Aquí sí se habla mal…

Posted on: febrero 2nd, 2017 by Laura Espinoza No Comments

Las imágenes de hambrientos hurgando sobras de comida en la basura es la demostración palpable de la crueldad de un régimen tan inhumano como el de Nicolás Maduro.  Este es un socialismo que está matando a la gente de hambre. Nada justifica que los venezolanos se hayan convertido en seres que salen a la calle a encontrar su subsistencia en pipotes de basura a pesar de vivir en un país especialmente dotado por la naturaleza para producir en abundancia. Maduro está sufriendo alucinaciones y por eso ve buenos resultados en la repartición y venta de las bolsas de comida –CLAP–, reducidas a la mínima expresión en artículos de la cesta básica; se trata de una falsificación de la realidad, por eso no sorprende que tanto los productos como el peso de de las personas vayan disminuyendo escandalosa y progresivamente. La fundación Cáritas de Venezuela revela que 202  niños menores de 5 años de edad presentan desnutrición aguda y otros 225 están en riesgo de padecerla en 25 parroquias de Vargas, Zulia, Miranda y Distrito Capital. Estamos sufriendo pobreza extrema debido a la incapacidad manifiesta de quien funge como presidente de la República. Maduro agravó los problemas heredados de Hugo Chávez que le declaró la guerra a muerte a los productores agropecuarios y a los industriales, confiscó sus propiedades  y propició las invasiones, convirtiendo esos campos fértiles en tierras arrasadas. La consecuencia de esos desatinos, de esa inexplicable destrucción del aparto productivo es que los pobres que nacen durante el período ignominioso de Maduro no podrán probar ni un bistec, algo que para sus padres es hoy un recuerdo lejano. Le tocará al gobierno de El Aisammi, presidente de hecho al ser empoderado de competencias ejecutivas cedidas por Nicolás Maduro en el Decreto 2695 –lo que  se traduce en la formalización del abandono del cargo–, resolver algo de los entuertos o condenarnos a una lucha más feroz por la vida que empezó por su fase más primitiva, la alimentación.Mutación posapocalíptica

 

 

 

La ridícula orden de Diosdado Cabello de que se exponga un afiche con la inscripción “Aquí no se habla mal de Chávez” en las oficinas de la administración pública representa un nuevo paso para frenar el incontrolable malestar político y social por el desborde de la corrupción y la ineficacia del gobierno en los problemas más acuciantes, como aumento de la pobreza, desempleo e inseguridad y es un intento infructuoso de apagar el discernimiento y la capacidad crítica de funcionarios y contribuyentes, es querer mantener a toda costa el parapeto revolucionario que solo es una máquina de fabricar odio, amarguras y  miserias. El mito del “comandante eterno” ha costado millones dólares en propaganda y publicidad. No han escatimado recursos –que deberían ser invertidos en alimentos y medicinas–, para financiar documentales panfletarios sobre la figura del “galáctico”, reiterado hasta la saciedad en reposiciones de videos, donde dicta pautas desde el más allá, con su mirada impresa en vallas, pósteres, tazas, camisetas, que hoy encarnan en el imaginario colectivo una mutación posapocalíptica de Chávez. Aquí no hay ningún héroe, no hay ningún santo laico, aquí la realidad es feroz y testaruda, no entiende de mitos, porque en la realidad, Chávez  siempre actuó con revanchismo social y odio de clases, se ensañó contra millones de venezolanos que soñaban con un país próspero y con calidad de vida. En Venezuela no hace falta hablar mal de Chávez, lo dice en su Twitter el Padre José Palmar: “Esta es la peor estupidez, es como si en los templos se escribiera: ‘Aquí no se habla mal del diablo’. Sólo con nombrarlo es hablar mal”.+

 

 

 

Marianella Salazar

@AliasMalula

Diálogo de sordos

Posted on: noviembre 9th, 2016 by Laura Espinoza No Comments

 
Nicolás Maduro sin mucho esfuerzo se ha convertido en el símbolo de la brutalidad; se sienta en una mesa de “diálogo”, pero espeta que la oposición no volverá a Miraflores “ni con balas ni con votos”, y cierra así toda posibilidad a una salida democrática. No es posible que la MUD, que solo representa una parcela de la oposición, se siente en la mesa de “diálogo” en actitud sumisa a discutir un punto que no tiene discusión, como el cumplimiento de la Constitución.

 

 

El gobierno rechaza la propuesta de hacer elecciones generales para 2017, argumentando que no están previstas en la Constitución; sin embargo, suspendió el referéndum revocatorio que es una salida constitucional. Ese es el primer desafío para los dialogantes de la MUD, lograr reactivarlo para este 2016, liberar a todos los presos políticos y permitir la entrada de ayuda humanitaria; de esa forma solventarían la gran molestia que han generado en la población por su falta de claridad y por el retraso en anuncios trascendentales, como el juicio político en la Asamblea Nacional a Nicolás Maduro que establezca su responsabilidad en la ruptura del orden constitucional.

