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El período especial madurista

Posted on: abril 13th, 2019 by Laura Espinoza No Comments

 

Recuerdo que cuando estaba pequeño veía en la televisión reportajes sobre el llamado “periodo especial” en Cuba y esa realidad me parecía tan lejana, incluso a veces dudaba de la veracidad de que se narraba. No podía creer cómo un pueblo podía vivir con tan poco, mi nivel de análisis era el de un niño de nueve años, no me hacía otras preguntas, no sabía cuáles eran las causas de aquella situación, solo me parecía anormal que aquella gente no tuviera pasta de dientes para cepillarse o que para ellos una barra de jabón representara un lujo. “¿Por qué no van al supermercado y lo compran?” me preguntaba en mi inocencia. Lo que no imaginaba era que veinte años más tarde, aquella realidad tan lejana sería la nuestra.

 

Mi ingenuidad se justificaba, pero la de millones de venezolanos que votaron por Hugo Chávez en 1998 no. Hubo tantas advertencias y ninguna fue escuchada o no lo suficiente. La gente estaba sencillamente harta del “pasado” y quería una renovación total, un hombre que viniera a “resolvernos los problemas”. A quienes alertaban se les trataba de locos y exagerados, “Venezuela no es Cuba” decían incluso algunos opositores. Basta vernos hoy para confirmar que no somos Cuba, porque sencillamente estamos peor y los problemas que nos prometían resolver se multiplicaron al infinito. Lo único positivo es que aquellas dudas que tuve cuando niño sobre las causas del drama cubano encontraron respuesta: se llama socialismo y el socialismo solo lo entiendes cuando lo vives.

 

 

Lo que si no puedo entender es que muchos asumen como “normales” las penurias diarias a las que somos sometidos. Quizás por simple táctica de supervivencia, para resguardar su equilibrio mental. La “inventiva” de la miseria  se expande, mientras en el mundo piensan y crean para los inventos del futuro, en Venezuela nos las ingeniamos para  alumbrarnos con “velas” caseras hechas con pellejo de pollo, porque las velas de verdad son incomprables. Es como si hubiésemos caído en el hoyo negro y nos hubiesen enviado a la era de las cavernas y quizás el hombre de las cavernas vivió mejor, porque al menos agua tenía.

 

 

Que las ganas de seguir viviendo no nos lleven a asumir como normal lo que jamás lo será. En las últimas protestas por el servicio de la luz y el agua en Caracas lo que me dio esperanza fue escuchar como los ciudadanos no pedían un camión cisterna o una planta eléctrica, pedían una vida normal y la normalidad pasa por la expulsión del chavismo del poder. Eso sí, espero como venezolano que esta tragedia nos sirva para aprender la lección y que construyamos una memoria de acero que nos permita recordar siempre lo que vivimos para que jamás se vuelva repetir.

 

 

Brian Fincheltub

@Brianfincheltub

Los aliados de la dictadura

Posted on: abril 7th, 2019 by Laura Espinoza No Comments

 

Si de millas recorridas se trata ningún presidente venezolano viajó más que el fallecido Hugo Chávez. Sus constantes periplos hablaban no solo de sus prioridades durante su paso por la primera investidura nacional, sino también del poderoso alcance de la diplomacia “bolivariana” y eso no fue precisamente por contar con el mejor servicio exterior del mundo, simplemente quien dice dinero dice poder y eso era lo que sobraba para comprar lealtades y aliados circunstánciales. Hay gente que lo olvida, pero hasta carrozas en el carnaval de Río de Janeiro se financiaban. Había mucho real y sobraban quienes enviaban invitaciones y quienes llegaban por estas tierras buscando su parte en la rebatiña roja. Desde Sean Penn hasta Naomi Campbell. Eso sin contar los mandatarios de todos los colores y tendencias políticas.

 

 

El chavismo no solo era “cool” y fotografiarse en Miraflores no era todavía una raya. Además resultaba sumamente rentable defender la llamada “revolución bolivariana”.

