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Eje Caracas-Habana-México

Posted on: enero 5th, 2019 by Laura Espinoza No Comments

¿El Washington ultra-súper-republicano va tolerar el contagio populista por todo el hemisferio sur?

 

 

La posibilidad de una nueva crisis económica y política en México no solo constituye una severa señal de alarma en México, sino que debe llamar profundamente la atención en Estados Unidos, entre otras razones no menos importantes, porque seis millones de norteamericanos surten los pedidos destinados al consumo de sus vecinos inmediatos al sur del río Bravo. Sin entrar en este breve espacio al análisis de las consecuencias migratorias que podría resentir el coloso del norte por una parálisis económica en México, baste señalar que la erosión de la capacidad de compra de los mexicanos en un mundo globalizado, podría producir una recesión en Estados Unidos, una amenaza no solo social para dicha potencia, sino política, ya que Trump está decidido a ganar la reelección en el 2020 y la cancelación gradual de dichas exportaciones podría llegar a lastimar su candidatura. ¿Qué estrategia estarán diseñando en el Potomac en torno a un probable pacto “caribeño”, a un eje integrado por Maduro, Ortega, Castro (Díaz Canel es una triste marioneta) y López Obrador?

 

El contagio verborreico podría extenderse a lo largo y ancho de América del Sur como una peste más de las narradas por Defoe o Camus, gracias a que el medioambiente social existente del Bravo a Tierra de Fuego es el ideal para que la promesa populista arraigue hasta la médula entre los cientos de millones de marginados dueños de su miseria y de su esperanza. La inmensa mayoría de los habitantes del hemisferio sur son candidatos a caer en la tentación populista. La temeraria concentración del ingreso, la pobreza extrema, la ignorancia suprema, la mortandad infantil, el peso de la deuda pública, la evasión fiscal, el contrabando, el narcotráfico en mayor o menor escala, la delincuencia organizada o no, la violencia urbana, los secuestros, los linchamientos callejeros, el hartazgo ciudadano ante la corrupción, la descomposición de las fuerzas policíacas y el cansancio de los militares ante la insuficiencia e incapacidad de los líderes civiles que con mayor o menor frecuencia recurren a las fuerzas armadas para dirimir diferencias que deberían haber sido resueltas por la vía política. ¿Las palabras deben tomar el lugar de las balas? Cuidado cuando los militares deliberan…

 

 

 

Kennedy y Johnson fracasaron al tratar de derrocar y de asesinar a Castro. La ejecución de magnicidios en América Latina solo complicaría la evolución de la región. Nunca la violencia ha sido una buena consejera, por lo que sería mucho más conveniente la instalación de una nueva “Alianza para el Progreso” antes de volver a recurrir a las balas. Los ultraconservadores norteamericanos de extrema derecha, los fascistas del partido republicano, deben estar observando con lujo de detalle, el proceso de desarrollo de ese supuesto eje que debe detenerse con un arma muy eficiente: el empleo, en el marco de acuerdos internacionales en el área.

 

 

 

La alarma es clara, pero más lo es cuando en México, nada menos que al sur de su frontera, surge otro fanático enemigo de la ley y de las instituciones que insiste en proyectar una película que ya vimos todos los mexicanos: la del populismo… ¿El Washington ultra-súper-republicano va a permitir ahora el surgimiento de un eje Caracas-La Habana-México y de ahí va tolerar el contagio populista por todo el hemisferio sur? En los aquelarres nocturnos de la Casa Blanca arrugan el ceño a la espera de las decisiones de AMLO en México y de su política diplomática en el hemisferio sur: no desean ni siquiera oír del nacimiento del eje Caracas-La Habana-México… Los City Corp-IBM-GM-Ford-group, etc.…, se empiezan a convertir en consejeros áulicos de Trump, un personaje que no se caracteriza por la templanza ni por el equilibrio.

 

 

 

Una herramienta eficaz para combatir el populismo se encuentra en la erradicación de la miseria latinoamericana y para ello nada mejor que velar con la expansión de las empresas, a las que los amantes de la verborrea populachera ven con malos ojos, muy a pesar de significar la fuente de bienestar de cualquier país.

 

 

 

No nos engañemos: el neosocialismo que pretende imponer López Obrador no resolverá el problema de la desigualdad, sino que la expandirá con su mejor voluntad. La desesperación puede ser una indeseable fuente de contagio hemisférico. ¡Cuidado!

