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A los altares

Posted on: marzo 30th, 2013 by lina 1 Comment

Oremos y encomendemos la causa de Mons. Salas para edificación de todos

 

Una de las cosas que más cuesta a los humanos es reconocer lo bueno de los demás. Ya lo decía hace siglos, creo que el Crisóstomo, que es más fácil compadecerse con el que sufre que alegrarse con el que triunfa.

 

Esa especie de complejo acompaña a nuestra cultura. Todo el que llega a ejercer un poder, comienza por criticar al anterior y a afirmar que ahora sí se asoma la verdad y el bien. Mal compañera esta conseja pues nos lleva a pensar que el pasado hay que cubrirlo con el manto del olvido.

 

Juan Pablo II invitó con insistencia a que diéramos a conocer los testigos de la fe de nuestro tiempo. Es una manera de «tocar» la virtud que abunda más que el pesimismo de mostrar únicamente lo malo.

 

He recibido de varias instancias la solicitud de dar a conocer las virtudes de Mons. Miguel Antonio Salas. Últimamente estuvo de visita en Venezuela el Superior General de los Padres Eudistas manifestándome que aunque no lo había conocido, era tanto lo que había oído sobre él, que me encarecía me encargara del asunto.

 

En la asamblea episcopal de enero 2013, cumpliendo las formalidades canónicas, se aprobó por unanimidad el que se hiciera la solicitud a Roma para iniciar el proceso de beatificación. Hemos enviado a la Congregación para la Causa de los Santos el pliego correspondiente.

 

El 24 de marzo se cumplen 70 años de la ordenación sacerdotal del P. Salas. Coincide este año con el Domingo de Ramos, buena fecha para que quienes lo conocieron, en el Táchira, Caracas, el Guárico y Mérida recojan su testimonio y oren para que el buen propósito que nos anima llegue a buen fin.

 

Sí hay testigos de la fe, de carne y hueso, cercanos a nosotros en el tiempo y el espacio, de quienes podemos aprender muchos. Mons. Salas es uno de ellos. Oremos y encomendemos esta causa para edificación de todos.

 

Mosn Baltazar Porras

 

faustih@hotmail.com

 

Hugo Rafael Chávez Frias

Posted on: marzo 9th, 2013 by lina No Comments

Ha entregado su alma al creador el presidente Hugo Rafael Chávez Frías. Con la oración de la recomendación del alma, decimos: “alma cristiana, al salir de este mundo, marcha en el nombre de Dios padre Todopoderoso, que te creó; en el nombre de Jesucristo, hijo de Dios vivo, que murió por ti; en el nombre del Espíritu Santo, que sobre ti descendió”.

 

Con la Conferencia Episcopal manifestamos nuestro pesar por este hecho que enluta a la nación y expresamos la más sincera condolencia a sus padres, hermanos, hijos y demás familiares, a los poderes públicos, a sus partidarios y amigos; y a todo el pueblo venezolano, pues rigió los destinos del país. Al mismo tiempo aseguramos una piadosa oración por el eterno descanso en Dios del ciudadano presidente.

 

En los momentos más difíciles de su existencia, cuando fue sometido a prisión, y en los acontecimientos de abril 2002, tuvo la cercanía de varios obispos para garantizarle la vida, en circunstancias nada fáciles. La caridad sacerdotal estuvo por encima de cualquier discrepancia o diferencia.

 

Invitamos a todo el pueblo creyente de Venezuela a elevar en los próximos días oraciones por su eterno descanso, por el consuelo y fortaleza espiritual de los suyos.

 

La muerte es momento privilegiado para el perdón y la reconciliación. Tenemos la obligación de seguir adelante dando razón de la fe que recibimos desde el bautismo.

 

Por ello, exhortamos a todos para que estos días de duelo sirvan para buscar caminos de entendimiento y de paz para todos, de superación de todo odio o división, para que seamos constructores de la patria bonita que todos anhelamos. Será el mejor homenaje a su memoria.

 

Descanse en paz, Hugo Rafael Chávez Frías. Que vengan en su ayuda los santos de Dios; y salgan a su encuentro los ángeles del Señor.

 

Baltazar Porras

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