 

 

De aquellos amigos son pocos los que quedan. En realidad, prácticamente ninguno, Cuba no cuenta como aliado, los cubanos son nuestros colonizadores. Por su parte, Rusia y China cuentan como acreedores. Nos quedan las FARC, el ELN, Hezbollah y el carnicero sirio, Bashar Al Assad. Se trata de lo peor de lo peor a nivel mundial. Si tuviéramos que empezar por el prontuario de Al Assad, tendríamos que comenzar resaltando su amplia experiencia matando a su pueblo con armas químicas, eso sin contar que se desatara una guerra civil con miles de muertos y millones de desplazados con tal de mantenerse en el poder. Si hablamos de Hezbollah, las FARC y el ELN, los primeros tienen cátedra en terrorismo y los dos últimos luego de sumergir a Colombia en una sangrienta guerra, ahora han sido adoptados por el régimen chavista y hasta minas de oro administran.

 

 

Mientras este es el panorama, el siempre alegre y entusiasta Jorge Arreaza sigue reuniendo “apoyos”, cada vez que comienza a hablar en un foro multilateral, las delegaciones escapan en estampida, no solo porque no representa a nadie, sino también porque escucharlo equivale a beberse un cocktail de diazepam.

 

 

 

El aislamiento de la dictadura es vergonzoso y es algo que se han ganado a pulso. Mientras el legítimo gobierno del presidente Juan Guaidó conserva sus apoyos intactos y la prueba es la condena mundial por la decisión de la ilegítima Asamblea Constituyente de retirarle la inmunidad parlementaria. De allí que se dediquen a sembrar desesperanza a lo interno, donde circunstancialmente tienen el control, pero nuestra voluntad de lucha es mayor y se verá expresada hoy en las calles masivamente. Demostrando una vez mas que no nos rendimos y que lucharemos hasta vencer.

 

 

 

@BrianFincheltub

La estrategia del régimen, sembrar desesperanza

Posted on: marzo 31st, 2019 by Laura Espinoza No Comments

 

Las “victorias” de la dictadura saben a todo menos a gloria.

 

 

 

De la llamada “revolución victoriosa” que celebraba bañada de pueblo cada paso avanzado frente a sus adversarios, pasamos al sin sabor de la “victoria” arrebatada, esa que se impone con plomo y sangre. Es por eso que ni ellos mismos son capaces de creerse ganadores, por más que nos lo hagan creer. Porque hay que tenerlo muy claro, uno de los frentes de la dictadura es aplastar al oponente, pero otro muy importante no se juega en la calle, sino en la psiquis de cada venezolano. Una de las campañas más importantes para el régimen es la desmoralización.

 

 

No es que les cueste matar, pero si pueden ahorrarse unas cuentas balas haciéndole creer a miles que todo está perdido y que no vale la pena seguir luchando, les saldría mucho más barato y se habrán impuesto a usted, no esta vez con el poder de las armas, sino con el poder de manipulación.

 

 

Aunque hagan casi todo mal, hay que reconocer que son expertos en manipular mentes y un contexto como el nuestro donde al más fuerte se le quiebra el espíritu no es cosa complicada. Solo hay que pensar en quien pasa días sin agua, sin luz, pero que también tiene años sin seguridad, sin justicia, sin derechos. El estado anímico de millones es vulnerable, susceptible de recaer, de sumergirse en la desesperanza.

 

 

Estos sistemas totalitarios buscan que el ser humano se convierta en un guiñapo, que tras años de tanta humillación y control termina convencido que no hay nada que hacer. Es importante que también como un acto de rebeldía creemos anticuerpos contra la desesperanza, no depositando nuestra confianza en un tercero, sino confiando en nosotros mismos.