 

 

El frenazo del juicio político y el anuncio de resultados concretos para el 11-N dejaron nuestras perspectivas en suspenso. La tregua solicitada por el Vaticano ha dejado al país en un reducto completamente limbático, misterioso, que puede conducirnos al infierno. O entonces, ¿qué otra cosa significan las palabras del enviado papal, monseñor Claudio María Celli, cuando afirma que si no hay diálogo “el camino podría ser el de la sangre, y que “hay gente que no tiene miedo de que haya derramamiento de sangre”?

 

 

 

El representante del Vaticano debería estar muy bien informado sobre quiénes son los que tienen las armas: los cuerpos de seguridad del Estado y los grupos paramilitares del gobierno –“colectivos”– que amenazan a la población, a la disidencia y disparan a mansalva contra inocentes que protestan en las manifestaciones, como lo vimos durante los sucesos de febrero de 2014; gracias a los teléfonos inteligentes que grabaron todo, supimos que quienes asesinaron a jóvenes como Geraldine Moreno, Bassil Da Costa y Génesis Carmona –entre muchos otros– fueron funcionarios de seguridad o miembros de los “colectivos” rojos. En Venezuela corre mucha sangre porque hay pena de muerte, ejecutada a diario por el hampa común o por los “colectivos” que facilitan la intervención policial a través de la Operación de Liberación del Pueblo, OLP, con el pretexto de desmantelar bandas criminales.

 

 

 

En el país el miedo se ha instaurado en la ciudadanía como forma de vida, porque hay gente que disfruta al derramar sangre o que le gusta ver correr la sangre; si no cómo se explica lo que dijo hace dos años en un programa de televisión el embajador Roy Chaderton: “Una bala en la cabeza de un escuálido pasa rápido y suena hueco”. Una frase que retrató a Chaderton; sin embargo, es uno de los “dialogantes por la paz”, y algunos en la oposición lo consideran como el más ecuánime entre los siniestros talibanes que el gobierno sentó en la mesa presidida por el Vaticano.

 

 

Envalentonados porque a través del “diálogo” han logrado demorar su salida, anuncian que no tienen la mínima disposición de ceder a las propuestas de la MUD, ni hacer el RR, ni adelantar comicios generales y mucho menos cambiar el modelo socialista que colocó al país en una situación tan desvergonzada como la búsqueda de comida en la basura.

 

 

 

Mientras tanto, al primer causante de esta tragedia se le mete el demonio de la salsa en la sangre y mueve su quintal de obesidad sin talento para ese ni para ningún otro compás.

 

 

 Marianella Salazar

El próximo golpe

Posted on: noviembre 2nd, 2016 by Laura Espinoza No Comments

La MUD lo hizo otra vez. Nadie sabe cómo se la ingenia cada vez que tiene el sartén por el mango y estamos cerca de una salida a los diecisiete años de terror en que nos sumió Chávez y Maduro; entonces, de forma obscena, se bajan los pantalones, nos echan tierrita y dejan con los ojos claros y sin vista.

 

 

Eso fue lo que sucedió el domingo pasado, después de unos días exultantes a consecuencia de la descomunal Toma de Venezuela y el anuncio de una ruta que incluyó el juicio político a Maduro para arrastrarlo a su destitución, además de una convocatoria a Miraflores que dio la sensación de estar viviendo los días finales. Sin embargo, la MUD se prestó otra vez al juego del gobierno para no ser desalojado y se sienta a negociar.

 

 

 

Algunos de sus representantes en la mesa son sospechosos de claudicar, como el ex chavista gobernador de Lara, Henri Falcón, cuyo discurso no puede ser más ambiguo; o el alcalde Carlos Ocariz, que se encuentra en un estado de vulnerabilidad, al ser acusado injustamente por organismos de seguridad del Estado de actos terroristas y ser amenazado con seguir el mismo destino del digno preso de conciencia Leopoldo López; ni hablar del impresentable Timoteo Zambrano, de quien conocemos muy bien sus componendas, después de poner en evidencia su contubernio con el gobierno al rechazar la suspensión de Venezuela en el Mercosur, echando por la borda el intenso trabajo de los opositores que han sufrido cárcel, persecución, destierro y que demostraron al mundo que el gobierno sí viola los derechos humanos. Fue así como a la MUD no le quedó otro recurso que anunciar la reestructuración de la coordinación internacional, que presumía la desincorporación del diputado de UNT Timoteo Zambrano –papel que supuestamente asumió el secretario ejecutivo, Jesús Torrealba–, pero, ¡oh, sorpresa!, el domingo lo vimos de primer chicharrón sentándose en la “mesa de diálogo” junto a su asociado español Rodríguez Zapatero, con quien actúa tomado de la mano.