 

 

Francisco Martín Moreno

Entre Irán y Venezuela

Posted on: enero 5th, 2018 by Laura Espinoza No Comments

Ambos países viven en una dictadura: una teocrática policíaca y otra cuasi comunista

 

¿Qué escogería el amable lector que pase la mirada distraída a lo largo de estas breves líneas: una dictadura teocrática policíaca o una dictadura cuasi comunista, ambas de corte militar?

 

 

 

En Irán está prohibido el alcohol. No es posible encontrar ninguna bebida embriagante en hoteles o en restaurantes. No existen los bares. Los militares iraníes operan el monopolio del contrabando de narcóticos y del alcohol. La alta jerarquía castrense no solo no atenta en contra del régimen musulmán, sino que lo defiende con las armas en la mano para seguir disfrutando cantidades multimillonarias de dinero negro obtenido de los diez millones de alcohólicos y cuatro millones de drogadictos, muy a pesar de las prohibiciones religiosas. En realidad, se trata de un esquema político “estabilizador” parecido al de Nicolás Maduro, quien compra la “lealtad” del ejército al obsequiarle el mercado de divisas, el del narcotráfico y el de las exportaciones o importaciones para evitar un golpe de Estado. Ambas tiranías son sostenidas por las fuerzas armadas a cambio de su escandaloso enriquecimiento.

 

 

 

En la dictadura venezolana existen las bebidas embriagantes para quien pueda comprarlas, sin perder de vista que la inflación alcanzó en 2017 un patético 1.600%; existe un rígido control de cambios; los anaqueles para exhibir alimentos y medicinas están vacíos hasta de artículos de primera necesidad; en los hospitales es difícil encontrar aspirinas. El país está quebrado, solo los políticos y los militares están llenos de dólares depositados en el extranjero, en donde se encuentran, según indicios, los “ahorros” panameños multibillonarios del “presidente” Maduro, salvo que alguien todavía crea que cuando sea derrocado volverá a tripular el camión con el que se ganaba la vida antes de llegar al poder.

 

 

 

Venezuela está quebrada, solo los políticos y los militares están llenos de dólares depositados en el extranjero
En Irán no existe la libertad de expresión ni se puede acceder a la BBC ni a otros medios de comunicación masivos extranjeros ni a Facebook ni a Twitter. La prensa, la radio, la televisión y el cine están controlados y censurados por los ayatolas, los imanes, los mulahs, las máximas autoridades políticas y religiosas. Las mujeres no pueden salir a la calle sin cubrirse la cabeza con una pañoleta llamada hiyab o bien todo el cuerpo con un chador, hasta llegar a la burka, unas prendas negras que las esconden por completo.

 

 

 

En 2017, en Venezuela se cometieron casi 30.000 asesinatos hasta convertirlo en uno de los países más inseguros del mundo entero; la censura periodística es de extrema severidad: 50 medios de difusión se han visto obligados a cerrar sus puertas y a cancelar ediciones o transmisiones por las amenazas, chantajes o agresiones de la tiranía encabezada por Maduro. La propiedad privada sí existe en Irán, en tanto que en la Venezuela cuasi comunista o no existe por la política de expropiaciones chavistas o está permanentemente amenazada.

 

 

 

En Irán la ley prohíbe la unión libre, la homosexualidad y la infidelidad femenina. Hoy en día la juventud exige en las calles las más elementales garantías constitucionales, mismas que el régimen teocrático iraní rechaza con razones indigeribles: “Quien atente en contra del Gobierno es un enemigo de Dios y como tal se le aplicará la pena de muerte”. Los ayatolas como Maduro concluyen así: los opositores a sus respectivos regímenes son adversarios foráneos movidos por el egoísmo… No encuentran motivo alguno para las quejas domésticas… ¿Qué tal cuando en la extinta URSS declaraban enajenados mentales y recluían en manicomios a quienes criticaban a la dictadura comunista? Hoy en día han sido asesinados casi un centenar de jóvenes inconformes tanto en las calles iraníes como en las venezolanas.

 

 

 

A los ladrones en Irán se les amputan las manos a modo de medida ejemplar. De aplicarse el mismo castigo en América Latina, nuestros políticos esconderían el brazo mutilado en las bolsas de sus trajes o lo ocultarían a la hora de ser retratados. Es una salvajada, lo es, imposible aceptarlo, pero se puede caminar a altas horas de la noche en Shiraz, Isfahán, Yazd o en Teherán, en tanto que Caracas y otras ciudades venezolanas los criminales se encuentran a salto de mata a cualquier hora del día.

 

 

 

¿Qué escogería el amable lector: una dictadura teocrática policíaca o una dictadura cuasi comunista?