 

 

Mientras ellos celebran que millones morirán por no recibir ayuda humanitaria, celebran porque sus grupos de exterminio siembran terror y derraman la sangre de todo aquel que se atreva a protestar, celebran porque secuestran, torturan y persiguen a quienes ven como una amenaza, lo que debemos ver más allá de sus sonrisas de hienas es que nunca antes estuvieron tan débiles ni tan aislados y nosotros nunca antes estuvimos tan cerca y con tanto apoyo internacional.

 

 

Eso no significa que vayamos ganando, porque para ganar toca seguir luchando, ellos apuestan a que esto se agote, a que crezca el desencanto y nos internemos en nuestras casas a esperar la muerte llegar. La respuesta debe ser contundente: aquí nadie se rinde. Solo así lograremos lo que todo anhelamos: una Venezuela libre y en democracia.

 

 

@BrianFincheltub

Pillaje rojo

Posted on: marzo 23rd, 2019 by Laura Espinoza No Comments

 

No lo podíamos creer, luego de veinte años podíamos entrar a una sede diplomática de Venezuela en el exterior y no precisamente para rogar un pasaporte, sino para recuperar los bienes de la república. Pero la alegría de formar parte del cuerpo diplomático del presidente Juan Guaidó en EEUU, que preside nuestro embajador Carlos Vecchio y nuestro ministro consejero Gustavo Marcano, pronto se convertiría en indignación. Ver tanto menosprecio por lo nuestro me hizo preguntarme hasta qué punto está dispuesto este grupo de antivenezolanos en su venganza contra treinta millones de venezolanos. Lo que vi no se trataba de simple destrucción, era saña de quien dice: después de mi nadie, después de mi nada.

 

 

Les hablo de mi experiencia en la sede consular de Venezuela en Nueva York, allí con mucho orgullo tuvimos el honor de participar en el rescate de activos de la nación. Activos que fueron arrasados por unos maleantes que de ninguna manera merecen llamarse diplomáticos. Entrar a ese edificio era como entrar a una estructura que había sido abatida por un huracán de la peor categoría. Pero no, lo que allí veíamos no era producto de la naturaleza sino del odio, el resentimiento y la revancha de un grupito que se resiste a irse y si se van están decididos a no dejar nada en pie.

 

 

Los venezolanos conocemos su capacidad destructiva, la Venezuela de hoy es, para desgracia de millones, el mejor ejemplo de lo que es capaz el chavismo. Lo que si no me esperaba, quizás porque los consulados y embajadas eran (para nadie es un secreto), el premio para los familiares y cómplices de la dictadura, que estas sedes estuvieran en tal estado. Paredes con grietas, moho que cubría cada rincón de las instalaciones, techos que se venían abajo, todo el mobiliario saqueado, al punto que habían arrancando hasta los enchufes. Lo único que habían dejado es un piano, nos imaginamos porque la música y el arte no son lo suyo.

 

 

No hay palabras para describir tanta maldad, es que hasta los saqueadores tienen más códigos. Quizás llamarlos así sea un halago, esto es pillaje, pillaje rojo. Lo que si deben tener claros los responsables es que la justicia llegará y que nosotros no nos detendremos por esto, que sobre las ruinas que ustedes dejaron edificaremos un nuevo país, uno de bases sólidas donde todos tengan espacio. Sin sectarismos, sin revancha, sin miedo. Las puertas del consulado de Nueva York, pero también de toda Venezuela se abrirán pronto para todos aquellos que sabemos aspiraran regresar. NO podrán contra la voluntad de un pueblo decidido a liberarse. NO podrán contra Venezuela.