 

 

Zambrano nunca se conduce a título personal, como le hizo creer la MUD a los más desprevenidos. Los remito a mi columna publicada el pasado 21 de septiembre –“Los tejemanejes de Timo”–, donde concluyo que seguiría operando bajo las sombras de sus jefes políticos, pero que la dirigencia quedaría al descubierto. A poco más de un mes los hechos lo confirman. Son jugarretas inaceptables que cuestionan al actual liderazgo de la MUD.

 

 

Lo mismo pasó en 2014, después de las protestas de febrero lideradas por Leopoldo López, Antonio Ledezma, María Corina Machado y el movimiento estudiantil, cuando los tiraron al pajón y fustigaron “la Salida”, en un momento como el de hoy, en el que sectores críticos del chavismo y hasta ex comandantes del 4-F coincidían en la salida y la renuncia de Maduro.

 

 

Aquel “diálogo” no produjo otra cosa que atornillar al gobierno, y no conviene olvidar declaraciones del dirigente de AD Henry Ramos Allup, cuando dijo en Unión Radio, que “si bien es cierto que el diálogo no ha producido resultados hasta ahora, también es cierto que ‘la Salida’ no produjo resultados positivos. Al menos podemos decir que nuestra propuesta no trajo heridos ni muertos”, y de esa forma colocó a esos tres valientes dirigentes como responsables de los muertos y heridos, cuando fueron los grupos paramilitares del gobierno y los cuerpos de seguridad que se ensañaron con crueldad asesina.

 

 

Aquel “diálogo” no sirvió sino para condenar con pruebas amañadas a ciudadanos y estudiantes, entre ellos a Leopoldo López. El inesperado “diálogo” de hoy lo recibimos como un niño maltratado, que a cada momento espera el próximo golpe.

 

 

Marianella Salazar

La paz como coartada

Posted on: octubre 5th, 2016 by Laura Espinoza No Comments

 
Los resultados del plebiscito en Colombia no pudieron ser más sorprendentes. Convencidos de que el acuerdo de paz presentado por el gobierno de Juan Manuel Santos arrebataría en las urnas con amplísimo margen –como afirmaban las “inefables” encuestadoras–, los efectos políticos de esa consulta, en la cual se negó el acuerdo Santos-Timochenko, tienen que ser procesados en la región, especialmente en Venezuela, para tomar experiencia de lo que fueron esos largos diálogos en La Habana que finalmente fueron “santiguados” por el papa Francisco.

 

 

 

Estamos a punto de comenzar un diálogo en Venezuela, la oposición confiada en su imparcialidad acaba de solicitar la mediación del Vaticano. Colombia, un país tan religioso y mayoritariamente católico, no se dejó impresionar por el ofrecimiento de Bergoglio de visitar ese país si ganaba el Sí: “Cuando sea blindado. Si gana el plebiscito, cuando todo esté seguro, seguro. Si es así, voy”. Fue una injerencia cuestionable por parte de su santidad, que tomó partido y descubrió su parcialidad y simpatías políticas. Ojalá en Venezuela pueda actuar con verdadera neutralidad; el papa está enterado de todo el sufrimiento que nos aqueja y conoce los informes presentados por la Conferencia Episcopal Venezolana, que condiciona el diálogo a la realización del referéndum revocatorio, y ha hecho pública su convicción de que el gobierno de Maduro no es para nada sincero.

 

 

 

Gran parte de los colombianos se miraron en el espejo de los venezolanos, conocen de primera mano, por sus hermanos y amigos que hacen vida entre nosotros, cómo es sobrevivir en ese socialismo adonde los conduciría un futuro gobierno de alias Timochenko. Fue en gran parte miedo a que la narcoguerrilla de la FARC, que en el pasado pretendió tomar el poder por la fuerza, lo hiciera esta vez por vía constitucional una vez que el presidente Santos le ofreció desaparecer “con dignidad” como organización terrorista.

 

 

 

Cuando los perdonavidas de la FARC declararon el alto fuego no significaba un cambio de estrategia, sino un mero cambio de táctica que perseguía lo mismo, la toma del poder, pero se abandonaba el asesinato y los crímenes como instrumentos para conseguirlo. ¿Por qué una nueva táctica?, porque el panorama social había cambiado radicalmente –el desprecio de la ciudadanía hacia las FARC y sus guerrilleros era palpable en cada rincón de Colombia–; nadie imaginó que Santos, el ministro de Defensa de Uribe, el que comandó en 2008 la Operación Fénix, que incursionó en territorio ecuatoriano, donde murió el portavoz de la narcoguerrilla, Raúl Reyes –que dejó en sus computadoras pruebas de las complicidades de Hugo Chávez y su financiación a los genocidas–, sería el primero en ayudarlos a ganar la batalla contra la democracia maquillando la operación como una apuesta por la paz.

