que marcan actualmente nuestra vida política. El retorno a principios morales claros, al Estado basado en el derecho, a la confianza de hombre a hombre, no es ilegal sino, por el contrario, es restablecer la legalidad. Me preguntaba, en el espíritu del imperativo categórico de Kant, qué pasaría si esta máxima subjetiva de mi acción se convirtiera en ley universal. A esta pregunta sólo puede haber una respuesta: sería entonces el retorno, en nuestra vida política, del orden, de la seguridad, de la confianza en nuestro Estado”, Kurt Huber. “En Die weisse Rose. Exposición sobre la resistencia de los estudiantes contra Hitler en Munich 1942-1943 La Rosa Blanca, exposición sobre los estudiantes opuestos a Hitler, Munich 1942-1943). páginas. 63. Organizado por Weissen Rose Stiftung, Genterstrasse 13, 8000 München 40, sin indicación de año”.

 

 

Los venezolanos nos hemos extraviado del camino de respeto por nosotros mismos y por los demás que combina con el ejercicio de la libertad basada en el libre discernimiento y en la responsabilidad como parámetros de la digna existencia humana.

 

 

La confrontación entre la violencia institucional y la definición del poder articulada en el dominio de las armas y no en la legitimidad, caracterizó hasta 1958 la vida institucional evidenciando entonces que solo tuvimos república en ese período de 1958 hasta 1998, según me explicaré.

 

 

Una república comienza por mostrarse como una construcción ética que postula la libertad y como nos enseña Philip Pettit (2012): “Define la no dominación como aquella situación en la que los ciudadanos desarrollan su vida sin estar sometidos al poder arbitrario actual o potencial de un Estado u otro individuo”.

 

 

Siguiendo la reflexión de Nicolás Emanuel Olivares (2023), «En defensa de un control republicano reflexivo de constitucionalidad. Un análisis comparativo de las propuestas de Tom Hickey y Richard Bellamy». Revista Perspectivas de las Ciencias Económicas y Jurídicas. Vol. 13, N° 2 (julio-diciembre). Santa Rosa: FCEyJ (UNLPam); EdUNLPam; pp. 101-123. ISSN 2250-4087, e-ISSN 2445-8566. http://dx.doi.org/10.19137/perspectivas-2023-v13n2a06), acotaremos otras citas del texto “in comento,” y de seguidas, cuyas precisiones apuntalarán bien en el plano conceptual de lo que significa una república y de esa manera responderá cada cual, de nuestros lectores, si lo somos todavía, luego de casi un cuarto de siglo de predominio del chavismomadurismomilitarismoideologismo.

 

 

En efecto, sigue Olivares en obra citada: “En segundo lugar, Pettit (2012) presenta su propia definición de legitimidad democrática, noción directamente relacionada con la no dominación. Este estándar se refiere a la aceptabilidad general de las normas, instituciones y medidas políticas por parte de los ciudadanos. Tal aceptabilidad depende de que los ciudadanos posean genuinamente la capacidad y la posibilidad de controlar la interferencia del Estado en sus vidas, ejerciendo influencia y dirección en los principales asuntos políticos. El estándar de legitimidad democrática promovería la existencia de un control ciudadano individualizado, incondicionado y efectivo sobre el accionar estatal. 104 | Ediciones SAIJ, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación en defensa de un control republicano reflexivo de … – Nicolás E. Olivares – Págs. 101 a 123 En tercer lugar, la otra cara del principio de no dominación es para Pettit (2012) la justicia social. El criterio de justicia social podría entenderse como la capacidad de los ciudadanos para ejercer ciertas libertades básicas que se incluirían en el valor más general de la libertad como no dominación. El principio de justicia social fomenta la existencia de una infraestructura adecuada para una redistribución equitativa de esas libertades básicas. Conforme Pettit, el estándar de justicia social promovería la existencia de una forma sustantiva de igualdad de estatus entre ciudadanos. En cuarto y quinto lugar, directamente entrelazados con su concepto de legitimidad democrática, Pettit (2012) afirma que debemos diferenciar entre influencia y control democráticos. Por un lado, el criterio normativo de influencia democrática se refiere a una distribución equitativa entre los ciudadanos afectados por el dictado de una norma, medida o institución política, de la capacidad efectiva para determinar el rumbo que tomará. El subprincipio de influencia democrática presupone la existencia de una ciudadanía informada y crítica capaz de identificar posibles direcciones políticas, así como de promover la que considere más adecuada. Por otro lado, el criterio normativo del control democrático se refiere al poder ciudadano efectivo para evaluar y editar indirectamente las normas, instituciones y medidas de gobierno, dependiendo de si son consistentes con los intereses generales deliberadamente determinados, es decir, con sus legítimos intereses políticos”. (subrayado nuestro)

 

 

Me he permitido este largo traslado, en la convicción que permitirá elucidar la cuestión que en el fondo en nuestra intención debe resaltarse para la comprensión de mi afirmación, de acuerdo con la cual solo hemos disfrutado en nuestra historia de un período republicano correspondiente con el puntofijismo, democracia consensual, admitiendo no obstante que la llamada partidocracia, por momentos, debilita un poco mi razonamiento.

