Derrocar el cartel que nos gobierna

Posted on: mayo 16th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

La ciencia política abunda en argumentos que justifican el derrocamiento de dictaduras, gobiernos oprobiosos, violadores de derechos humanos, asaltantes de tesoros públicos y todas esas aberraciones que políticos deshonestos pueden cometer mientras ejercen el poder.

 

 

 

El caso venezolano resulta, sin embargo, peculiar. Primero porque quienes se hicieron del poder después de una absurda trampa electoral en 2013, no solo cometen todas las atrocidades antes enumeradas sino que además, han colaborado a que el país se convierta en un territorio franco para la práctica de cantidad de crímenes que van desde el robo, pasando por el secuestro y el asesinato hasta el ominoso tráfico de drogas ilícitas.

 

 

 

Es así como alrededor del poder ejecutivo en Venezuela se ha conformado un cartel que entre otras actividades trata de gobernar un país. El día que escribo este artículo nos llega la noticia de la incautación de un cargamento de cocaína de un barco que zarpó de nuestras costas. En las islas Canarias se determinó que transportaba 2,5 toneladas del polvo blanco. La tripulación, conformada por siete venezolanos, fue detenida por la policía.

 

 

 

Es público, notorio y comunicacional que nuestro territorio se ha convertido, en el mejor de los casos, en un paso seguro para grandes transportes de droga que cuentan presuntamente con la anuencia remunerada de las autoridades militares venezolanas como facilitadoras de esta actividad. No en balde, el hoy ministro de relaciones interiores venezolano aparece señalado por la justicia norteamericana como facilitador de estas actividades ilícitas.

 

 

 

La respuesta de Maduro ante esta acción de los Estados Unidos y que solo afecta al ciudadano ministro es nombrarlo en uno de los cargos más importantes del ejecutivo nacional. Muchos especularon que era para protegerlo del largo brazo de la justicia gringa. La razón era otra muy distinta. Nicolás sabe que este funcionario venderá muy caro su pellejo y hará lo que tenga que hacer para que su defensor y protector se mantenga en Miraflores.

 

 

 

Una situación similar encontramos con el hoy director del SEBIN. En su caso, el gobierno de los Estados Unidos lo señaló por violación de los derechos humanos. Un crimen muy grave que lo hace sujeto de ser presentado ante la justicia en cualquier momento de su vida. El favor que le concede Maduro lo compensa con el apresamiento de gente inocente mediante la vulgar siembra de indicios, el desconocimiento de las órdenes de liberación de presos políticos dictadas por los tribunales, la tortura de venezolanos que tienen la desgracia de caer en las garras de sus esbirros. Le toca ser una fiera salvaje con tal de que Maduro se mantenga en el poder la mayor cantidad de tiempo posible al costo de vidas que sea necesario.

 

 

 

Otro individuo destacado por la administración americana como transgresor de derechos humanos ocupa la comandancia de uno de los más funestos cuerpos represores que ha visto nuestra historia. La inefable Guardia Nacional Bolivariana. Un grupo de desalmados que arremete contra población desarmada y que en su cobardía se alía con grupos paramilitares irregulares para apoyarse mutuamente en sus fechorías. Su comandante sabe, por supuesto, que de caer en desgracia se convertiría en un candidato a pagar las largas condenas que corresponden a violadores de derechos humanos.

 

 

 

Una cuarta pieza de este grupo es el vicepresidente de la república que fue señalado por el departamento del tesoro de los Estados Unidos como sindicado en el delito de narcotráfico. Coincidencialmente, el mismo delito con el que lo relaciona el tristemente célebre capo de la droga venezolano Walid Makled. Además, es relacionado con grupos terroristas del oriente medio.

 

 

 

Completa el Cartel el jefe de la banda. Sus sobrinos esperan sentencia por narcotráfico. No se dignó a lavarse la cara aunque fuese ordenando una investigación en nuestro país de los cargos que se le imputan a sus familiares. Para colmo de males, Maduro es señalado como presuntamente implicado en el delito de recibir dinero de Odebretch para financiar la campaña electoral del comediante eterno.

 

 

 

Sin entrar a nombrar otros miembros de la banda criminal, queda claro que el país está conducido por un cartel criminal que no está dispuesto a facilitar que la justicia los atrape. Para ello se les hace indispensable poner todo el poder de fuego del estado venezolano a su disposición. Para las mentes criminales no importa cuantas vidas haya que sacrificar. No se repara sobre las pérdidas materiales ni el impacto que las mismas puedan tener sobre la economía del país.

 

 

 

No es de la incumbencia de un cartel criminal el sufrimiento de la gente, que los niños mueran de hambre o por enfermedades para las cuales no tenemos medicinas, que los venezolanos sufran el flagelo del hambre mientras los militares y familiares de grandes cacaos se siguen beneficiando de las pingües comisiones que deja la compra de comida en el exterior.

 

 

 

La lucha no es contra un gobierno con fines políticos. Es contra un cartel con fines criminales. Y eso hace la lucha por la conquista del poder mucho más difícil. Es lo que hace que una evidente minoría viole la constitución que ellos mismos escribieron para convocar fraudulentamente una constituyente sin consultar al pueblo en el cual reside el poder para evaluar ese tipo de acciones. Para ello se han buscado a lo peorcito de sus filas. Abogados botados del postgrado de ciencia política de una prestigiosa universidad por plagio, sociólogos que no dieron la talla para culminar los mismos estudios de cuarto nivel.

 

 

 

Es absolutamente legítimo derrocar a un cartel criminal como el que usurpa el poder en Venezuela. Es un deber del pueblo venezolano rescatar esos espacios para la política honesta, la que se preocupa de resolver los problemas de los venezolanos, la que no está para enriquecer a familiares y amigos. La que viene a sacar el país adelante con esfuerzo y dedicación reconociendo en todo momento el poder del pueblo y el deber de rendirle cuenta en todo momento.

 

 

José Vicente Carrasquero

 

¿Cómo se juega esta mano?

Posted on: abril 17th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

Venezuela se encuentra en un momento crucial, decisivo, concluyente. Hemos vivido 18 años de muchas complicaciones, de dificultades que han aniquilado nuestra calidad de vida. Sufrimos las consecuencias de una forma de hacer política que finalmente llegó a donde todo el mundo sabía que iba a llegar, a sumir a los venezolanos en la miseria. A hacer inviable el desarrollo del país y por lo tanto imposibilitar el crecimiento de la persona como factor esencial de la sociedad.

 

 

 

La situación no es trivial y no puede ser analizada con las herramientas que se aplicarían a la normalidad democrática. Hay un acuerdo casi universal de que en Venezuela hay una ruptura del hilo constitucional, una alteración del orden democrático. En otras palabras, el gobierno en su intento de pasar por encima de todo principio democrático ha devenido en una dictadura que busca mantenerse a sangre y fuego en el poder.

 

 

 

Así como la situación política no es normal, tampoco lo es la calidad y cualidad de las personas que ocupan las posiciones de poder. Para comenzar, su forma de hacer política es por la vía de la imposición de sus criterios y formas de hacer. No está en sus maneras eso de oír al pueblo y actuar en consecuencia. Hay un compromiso con el proyecto político por encima de la Constitución y las leyes.

 

 

 

Como si esto fuese poco, muchas de quienes ocupan posiciones de poder están de una manera u otra ligados a hechos reñidos con las leyes y que los hace objeto del debido castigo. Desde haber tomado por asalto las arcas públicas hasta la violación del inventario total de los derechos humanos pasando por delitos de narco tráfico configuran una lista de delitos de la cual no se puede salir fácilmente. El poder parece ser el último refugio de una clase política compuesta por bandoleros.