 

 

FRANCISCO MARTÍN MORENO

EL PAIS

 

Asamblea Nacional versus Constituyente

Posted on: julio 7th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

Radiogtafías Americanas

 

Maduro solo desea el poder por encima de cualquier otro razonamiento

 

Cuando el presidente Maduro declaró: “Lo que no lograremos con los votos, lo conseguiremos con las balas”, quedó diseñado el futuro sangriento de nuestra hermana república iberoamericana. La Asamblea Nacional fue electa democráticamente por los venezolanos y representa la oposición política, la defensora del Estado de derecho que confronta con valentía a la dictadura de corte castrista heredera de Chávez, otro troglodita que intentó gobernar como su sucesor, con recetas extraídas del bote de la basura de la historia de las doctrinas económicas.

 

 

Hace dos días la Asamblea Nacional fue invadida por encapuchados armados con palos y tubos, financiados y capacitados por Maduro con el objetivo de golpear salvajemente a los parlamentarios y hacer abortar cualquier proyecto legislativo proveniente de los representantes populares. “No voy a ser nunca cómplice de ningún hecho de violencia”, arguyó Maduro, solo que, ¿quién le cree? ¿Acaso el vicepresidente del “Gobierno”, Tareck El Aissami, acusado de narcotráfico en Estados Unidos, no declaró antes de la agresión que “es la hora de los pueblos, la hora de los revolucionarios”? ¿Cómo puede sostener Maduro que lo que no logre con los votos, lo conseguirá con las balas y, al mismo tiempo, jurar envuelto en la bandera que nunca será cómplice de ningún hecho de violencia?

 

 

Como corresponde a un tirano caribeño, Maduro pretende hacerse de un control absoluto del poder. Ya domina el Tribunal Supremo y ahora pretende hacerse del legislativo mediante una Asamblea Constituyente hecha a modo para crear un Gobierno paralelo que solo le rinda cuentas a él. Una Asamblea Constituyente opuesta a la Asamblea Nacional, electa legal y democráticamente por la ciudadanía, será una invitación a la violencia, equivaldría a colocar a Venezuela en la antesala de una guerra civil, cuyos inicios se demuestran con la existencia de casi 100 muertos en 100 días de represión. La Constituyente existiría solo para legalizar los actos de la tiranía que defienden, entre otros beneficiarios, los militares enriquecidos con la compraventa de divisas en un mercado negro desquiciado, además de los millonarios recursos provenientes del narcotráfico y las importaciones de productos de primera necesidad. ¿No les dará vergüenza a los supuestos defensores de la patria el hecho de enajenar sus principios a cambio de dinero? ¿No les dolerá ver cómo se ensaña la muerte de los niños en los hospitales venezolanos a falta de medicamentos ni les importará el hambre y la desolación padecidas por sus paisanos, mientras ellos se llenan los bolsillos con dólares, para qué quieren los bolívares, mal habidos?

 

 

 

Se va a realizar el plebiscito del 16 de julio, a pesar de los sabotajes que se orquestarán por Maduro en tiempo y forma. Solo que el tirano ha decidido negar cualquier principio de legalidad y si la Asamblea Constituyente no llega a operar en los términos deseados, buscará otra herramienta para destruir la democracia. ¿Remedio?

 

 

 

La primera opción debe ser la negociación con arreglo a la realidad, pero esta ya debe ser desechada. Maduro solo desea el poder por encima de cualquier otro razonamiento. La confrontación es indeseable, pero todo parece indicar que, ante la sordera y la necedad, se van eliminando otras alternativas civilizadas. En la última reunión de la OEA en Cancún, Bolivia y Ecuador, además de otros pequeños Estados caribeños dependientes energéticamente de Venezuela, bloquearon la imposición de sanciones a este país. Solo restan entonces las decisiones unilaterales orientadas a cancelar las compras de petróleo a Venezuela, con lo cual se precipitaría el derrumbe de la dictadura, cuyas exportaciones del oro negro y derivados valen el 93% de sus ventas al exterior. China e India representan el 60% del total; en tanto, la participación de Estados Unidos se reduce a un 20%.

 

 

 

Los países asiáticos están desvinculados en lo político de la problemática iberoamericana, no así de los aspectos económicos. ¿Qué debería negociar la Casa Blanca con Pekín en el ajedrez diplomático para que los chinos dejaran de comprar petróleo venezolano? De llegar a darse el remoto caso, se estrangularía financieramente la dictadura y se llegaría a la confrontación como consecuencia de la desesperación, pero, como dicen los ingleses, a veces un mal se arregla empeorándolo…

 

 

 

El País

Francisco Martín Moreno

@fmartinmoreno

 

 

Presidentes enemigos

Posted on: enero 13th, 2017 by Laura Espinoza No Comments

 

México ha padecido, casi siempre, a los jefes de la Casa Blanca

 

Ningún país escoge a sus vecinos. Polonia, a título de ejemplo, no eligió a la Alemania nazi ni a la Rusia de Stalin como compañeros geográficos. En México, “tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, hemos padecido, casi siempre, a los jefes de la Casa Blanca y Trump, por supuesto, no puede ser una excepción.