 

 

En mi criterio, la revolución denominada equivocadamente bolivariana, siendo que mas bien contraría el pensamiento del libertador, basta leer el discurso de Angostura para evidenciar lo que afirmo, devino en una contestación sistemática del ideal republicano bolivariano, expuesto repito, en ese discurso de febrero de 1819, aunque luego, ante la confrontación de los demás factores concomitante a la evolución del proyecto Gran Colombia, debiera el caraqueño endurecerse ante el giro dialéctico que las distintas oligarquías inficionaron al proceso,

 

 

La revolución del chavomadurismomilitarismocastrismoideologismo es, por el contrario, un accidente fatal, un yerro histórico, un error económico y social que nos hizo patéticamente pobres y desagrego la nación exilando a un cuarto de nuestra población.

 

 

Un cataclismo degenerativo que nos ha privado y nos priva de nuestros más elementales derechos humanos y ciudadanos. Es poder y pragmatismo, es inmoral, es odio disfrazado de reivindicación de los débiles. Es oclocracia, es kakistocracia. Es fascismo y jamás una experiencia de vida republicana.

 

 

El espectáculo del CNE muestra hasta la saciedad, además, las políticas que despojan de su esencia misma a las instituciones adulterándolas y corrompiéndolas.

 

 

Ya había pasado con los demás poderes públicos que, al no ofrecer sus esperadas prestaciones, comprometieron el orden jurídico republicano y lo contaminaron de personalismo e ideologismo.

 

 

En efecto, la práctica constante desde el 11 de abril de 2002 del derecho penal del enemigo ante los disidentes y opositores vacía de dignidad al ciudadano, niega la libertad, las garantías políticas consagradas en la Constitución y enerva la institucionalidad republicana.

 

 

Del retorno del Jedi Republicano y de la dignidad

 

 

“In limine” y asertivamente fundamos nuestra reflexión en un aserto capital; la república en un desarrollo ético en el que la dignidad humana y la política se modulan en un presupuesto central; la libertad que será posible en un orden que limite y controle al poder y garantice la preeminencia humanista.

 

 

En el pasado, en ese periodo entre los años 1958 y 1998, sin que pueda apreciarse, no obstante, sin fallas ni defectos, prevaleció la libertad, la justicia y el progreso. No puede decirse lo mismo del, sin embargo, más rico ciclo de ingreso y ventura de finanzas públicas que ha dilapidado el chavomadurismomilitarismocastrismoideologismo

 

 

El gobierno del chavomadurismomilitarismocastrismoideologismo significa el costo de oportunidad más elevado que haya pagado en Latinoamérica nación alguna. Me recuerda al rey Midas, pero solo que al revés. Lo que han tocado, lo han arruinado y no en lo económico únicamente, sino en los valores, en lo ético, en lo social e institucional. Basta un vistazo a Pdvsa, a las universidades, al espectro educativo, a la Fuerza Armada Nacional, al agro, a la minería, al medioambiente y peor aún, a la gente que huye a cualquier riesgo con tal de no vivirlos más, a los coterráneos que actúan como zombis y a la merced de los humillantes controles sociales como el CLAP y los bonos sin repercusión en el salario.

 

 

Si puede hablarse, sin provocar un estremecimiento espiritual y ciudadano de recuperación, regeneración, reconstrucción de nuestra Venezuela cataléptica, es asumiendo como filosofía y avío cultural para el viaje, la republicanización de la sociedad y del Estado; especialmente, en lo deontológico y axiológico para empezar y en lo estructural normativo e institucional de seguidas.

 

 

El ser humano y ciudadano venezolano, misero y desesperanzado, no puede redimirse sin que haya como premisa impajaritable, superado el bache histórico del populismo, del chavomadurismomilitarismocastrismoideologismo. Del facissocialismo.

 

 

La tarea es pues de liberación; quitarnos el cepo que nos han puesto, solo será posible y la libertad reconquistada sustentable si, regresamos a la república y no la califico de civil porque redundaría.

 

 

Nelson Chitty La Roche

nchittylaroche@hotmail.com

@nchittylaroche

Resiliencia y Primaria

Posted on: agosto 20th, 2023 by Lina Romero No Comments

“Si no estas preparado para morir por ella, saca la palabra libertad de tu vocabulario.” Malcolm X

 

 

Ese vocablo a ratos fascinante, resiliencia, posiciona cada día más, en nuestra conversación habitual. Especialmente, en la plática que se nos muestra en ocasión de compartir el análisis del opaco presente común y lo peor, esa tremenda incertidumbre con respecto a lo que pasa ahora y pasará luego.

 

 

Uno de los elementos mas disuasivos, de ese pensar, en modo ciudadano, indispensable en esta hora, por cierto, es precisamente el que concierne a las primarias. Pareciera que no hay claridad conceptual de lo que implica y significa ese proceso de consulta a los electores.

 

 

Las primarias constituyen una actuación concreta de resiliencia ciudadana, una búsqueda de la respuesta ante la violencia institucional que, desde el oficialismo y el régimen, adulterando el sistema constitucional y electoral se adelanta.