 

 

 

¿Cómo se supera la ruptura del hilo constitucional? ¿Cómo se repara el orden democrático? La respuesta a estas preguntas tampoco es trivial. Sin embargo, está claro que las acciones que llevaron a tal ruptura son delitos muy graves que se pagan con cárcel. Quienes cometieron esos delitos y sus cómplices usurpan posiciones de poder.

 

 

 

Visto así, el juego requiere audacia de parte de los actores de oposición, se encuentren o no bajo el paraguas de la MUD. Hay ciertas premisas que se deben tener en cuenta y que examinaremos a continuación.

 

 

 

La primera y más importante es que los que rompieron el hilo constitucional no tienen cualidad alguna para repararlo. El problema generado por las sentencias no se resuelve con la eliminación o enmienda de las mismas. El resarcimiento de este gravísimo hecho que constituye un golpe de estado al poder legislativo requiere una acción institucional.

 

 

 

Es claro que los jueces de la sala constitucional no actuaron por la libre. Obedecían ordenes de los directivos del partido al cual pertenecen. Por lo tanto, existen otras personas que ocupan importantes puestos de poder que también quedan inhabilitados para reponer el orden democrático.

 

 

 

La segunda premisa importante es que tanto el poder electoral como el poder moral han sido cómplices de los hechos que nos han traído a esta situación. El primero por ser ejecutor reiterado de la violación masiva del derecho humano a votar. El segundo por no haber investigado con la debida seriedad el problema generado por el Tribunal Supremo al materializar un golpe de estado contra el poder legislativo.

 

 

 

Esto nos lleva a la tercera premisa según la cual el orden constitucional no se repondrá con unas elecciones regionales. Eso no resuelve el asunto de la culpabilidad de los jueces y sus cómplices, ni las violaciones del poder electoral y mucho menos la inacción del poder moral.

 

 

 

¿Está el juego trancado? No. La solución tiene su origen en al menos dos grupos de acciones. La primera y más importante es la manifestación de descontento del poder popular. De la gente cuyo honor ha sido mancillado continuamente desde hace quinquenios. La presión de un pueblo en la calle exigiendo la restauración del orden democrático, del imperio de la ley fundamentado en la constitución nacional. Es la presión del pueblo la que posibilitará una salida a la crisis más grave que ha vivido Venezuela en los últimos 60 años.

 

 

 

 

Por su parte, el poder legislativo, electo por el pueblo el 6 de Diciembre de 2015 debe proceder a reinstitucionalizar el país. Para ello debe proceder a nombrar un Tribunal Supremo de Justicia según los criterios y procedimientos que imponen la Constitución y las leyes. Es bien sabido que el nombramiento de los jueces actuales estuvo plagado de irregularidades y de violaciones a cuanto reglamento hubiese.

 

 

 

El nombramiento de un nuevo Consejo Nacional Electoral, con gente realmente independiente, proba y con la formación necesaria para llevar a cabo la tarea de facilitar la voluntad popular. Es más que claro que las rectoras del actual cuerpo carecen no solamente de independencia política sino que además no tienen criterio propio.

 

 

 

Un nuevo poder moral es un requisito indispensable para tener una institucionalidad sólida que garantice la independencia de los poderes. El contralor que nombra familiares para trabajar con él, un defensor que solo defiende al partido de gobierno y sus fechorías y una fiscal que ya tiene demasiado tiempo en ese cargo son motivos más que suficientes para renovar esas dependencias.

 

 

 

Finalmente, elecciones generales en 2017. La expresión popular para decidir el futuro del país, para recomponer el tejido social, para rescatar nuestra capacidad de soñar con un futuro próspero de una Venezuela que vea crecer a nuestros hijos con felicidad y posibilidades.

 

 

José Vicente Carrasquero

@botellazo

Conspiracionistas

Posted on: abril 5th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

Desde hace más de 12 años he estado oyendo sobre los planes de Chávez y como los mismos se cumplen a la perfección. Ha surgido un tipo de análisis lineal y casi mecánico que asume que en lo social y lo político es posible crear e implantar modelos de forma tan sencilla como armar un lego. El método se basa en pensar que hay una conspiración permanente según la cual unas súper mentes idean el rumbo que deben darle a la sociedad y por allí la conducen sin equívoco alguno. Los he llamado los conspiracionistas.

 

 

 

A raíz de las sorpresivas declaraciones de la Fiscal General, no se hicieron esperar las conjeturas que conectaron la declaración de Ortega Díaz con una inteligentísima y brillante reacción de Maduro para revertir a nivel internacional la condena por la ruptura del hilo constitucional producto de la publicación de las sentencias del TSJ.

 

 

 

Según los conspiracionistas, la declaración de la Fiscal fue un teatro para generar un impasse con el TSJ para que Maduro mediara y quedara ante el mundo como un demócrata. No deja de preocuparme el simplismo que se esconde detrás de este tipo de análisis. Aún si la conspiración hubiese ocurrido, la misma no tuvo los efectos deseados. Esto sin hablar de la torpeza con la que se manejo todo este asunto. En particular, que el Consejo de Seguridad de la Nación le sugiriera al máximo organismo a cargo de la interpretación de la Constitución que reculara, lo cual acepto.

 

 

 

En todo caso, una revisión de los últimos meses muestra un obstinación de la línea dura del chavismo que busca aferrarse al poder por encima de cualquier consideración moral o legal. Su proverbial falta de escrúpulos le permite una facilidad de acción que muchos de los conspiracionistas confunden con inteligencia. Porque hacen cosas que el resto de venezolanos no harían. Y no lo harían porque no son delincuentes o violadores de la Constitución y las leyes.

 

 

 

Volviendo a la línea de aferrarse al poder y en medio de una severa crisis de flujo de caja, el gobierno decide ordenar que las capacidades legislativas de la AN sean traspasadas a otro ente por dos razones fundamentalmente: la contratación de nueva deuda para tratar de tapar el déficit de divisas y la creación de empresas mixtas para poder entregarle al imperialismo ruso acciones de la empresa que se le expropió a Exxon a cambio de dinero fresco. Los socialistas del siglo XXI critican duramente al capitalismo pero disfrutan de sus procedimientos.

 

 

 

Desaparecer funcionalmente a la AN es un proyecto que viene rodando desde hace rato. La señora Gutiérrez decidió ponerse a salvo de los problemas que eso traería y abandonó el cargo de presidente del TSJ. Eso permitió que el chavismo entregara ese puesto a un incondicional dispuesto a firmar cualquier adefesio que algún escarracito le pusiera por delante. No calculó el chavismo el nefsto impacto que tales decisiones tendrían sobre la opinión pública mundial.

 

 

 

Desde hace un tiempo, la Fiscal junto a muchos jueces habían decidido no presentar cargos a los falsos positivos fabricados por los prófugos de la justicia norteamericana que dirigen el ministerio de interior y el SEBIN. Incluso fuimos testigos del desconocimiento por parte del general de los modelos cualitativo-cuantitativos de las boletas de excarcelación de presos políticos como la emitida a Jon Goicochea.

 

 

 

Se evidencia una división del chavismo. La misma es clara. Por un lado, los corruptos, violadores de derechos humanos y narcotraficantes, por el otro quienes creen en el proceso revolucionario y que existe la posibilidad de rescatarlo. Otra dimensión de la división es la de los que saben que tendrán que rendir cuentas ante los organismos judiciales y los que no quieren que los confundan con esa sarta de delincuentes que ocupan el poder.

 

 

 

Esto ayuda a explicar y tratar de entender la tragedia que vive la dictadura. No tienen capacidad para manejar todos los problemas que se auto generaron durante los últimos lustros. Es así como observamos que un gobierno que se dice socialista y preocupado por los venezolanos prefiere pagar a los capitalistas tenedores de deuda antes que atender los problemas del pueblo venezolano al cual pone a pasar miseria y necesidad.