 

 
Comencemos a enumerar las amenazas con Thomas Jefferson cuando afirmó que esperaría a que la población de Estados Unidos creciera lo suficiente para arrebatarle a la corona española “parte por parte”, sus colonias en América. ¿Qué tal la tendencia hacia el predominio continental? John Quincy Adams mandó a Joel Poinsett como embajador a México, quien organizó el primer golpe de Estado en el México independiente para instalar arbitrariamente en el poder a Vicente Guerrero. Sus instrucciones, entre otras tantas, consistían en comprar, a como diera lugar, territorio mexicano a cambio de cinco millones de dólares.

 

 
La célebre doctrina “América para los americanos”, de James Monroe, que en nuestros días revive Trump con lujo de violencia al interpretarla a su manera, fue formalmente derogada por Obama. Ni hablemos del corolario a dicha doctrina establecido por Teddy Roosevelt, a través del cual Estados Unidos se reservaba el derecho de intervenir en los asuntos internos de países del continente que se hubieran “descarriado…”

 

 

 

El presidente Tyler amagó con invadir México al enviar tropas, en 1844, a Luisiana, en previsión de una supuesta invasión mexicana. ¿México invadiría Estados Unidos…? Menudo pretexto.

 

 

 

¿Otro presidente obsesionado con México? Ahí encontramos a James Knox Polk, el mendaz, quien inventó diversos pretextos para declararnos la guerra, invadirnos, bombardearnos y robarnos abiertamente la mitad de nuestro país, algo así como más de dos millones de kilómetros cuadrados. Imposible olvidar cuando este gran ladrón afirmó al final de su mandato: “nuestra nación ha dado al mundo una lección sublimemente moral…”.

 

 

 

Lo sucedió Zachary Taylor, el general invasor del norte de México en 1846 quien, como Grant y Eisenhower, héroes de guerra, se vio catapultado a la Casa Blanca gracias a su “prestigio militar”. El recuento no acaba, pues más tarde apareció en el escenario presidencial Franklin Pierce, quien consideraba a la esclavitud “una bendición social”. Pierce mandó a James Gadsden como embajador a México con instrucciones de “comprar” el territorio de la Mesilla, objetivo que lamentablemente logró durante el gobierno cleptocrático de Santa Anna. Gadsden sostenía que Estados Unidos tenía el derecho de decidir “cuándo convenía mantener a un gobierno en el poder o en qué momento se debían facilitar a sus enemigos los medios para derrocarlo”.

 

 

 

William Taft precipitó la renuncia del dictador Porfirio Díaz, pero nombró a Henry Lane Wilson como embajador en nuestro país. Lane Wilson orquestó el derrocamiento y asesinato del presidente Francisco Madero en 1913, que detonó el estallido de la revolución mexicana con un costo de un millón de vidas y la destrucción física del país.

 

 

 

Woodrow Wilson ayudó a derrocar a Victoriano Huerta, el brazo ejecutor de Madero y ordenó una nueva invasión armada en Veracruz, México, y otra más con la Expedición Punitiva del general Pershing, en busca de Pancho Villa.

 

 

 

Calvin Coolidge también tenía planes precisos para invadir México, pero al final envió como embajador a Dwight Morrow, quien vino a “arreglar” las diferencias en materia petrolera y a “resolver” el final de la Guerra Cristera, en el marco de una intervención diplomática abierta.

 

 

 

Lyndon Johnson instrumentó la operación Litempo, que desestabilizó al país en 1968 para intentar derrocar al presidente Díaz Ordaz y colocar a Alfonso Corona del Rosal en el poder, un militar graduado en las escuelas castrenses estadounidenses.

 

 

 

Imposible olvidar a Ronald Reagan y a otro actor, su embajador John Gavin, dedicado a hacer abortar la diplomacia mexicana en Centroamérica, hasta llegar a grandes zancadas, a Donald Trump, un siniestro enemigo de México, que le hará más daño a su propio país además de lastimar severamente a México y al mundo.

 

 

 

Algunos presidentes como Franklin Roosevelt, Kennedy y Clinton, justo es decirlo, ayudaron a México, pero debemos reconocer que la adversidad nos ha unido a los mexicanos y a la larga nos ha hecho crecer al abrazar otras alternativas que no habíamos contemplado.