 

 

Concreta una expresión de libertad y dignidad que se opone a la dictadura del fiasco y, la patológica pretensión de permanecer aún en el desastre, con el mando, sin otra derivación que la concupiscencia y la impunidad.

 

 

¿Qué es la resiliencia? Para el conocido psicólogo francés Michel Manciaux, “Es la capacidad que exhibe un ser humano o un grupo para desarrollarse, continuar proyectándose hacia el porvenir, ante eventos desestabilizadores, condiciones de vida dificultosas y traumatismos severos”

 

 

Reaccionar frente a la propuesta depresiva y el daño antropológico en curso es un acto de rebeldía, pero también, de bravura, de inconformidad, de arrojo y una conducta que se apresta a superar la contingencia y ser, existir, trascender, a pesar de los pesares.

 

 

No es para simplemente escoger un candidato. La elección primaria desafía un orden injusto, ilegítimo, ilegal, cuya vigencia no es aceptable, no es tolerable.

 

 

La primaria es un reto con el sagrado argumento de la libertad como fundamento. Por eso no la quiere el gobierno y, la socava sistemáticamente. De allí que con artificios y artilugios quiera el sátrapa vulnerarla y obstaculizar su realización.

 

 

Cabe una evidencia firme y definitiva al mismo tiempo; la nación no soporta ya seguir con una experiencia que nos priva de todo y no nos permite nada. Y en paralelo, emerge paladina otra convicción, solo cambiando el guion y los protagonistas. podremos incidir favorablemente en una nueva conducción, otro liderazgo, para tener futuro e ilusión de vida.

 

 

El otro factor ínsito a la primaria es la confianza en él abanderado que ese ejercicio ciudadano y soberano puede producir. El victorioso, cuenta desde el comienzo, con el apoyo de todos los otros aspirantes y la expectativa del pueblo que se acrecentara a medida que se aproxime el acontecimiento y se cueza en su corazón y su consciencia su genuina esperanza en si mismo y en sus potencialidades.

 

 

Claro que habrá costos a pagar. Ningún pueblo crece y esculpe su historia sin exponer y sin insistir, sin persistir y resistir, sin sufrimiento, sin caer y levantarse.

 

 

Traigo como corolario de esta sencilla pero sentida reflexión, una frase de uno de nuestros héroes civiles y además, de nuestros intelectuales mas apreciados. Me refiero a Rómulo Gallegos y, “Quedarnos aquí para sufrir con todo el corazón, la parte que nos corresponde en el dolor de la patria y, para desaparecer con ella, si ella perece; para tener la satisfacción de decir más tarde, si ella se salva y prospera, yo tengo derecho a ese bienestar porque lo compre con mi dolor.”

 

 

Nelson Chitty La Roche

@nelson.chitty,

nchittylaroche@hotmail.com   

Notas sobre el drama actual de vivir en Venezuela con vistas al balcón del pasado y en la madrugada del porvenir

Posted on: agosto 11th, 2023 by Lina Romero No Comments

“Quien se para a llorar, quien se lamenta contra la piedra hostil del desaliento, quien se pone a otra cosa que no sea el combate, no será un vencedor, será un vencido lento». Miguel Hernández

 

 

¿Qué le pasa al venezolano que prefiere marcharse de su patria? La pregunta me la hago a pesar de haber cientos de veces escuchado una respuesta. Ya esto no es Venezuela, resumo. Aquel país alojado en mis recuerdos se torna como un espejismo evanescente. Los que conocían al país, “ex ante” Chávez y su sórdida y ominosa revolución, así o poco mas o menos, de esa manera se manifiestan.

 

 

Empero, quienes parecen convencidos de que cualquier aventura por peligrosa y tal vez ingrata es preferible a quedarse y conformarse con lo que hay, son los jóvenes. No es entonces nostalgia de lo que fue y ya no es, es más bien la convicción de que algo distinto y mejor por acá no será. No parece una rebeldía cualquiera; exuda una falencia ciudadana.

 

 

“Lasciati ogni speranza” en el terruño, se podría decir, pero no para el que entra en el incierto tiempo de un caminar en el Darién, sino para aquel que asume que permanecer es como vivir muriendo, agonía del alma, renunciar al día de mañana porque será otra vez como hoy.

 

 

Para nuestros muchachos hay prisa por vivir, pero luchar, cuando pulula la desesperanza y se ha extraviado la ilusión, no les provoca. Esa es la tragedia de los coterráneos. Escasean las voluntades necesarias para el acometimiento de la gesta y menos aún ofrecer esa épica batalla en que nos jugamos todo y no se siente que se quiera librar. Sobre eso debemos indagar.

 

 

Antes de hacerlo, cabe agregar que los años dorados del progreso e impulso social, los proporcionó el puntofijismo. La masificación de la educación se acompañó de la movilidad social que ella implicó. Bastaba completar estudios universitarios o capacitación técnica para tener empleo, buena remuneración y tomar el ascensor que te elevaba a costear tu vivienda, tu vehículo, tu mejoría personal y tú la calidad de vida.