 

 

 

Para los conspiracionistas la actuación de Maduro está fríamente calculada. No le importa mantenerse en el poder con 10 porciento de apoyo. No le importa no tener forma de ejercer la soberanía del país. No le importa que al darse unas elecciones sea totalmente barrido del poder. Yo prefiero observar la torpeza de unos delincuentes que dilapidaron ingresos que suman más del doble de todos los dineros que entraron a las arcas de la nación entre 1830 y 1998.

 

 

 

Los conspiracionistas prefieren entregar sus mentes a unas simplificaciones que justifican ante sus ojos lo que nos está pasando. Creo que son víctimas de lo que los psicólogos llaman desesperanza aprendida. Piensan que no habrá salida porque el chavismo controla toda y cada una de las variables que componen el sistema político.

 

 

 

Los últimos acontecimientos demuestran lo contrario. Las intentonas anti reglamentarias de Pary y Moncada en la OEA no tuvieron éxito. Con el descaro que los caracteriza, culparon al resto de los países de “golpistas” por haber seguido adelante con la agenda como respuesta a la flagrante violación de los procedimientos por el boliviano. Mercosur decidió aplicar la cláusula democrática porque no se comió el cuento del recule. Igual pasó en la OEA.

 

 

 

No es que la Fiscal es ahora nuestra alta pana. Nos toca exigirle que haga valer su denuncia pública. No se vale decir que fue su opinión particular. Los que somos de oposición debemos presionar para que los jueces que dictaron las sentencias sean destituidos y sometidos a la justicia por golpistas. Esto continúa y nuestra capacidad de lucha no se agota.

 

 

 

La política es un asunto complejo. Se puede decir que la mayoría de las variables están fuera de control en un país sumido en el caos. Vivimos una situación de momentos de equilibrio inestable que pueden derivar en cualquier cosa. Es menester usar nuestra inteligencia en escudriñar las razones por las que hemos llegado hasta aquí. Solo así estaremos preparados para salir del foso que cada día que Maduro pasa en el poder se hace mas profundo.

 

 

 

José Vicente Carrasquero

@botellazo

La inexistente realidad del régimen

Posted on: febrero 27th, 2017 by Maria Andrea No Comments

Como hemos dicho en varias ocasiones, la dictadura no tiene solución para ninguno de los problemas que acongojan a los venezolanos. Los remedios pasan por desmontar el mamotreto creado por Chávez. Un modelo económico perfecto para que los saqueadores de las arcas públicas sigan enriqueciéndose a costa de la miseria del pueblo.

 

 

 

Ante esta dramática situación, Maduro y su cofradía no tienen más remedio que apelar a la quincalla cubana para intentar distraer la opinión pública. En efecto, en Cuba se ha creado una realidad virtual según la cual el imperio es responsable de todos los pesares de la población y no el estruendoso fracaso de una revolución que nunca llegó a ser tal.

 

 

 

He aquí que el gobierno ordena a sus laboratorios y colaboradores más cercanos iniciar una cadena de acciones que pongan sobre el tapete una serie de temas que no tienen importancia alguna para la población pero que en todo caso distrae de lo que debe ser la discusión central que no es otra cosa que conseguir los mecanismos para salir de un gobierno inhumano, oprobioso y como veremos más adelante, vergonzoso.

 

 

 

El 3 de marzo se cumple la sentencia de Isaías Baduel. La dictadura ya se inventó un intento de golpe que según ellos estaría comandado por este general retirado. Para que el tema sea más inverosímil se arresta a otro alto oficial en situación de retiro y a unos sargentos bajo el pretexto de que intentarían derrocar a Maduro. Son claras las intenciones de esta perfidia. Por un lado, volver con la comiquita de que alguien quiere derrocar al peor presidente de todos los tiempos y la otra, mantener a Baduel en prisión mientras duran las eternas investigaciones que fabrica la policía política del régimen. Demás está decir que con esta nueva creación de los laboratorios del régimen se justifica la persecución contra líderes de la oposición.

 

 

 

La ficción continua con la detención e imputación del delito de traición a la patria de un profesor jubilado de la Universidad de Carabobo. El delito, ser inteligente, preparado y criticar al gobierno en sus escritos. El objetivo, sembrar el miedo en el siempre aguerrido sector universitario y enviar un mensaje a quienes escriben en contra de este desastre haciéndoles saber que son objetivos del brazo de represión legal de la dictadura.

 

 

 

Otra caricatura que sale de la genialidad cubana es sugerir que Hugo Carvajal pida públicamente que se le levanten las medidas en Estados Unidos para ir a defenderse de lo que él llama mentiras y calumnias. Es evidente que el diputado y militar retirado no tiene intención alguna de cumplir con lo que dice. Solo quieren generar un ambiente entre los chavistas de que él tiene un expediente limpio y es víctima de una acusación imperial.

 

 

 

Es bien sabido que en su poquedad mental, Hugo Chávez acabó con el exitoso proceso de descentralización que se llevaba a cabo en el país cuando él llego al poder. No quería el comandante que nadie tuviese la oportunidad de tener una brillante gestión que opacara su mediocre desempeño. Aún así, el gobierno pretende relacionar a Henrique Capriles con el caso Odebretch. Un sin sentido en la medida que el gobernador no podía contratar las obras que realiza esta empresa y porque mucho menos tendría influencia sobre los depredadores oficiales del erario público para asignar una obra.

 

 

 

El brazo judicial de la dictadura pretende que se investigue penalmente al joven diputado Freddy Guevara por presunta usurpación de funciones al investigar el saqueo que se hizo de PDVSA. La bizarra autocracia perdona al saqueador, lo premia con un cargo diplomático en la ONU y además pretende encarcelar a quien investigó sus latrocinios. Una evidencia más de que la tiranía pretende seguir persiguiendo y criminalizando a la oposición al tiempo que distrae la atención de los venezolanos.

 

 

 

Me gustaría ver la orden de CENCOEX en la que se le otorgan las divisas a El Aissami para publicar una página completa de alegatos en NYT. Por cierto, es evidente que la escribieron en castellano y la pasaron al inglés con un software traductor. ¡Qué mal les quedó! Pero toda Venezuela y los medios de comunicación hablaron de la carta aunque no se enteraran de lo que decía. Un elemento más de la realidad virtual del régimen.

 

 

 

Del laboratorio rojo sale un mensaje para las redes sociales de un tipo que tiene 30 números de cédula. Vulgar y mediocre creación del G2. Buscan resucitar la desconfianza en el sistema electoral. El mismo derrotado por la oposición al ganar cómodamente las elecciones de 2015.

 

 

 

El más burdo y disparatado producto de fabricación roja es la del supuesto esquiador venezolano que no fue admitido en Francia. La chapuza es de tal magnitud que evidencia la intervención chavista. La idea era que la canciller pudiera formar un zaperoco a nivel internacional y armar un escándalo con los franceses. Este experimento les quedó muy mal. La actuación del joven en la competencia fue vergüenza y hazmerreir universal. No podía ser de otra forma. Lamentablemente, quedamos mal los venezolanos.

 

 

 

Maduro es un desaventurado accidente en la historia de Venezuela provocado por quien nos llevó por la senda de la miseria, Hugo Chávez Frías. Lamentablemente, no podemos esperar de Nicolás acción alguna que nos saque del hueco en el que estamos. Primero porque no tiene capacidad para ello, segundo y tan grave como lo anterior es que está rodeado por un equipo de ineptos que ni siquiera son capaces de entender los problemas que tienen que resolver. Es bien sabido que cuando no hay comprensión del problema, es imposible producir una solución.