 

 

 

Convertido en nuevo socio de tradición democrática, Juan Manuel Santos quiso sacar beneficios políticos y coronarse con el Premio Nobel de la Paz, pero al contrastarse en las urnas, convencido de que los ciudadanos lo refrendarían, intimidados por una propaganda brutal, que incluyó el acto proselitista en Cartagena, con la presencia de Ban Ki-moon, finalmente salió trasquilado y perdió gobernabilidad. El resultado del plebiscito lo obliga a renegociar los acuerdos incorporando a la oposición y a todos los sectores independientes, corregir uno de sus grandes errores, al dejar por fuera a millones de colombianos y poder construir, ahora sí, una verdadera paz entre todos.

 

 

 

El plebiscito colombiano nos reafirma la esperanza de ganarle la batalla al castro-chavismo depredador y secuestrador de Venezuela. Falta poco.

 

 

 

Marianella Salazar

 

El último cartucho  

Posted on: septiembre 28th, 2016 by Laura Espinoza No Comments

 

 

La Mesa de la Unidad Democrática pareció muy sorprendida por las condiciones dictadas por el CNE para impedir el referéndum revocatorio, como si no hubiese previsto un escenario predecible que todo el mundo conocía. Con anterioridad, dirigentes del llamado G4, entre ellos Ramos Allup, había señalado que “en el CNE no existe movimiento para hacer revocatorio este año”, entonces, por qué la MUD lució tan desconcertada, ¿acaso esperaban algo distinto que facilitara un proceso que han llenado deliberadamente de grandes obstáculos para evitar que el régimen sea revocado este año?

 

 

 

Las condiciones inconstitucionales impuestas por el CNE son claramente desfavorables para la oposición, pero no son imposibles de superar; pueden revertirse al asumir el reto de la calle en forma pacífica. A la oposición no le queda otra salida que calle y más calle, esa es su gran fortaleza, mucho más hoy, cuando el oficialismo está cuesta abajo en su rodada al perder estrepitosamente la mayoría y hacer que los venezolanos cada día lo aborrezcan más.

 

 

 

Nunca hubo un descontento social tan profundo como el de ahora; para muestra están los hechos de Villa Rosa, donde la indignación hizo que los habitantes de ese sector salieran a protestar, incluso a insultar a Maduro en su cara. El desafío de la MUD es capitalizar ese motor, no dejar que se apague, movilizar todas esas voluntades con el propósito de ejercer la presión ciudadana y obtener una salida constitucional. Sería un suicidio en primavera malversar el gigantesco esfuerzo movilizador del 1-S. Por eso debe abrir sus puertas a la sociedad civil, incluir a otros actores, a todas las oposiciones, desde los moderados hasta los más radicales, para alcanzar una unidad real y poder imponer el referéndum revocatorio.

 

 

 

La unidad de todos los factores opositores es una aspiración sentida en la ciudadanía, el estratega y consultor político J. J. Rendón alertó sobre la necesidad de ampliar la base de participación y consulta de la MUD. Fue una crítica acertada; sin embargo, molestó terriblemente que hablara de “la muerte de la MUD”, que no es otra cosa que “su ampliación, diversificación, pluralización. Dejar de ser lo que es para ser algo mejor, más incluyente, más fuerte”, según lo escrito en su cuenta de Twitter.

 

 

 

El lunes, durante el acto de la MUD donde se anunció la hoja de ruta, el gobernador Capriles Radonski se mostró incluyente al señalar que “en la Unidad caben todas las personas y todos los pensamientos” y expresó de forma contundente: “Si no hay unidad entre nosotros, no habrá victoria”. Esa es una demostración de responsabilidad en el liderazgo, de poner al país por delante de ambiciones e intereses en un momento trascendente, cuando el gobierno se encuentra acorralado y asume una actitud saboteadora contra el RR, con la intención de provocar una revuelta civil –escenario posible, dada la gravedad de la conflictividad social– como un recurso que obligue a la FANB a actuar y prolongar su agonía, pero se equivoca al pensar que puede sostenerse sobre las botas militares. Ese no es un bastión blindado. Allí sienten la misma indignación que en el resto de la población.

 

 

 

El presidente Nicolás Maduro tiene unos índices de rechazo por encima de 76% –según el más reciente sondeo de Venebarómetro–; más de 70% de la población quiere revocarlo este año, y eso incluye a los militares, que solo esperan que la oposición queme el último cartucho de la recolección del 20% de las firmas. Si cierran definitivamente el revocatorio, hay hombres dispuestos a tomar acciones con otros sectores para producir una salida este mismo año. El camino está abierto.