 

 

Ese salto en lo económico, social, político, institucional superó, en nuestra historia, los altísimos niveles de vulnerabilidad y de morbilidad que tuvimos suturados a nuestra piel desde siempre. Venezuela ya era receptor de migración desde los años cuarenta del siglo pasado y lo siguió siendo hasta casi el final de la vigésima centuria.

 

 

Las políticas sanitarias y de dotación de agua y servicios como electricidad, vialidad, construcción y comercio, aunado con políticas defectuosas a ratos, pero acertadas también, en materia de urbanismo, se tradujeron en ostensible evolución y estabilización hacia otros estadios de desarrollo. Todos los estudios estadísticos confirman lo afirmado acá.

 

 

Tal vez debió tomarse otro camino en la estrategia y política económica, el asiático con su promoción de exportaciones, pero, preferimos la sustitución de importaciones. No debimos devenir como fuimos, dispendiosos y manirrotos. Experimentamos nuestra versión del capitalismo rentístico advertido, denunciado, pero no corregido; no obstante, nadie puede seriamente negar que se produjo en las últimas cuatro décadas de ese siglo que albergó las guerras más mortíferas de la historia, un hito en Venezuela, en cuanto a la dignificación de la persona humana y en su ciudadanización.

 

 

Nunca se dijo que no había pobreza y descomposición hacia el final de ese período republicano, por cierto, a mi juicio, el único de nuestro suceder como nación; sin embargo, la libertad, la democracia y el Estado constitucional se obtuvo y disfrutó, como jamás en nuestra historia.

 

 

Fuimos protagonistas de una gesta petrolera que nos comparaba con los consagrados del primer mundo. Transitamos, aunque con accidentes innegables, un tiempo de paz y seguridad social. Construimos un sistema político referente en el mundo y loado en la academia inclusive.

 

 

Empero, la historia universal está llena de ciclos, entendiendo por ellos, cambios en la dinámica de producción y consumo, en el quehacer político, en la cultura, en la deontología del ser humano y en la perspectiva como nos asumimos y ponderamos nuestros mecanismos de comunicación y poder. Ese ciclo genuinamente republicano se agotó, en mala hora y una maldición nos azota desde entonces.

 

 

Sobrevino el cataclismo. Sobre estos patéticos años de fracaso y engaño podría abundar, pero, decirle a usted caro y gentil lector lo que ya sabe, pero que tal vez no todos asumen, pareciera redundante y hasta pueril. Repitamos la pregunta que todos nos hemos hecho o deberíamos habernos hecho, al menos, digo.

 

 

¿Es que no somos testigos de la tortura, la desfiguración y el asesinato de esa nuestra patria Venezuela? ¿Qué otra maldad falta por hacerle al sentimiento, al arraigo, al amor que merece este país, al extremo que, nuestros hijos huyen en incontenible y arriesgada estampida y no podemos convencerlos de no hacerlo porque nosotros también dudamos de si vale la pena aún resistirse a una maniobra en curso para que nada cambie y todo siga igual? ¿Maduro y la kakistocracia cívico militar hasta el 2030?

 

 

Dirijo mi dolorosa meditación desde el evangelio del domingo pasado en la homilía del sacerdote, oyendo la misa allá en manzanares. La transfiguración del señor, ante Pedro, Santiago y Juan, con Moisés y Elías y la voz del Dios padre, pero, como otras tantas veces, después de subir fatigosamente a la cima de la montaña.

 

 

Vegetar, transcurrir sin afán de consecuencia, vivir sin existir o banalizar completamente nuestra dignidad al prescindir de la genuina libertad que solo es posible en el protagonismo de nuestros desafíos, abandonarse resignarse, devolverse al llegar al pie de la montaña es cruel y sobre todo, respirar pasivos, bucólicos aires fatuos y, llamar a eso sobrevivir es la irrefragable e impajaritable evidencia de la miseria espiritual que nos cubrió; es rendirse, renunciar a ser, querer, amar, desear, soñar y realizarnos.

 

 

¿El refugio del absurdo se interrogaría Camus? ¿Retar lo que luce insuperable puede espiritual y racionalmente justificarse? ¿Llevar la piedra, montaña arriba, sudorosa, penosa, ardiente, inútilmente porque caerá antes de coronar la empresa y ocurrirá y ha ocurrido desde siempre es el castigo, pero, dejar de intentarlo tiene acaso más sentido?

 

 

El miedo nos ha fagocitado. Encarar la amenaza, el cinismo, la impunidad nos sugiere una suerte de suicidio. Nos rodean, nos tienen, nos inmovilizan como con una camisa de fuerza y los venezolanos estamos en ese punto en que el temor nos disuade de hacer lo que hay que hacer o peor también consiste, en jugarse en otro tablero la vida que a todo evento es mas peligroso, pero, para algunos es más rápido el desenlace.

 

 

Lo que resalta es que la nación venezolana tiene en su miedo, una razón que guía y compromete su ejercicio ciudadano. Lamentable pero interesante. Hay que reflexionar más sobre esa verdad y ese absurdo también diría Camus.