 

 

 

El diálogo es otra ficción que Maduro se empeña en imponer como medida desesperada para alargarse la permanencia en Miraflores. Ojalá las declaraciones de Borges y Ramos Allup de que no hay posibilidad de conversaciones con la dictadura se mantengan a falta de un compromiso de cumplimiento de lo acordado anteriormente.

 

 

 

La más reciente provocación de Maduro es que no habrá elecciones hasta que ellos la puedan ganar. Eso quiere decir nunca. Ya no tienen pueblo. La gente no está dispuesta a seguir aguantando este sin sentido sin ver una luz de esperanza. Maduro en su inmadurez y torpeza no está leyendo adecuadamente la situación que terminará, más temprano que tarde, con su salida del poder.

 

 

 

Jose Carrasquero

 

 

Por Confirmado: Francys García

La inexistente realidad del régimen

Posted on: febrero 27th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

Como hemos dicho en varias ocasiones, la dictadura no tiene solución para ninguno de los problemas que acongojan a los venezolanos. Los remedios pasan por desmontar el mamotreto creado por Chávez. Un modelo económico perfecto para que los saqueadores de las arcas públicas sigan enriqueciéndose a costa de la miseria del pueblo.

 

 

Ante esta dramática situación, Maduro y su cofradía no tienen más remedio que apelar a la quincalla cubana para intentar distraer la opinión pública. En efecto, en Cuba se ha creado una realidad virtual según la cual el imperio es responsable de todos los pesares de la población y no el estruendoso fracaso de una revolución que nunca llegó a ser tal.

 

 

 

He aquí que el gobierno ordena a sus laboratorios y colaboradores más cercanos iniciar una cadena de acciones que pongan sobre el tapete una serie de temas que no tienen importancia alguna para la población pero que en todo caso distrae de lo que debe ser la discusión central que no es otra cosa que conseguir los mecanismos para salir de un gobierno inhumano, oprobioso y como veremos más adelante, vergonzoso.

 

 

 

El 3 de Marzo se cumple la sentencia de Isaías Baduel. La dictadura ya se inventó un intento de golpe que según ellos estaría comandado por este general retirado. Para que el tema sea más inverosímil se arresta a otro alto oficial en situación de retiro y a unos sargentos bajo el pretexto de que intentarían derrocar a Maduro. Son claras las intenciones de esta perfidia. Por un lado, volver con la comiquita de que alguien quiere derrocar al peor presidente de todos los tiempos y la otra, mantener a Baduel en prisión mientras duran las eternas investigaciones que fabrica la policía política del régimen. Demás está decir que con esta nueva creación de los laboratorios del régimen se justifica la persecución contra líderes de la oposición.

 

 

 

La ficción continua con la detención e imputación del delito de traición a la patria de un profesor jubilado de la Universidad de Carabobo. El delito, ser inteligente, preparado y criticar al gobierno en sus escritos. El objetivo, sembrar el miedo en el siempre aguerrido sector universitario y enviar un mensaje a quienes escriben en contra de este desastre haciéndoles saber que son objetivos del brazo de represión legal de la dictadura.

 

 

 

Otra caricatura que sale de la genialidad cubana es sugerir que Hugo Carvajal pida públicamente que se le levanten las medidas en Estados Unidos para ir a defenderse de lo que él llama mentiras y calumnias. Es evidente que el diputado y militar retirado no tiene intención alguna de cumplir con lo que dice. Solo quieren generar un ambiente entre los chavistas de que él tiene un expediente limpio y es víctima de una acusación imperial.

 

 

 

Es bien sabido que en su poquedad mental, Hugo Chávez acabó con el exitoso proceso de descentralización que se llevaba a cabo en el país cuando él llego al poder. No quería el comandante que nadie tuviese la oportunidad de tener una brillante gestión que opacara su mediocre desempeño. Aún así, el gobierno pretende relacionar a Henrique Capriles con el caso Odebretch. Un sin sentido en la medida que el gobernador no podía contratar las obras que realiza esta empresa y porque mucho menos tendría influencia sobre los depredadores oficiales del erario público para asignar una obra.

 

 

 

El brazo judicial de la dictadura pretende que se investigue penalmente al joven diputado Freddy Guevara por presunta usurpación de funciones al investigar el saqueo que se hizo de PDVSA. La bizarra autocracia perdona al saqueador, lo premia con un cargo diplomático en la ONU y además pretende encarcelar a quien investigó sus latrocinios. Una evidencia más de que la tiranía pretende seguir persiguiendo y criminalizando a la oposición al tiempo que distrae la atención de los venezolanos.

 

 

 

Me gustaría ver la orden de CENCOEX en la que se le otorgan las divisas a El Aissami para publicar una página completa de alegatos en NYT. Por cierto, es evidente que la escribieron en castellano y la pasaron al inglés con un software traductor. ¡Qué mal les quedó! Pero toda Venezuela y los medios de comunicación hablaron de la  carta aunque no se enteraran de lo que decía. Un elemento más de la realidad virtual del régimen.

 

 

 

Del laboratorio rojo sale un mensaje para las redes sociales de un tipo que tiene 30 números de cédula. Vulgar y mediocre creación del G2. Buscan resucitar la desconfianza en el sistema electoral. El mismo derrotado por la oposición al ganar cómodamente las elecciones de 2015.

 

 

 

El más burdo y disparatado producto de fabricación roja es la del supuesto esquiador venezolano que no fue admitido en Francia. La chapuza es de tal magnitud que evidencia la intervención chavista. La idea era que la canciller pudiera formar un zaperoco a nivel internacional y armar un escándalo con los franceses. Este experimento les quedó muy mal. La actuación del joven en la competencia fue vergüenza y hazmerreir universal. No podía ser de otra forma. Lamentablemente, quedamos mal los venezolanos.

 

 

 

Maduro es un desaventurado accidente en la historia de Venezuela provocado por quien nos llevó por la senda de la miseria, Hugo Chávez Frías. Lamentablemente, no podemos esperar de Nicolás acción alguna que nos saque del hueco en el que estamos. Primero porque no tiene capacidad para ello, segundo y tan grave como lo anterior es que está rodeado por un equipo de ineptos que ni siquiera son capaces de entender los problemas que tienen que resolver. Es bien sabido que cuando no hay comprensión del problema, es imposible producir una solución.

 

 

 

El diálogo es otra ficción que Maduro se empeña en imponer como medida desesperada para alargarse la permanencia en Miraflores. Ojalá las declaraciones de Borges y Ramos Allup de que no hay posibilidad de conversaciones con la dictadura se mantengan a falta de un compromiso de cumplimiento de lo acordado anteriormente.

 

 

 

La más reciente provocación de Maduro es que no habrá elecciones hasta que ellos la puedan ganar. Eso quiere decir nunca. Ya no tienen pueblo. La gente no está dispuesta a seguir aguantando este sin sentido sin ver una luz de esperanza. Maduro en su inmadurez y torpeza no está leyendo adecuadamente la situación que terminará, más temprano que tarde, con su salida del poder.

 

José Vicente Carrasquero

@botellazo

¿To MUD or not to MUD?

Posted on: febrero 7th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

Quizás por el torrente petrolero que nos ha impedido acceder al desarrollo durante los últimos 59 años, los venezolanos tenemos una mentalidad de que todo lo construido, andado o aprendido es desechable. Pero si miramos un poco más en la historia encontramos comportamientos similares. Hemos tenido 26 constituciones a lo largo de nuestra corta historia republicana. Ya se está hablando de un nuevo proceso constituyente que nos daría una nueva carta magna. Eso, en mi opinión, no habla nada bien de los venezolanos.