 

 

Francisco Martín Moreno

¿Maduro o Maburro?

Posted on: octubre 28th, 2016 by Laura Espinoza No Comments

Maduro, antes que dictador y ladrón, es un hombre patéticamente tonto

 

 

Cuando un dictador tristemente célebre como Fidel Castro, el gran destructor de la economía cubana, era retratado en los foros mundiales invariablemente vestido con un informe de militar como si todavía se encontrara en campaña militar en la sierra Maestra, más bien parecía un triste payaso de carpa, un bufón, de no haber tenido las manos ensangrentadas al imponer a sangre y fuego una de las tiranías más largas y siniestras de todos los tiempos. Hugo Chávez imitó al comandante al exhibirse, por lo general, con indumentaria castrense, la misma que utilizó para asestar un golpe de Estado antes de acceder por la vía democrática a la presidencia para desgracia de los venezolanos. Maburro surge ante la prensa envuelto en una enorme chamarra con los colores de la enseña de Venezuela. A ambos lados se distinguen banderas con los mismos colores sin faltar al fondo una escultura de Simón Bolívar. ¿Qué pretende el nuevo dictador venezolano con estas poses demagógicas de gran aceptación entre las masas iletradas siempre y cuando nos les falte la comida, el empleo y las medicinas? Sí, él pretende encarnar, ni más ni menos, a la mismísima patria. Él, el presidente Maduro, quiere tanto a los pobres que a diario los multiplica por doquier…

 

 
Claro que los dictadores latinoamericanos son fieles herederos de la intolerancia española que padecimos en el Nuevo Mundo durante los 300 interminables años del virreinato. A vuelo de pájaro me vienen a la mente en desorden cronológico Gustavo Rojas Pinilla, Augusto Pinochet, Alfredo Stroessner, Juan Velasco Alvarado, Marcos Pérez Jiménez, Anastasio Somoza, Porfirio Díaz y Jorge Rafael Videla, entre otros muchos más. Lo que llama la atención es el hecho de que Maduro pretenda imponer una dictadura cuando, al día de hoy, en el concierto de las naciones sólo se pretende construir democracias y consolidar los Estado de derecho.

 

 

 

Lo anterior viene al cuento porque de la misma manera que el presidente Macri solicitó y logró la suspensión de Venezuela del Mercosur, ahora la comunidad internacional debe expulsar a Venezuela de la OEA si Maduro insiste en ejecutar procedimientos dictatoriales para impedir a toda costa la convocatoria de un referendo revocatorio de su mandato. En el hemisferio sur no sólo debemos condenar la intolerancia tiránica de Maduro, no, no es suficiente: su ejemplo no debe cundir entre nosotros, por lo que quienes somos amantes de la democracia y luchamos por el perfeccionamiento de las instituciones estamos obligados a ayudar a los venezolanos para largarlo a patadas del poder, de tal manera que no permee en el continente la tentación totalitaria, cuyos resultados palpables es posible observarlos en una breve visita a la Cuba castrista.

 

 

 

Cuando Yasser Arafat murió en París y la prensa reveló la existencia de más de 2.000 millones de euros de su propiedad, la fortuna amasada por este siniestro sujeto después de engañar y desfalcar a cientos de ONG, de inmediato recordé un viaje a Panamá, durante el cual un abogado me señaló un par de bancos, en donde las hijas de Hugo Chávez y Maduro tenían depositados miles de millones de dólares. ¿Usted lo dudaría? ¿Se acuerda de Ferdinand Marcos, de Filipinas? Quien piense que cuando el presidente Maduro sea derrocado volverá a conducir su camión como en los viejos tiempos, se encuentra absoluta y totalmente equivocado, de la misma manera en que lo estaría quien sostenga que Raúl Castro, de ser depuesto como actual tirano de la isla mayor de las Antillas, morirá en el destierro sepultado en la miseria. Es imposible olvidar la riqueza acumulada por los vomitivos nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Antes que dictadores son bandidos…

 

 

 

Maduro, antes que dictador y ladrón, es un hombre patéticamente tonto, es decir, Maburro, porque si realmente se siente el representante de la patria, o es la encarnación de la patria…, debe tratar DE disminuir los daños sociales y huir de Venezuela para gozar su fortuna mal habida en el exilio durante el tiempo que le quede libre, como cualquier otro malhechor de su naturaleza. Ya veremos si después la Interpol lo regresa encadenado a Venezuela para acabar sus días encerrado en un sótano saliginoso en alguna cárcel de Maracaibo…

 

 

FRANCISCO MARTÍN MORENO

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