 

 

En un fragmento del ensayo de Albert Camus, titulado El mito de Sísifo, quizá encontremos, mejor digamos, haremos un hallazgo de los varios que nos proporciona el argelino, de madre española y padre francés, siempre de insoportable brillo intelectual y acaso todavía más, un paradigma de ética existencial. Le transcribo y perdónenme si me extendí hoy demasiado.

 

 

“Nunca vi morir a nadie por el argumento ontológico. Galileo, que defendía una verdad científica importante, abjuró de ella con la mayor facilidad del mundo, cuando puso su vida en peligro. En cierto sentido, hizo bien. Aquella verdad no valía la hoguera. Es profundamente indiferente saber cuál gira alrededor del otro, si la tierra o el sol. Para decirlo todo, es una cuestión baladí. En cambio, veo que muchas personas mueren porque estiman que la vida no vale la pena de vivirla. Veo a otras que, paradójicamente, se hacen matar por las ideas o las ilusiones que les dan una razón para vivir (lo que se llama una razón para vivir es, al mismo tiempo, una excelente razón para morir). Opino, en consecuencia, que el sentido de la vida es la pregunta más apremiante. ¿Cómo contestarla? Con respecto a todos los problemas esenciales, y considero como tales a los que ponen en peligro la vida o los que decuplican el ansia de vivir, no hay probablemente sino dos métodos de pensamiento: el de, Pero Grullo y el de Don Quijote. El equilibrio de evidencia y lirismo es lo único que puede permitirnos llegar al mismo tiempo a la emoción y a la claridad. Se concibe que, en un tema a la vez tan humilde y cargado de patetismo, la dialéctica sabia y clásica deba ceder el lugar, por lo tanto, a una actitud espiritual más modesta que procede a la vez del buen sentido y de la simpatía”.

 

 

 

 Nelson Chitty La Roche

nchittylaroche@hotmail.com

@nelson_chitty

De la desesperanza como enemigo de la ciudadanía

Posted on: agosto 4th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

“Solo cuando desesperamos y ya no sabemos qué hacer podemos llevar a cabo el cambio: tenemos que pasar por ese punto cero de desesperanza”. Slavoj Zizek, El coraje de la desesperanza

 

 

Inspira esta reflexión, escuchar los testimonios de conciudadanos en Maracay, con los que me reuní el pasado domingo, en ocasión de acompañar en gira política al aspirante César Pérez Vivas, quien, por cierto, recibía el apoyo de un grupo de venezolanos que hasta hace poco acompañaron a otro de los que se insinuaba como pretendiente a ser electo en las primarias próximas pero que optó más bien por retirarse.

 

 

Hace unos meses, recordemos, eran tres docenas de venezolanos que se anunciaban como participantes en los comicios que echó a andar la Plataforma Unitaria; empero, hay que tener cualidades y más que eso, para permanecer. Queda aún una docena y es bastante todavía.

 

 

La Comisión Nacional de Primaria nada contra la corriente y lo hace, consciente de la significación de ofrecerle a Venezuela una candidatura unificadora de la oposición al régimen. Contra ese sano propósito conspiran diversos demonios que más que adversarios se asumen como enemigos, pero, no es de ellos de los que discurriré, sino de ese implacable depredador de los espíritus y la ciudadanía que es la desesperanza.

 

 

En efecto, los venezolanos hemos perdido la ilusión, la confianza y la fe. Luego de veinticinco años de una revolución de todos los fracasos y un empobrecimiento masivo, una estrepitosa caída del nivel de vida y el fiasco sostenido de los servicios públicos, cada coterráneo que escuchamos se refiere con amargura, dolor, resentimiento a lo que le ha tocado padecer. Sin ninguna excepción desfilaron en la reunión de Maracay que mencioné los discursos que, además, anticipaban en la secuencia el temido daño antropológico que desfigura a los cubanos y que apunta hacia nosotros inexorable, implacable, ineluctable.

 

 

No nombraré a ninguno para protegerlos, pero, escuchamos un larguísimo memorial de agravios que no por comunes a muchos dejaron de sonarnos cruentos, atronadores, trágicos. La abuela que vio a sus hijas partir y no sabe si volverá a verlas y al nieto que le nació por allá en Chile. Aquella hermana que desde hace dos años espera una operación en su pierna y teme perderla. El que vio su antes próspero negocio languidecer y toca la puerta de la ruina. Algún chavista arrepentido también alzó su voz con vergüenza y decepción. El médico que, sentido en su espíritu, visualiza de mal en peor la situación y especialmente se pregunta si los que protagonizan la oposición al régimen realmente lograrán el cometido o se plegarán, o simplemente anticiparán sus intereses a los del colectivo vulnerable.

 

 

Ese médico, sin embargo, encuentra que la violencia política, social, institucional, policial y de la sociedad descompuesta, es la que más daño nos hace y no hay defensas contra ellas. De su lado, una ingeniera petrolera comenta y se pregunta qué pasará con Pdvsa y su futuro. Finalmente, resalto la dama que con una hija en sus brazos de tres que ha traído al mundo se declara en campaña para que tengamos un cambio porque sus hijas merecen algo mejor. La glosa surge al tocarse el tema de la educación que todos admiten colapsada.