 

 

 

Este ánimo de borrón y cuenta nueva lo han aplicado casi todas las clases políticas que accedieron al poder ya fuese por la vía electoral o través de un movimiento de fuerza. La excusa siempre fue lo mismo, lo anterior no sirvió, aquí llegamos nosotros que sabemos hacer las cosas y dictamos nuestras propias reglas de juego. Esta visión de la política en la cual nada se construye sobre lo elaborado está nuevamente tomando cuerpo para llevarse a la MUD en los cachos.

 

 

 

Hay un grupo de políticos opuestos al gobierno que entienden su ascenso a la cúspide del liderazgo venezolano por medio de la sustitución, destrucción y sepelio de la MUD. No podemos quitarle la razón a quienes critican a la MUD. La pregunta que nos debemos hacer es si debemos construir un nuevo aparato político o hacer una reingeniería del que ya tenemos.

 

 

 

Recuerdo que en 2015, la mayoría de las opiniones que se leían en los medios de comunicación y las redes sobre la MUD eran negativas o en el mejor de los casos, ponían en duda su capacidad para adelantar un proceso electoral en el que el pueblo pudiera quitarle la Asamblea Nacional al chavismo.

 

 

 

Como estudioso de la cultura política del venezolano, estaba seguro de que el pueblo iba a castigar al gobierno arrebatándole el poder parlamentario. Con base en encuestas, resultados electorales pasados y algunos estudios cualitativos predije que la oposición sacaría 113 diputados. Fui duramente criticado. Los argumentos de la crítica muchas veces eran infantiles. Pasaban por aquello de que el pueblo iba a rendirle tributo a Chávez y le ratificaría su poder. Que nos iban a robar las elecciones y una cantidad de argumentaciones varias.

 

 

 

Lo cierto es que la estrategia de la MUD convertida en operaciones electorales por los partidos políticos rindió los frutos que tenían que cosechar en un ambiente en el que el rechazo al gobierno era muy alto y la gente había perdido la fe en las posibilidades del chavismo para resolver los problemas que aquejan al pueblo.

 

 

 

Anta la apabullante victoria de 2015 el gobierno no tardó en reaccionar sacando a relucir su desprecio por los valores de la democracia. Los factores de la MUD que venían apostando a las reglas de juego no vieron venir lo que sería un asalto judicial al parlamento. Uno que se comenzó a gestar cuando una Asamblea Nacional cuyo mandato había sido oficialmente revocado por el soberano siguió adelante, violando la constitución, con el nombramiento de un Tribunal Supremo de Justicia írrito compuesto en su mayoría por operadores políticos del régimen.

 

 

 

En este momento de la lectura es preciso recordar que la MUD es una organización paraguas que recoge los esfuerzos de la oposición venezolana para establecer estrategias políticas acordadas por las fuerzas que la componen. Desde el punto de vista de la operación, la carga recae en los partidos políticos. Y allí encontraremos responsabilidades en no haber previsto el comportamiento dictatorial de un régimen derrotado por el pueblo.

 

 

 

Son los partidos políticos y los líderes los que tienen que adelantar procesos de reflexión. De evaluación de sus actuaciones. De definición del momento que estamos viviendo. De creación y puesta en marcha de nuevas estrategias que tengan como finalidad la conquista del poder.

 

 

 

¿Deben hacerlo a través de la MUD? Conociendo a los políticos venezolanos me atrevo a decir que no hay otra forma posible. La única alternativa sería una plataforma unitaria integrada en un solo partido opositor con una directiva coherente y con un plan de país que se le pueda presentar a los venezolanos. Lamentablemente, la visión de terrenito político de todos nuestros dirigentes hace tal plataforma inviable.

 

 

 

Lo que queda entonces es la MUD. ¿Esta MUD?

 

 

Evidentemente no. La MUD necesita una reingeniería que la lleve a un punto intermedio entre lo que es actualmente y el ideal de la plataforma integrada. Para ello, propongo que el cargo de Secretario General de la MUD, que hasta ahora ha sido excelentemente desempeñado por Jesús Torrealba, sea ejercido de manera rotatoria por los secretarios generales de los partidos que la integran. Cada uno ejercería el cargo por seis meses. Un ejercicio político y no meramente técnico.

 

 

 

Se espera que esa nueva MUD tenga una rápida capacidad de reacción a las estrategias del régimen. Debe ser capaz de adelantar las jugadas del chavismo y poner en acción tácticas que le cierren posibilidades de triunfo al gobierno.

 

 

 

Esta nueva MUD debe denunciar ante el mundo, de manera formal, que en Venezuela padecemos una dictadura que no respeta resquicio constitucional alguno. De esta forma, las estrategias de la MUD podrán y tendrán que ser consistentes con esa declaración.

 

 

 

El diálogo sigue siendo una posibilidad. Pero los partidos políticos tienen que jugar fuerte. Deben proponer a los facilitadores. Los actuales son del gobierno. El pueblo necesita sus propios negociadores. Hay cantidad de ex presidentes latinoamericanos que pueden desarrollar ese papel. Para ello es necesario arrancarle al gobierno un compromiso formal con el diálogo. No esa actitud de perdonavidas que suele exhibir Maduro cuando habla de esto.

 

 

 

El documento sobre el cual discutir no puede estar redactado por organizaciones que como el catalán Institute for Integrated Transitions, autor del adefesio que circuló ampliamente, no conocen en profundidad el caso venezolano.

 

 

 

Es difícil tener que dialogar con individuos que ponen sus intereses personales por encima de la constitución. Individuos que son buscados por la justicia internacional o que en mejor de los casos no tienen cómo explicar los niveles de vida que disfrutan ellos y sus familiares.

 

 

 

Los partidos políticos y sus líderes y no la MUD son los que tienen las responsabilidad de sacar la cara por los venezolanos. Ya está bueno de esconderse detrás de un escaparate vacío que no es más que la representación virtual de una unidad forzada por las exigencias del pueblo venezolano.

 

 

 

Ojalá que el llamado que hagan los líderes de los partidos pequeños y más pequeños sea el de rescatar el proceso unitario más allá del nombre. De convertirlo en una plataforma de acciones en las cuales los terrenitos políticos no tengan prioridad por encima de las expectativas del soberano. Esperamos que el intento de destrucción de la MUD no sea un artilugio para pretender la imposible conducción de la oposición en solitario. Todo lo que se haga fuera del concepto de la unidad exigida por el pueblo está condenado al fracaso.

 

 

 

El reto no es para la MUD. Es para esos líderes políticos que adquirieron el compromiso de luchar por la democracia y el país. El mandato es unidad, ustedes verán como la implantan más allá de lo meramente comunicacional.

 

 

José Vicente Carrasquero

@botellazo

¿Necesitamos fuerzas armadas?

Posted on: enero 24th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

Esta pregunta me la he venido haciendo desde que viera en 1990 la estrepitosa caída de uno los ejércitos más importantes del mundo a consecuencia de su enfrentamiento con las potencias más industrializadas del planeta. Me refiero a la Operación Tormenta del Desierto con la cual los Estados Unidos y sus aliados lograron desmantelar al ejército Iraquí, entre los cinco más grandes y mejor armados del mundo en ese momento, sin tener que poner a sus tropas en mayores riesgos.

 

 

 

Visto que estamos muy lejos del poder militar que despliega una potencia como los Estados Unidos, nuestras hipótesis de conflicto pierden vigencia si la gran potencia militar se pone del lado de nuestros adversarios. Chávez, manejado por Castro, pensaba que armando a nuestras fuerzas armadas y formando milicianos podría evitar un intento de invasión tipo Bahía de Cochinos.

 

 

 

Es así como este militar al que le aplazaron el curso de estado mayor, se puso a gastar nuestros recursos en juguetería bélica rusa y china que, como es de esperarse, no nos da ninguna ventaja frente a nuestros adversarios si ellos llegaran a contar con los americanos como aliados.