 

 

 

Marianella Salazar

Los tumbos del becerro

Posted on: septiembre 7th, 2016 by Laura Espinoza No Comments

La descomunal movilización del 1S ha significado un hito en el proceso que guía la lenta y dolorosa recuperación de la democracia en Venezuela. De manera impecable, el raudal popular venció uno a uno los inmorales obstáculos con los que el narcorrégimen agonizante pretendió impedir lo que todos sabemos desde hace tiempo: que la revolución perdió la calle, que el rechazo a Maduro y la cúpula de hampones que lo acompaña es superior a 90% de la población. Intentaron llenar la avenida Bolívar, que resultó inmensa para recibir a las milicias uniformadas de franelas rojas y a los pocos simpatizantes que por inercia pululan en el chavismo, quizás motivados por la promesa de una bolsa con harina PAN o un carapacho de pollo.

 

 

 

El contraste de las dos convocatorias no pudo ser peor para el régimen; se mostró que hay un país entero unido a favor de una salida constitucional a la crisis de hambruna y gobernabilidad que padecemos, impecablemente pacífica y firme en su mensaje a instituciones carcomidas por la corrupción.

 

 

 

Las imágenes de la grandiosa marcha que desbordó Caracas salieron al mundo para conmover incluso a quienes habían volteado convenientemente hacia otro lado, como el presidente colombiano Juan Manuel Santos, que se lanzó un pronunciamiento contundente a favor del reclamo de los venezolanos de hacer el referéndum revocatorio este año.

 

 

 

Maduro acusa otro golpe inesperado después de la batuqueada propinada en la isla de Margarita por gente del pueblo, al día siguiente de la Toma de Caracas. La negación de Maduro al asistir a la supuesta remodelación de un barrio popular en el sector de Villa Rosa no pudo ser peor, allí fue recibido por un pueblo que espontáneamente salió iracundo a repudiarlo indignado. En su ceguera de poder, pensó que lo aclamaban y decidió salir de la caravana presidencial, que con camionetas y ambulancias, rodeadas de esbirros, humillaba a un pueblo enardecido que, además de no tener agua ni electricidad, sufre la misma crisis de inseguridad, hambre y salud del resto de los venezolanos.

 

 

 

Familias enteras, cacerola en mano, salieron valientemente a la calle, desafiando los anillos de seguridad, para espetarle en la cara sus justos reclamos. Insultos y groserías que salían del alma de la gente calificaban su incapacidad para gobernar. Los videos se hicieron virales en las redes sociales y durante más de 12 horas fue la noticia más vista en el mundo. Los gritos de ¡becerro!, ¡becerro!, aderezados con todo tipo de vulgaridades sacaron de quicio a Maduro; obnubilado, no tuvo mejor idea que confrontar físicamente a la gente, a mujeres mayores, a quienes, según testigos presenciales, no solo agredió físicamente, sino que intentó desarmar de sus ollas, desesperado como estaba ante la cayapa de patria y la atónita mirada de la Casa Militar.

 

 

 

Huyendo y corriendo, como los cobardes, el deshonroso comandante en jefe de la FANB se retiró aterrorizado, desnudo ante un pueblo que le perdió el miedo y, sobre todo, el respeto que nunca supo ganarse. Como los becerros alebrestados en el llano terminó dando tumbos a lo loco para dejarse arrear por los cabestreros, como lo hacen con él los dictadores cubanos, que conscientes de la inminente caída de su hombre en Venezuela se aseguran otro proveedor de petróleo, estable como el de Rusia y lo dejan guindado de la brocha.

 

 

 

Los espontáneos sucesos en Villa Rosa llenan de euforia a quienes sufren lo indecible con un régimen opresor al servicio de su megalomanía, tienen algo de iniciático y liberador, que se acerca como un tsunami de libertad, que se aproxima a toda velocidad, sin freno posible.

 

 

Marianella Salazar

Con el viento en contra

Posted on: agosto 31st, 2016 by Laura Espinoza 1 Comment

Mañana se hace realidad el mayor temor del régimen: la gran movilización popular. Urbanizaciones y barrios de la mano, cerro y más cerro bajarán a decirle al gobierno tutelado por Cuba que se tiene que ir, que el país no acepta más la ignominia de un régimen hambreador, que sumió al país en la violencia y produjo una insoportable crisis humanitaria. Estos 17 años de despojo, saqueo, narcotráfico y violaciones de los derechos humanos no se aguantan más. El narcorrégimen se ha esforzado en hacer de su caída una letanía de improvisaciones y arbitrariedades desquiciadas, que terminará por enterrar las bases del PSUV, una minoría que podría tener un futuro político al producirse la salida de Nicolás Maduro y asuma el poder un gobierno de transición.