 

 

Brian Fincheltub
Fincheltubbrian@gmail.com
@Brianfincheltub

El chavismo rompiendo sus propios récords

Posted on: marzo 9th, 2019 by Laura Espinoza No Comments

El chavismo solo es superado en ineficiencia, desidia e incapacidad por el propio chavismo. No hay duda de que este movimiento político criminal debe ser lo peor que ha podido azotar esta tierra en toda su historia. No se le compara con ninguna guerra, peste o desastre natural. Pero como si esto fuera poco, también hay que agregarle al drama que vivimos en el nivel de sadismo y perversidad con el que es ejecutada la destrucción de Venezuela. Mientras millones de víctimas sufren las consecuencias de las acciones de unos pocos, estos bailan, ríen y mienten por televisión, como si celebraran haber hecho de nuestras vidas una total desgracia.

 

Una de las tantas desgracias del chavismo en estos 20 años es haber reducido nuestra existencia a condiciones de vida tan paupérrimas que es difícil encontrar un ser humano en el mundo dispuesto a soportarlas. Ni en las zonas más deprimidas del planeta se vive sin los servicios más básicos, sin nadie a quien pedir ayuda, en un estado de total vulnerabilidad e indefensión, un estado que se asemeja mucho a esas pesadillas en las que aunque quieres gritar te quedas mudo, esas en las que te quieres mover y no puedes porque te has quedado inmóvil. El chavismo es frustración, es desprecio por el otro, es odio al pueblo.

 

 

Mientras escribo este artículo, Venezuela cumple más de 20 horas sin energía eléctrica y a los bandoleros que han secuestrado las instituciones no se les ocurrió otra mejor idea que culpar al “imperio”. Como si los Estados Unidos tuvieran la culpa de que aquí una mafia de corruptos se haya robado el dinero destinado a la ampliación del sistema eléctrico del país; como si Marco Rubio fuera responsable de que luego de años de abandono, deserción del personal capacitado y falta de inversión, el sistema eléctrico colapsara, de la manera en que ha colapsado todo en este país. Hay que ser bien desgraciado en la vida para burlarse de ese modo de los venezolanos.

 

 

Lo peor de esta historia es que, como en el pasado, no habrá culpables, solo excusas. Ni siquiera sabremos cuántos murieron tratando de llegar a sus casas en medio de la oscuridad, cuántos enfermos conectados a una máquina para vivir no resistieron. Estos nuevos crímenes también quedarán en el oscurantismo del socialismo. Esperamos que no para siempre, porque esto es sencillamente insostenible y con el final de esta tragedia no solo llegará la luz para millones de hogares venezolanos, sino también la justicia.

 

 

Fincheltubbrian@gmail.com

@Brianfincheltub

Los rehenes no se liberan solos de sus captores

Posted on: marzo 3rd, 2019 by Laura Espinoza No Comments

“Traidores nunca, leales siempre” se convirtió en el nuevo lema de la cúpula de la Fuerza Armada Nacional. La pregunta que nos hacemos es ¿leales a quién? porque al pueblo venezolano hasta ahora no lo han sido, al punto de abandonar su deber histórico de defender la democracia y la constitución por defender a una parcialidad política, pero más allá de eso, por defender sus propios intereses económicos, que según los entendidos son muchos y muy variados, nada más alejado de la obligación de un superior, por eso no solo se han quedado sin el respeto que una vez le tuvo el pueblo venezolano, sino que en un goteo que no se detiene se quedan también sin tropa.

 

 

 

“No al intervencionismo” gritan estos mismos generales que como es público y notorio reciben órdenes del gobierno cubano, han permitido que en nuestro territorio no solo entren grupos irregulares, sino que se exploten nuestras riquezas, que no han movido ni un dedo para salvaguardar los activos de la República que durante los últimos años eran rematados y saqueados por una camarilla de la cual ellos también formaban parte. Esta élite que pretende decirnos que ellos son nacionalistas son los mismos que adoptaron un lema extranjero en el seno de la institución armada, el vergonzoso “patria, socialismo o muerte” y que izaron banderas cubanas en nuestros fuertes militares.