 

 

Dejo para el final a una valiente sindicalista de la mejor escuela, formada por el inolvidable Chino, Carlos Navarro, un socialcristiano auténtico y que partió allá donde iremos todos, prematuramente. Con verbo fácil y elocuencia espontánea presentó la tarea a emprender, la de construir una opción capaz de encarar y vencer a la deletérea hegemonía madurista militarista.

 

 

Resalto como corolario un par entre varias conclusiones: la primera es la gravedad de la penuria espiritual que nos cubre y nos acecha por doquier y que desalienta, desanima, desciudadaniza y postra a nuestra gente; y la otra es la duda persistente de que aquellos que lideran o lo intentan, el país que quiere, necesita, demanda el cambio, tengan la grandeza para hacer de ese propósito y no otro el centro de sus quehaceres.

 

 

Es tiempo de un liderazgo sin miedo al heroísmo. Es bueno recordar que se es héroe cuando se sacrifica todo lo propio por aquello que constituye la razón de la comunidad. Es hora del pensar profundo y de la acción que desafía la parálisis y la vacilación. ¡Liberar a Venezuela es la mejor razón para vivir!

 

 

Nelson Chitty La Roche

nchittylaroche@hotmail.com

@nelson_chitty

Liderazgo y responsabilidad: ¡Llegó la hora!

Posted on: julio 28th, 2023 by Lina Romero No Comments

“Los que nunca cambian de opinión, nunca cambian nada”. Winston Churchill

 

 

Entre los denominados cinco grandes rasgos de la personalidad figura la responsabilidad (Costa y McCrae, 1999) y se define así: “Esta dimensión hace referencia a la capacidad para controlar aspectos como los impulsos, tener autodisciplina y gran capacidad de organización. También se incluye dentro de la misma toda conducta relacionada con alcanzar una meta, además de pensar a corto y largo plazo, seguir las reglas o establecer prioridades” (Nahum Montagud Rubio; 20 diciembre, 2019).

 

 

Se trata de establecer un perfil psicológico que algunos otros llaman consciencia. El vocablo responsabilidad supone otras acepciones, siendo en política y en el campo del derecho cada día más usado e incluso relacionado con el poder y su ejercicio especialmente.

 

 

Paralelamente y, en medio del surgimiento de la sociedad del riesgo, la responsabilidad se ha convertido en una consecuente institución que acompaña el devenir económico y social que por sus derivaciones impone obligaciones para aquellos que son actores generadores de daños, por así llamarlos.

 

 

La locución responsabilidad política apunta más a la apreciación, valoración y juicio que se hace del desempeño de los dignatarios públicos y, transita entre la censura y la imposición de sanciones de distinta entidad y naturaleza, aunque, pudiéramos decir, se advierten consecuencias e imputaciones, políticas propiamente con su declaratoria, pero, además, administrativas, civiles y penales.

 

 

Empero, estoy pensando en otro tipo de responsabilidad y es la que es propia al liderazgo. Cabría preguntarnos no obstante y de manera sencilla qué entenderemos por liderazgo, antes de acometer la tarea que pensamos para estas cavilaciones.

 

 

El liderazgo como ejercicio se refiere al ascendiente de que dispone un miembro de una comunidad que genera confianza en los otros, simpatía, empatía y hasta fascinación. Es una influencia, una atracción, una suerte de autoridad que produce aquiescencia y seguimiento.

 

 

El líder se constituye en un rector de su entorno. Lo interpreta y se hace guía y pensamiento de su ambiente social y político. Un líder ordena y es obedecido. Es un faro de luz en la percepción de sus gregarios, partidarios, solidarios.

 

 

Se produce una natural mutación que lo lleva a ser mentor, conductor, jefe, mientras que correlativamente aparece hacia él, una compulsión a obedecerle inclusive. Un líder manda e irradia, por lo general, una emoción específica y connatural a su condición.

 

 

Siendo así, el líder o quien intenta devenirlo, suele legitimarse promoviendo esa comunión de espíritus que lo asumen como parte de sí en cada cual y, además, es ungido de la cualidad de convincente y persuasivo. Su palabra es el referente, el parámetro a perseguir.

 

 

Simultáneamente, el dirigente recibe en el paquete una carga. Él debería rendir cuenta de sus orientaciones, decisiones y resultados. En ocasiones mantiene su calidad por períodos extensos o en otras situaciones, pierde su aura, su encanto, su gracia y regresa al común simplemente.

 

 

Weber elucidó el asunto al referirse a la predominancia en el seno del grupo social de aquel dotado de carisma; un don, un enigma que lo hace distinto, atrayente o con la autoridad que resulta de la tradición o aquel otro que, constituye la encarnación de la institucionalidad o la legalidad.

 

 

Hay una sintonía, no siempre visible ni explicable, ora de clarísima razón para descollar y ascender al plano jefatural o acaso, una sincronía de percepción y pensamiento compartido y de súbito descubierto, como un hallazgo.

 

 

Hay quienes cultivan entre espinas y dificultades mayores la rosa del liderazgo. Les cuesta mucho, pasan su vida dedicados a regarla y no por ello logran ese pasaje que lo alza a la cima, que lo iza como una bandera y también acontece que no lo logran o parecen haber perdido la oportunidad.

