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No tengo plata ni oro

Posted on: enero 14th, 2023 by Super Confirmado No Comments

 

En Venezuela amanece el año nuevo en pobreza integral: pobre el Estado, pobres las empresas, pobres las escuelas y las universidades, pobres los servicios públicos… Hasta la banca es pobre. De miseria los salarios e ingresos de millones de trabajadores y jubilados, sobre todo del sector público. Todo gracias al “socialismo del siglo XXI”. No hay mentira oficial que pueda tapar esta realidad. Es necesario reconocerla y enfrentarla unidos para derrotarla.

 

 

El mayor peligro no es la pobreza material, sino la resignación espiritual a la actual agonía social, económica y política; rendirse a una Venezuela sin vida y sin futuro.

 

 

La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) todos los años empieza enero con una Asamblea para auscultar los signos vitales del país y de la propia Iglesia, para definir tareas y compartir su visión con todos los venezolanos. Por su parte los venezolanos, católicos o no, que no se resignan a la derrota, se preguntan por el aporte de la Iglesia; no faltan quienes temen que se someta y acomode a la actual gran derrota nacional. Más allá de las excelentes exhortaciones episcopales de los últimos años, los católicos y Venezuela entera necesitamos ahora una sacudida espiritual para levantarnos y ponernos en marcha para la urgente reconstrucción del país.

 

 

La Escritura nos ofrece una luz en los Hechos de los Apóstoles que narra los primeros pasos de la naciente Iglesia en Jerusalén. Un día dos apóstoles de Jesús, Pedro y Juan, al entrar como judíos fieles al templo a orar, se encontraron con un paralítico tendido en el suelo pidiendo limosna. Pedro le dijo “no tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo, el Nazareno, levántate y camina” (Hechos de los Apóstoles 3,5-11) y el paralítico se levantó ante el asombro de sus familiares y conocidos y se transformó en testigo de esa fuerza espiritual de Jesús que cambia todo. Hoy con esta Venezuela tullida y limosnera no tenemos futuro sin una fuerte sacudida espiritual. Levantarse en nombre de Jesucristo no es un individualista “sálvese quien pueda”, sino un amor radical que hace brotar la solidaridad con rescate de las instituciones públicas y el trabajo conjunto para el bien común, para el renacer de la República de ciudadanos frente a nuestra actual situación de habitantes resignados y desarticulados llorando la pérdida de la renta petrolera y su Estado. La sociedad civil, no es una abstracción, sino una realidad que nos transforma a millones de resignados, dispersos y tullidos en productores solidarios de riqueza sociopolítica.

 

Para esa transformación no basta un buen documento del Episcopado, sino que millones de venezolanos que somos Iglesia nos preguntemos “qué puedo aportar yo”. Al pasar de pedir a dar, descubrimos que cuanto más damos, más riqueza espiritual tenemos y fuerza para renacer como país unido.

 

 

La Iglesia universal está en una reflexión sobre su identidad “sinodal” que renace como comunidad desclericalizada caminando juntos y descubriendo lo mucho que podemos aportar unidos.

 

 

Política renacida

 

Sin una sana política de pacto social solidario, no hay República. En medio del actual espantoso desprestigio de la política, necesitamos descubrir lo mucho que cada uno podemos aportar y lo imprescindible que es para el renacer político del país. Transformación del poder público que hoy sufrimos como dominio y latrocinio que ha degradado a la nación a ser un mendigo inválido postrado a la puerta del templo. El renacer de la sociedad civil enterrará el corrompido cadáver político (presente hoy de diversas maneras en el gobierno y la oposición) y alimentará las fuerzas renovadoras nacidas de ese espíritu que pone en pie nuestra acción responsable. Sabemos por experiencia que, en medio de los desastres, el solidario amor al prójimo se convierte en una indomable fuerza espiritual que transforma todo porque nos transforma a nosotros. Miremos a las miles de parroquias, capillas, comunidades de base, grupos apostólicos o activos servidores de la salud y educación… Somos muchos y es mucho lo que hacemos, pero todo ello es una mínima parte del potencial que necesitamos activar. La Iglesia caminando juntos con espíritu sinodal, aporta una fuerza transformadora que se multiplica cuando su voz y su ejemplo se vuelven convincentes para el conjunto del país. A pesar de la depresión, Venezuela no se resigna a la actual situación de agonía y de muerte. Tenemos como país un objetivo humano compartido y el compromiso de lograr juntos vida y libertad. Necesitamos que los derechos humanos florezcan y que los ideales democráticos expresados en la Constitución regresen con unas elecciones democráticas, libres y justas en una Venezuela que no está sola sino acompañada de los países democráticos del mundo. Producir nuevas realidades y como soberanos elegir las autoridades, desde el presidente hasta el alcalde del pueblo más pequeño.