 

 

 

La “Toma de Caracas” se convertirá en una movilización extraordinaria, todos los estratos sociales, juntos y hermanados, sin violencia y sin división, saldremos a la calle a exigir que se cumpla la Constitución y se convoque este año el referéndum revocatorio que permita una salida pacífica al más grave momento que ha vivido Venezuela desde la Guerra de Independencia. El pueblo desbordará los mecanismos policiales de represión y llevará un contundente mensaje político al mundo entero: Venezuela NO está dividida. Es una gigantesca mayoría que se unió como nunca antes en la desgracia de la hambruna, la ruina y la violencia, los verdaderos comandantes de la nefasta narcorrevolución chavista que muere asfixiada por consunción.

 

 

 

Durante muchos años fomentaron el odio que nos dividió como sociedad y nos invadió la vida, sacando a relucir lo peor de todos. Finalmente, y en medio de esta hora desgraciada, la calamidad vuelve a unir a los venezolanos, hoy somos una impresionante mayoría, casi 90%, que exige el revocatorio para salir de los responsables de esta vergüenza. Los venezolanos nos hemos reconciliado, sin agendas ocultas y mucho menos partidistas. La trillada versión de la enorme polarización no es más que un cuento chino. En el mejor de los casos el PSUV no supera 12% de apoyo popular y sigue cuesta abajo en la rodada.

 

 

 

Los vientos soplan en contra del régimen, por eso es capaz de cualquier cosa durante estas horas previas a la movilización del 1° de septiembre. Le tiene terror a la muchedumbre que saldrá de Petare o el 23 de Enero a pedir su cabeza, pero no podrá impedir que se conozcan las imágenes de reconciliación y unión nacional y se caiga el falso mito de la revolución invencible, que terminó reducida a un grupo de pranes cada día más aislados, identificados y hasta solicitados por Interpol.

 

 

 

Queda ahora en manos de la dirección política del chavismo decidir si se inmola con Maduro o le pide la renuncia, antes de que se convoque la recolección del 20% de las firmas y se logre superar los 8 millones de firmas que sentencien la muerte de este régimen oprobioso.

 

 

Llegó la hora

 

 

 

El éxito de la convocatoria también será un claro mensaje a la Fuerza Armada Nacional para que observe al pueblo unido en la calle exigiendo que se desmarque de la deshonrosa dictadura y asuma sus responsabilidades constitucionales. La oficialidad más joven está harta de amenazas, que han recrudecido con las últimas instrucciones para evitar los desplazamientos de ciudadanos hacia Caracas. Los comandantes de regimiento han recibido radiogramas donde los conminan a accionar el sistema de inteligencia comunal (sapos) para evitarlos, o de lo contrario serán acusados de cómplices o encubridores. En su mayoría, la oficialidad no se siente cómoda al ser identificada con la narcodictadura, y en un mundo con un orden jurídico internacional piensan que llegó la hora de depurar su imagen, y apoyarán la salida.

 

Marianella Salazar

 

El encubridor

Posted on: agosto 10th, 2016 by Laura Espinoza No Comments

En vez de parecer inocente de las graves denuncias hechas al gobierno y a varios funcionarios por vínculos con el narcotráfico, Nicolás Maduro se empeña en mostrarse como un cómplice. A las imputaciones hechas a los sobrinos de su esposa, presos en Nueva York, por los delitos de conspirar, para introducir droga en Estados Unidos, le ha seguido una acusación del Departamento de Estado contra el general mayor Néstor Reverol, ex director de la Oficina Nacional Antidrogas por haber brindado facilidades de paso, transporte y seguridad a grupos de narcotraficantes, según se desprende de la acusación del Tribunal Federal del Distrito Este de Nueva York. El mismo día de la acusación Maduro lo designó como ministro del Interior y Justicia, precisamente el cargo que tiene bajo su mando a la ONA, lo hace para encubrirlo y retar a la justicia estadounidense, no le importa el costo político ni ser señalado como el verdadero jefe del narco-gobierno que heredó de Chávez.