 

 

 

Lo que me vuelve a traer este asunto a la mente no es otra cosa que la vergonzosa comunicación que un no electo ministro de la defensa (corresponde el uso de minúsculas) hace llegar al Presidente de la Asamblea Nacional. Si este señor ostenta el mayor cargo como militar efectivo de nuestras fuerzas armadas y manifiesta tantas deficiencias en su formación, ¿qué se puede esperar de los demás? ¿Serán de tan pobre formación como él?

 

 

 

Uno puede suponer que el actual ministro llegó a tan elevada posición por su evidente militancia en el partido de gobierno. Eso ha sido el elemento fundamental que ha explicado los nombramientos de este siglo.

 

 

 

La ignorancia del ministro se manifiesta en dos aspectos que vale la pena resaltar. Por un lado, él no posee rango para dirigirse en los términos que lo hace al Presidente de la Asamblea Nacional. Él es un funcionario nombrado por el presidente. Su legitimidad se deriva de un acto administrativo y no puede, en caso alguno, hablar como si tuviese el mismo nivel o condición de quien recibe su misiva. La otra gravísima prueba de la falta de formación del ministro está en el desconocimiento de la institucionalidad de las fuerzas armadas y que la misma no está ligada a figura histórica alguna. Ni siquiera a Bolívar, mucho menos al responsable de la miseria que sufrimos los venezolanos, Hugo Chávez.

 

 

 

El caso del ministro no es único. En un ministerio que debiera ser netamente civil como el de Interior, Justicia y Paz, encontramos un individuo que se ha dedicado a mentir de forma descarada y hasta boba. El cuento que echó de los billetes de cien me mantuvo riendo un buen rato a pesar de la desgracia que significa. Solo a una mente bobalicona se le puede ocurrir que el gobierno norteamericano pagaría un dólar por cada billete de 100 si puede comprar más de 30 por un dólar. Lo grave del caso es que el señor da una explicación boba y no se da cuenta de la magnitud de la estupidez que está diciendo. A pesar de la operación del ministro, el dólar continúa su camino ascendente mostrando lo necio de la maniobra del gobierno.

 

 

 

Otro militar que avergüenza a las fuerzas armadas es el genio del modelo cualitativo cuantitativo que podía probar que la criminalidad había bajado. Este individuo dirige la policía política del régimen y se ha encargado de sembrar evidencias en políticos venezolanos de una forma descarada. La explicación de esta patología psicológica está en el terror que le produce que un cambio de gobierno signifique para él terminar vistiendo de por vida un traje naranja.

 

 

 

Los militares que participaron en los asesinatos del 4F y el 27N y hoy son gobernadores y ministros han quedado como pésimos administradores y lo que es peor, como corruptos de marca mayor. Estos sujetos que se levantaron en armas contra la democracia han participado en la implantación de una dictadura cuyos defectos superan con creces a los gobiernos anteriores.

 

 

 

Los recientes ajusticiamiento de venezolanos por personal de las fuerzas armadas es un elemento adicional a ser mencionado. El comediante eterno se la pasaba repitiendo aquello de maldito el soldado que levante su arma contra el pueblo. La lista de malditos es inmensa y no se limita a los sometidos a juicios recientemente. Todavía anda en libertad, mientras esté el chavismo en el poder, la funcionaria de la guardia nacional que golpeó brutal y cobardemente a una ciudadana que ejercía su derecho a la protesta.

 

 

 

Como si todo esto fuese poco, las fuerzas armadas protagonizan la comiquita de unos ejercicios militares para practicar en contra de la posible invasión de ejércitos extranjeros. Para vergüenza de todos los venezolanos, menos los militares mismos, estas ridículas operaciones de soldaditos de plomo fueron supervisadas por militares cubanos. ¿Cómo le cree uno al ministro cuando habla de su disposición a defender la soberanía nacional?

 

 

 

Militares como estos que he descrito no necesitamos. No podemos permitir a miembros de un partido político que se uniformen. Hay que darle un parado a estos señores que se creen por encima del pueblo al que llaman con desprecio civiles. Necesitamos unas Fuerzas Armadas comprometidas con la defensa de la nación y de la soberanía que reside en el pueblo.

 

 

 

Unas Fuerzas Armadas sin apellidos y que no le rindan culto a nulidades engreídas que, como Chávez, destruyeron el carácter profesional que deben imperar para ejercer las funciones que la constitución les ordena.

 

 

 

Son necesarias unas fuerzas armadas dispuestas a recuperar para el estado venezolano el monopolio de la violencia. Resulta insólita la existencia de grupos paramilitares armados ante la mirada obsecuente de la oficialidad. Unas Fuerzas Armadas que impidan la destrucción de nuestro ecosistema por hordas de cazadores de fortuna que afectan las cuencas de nuestros ríos.

 

 

 

Necesitamos Fuerzas Armadas que se dediquen a lo estrictamente militar. Unas Fuerzas Armadas al servicio del pueblo que en última instancia justifica su existencia.

 

 

José Vicente Carrasquero

@botellazo

La verdad-el 11A: La Verdad que Chávez ocultó

Posted on: enero 6th, 2017 by Laura Espinoza 1 Comment

 

El 11 de Abril de 2002 fue una gran derrota para Hugo Chávez y su afán de mantenerse en el poder a como diera lugar. Esa derrota duró poco gracias a factores que no vamos a analizar en este escrito. Estamos interesados en las víctimas de Chávez que hoy en día pagan prisión por crímenes que no cometieron.

 

 

El jefe de seguridad ciudadana de la Alcaldía Mayor en ese momento Iván Simonovis, los comisarios Lazaro Forero y Henry Díaz junto a los funcionarios de la Policía Metropolitana Marco Hurtado (comisario), Héctor Rovain (inspector jefe), Arube Pérez Salazar (cabo Primero), Luis Enrique Molina (distinguido), Erasmo Bolívar (agente) se convirtieron en los chivos expiatorios que Hugo Rafael Chávez Frías necesitaba para intentar lavar su imagen ante la historia después de haber ordenado la activación del Plan Ávila contra quienes marchaban al Palacio de Miraflores.

 

 

Convencido de su importancia para la historia y de la grandeza de su imagen, además de lo supremo de proyecto político, Chávez no escatimó rociar de sangre su ascenso al poder y mantenerse en él. Como si fuese poco, dispuso de la vida de personas cuya culpabilidad no fue comprobada para crear un cuento que difícilmente se correspondía con la realidad de aquel duro momento en la historia venezolana.

 

 

Para un individuo como Chávez la vida de las personas no tiene importancia. Se toman como objetos para avanzar en el proyecto político. Así lo demuestran los más de 300 muertos de las intentonas golpistas de 1992. Durante su gobierno fueron muchas las personas que debieron huir del país o pagar prisión simplemente porque a él le convenía.

 
Después de los sucesos del 11 de Abril, Chávez se ve en la necesidad de crear e imponer su propia versión de los hechos. Es así como personalmente decide, entre otras cosas, que se encarcelen a los funcionarios antes mencionados y se les responsabilice de los hecho acaecidos aquel nefasto día.

 

 

No había intención alguna de rendirle culto a la verdad. No había intención de reparar a las víctimas. Solo se quería crear una trama que dejara en claro que la oposición había cometido unos crímenes y que por lo tanto debía ser execrada y perseguida como efectivamente sucedió.

 

 

 

Recuerdo que una reconocida periodista me preguntó en una entrevista radial sobre lo que pensaba pasaría con los pistoleros de Puente Llaguno. No dude en decirle que los iban a soltar. Que Chávez no se podía dar el lujo de encarcelar a sus defensores. Que para eso los había armado. Para que fuesen una especie de fuerza de choque en caso que le fallara, como efectivamente pasó, la acción represora de las fuerzas armadas.