 

 

La vida del país, hoy postrado en la indigencia, viene con el renacer de la educación de calidad y de los medios de comunicación social libres, de las empresas productoras, del trabajo bien remunerado y del respeto a la opinión ajena que libera a los presos políticos y a los perseguidos y obedece y aplica una Constitución rescatada.

 

 

Eso significa lo que dice Pedro -y nuestra Iglesia- al pueblo venezolano hoy postrado y sin fe en su enorme potencial espiritual: “En nombre de Jesucristo levántate y camina”.

 

 

Luis Ugalde

 

 

Hoja de ruta posibilidades y riesgos,

Posted on: marzo 22nd, 2016 by Laura Espinoza No Comments

 

La hoja de ruta propuesta por la Mesa de la Unidad democrática en su esencia responde a una aspiración de la mayoría de los venezolanos. Todos los estudios de opinión realizados en lo que va del año demuestran un rechazo abrumador a las políticas del gobierno ( hasta Schemel así lo reconoce) y plantean la necesidad de cambiar el rumbo. Los datos que arrojan las encuestas evidencian que el rechazo, al gobierno de Maduro trasciende las fronteras del mundo opositor.

 

 

La nueva mayoría que se conforma ha integrado progresivamente a sectores que no formaban parte de la oposición tradicional. El resultado de diciembre reflejó -en alguna medida- esa incorporación. Un ejemplo emblemático es haber ganado en todos los circuitos del municipio Libertador en la región capital, incluyendo zonas como Catia, El Valle y 23 de enero. La política de las fuerzas democráticas para continuar avanzando debe tomar muy en cuenta ese componente de la nueva realidad que puede resultar decisivo para alcanzar el cambio político que aspiramos.

 

 

El rechazo al gobierno ha venido aumentando considerablemente en los sectores populares, donde las manifestaciones de la crisis económica hace estragos y el discurso oficialista choca contra la realidad cotidiana. Hoy el territorio de las fuerzas del cambio es socialmente más amplió, potenciando con mayor proyección el radio de la acción opositora.

 

 

La hoja de ruta contempla todas las alternativas establecidas la Constitución. Todas-unas más que otra- tienen sus posibilidades y riesgos. Tal como dice la canción de Yordano ” con ella no hay salida fácil”. En nuestra opinión debiera establecerse una jerarquía que adoptando la ruta pueda priorizar en cada etapa las posibilidades de cada alternativa para su ejecución.

 

 

La renuncia, como planteamiento permanente, tiene validez y posibilidades en la medida en que nuevos sectores sociales y políticos se sumen a esa exigencia. En última instancia ella depende de factores ajenos a la voluntad de la oposición.

 
La enmienda más allá de sus propósitos e intenciones tendrá que enfrentar la previsible postura de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia.La Constituyente implica un proceso que supone varias consultas electorales y puede llevarse más de año y medio.

 

 

De tal manera que de las fórmulas constitucionales la que tiene lapsos establecidos, con posibilidades reales de realizarse este año, es la del referéndum revocatorio. Por supuesto, ella no está exenta de riesgos por los retardos que seguramente propiciará el CNE para intentar aplazarlo para el próximo año; fecha en la que de realizarse la consulta, quien ejerza para ese tiempo la Vicepresidencia, culminará el periodo de acuerdo a lo establecido en la Constitución.

 

 

En este tiempo -corren los lapsos para el revocatorio- junto a la solicitud de la dimisión, el referéndum debiera tener prioridad y ejercer toda la presión y las exigencias posibles frente al órgano electoral, para evitar que la “operación morrocoy” tenga los resultados que el gobierno promueve.

 

 

El Consejo Nacional Electoral tiene previsto establecer muy pronto el cronograma para las elecciones de Gobernadores y legisladores para los Consejos Regionales en diciembre, forma parte de la estrategia del oficialismo crear un ambiente alrededor de ese proceso, para permitirse de nuevo correr la arruga y seguir posponiendo el desenlace de la crisis general que sufre al país.

 

 

Las elecciones regionales de diciembre constituyen una confrontación democrática ineludible, por ello resulta imprescindible definir claramente una jerarquía entre las distintas opciones contempladas en la hoja de ruta, de lo contrario, el adversario,puede adelantar sus maniobras dilatorias, mientras la crisis social continuará su penoso y grave proceso de agudización.

 

 

Ser expresión del creciente descontento popular y estar en sintonía con las expectativas de la mayoría -sin eludir ni una confrontación democrática- transmitiéndolas claramente y armonizando todas las opciones y posibilidades acordé con una visión estratégica requiere de un esfuerzo creativo, persistente y unitario para poder alcanzar los objetivos planteados. La unidad de comando, propósitos y acción resultan imprescindible. La experiencia así lo enseña

 

 

Luis Manuel Esculpi

 

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