 

 

Cuando deposito mi mirada en la Venezuela de hoy, siento que una densa niebla de incredulidad, fatiga, amargura, vacío espiritual, desinterés y resentimiento, impide la concreción de un liderazgo al cual, y enfatizo, debemos apostarle todo lo que aún tenemos en todos los sentidos.

 

 

No pienso por lo pronto en una persona, sin embargo. Sostengo que, si bien la imagen debe tener rostro y discurso para comunicarse, lo trascendental es comprender que el momento, más que reclamar con quién, exige para qué.

 

 

El líder de este instante de nuestra inmarcesible tragedia es el cambio que nos retorne a la dignidad como personas humanas y de la que hemos sido despojados impunemente. Hay que engendrar y alumbrar ese giro, ese golpe de timón, ese manotazo al libro de nuestra peor historia; esa que exilo a nuestros hijos, hermanos, amigos y nos convirtió en unos zombis sin coraje para existir.

 

 

Es vital que los que se disputan la presidencia lo entiendan y militen en la idea. Superar este desastre es lo que le deben al país. No son simplemente sus aspiraciones que pueden ser justas sino, cómo pueden contribuir racional, inteligentemente a la noble y patriótica faena de apartar del poder a quienes solo han depredado la patria y, quienes mórbidos pretenden seguirlo haciendo.

 

 

Esa debe ser la estrategia y no otra. Veamos quién puede y quiénes no. Esa es el alguarismo de bóveda y ojalá podamos entenderlo antes de mirarse en el espejo y mirarse como el predestinado. La secuencia de los estertores de la tiranía hay que aprovecharla y no desoírla.

 

 

Si Maduro sigue, Venezuela se muere y no se trata entonces de que se les elija sino de actuar de consuno para alcanzar el objetivo de la liberación de Venezuela, de la redención de su pueblo, poseído de los demonios, exorcizándolo con libertad, democracia y genuino patriotismo.

 

 

Confieso que he creído que, la escogencia ciudadana debía apuntar hacia el candidato que mejores condiciones exhibía, pero pienso que obtener sobre el pasado que se quiere perennizar, la victoria, calibrando las contingencias y circunstancias para fraguar el cambio, me ha convencido del camino a tomar.

 

 

Que cada aspirante sopese lo que está en juego. Weber de nuevo y la ética es por responsabilidad ahora y no por convicción. Cierro con el León inglés: “El precio de la grandeza es la responsabilidad” (Winston Churchill).

 

 

 Nelson Chitty La Roche

@nchittylaroche

nchittylaroche@hotmail.com

Elementos por considerar para un cambio de política económica y social para la Venezuela poschavista (parte 1)

Posted on: julio 14th, 2023 by Lina Romero No Comments

“Todos somos responsables de todos”. Fiodor Dostoievski

 

 

Uno de los temas más importantes a examinar en esta nuestra Venezuela hipóxica es, precisamente, el de la política económica y no solo la actual, sino aquella que nos trajo a los predios distópicos en que hoy yacemos.

 

 

Científicos económicos nacionales suelen calificar la experiencia venezolana en cuanto al manejo económico que el país ha conocido desde 1998 como, si no el mayor, uno de los peores desastres de la historia económica del mundo.

 

 

No les falta razón, basta comparar las cifras de Pdvsa antes de Chávez y hacerlo después del gobierno del susodicho y más grave aún, luego de los años de administración de su epígono escogido por él mismo, Nicolás Maduro, para tener una idea del tamaño del fiasco que nos ha llevado a ser el país de más bajo salario del espectro latinoamericano y el de mayor pobreza porcentual, como lo evidencia periódicamente el informe de la UCAB, Encovi, reiteradamente.

 

 

Entre las causas del siniestro que nos arruinó groseramente y nos ha postrado, a ratos pareciera y en algunos y no pocos aspectos con semblante catatónico, destaca la política económica adelantada por el “chavomadurismo militarismo”, que no ha sido por cierto congruente con el llamado Plan de la Nación presentado al país en cada inicio de gestión y ha mostrado una orientación que no puede ser desconocida y que definiremos como un estatismo a ultranza y el desorden cataclísmico en el manejo dispendioso, concupiscente, opaco, incontrolado e irresponsable de las finanzas públicas.

 

 

¿Qué podemos entender brevemente por política económica? En términos sencillos, se puede decir que las decisiones y acciones por las que el poder público influye en la economía del país son constitutivas de su política económica. Esa conducta pública es el gobierno económico mismo y evidencia su ontología, su orientación ideológica dirán otros.

 

 

Ni siquiera Reagan ni acaso la Thatcher lograron gestionar la economía sin advertir que existe una inevitable conjunción entre el interés privado y el público, entre el Imperium y el Dominium. Además, hay un proceso dialéctico que cada día invisibiliza más la línea entre la microeconomía y la macroeconomía y entre las esferas de ciudadanos y el Estado.

 

 

Traigo a colación estas consideraciones luego de ser testigo del debate que se cumplió entre los candidatos concurrentes, en la UCAB.