 

 

 

Como nunca antes, un gobierno y una Fuerza Armada están tan comprometidos con el tráfico internacional de drogas; el caso de las 30 maletas que hace más de 2 años salieron de Maiquetía –cuya seguridad es responsabilidad de la Fuerza Armada Bolivariana– y llegaron a París en un avión de Air France cargado con más de 1.000 kilos de cocaína fue uno más de los hallazgos que ubican al país como puerto de exportación de la mayor cantidad de droga que entra a Europa. En ese decomiso, como en tantos otros, las policías del mundo excluyen a los cuerpos de seguridad venezolanos de sus operaciones para que no sean abortadas. La declaración de Venezuela como narcoestado se viene preparando desde que el difunto Hugo Chávez facilitó las actividades de las FARC en el tráfico de armas y de drogas, y despojara a gobernaciones y alcaldías del control de puertos y aeropuertos para que la narcoguerrilla trabajara a su antojo. Chávez, incluso, logró que el presidente Santos accediera a enviar a Venezuela al narcotraficante preso en Colombia, Walid Makled, para evitar su entrega al FBI y la DEA y que mostrara las pruebas filmadas contra los narcogenerales que tenía en su nómina. Chávez protegió a sus hombres cuando el Departamento del Tesoro los implicó en actividades de narcotráfico: Henry Rangel Silva, Cliver Alcalá Cordones, Néstor Reverol, Hugo Carvajal, Ramón Rodríguez Chacín, entre otros, sin olvidar a “Diosdado somos todos”. Mientras Maduro no se caiga de la silla coja que lo mantiene tambaleante en Miraflores, permanecerán blindados. ¡Alegría de tísicos!

 

 

 

Darse el vuelto

 

 

 

Recrudece el interés por la administración del multimillonario Fondo Nacional Antidrogas, que recauda 1% de la ganancia neta de las empresas para ser empleado en la lucha antidrogas. El ex ministro del Interior general González López le había declarado una guerra a muerte al general Irwin José Ascanio Escalona, presidente de la ONA, que también administra el FONA, por dilapidación de los recursos y el destino dado a los bienes muebles e inmuebles incautados por los organismos de seguridad (GNB Y Cicpc). Según fuentes de inteligencia, Ascanio asignó esos bienes (aviones, vehículos, lanchas, yates, ganado y dólares) a sus allegados, cuando deberían ser empleados en la lucha antidroga. El ex ministro González López estaba convencido de que esos fondos iban a parar a las arcas del ex ministro Rodríguez Torres. El actual ministro, general Néstor Reverol, que además es miembro del Consejo Directivo de Administración y Exoneración de Bienes Asegurados e Incautados, Confiscados y Decomisados, le ha puesto el ojo al suculento fondo.

 

 

Secreto a voces

Posted on: julio 27th, 2016 by Laura Espinoza No Comments

 

La Presidencia de la República en manos militares nunca fue tan descarada; la renuncia de Maduro y el traspaso del Poder Ejecutivo al general Padrino López quedó evidenciada en la que debería ser la fecha máxima para una revolución que se dice bolivariana: el Natalicio del Libertador. Por primera vez, desde que los restos de Simón Bolívar regresaron desde Santa Marta, un presidente en ejercicio no participa en los actos conmemorativos. Ni siquiera acudió el vicepresidente Istúriz. Al día siguiente, Maduro prefirió celebrar en el confiscado Teatro Teresa Carreño un acto en conmemoración de la muerte del líder comunista Jorge Rodríguez, quien se encontraba preso por ser uno de los secuestradores del industrial estadounidense William Niehous, que escapó de Rodríguez y los demás delincuentes después de tres años de cautiverio. El régimen trata de reavivar la propaganda de la igualdad socialista de aquellos años, pero se presentan gordos, buchones, más burgueses y nuevos ricos que todo cuanto sus padres y predecesores repudiaron durante las guerrillas comunistas, cuando añoraban una invasión armada cubana. Hoy verían ese sueño hecho realidad: somos colonia cubana, aunque los tiros ocurren entre venezolanos para robar, secuestrar y asesinar a mansalva con la más alta impunidad.

 

 

 

Dorar la píldora

 

 

 

Cada vez más rechazado y golpeado por la brutal caída de popularidad y  por el escándalo de tráfico de drogas en el que están involucrados miembros de su familia, Maduro prefirió no dar la cara el día del Natalicio de Bolívar, cuando la prensa internacional publicó las contundentes pruebas filtradas por la Fiscalía de Nueva York: fotografías y videos irrefutables de los narco sobrinos presidenciales manipulando droga y armas de guerra suministradas por la narcoguerrilla de la FARC. Es una vergüenza que hasta el momento la Fiscalía General de la República no ha emitido siquiera un comunicado para iniciar una investigación ante un hecho que exige muchas explicaciones del alto poder. Y lo que ha sido, es y seguirá siendo un secreto a voces: la movilización de droga de los narcoterroristas hacia Venezuela, desde donde la comercializan como un puente protegido por altas esferas civiles y militares. Los vínculos de Chávez con la FARC y sus complicidades con las actividades delictivas de la guerrilla están bien documentados, hay que recordar los hallazgos encontrados en las computadoras del fallecido portavoz de la FARC, Raúl Reyes, donde también se señalan los negocios con petróleo venezolano por la vía del mercado negro.Una de las alianzas más emblemáticas en ese tráfico ilegal fue el gobierno de Leonel Fernández y de su mano derecha, alias “Miguelón”, quien sirvió de mula para el envío a las FARC de dinero en efectivo proveniente de Venezuela, por orden expresa de Chávez. Siempre discreto y actuando como motolito, Fernández –junto al ex presidente Torrijos, miembro del llamado Clan Chavista C.A. panameño y el servil negociador de comisiones militares y confeso admirador de la tiranía cubana, Rodríguez Zapatero, convertido en una especie de embajador outsourcing del régimen castrista en Venezuela– es hoy uno de los aliados claves de Maduro para evitar el referendo revocatorio, con el diálogo  como pretexto. Personajes de la picaresca política comenzaron a dorarnos la píldora haciendo piruetas para presentar a Zapatero como el “salvador” que facilitará el referendo. Si la MUD acepta sentarse en lo que podría ser una bomba de tiempo y se pierde la oportunidad del revocatorio este año, la aplanadora de la historia los apartará del camino. Los acontecimientos se están precipitando. El tiempo se agota y el hambre azota.