 

 

Vimos un evento que la historia todavía no evalúa en su justa dimensión. Chávez, en persona y en cadena nacional asumió la defensa de los pistoleros de Puente Llaguno. Súbitamente, estas personas que todo el mundo pudo ver disparando desde lo alto de la estructura quedaron liberados de toda culpa. En su lugar, Chávez decidió que serían los jefes policiales y algunos agentes de la Policía Metropolitana los que pagarían las culpas de la irresponsabilidad con la que manejo el movimiento de rechazo más grande que hasta ese momento había enfrentado cualquier presidente en nuestra historia.

 

 

Sociópata como era, prometió conformar una comisión de la verdad que nunca se instaló. Contó a diestras y siniestras sus propias historias sobre los acontecimientos. Financió trabajos “independientes” que sin la rigurosidad que implica una investigación histórica contaba una versión de los hechos muy reñida con los acontecimientos.

 

 

 

Es así como Iván Simonovis cumple este 22 de Noviembre 12 años de prisión por crímenes que no cometió. Y esta no es una opinión mía. Son las declaraciones de un corruptísimo ex juez del Tribunal Supremo de Justicia que huyendo de la saña chavista confiesa haber dilatado el juicio a los funcionarios hasta el hastío y haber ordenado producir una sentencia condenatoria de 30 años a petición de Hugo Rafael Chávez Frías.

 

 
Le importó a Chávez la vida de estos funcionarios. Lo que pasaría con su familia. No! Además actuó con pérfida maldad. Un juicio viciado, de familiares vejados a la saciedad, lleno de fallas procesales de traslados sin audiencias, de experticias que no fueron tomadas en cuenta por la juez que actuaba como perruna subalterna de Aponte Aponte.

 

 

Aún diciendo el corrupto ex juez, hoy protegido por el gobierno norteamericano, que el juicio fue viciado y que obedeció a satisfacer los deseos del sociópata Chávez, la justicia venezolana ha hecho poco o nada en reparar un daño de muy difícil resarcimiento. La concesión de casa por cárcel no es suficiente. Lo que corresponde para Simonovis y todos los otros funcionarios culpados por el gobierno es la libertad plena. Además de mecanismos que les ayuden a tener una vida más llevadera después de años de injusticia.

 

 

 

Esto es parte del legado de Hugo Chávez, un megalómano que no tuvo empacho alguno en disponer de la vida de la gente como si fuesen soldaditos de plomo. Todo para salvaguardar su supuesto lugar triunfal en la historia. Los eventos que estamos viviendo tiran al trasto de la basura un legado que parece más bien un castigo. El chavismo será tristemente recordado como uno que persiguió y encarceló gente inocente. Como si esto fuese poco la inmensa mayoría de las muertes del 11 de Abril no fueron investigadas. Los supuestos francotiradores no eran tales. La violencia estaba claramente del lado de un chavismo temeroso de perder el poder y dispuesto a usar cualquier tipo de violencia o crimen para permanecer en él.

 

 

 

La ruindad contra estos funcionarios ha sido tal que muchos de ellos aplican desde hace años para beneficios procesales que no se les ha concedido. El rancio y putrefacto chavismo no quiere ceder en esta historieta que ni siquiera maquilla el horrible comportamiento de un Chávez que estuvo dispuesto a hacer que el pueblo fuese sometido por la boca de los fusiles activando el Plan Ávila. Gracias a Dios no fue obedecido. Caso contrario la historia sería mucho peor.

 

 

Es el momento de que el chavismo remiende sus errores, la liberación plena de estos presos políticos es un mandato ético inevitable. Pero, lamentablemente, en lo ético parece estar el principal escollo. Después de todo chavismo y ética son polos opuestos.

 

 

 

José Vicemte Carrasquero

La resurrección de la anti política

Posted on: enero 2nd, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

El año 2016 terminó con un balance negativo para el país en general. El más perjudicado con el errático accionar de la clase política fue sin duda alguna el pueblo. Los problemas que lo aquejan no figuraron entre las prioridades de la dirigencia. La inflación siguió hundiendo en la miseria a la inmensa mayoría de los venezolanos, la delincuencia tomó espacios que pertenecen a la ciudadanía, el estruendoso y escandaloso fracaso del chavismo no fue evaluado de forma tal que se tomaran medidas urgentemente necesarias.

 

 

 

El diálogo resultó un escenario que permitió al gobierno seguir adelante con su burla a los principios de la democracia. La oposición cometió el grave error de desmovilizar la calle en momentos en que se necesitaba la mayor presión posible. El diálogo ha sido una guasa para el país en general. Un burladero en el cual el gobierno se refugió para no enfrentar los problemas que no sabe resolver.

 

 

 

En mi opinión, el resultado más grave del diálogo es el haber desatado los demonios de la crítica destemplada. La que sale de las entrañas y no de la pausada evaluación de la crítica situación que estamos viviendo. En los distintos grupos en que participo la voz que se impone es la que habla de la muerte de la MUD, de la necesidad de dar paso a nuevos liderazgos, de permitir que nuevos grupos tomen la dirección de la oposición para encausar nuestras luchas.

 

 

 

En 1999, un grupo de universidades hicimos una encuesta de cultura política centrada en el proceso político que vivía el país. Uno de los hallazgos mas espeluznantes fue descubrir que el venezolano es políticamente iluso. Cuatro de cada cinco venezolanos afirmaban que la constituyente iba a resolver los problemas del país.

 

 

 

Los efectos de la anti política, ejecutada por líderes de opinión y promovida por los medios de comunicación ya había producido su primer resultado adverso: la elección de un militar precariamente formado, con una mezcla letal de todos los antivalores que puede reunir una persona para regir los destinos del país. Los resultados no se hicieron esperar. Un carácter débil, dúctil a través del halago hizo de ese militar un instrumento de Fidel Castro quien vio en él su sueño hecho realidad. La oportunidad de ponerle mano a ese reservorio petrolero que le permitiría, como en efecto sucedió, exportar la revolución cubana a muchos lugares del continente.

 

 

 

Dieciocho años después de haber saltado al vacío dándole paso a una clase política poco preparada y con una voraz hambre de enriquecimiento, muchos venezolanos vuelven a adoptar una actitud ilusa que raya en la inocencia.

 

 

 

Algunas acotaciones deben ser hechas para quienes piensan en soluciones mágicas. La primera de ella es que los liderazgos reales no piden permiso para tomar el control. Una prueba de su verdadera fuerza y capacidad para imponer sus ideas es poder desplazar a la dirigencia existente y convencer a quienes los apoyan de pasarse a este otro bando. Quienes piden permiso, solicitan que se le de paso a otros, están hablando de una forma de hacer política que no existe y que en todo caso no aplica a la grave situación que vive el país.

 

 

 

Que la MUD está muerta es otra afirmación cándida que no se corresponde con el panorama político actual. Hay que tener claro que la MUD es una organización paraguas que ha tenido, lamentablemente, una visión cortoplacista que ha hecho de lo electoral la justificación de su existencia.

 

 

 

Lo cierto es que  la MUD como está no es adecuada para lucha que tenemos los venezolanos por delante. Esta organización política debe definir un propósito. Para ello debe caracterizar al adversario. No es difícil hacer ver ante el mundo que Maduro encabeza una dictadura militarista y peor aún bananera.

 

 

 

Una vez caracterizado el gobierno, hay que definir un propósito. No es otro que reponer la democracia en Venezuela mediante la salida del poder del dictador y sus adláteres. Para ello es preciso una declaración pública de cada uno de los líderes de los partidos que conforman la MUD renunciando a cualquier aspiración presidencial mientras se logra el objetivo. Además, asumir la agenda de los venezolanos. Hablar de propuestas concretas, encabezar protestas contra la delincuencia, contra la inflación que acaba con el poder adquisitivo de los venezolanos, en contra de una clase política corrupta como nunca en los anales de la historia.