 

 

El día después del arribo de otra tendencia al mando en Venezuela, tal vez en 2024, constatando la dramática situación de la economía y sus efectos sobre la sociedad, será menester tener claro, al menos, un imperativo. Hay que cambiarlo todo o casi todo y para ello, no bastará una sola voluntad, sino que el consenso es la única vía posible al éxito y ello implica tender puentes hacia todos lados y sin embargo, mantener en lo estratégico el desmontaje urgente del omnisciente, omnipresente y totalizante Estado chavista, víctima y victimario de la ideologización, la ignorancia y la tozudez de los dignatarios electos durante estos años, en todas las instancias y niveles.

 

 

Para ello hay que desregular sistemáticamente para abrir las compuertas que cerradas han permanecido, impasibles, hieráticas, aún con las evidencias del mayor fracaso de toda nuestra historia. Para ello hay que atreverse y hacerlo también con prontitud.

 

 

La semana próxima si Dios quiere abundaremos en el punto y otros asuntos más.

 

 

 Nelson Chitty La Roche

@nelson_chitty

nchittylaroche@hotmail.com

Notas sobre el golpe de Estado a la soberanía y la nación en estampida

Posted on: julio 7th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

 

“Querer el olvido es un problema antropológico: desde siempre el hombre sintió el deseo de reescribir su propia biografía, de cambiar el pasado, borrar sus huellas y las de los demás (…) la lucha contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido”. Milan Kundera

 

 

¿Cómo calificar la inhabilitación de María Corina Machado, a todas luces, por cierto, inconstitucional e ilegal, decidida por la Contraloría General de la República? Me refiero desde el punto de vista político, social y moral que el citado exabrupto conlleva.

 

 

«Ab initio» resaltaremos un hecho indubitable. Es un ataque no solo contra los derechos políticos de MCM, sino que también irradia gravosamente a los derechos de los conciudadanos que ven obstruidos los naturales canales de expresión de su participación en el espacio público nacional que se cumple con una consulta a la soberanía del pueblo venezolano, al enervar el ejercicio libre y democrático de los comicios de la elección primaria.

 

 

A mi juicio, se trata de una maniobra sórdida y ominosa que la desesperación y el cinismo del fracasado régimen adelanta. Es una vía de hecho por la cual se agrede a la sociedad política y se pretende eliminar a una aspirante, pero al mismo tiempo amedrentar, intimidar a cualquier otro que se atreva a presentar su nombre, para por su intermedio retar al oficialismo, a Maduro, al autoritarismo, incapaz de resolver los problemas que nos afligen a todos los coterráneos.

 

 

Es una acción fraudulenta y delictual que desnuda por ella sola el grado de desconstitucionalización, desinstitucionalización y desconvencionalización que hoy victima a la república, convirtiéndola en una suerte de satrapía pragmática, carente de principios éticos y aun de los más elementales valores democráticos.

 

 

Es menester, en provecho de la verdad, denunciar lo que puede llamarse un golpe de Estado a la soberanía; sin embargo, no nos impedirá continuar la ruta de la ciudadanía que sabe que asume la vía electoral como antesala para la liberación y que la misma no estará exenta de tensiones y peligros, pero que debemos llevarla a cabo, hasta el final.

 

 

Insisto cuando digo y más bien repito, se trata de un duelo de voluntades entre aquellos enajenados, ideologizados, alienados al injusto propósito de intentar que continúe el mal gobierno por un lado y el resto mayoritario del país que pugna por cambiar a los actores y renovar la planta dirigente y dignatarios nacionales.

 

 

Por otra parte, llamo la atención sobre otro hecho constitutivo por sí solo, en la gran angustia de la Venezuela en crisis. Se sigue yendo nuestra gente, se habla ya de más de ocho millones de venezolanos allende nuestras fronteras y la hemorragia sigue. ¿Cuándo se detendrá ese flujo que debilita la nación, la vacía, la compromete? Si no ponemos un torniquete en la vena de la herida abierta de la migración, nos exponemos al colapso. ¿ Podemos acaso, permitirnos vivir intentando obviar, desconocer, olvidarnos de lo que nos está pasando?

 

 

Todos hemos sido afectados en lo personal y en lo familiar, pero, es mucho mas grave y cabe un ejemplo a considerar lo dicho por el Doctor Douglas Natera, presidente de la Federación Médica Venezolana quién lamenta la marcha de cuarenta mil médicos venezolanos cuya ausencia duele y todavía más lo hará con el tiempo. La lista es mucho mas extensa y la compone, entre muchos otros, profesionales cuya preparación y formación le costo mucho al país de cuya performance necesita y demandara la nación.

 

 

Los que se van, lo hacen, porque han perdido confianza en su país como escenario para su desarrollo en lo económico, primeramente. Los corre la miseria de un salario, entre los más bajos del mundo, una inflación morbosa y omnipresente, el desempleo, la inseguridad, los malos servicios públicos y el miedo de que no podamos lograr el cambio. El temos a perder toda posibilidad de futuro.

 

 

¡Si Maduro continúa, Venezuela se nos muere!

 

 

Nelson Chitty La Roche

@nelson_chitty

nchittylaroche@hotmail.com