 

 

Marianella Salazar

Sin vaselina

Posted on: julio 20th, 2016 by Laura Espinoza No Comments

 

 

Pocas veces se ha visto un caso como la colonización cubana en Venezuela. Una isla paupérrima, que desde tiempos de Fulgencio Batista es el burdel del Caribe –la prostitución se consolidó en la dictadura castrista como sector estratégico de su economía– y en menos de dos décadas, terminó controlando todo el poder político y económico en Venezuela. Ahora que Raúl Castro ha reconocido que su gobierno pasa por “tensiones” y “circunstancias adversas” provocadas, entre otros factores, por la grave crisis de Venezuela, que ha reducido en casi 40% los envíos de petróleo a la isla y por eso merma significativamente el negocio redondo de vender petróleo venezolano en el mercado mundial, como no llega completa la mesada de 100.000 barriles diarios y la revolución chavista-madurista está a punto de quiebre, los proxenetas cubanos tratan de salvar el botín y jugarse el todo por el todo para seguir con la ubre que los ha mantenido durante 17 años. Es tal la desesperación que están pensando en volver a las antiguas andanzas, cuando la búsqueda de divisas la hacían de la manera que fuera, como el tráfico de drogas, justificado como legítimo porque era una actividad contra el bloqueo impuesto por Estados Unidos. Así que no debe extrañar que en este mismo momento, para aliviar al pueblo cubano de un nuevo “período especial”, se esté fraguando un proceso de entrega a la narcoguerrilla de las FARC de las zonas mineras de los estados Bolívar, Amazonas y Apure por el tráfico de drogas, con el visto bueno de Raúl, que sabe mucho de negocios porque es su especialidad.

 

 

De cuclillas

 

 

Militarizar toda la economía venezolana no es sino la fase final de la colonización cubana. El autogolpe se ha consumado con el nombramiento de un virrey militar que toma el control a través de un parapeto como la Gran Misión Abastecimiento Seguro, presidido por el general en jefe Vladimir Padrino López, cuya difundida imagen de cuclillas ante Fidel Castro –que no se puede borrar por ignominiosa– representa todo el poder cubano aplastando la soberanía nacional. Con el nombramiento del ministro de la Defensa en una especie de primer ministro que no figura en nuestra Constitución, los cubanos dejan claro que no permitirán que continúen feudos dentro del país sin subordinación al régimen de Castro. Mientras tanto, para efectos de la comunidad internacional, Nicolás Maduro seguirá servil dando la cara como presidente civil. La designación de Padrino como “hombre fuerte” significa, además, una baja para los poderosos hermanos Cabello, que acusan la pérdida del control de los bolipuertos y el manejo del Seniat-Simadi. También hay que destacar el flanco abierto por el general mayor Clíver Alcalá, exigiendo la realización del referendo revocatorio, una situación letal para el régimen, aunque cambio de tono una vez que asumió el mando absoluto el general Padrino, a quien reconoce como “la referencia ética más importante que tiene el gobierno”. Ante la inexorable debacle, queda ver lo qué hará el ala civil del chavismo, abrumadoramente corrupta y temerosa, encabezada por Aristóbulo Istúriz, un vicepresidente defenestrado, quien luego del sorpresivo autogolpe sin vaselina abordó el airbus presidencial para ir a un mitin en Margarita y ejercer así el simbolismo de un poder, cuando no se tiene. Es con esta facción civil del chavismo con quienes unos pocos inescrupulosos carcamanes que hacen vida en la MUD se prestan a dar oxígeno al régimen, promoviendo un diálogo falso a cambio de un pacto de convivencia hasta 2019, pues la inevitable caída del régimen de los Castro en Venezuela les permitirá preparar proyectos políticos propios. ¡No volverán!

 

 

 

Marianella Salazar