 

 

 

Los líderes de opinión tienen un papel muy importante en esta coyuntura. Deben funcionar como fieles de la balanza. Deben guardarse para sí sus opiniones despectivas y en muchos casos irreales. Si alguno se siente con suficiente fuerza para asumir el liderazgo político, que salte al ruedo e imponga su forma de pensar a través de convencimiento de una buena parte del país.

 

 

 

Dios nos libre de la aparición de una nueva versión de los Notables. Grupo que en el pasado resultó altamente pernicioso para la democracia. Criticadores sin sustancia y sin propuestas que ayudaron a acabar con lo que se había hecho, para mal o para bien. Necesitamos líderes de opinión que propongan acciones para remediar problemas que ya todos conocemos.

 

 

 

La política es la única herramienta que tenemos por delante para acabar con un gobierno oprobioso que prefiere pagar a los capitales nacionales y extranjeros el oneroso costo una deuda irresponsablemente contraída. Esta política asumida por Maduro para garantizar a sus socios el pago de intereses y capitales ha tenido un altísimo costo en vidas de venezolanos que mueren por falta de medicamentos, por desnutrición o a manos de un hampa desbordada que supera con creces la capacidad de un aparato represivo que solo existe para perseguir y apresar opositores.

 

 

 

Se impone hacer política en positivo. Los políticos tienen que dar el primer paso para rescatar la confianza del pueblo. Hay que mostrar direccionalidad a resolver los problemas del país. Si la clase política no se aboca a resolver las dificultades de la población, ésta, como en el pasado, le pasara por encima y hará valer su fuerza soberana. Si esa resulta ser la vía, que Dios nos encuentre confesados.

 

José Vicente Carrasquero

Morisqueta de gobierno

Posted on: diciembre 19th, 2016 by Laura Espinoza No Comments

 

Aquel día que Hugo Chávez se despidió definitivamente de Venezuela, apareció flanqueado por dos delfines. Un civil que venía ocupando cargos en su gobierno durante los últimos años y un golpista frustrado sin compromiso alguno con los principios de la democracia. Aprovechaba el caudillo su última perorata para pedir el voto por Nicolás Maduro. Cabello asistía impertérrito a un evento que lo borraba, al menos en ese momento, de la línea de sucesión.

 

 

 

Fue una de esas pocas veces que vi a Hugo en vivo. Debo admitir que no disfrutaba de su discurso hiperbólico y grandilocuente cargado de inexactitudes y rebosante de mentiras. Ese día pude confirmar mi hipótesis. Chávez tenía a su lado personajes grises que se debían distinguir por dos elementos, su obsecuencia con él y por su cortedad intelectual. Prueba de ello eran esos dos indiviudos que en su ausencia quedaban al mando del proyecto de dominación que se adelanta en el país.

 

 

Como siempre, asesorados por la quincalla cubana, los dos individuos desde sus posiciones de poder se dedicaron a instaurar en Venezuela una morisqueta de gobierno. Una especie de administración cuyo objetivo era lograr mantener al chavismo en el poder. Como manda la receta castrista, lo primero que hicieron fue vestirse con los ropajes de ser hijos y herederos del comandante. Incluso llegó Maduro a tratar de inventarse una conexión espiritual según la cual el difunto se le aparecía a cada momento de diversas formas para recordarle que la lucha seguía y toda esa monserga con la que llena su vacuo discurso.

 

 

 

Es así como desde 2013, Venezuela sufre un gobierno que no gobierna. Una administración que sistemáticamente se ha negado a tomar las medidas que debió haber puesto en práctica para evitar la tragedia que actualmente vivimos los venezolanos.

 

 

 

Ya en esos tiempos se anunciaba el fin del súper ciclo de las materias primas. Era cantado que el precio del petróleo se iba a derrumbar. Era más que necesario evitar que la inacción provocara el colapso de la economía. Las acciones que se debieron tomar fueron suplantadas por mentiras y anuncios que no se cumplieron.

 

 

 

Maduro, en su limitada capacidad intelectual, no ha sido capaz de armar un gabinete que esté a la altura de las necesidades del país. Por el contrario, se ha rodeado de mediocres a quienes como único requisito se les pide estar dispuestos a mentir y hablar de proyectos o situaciones inexistentes.

 

 

 

Lo económico clama ante los ojos de Dios. Maduro se consiguió a un asesor económico español, de Podemos. Tuve la oportunidad de leer la tesis de doctorado de este señor y puedo decir que con seguridad la misma no hubiese sido aprobada en una de nuestras universidades con programa de quinto nivel en economía. Serrano Mancilla, el cristo de la economía según el propio Maduro, ha insistido en que se mantenga el control de cambio. En que se mantenga el cono monetario. Fue el que le enseñó a su alumno que fue ministro de economía por un día que la inflación no existía. El asesor español es de los que piensa que la economía es como un mecanismo que se diseña a la medida del gobierno de turno.

 

 

 

He ahí nuestra desdicha. Un ignorante de la economía, Maduro, se busca a un teórico sin mucha experiencia práctica y comienzan a experimentar y a tomar decisiones que han venido afectando y empobreciendo al pueblo venezolano.

 

 

 

Lo de los billetes de cien es una verdadera morisqueta. Contrario a lo que opinan muchos analistas, este fue un experimento que le salió muy mal a Maduro. Una letal combinación de improvisación e ignorancia le llevó a tomar una medida cuyos resultados no supo anticipar. Esto no tuvo nada de calculado. Fue una metida de pata clásica de un gobernante sin la capacidad de evaluar una acción a tomar y comprender los efectos que la misma pudiera tener sobre la población.

 

 

 

Para quienes sigan pensando en las teorías de la conspiración les dejo dos pruebas de la poquedad mental de este gobierno. La primera la protagoniza Reverol. Me consta que algunos generales se molestan cuando les pregunto cómo hizo ese señor para llegar al mismo grado de ellos. El que finge ser (finge, no funge) ministro de interior dio una explicación que justificaba la medida tomada con el billete de 100 que pudiera formar parte del libreto de una entrega de Locademia de Policía. Una historieta absolutamente inverosímil. ¿Cómo es que alguien va a pagar un dólar y pico por un billete si puede comprar diez por un dólar? Eso con el precio a mil. Las mentiras buscan tapar la morisqueta que es este gobierno. No puedo creer que no sepan que las transacciones de compra de dólares son en un 99% hechas por transferencia. Allá los que quieran seguir creyendo en los planes perfectamente diseñados por esta manga de incapaces.

 

 

 

Ante el desastre que se armó en Venezuela por la medida de recoger en un plazo demasiado corto los billetes de 100, Maduro se vio en la necesidad de recular. No tenía los billetes nuevos a disposición para tapar el hueco que generó en el día a día del venezolano y mucha gente manifestó su inconformidad con protestas y los condenables saqueos.

 

 

 

Sin embargo, siguen muchos desde la oposición alabando al gobierno cuando dicen que Maduro hizo todo eso bajo un plan perfectamente diseñado. Me permito decirles categóricamente: están equivocados. Lo que estamos viendo son las acciones de un gobierno de mentira.

 

 

Un gobierno preocupado por una agenda de asuntos totalmente distinta de la que le importa a los venezolanos. Un gobierno que no tiene idea de cómo superar esta crisis. Un gobierno que solo sale hilar una sarta de sandeces para hacer creer a gente con mentalidad infantil que somos víctimas de una conspiración galáctica.

 

 

 

Las energías hay que usarlas para condenar a Maduro y su gobierno morisqueta y exigirle que le devuelva al pueblo la capacidad de elegir un nuevo presidente.

 

 

José Vicente Carrasquero A

@botellazo