 

 

 

Son ellos quienes mantienen secuestrados a millones de venezolanos, incluyendo el 80% de la tropa profesional de la Fuerza Armada que vive y sufre las mismas carencias que el resto de la población. Por ello frente a esta situación no puede la comunidad internacional decirle a los secuestrados que se liberen solos de sus captores, aunque estos sean pocos tienen las armas y ni la voluntad más firme del venezolano más aguerrido puede resistir una bala en la cabeza. Se trata de una lucha desigual en la que un pueblo pacífico no puede enfrentar a unos matones que han demostrado que son capaces de todos para salvar sus cabezas.

 

 

En Venezuela nadie quiere una guerra ni más intervencionismo, pedimos liberación y para liberarnos la diplomacia queda claro no es suficiente. Los países deben pasar a la acción por su propia seguridad interna. El madurismo no es cualquier grupo delincuencial, es uno que tiene nexos peligrosos con grupos terroristas del mundo y si no es detenido a tiempo las consecuencias serán desastrosas para la región. Hace años cuando se les advertía al mundo que el chavismo era una amenaza para la democracia nadie prestó atención y el resultado son más de cuatro millones de desplazados en el mundo, esperemos que nuestro grito de alerta esta vez si sea escuchado.

 

 

 

Brian Fincheltub
@Brianfincheltub

La fábrica de mendigos

Posted on: febrero 16th, 2019 by Laura Espinoza No Comments

 

Venezuela fue uno de los países más ricos de la región y no porque todos los venezolanos tuvieran la fortuna de Bill Gates, sino porque había calidad de vida, porque estudiar era sinónimo de ascenso social, y trabajar te permitía no solo vivir decentemente, sino hasta comprar tu primer carro y tu primer apartamento. Por eso fuimos refugio para miles y miles de inmigrantes que vieron en esta tierra la posibilidad de mejorar sus condiciones de vida. Todos coinciden en que no era fácil, pero que trabajando se podía lograr.

 

 

Hay que recordarlo porque entre todas las cosas que nos han robado pretenden robarnos también la memoria. Pretenden decirnos a quienes tenemos años sufriendo la escasez, la inflación, la corrupción y la ineficiencia de un modelo económico fracasado y hambreador, que somos victimas de Estados Unidos. Que nuestras desgracias se deben al “imperio” y no a la peste roja que hace dos décadas se adueñó de nuestro país.

 

 

El chavismo rima con cinismo y hay que serlo para pretender engañar a todo un pueblo de una forma tan burda. Ellos, que hicieron de Venezuela un país de mendigos, son los mismos que bien gordos escupen en televisión que no van a aceptar la ayuda humanitaria por tratarse de “limosnas”. Evidentemente, no les hace falta, comen todos los días y muy bien. A ellos no les toca aguantarse un mes a punta de lentejas cuyo olor pútrido no se quita ni con cuatro lavadas. A sus hijos no les toca beber una leche que no se sabe si es leche o cal, que ni espuma hace y que es hasta salada. A ellos nos les toca pedir desesperadamente cuando se enferman porque en la Venezuela socialista hasta las urnas se pagan en divisa extranjera, dólares son los que le sobran.

 

 

Si algo les preocupa a los inmorales que controlan el poder es que los venezolanos salgan del estado de mendicidad en el que ellos los hundieron. Que aquí se abran fuentes de trabajo, que esta nación vuelva a ser próspera y que la gente vuelva a ser libre. Libre no solamente del chavismo, sino del chantaje, del miedo y la manipulación que hoy se manifiesta en los niveles más bajos de la cadena degenerativa del socialismo: el hambre como mecanismo de control. Ustedes son el pasado y la gente se liberará muy pronto de sus cadenas, cuando eso pase cada uno de nosotros tendrá una responsabilidad histórica con las próximas generaciones: contar lo que hemos vivimos para que NUNCA más vuelva a repetirse.

 

 

 

Fincheltubbrian@gmail.com

@Brianfincheltub

  El bloqueo criminal

Posted on: febrero 9th, 2019 by Laura Espinoza No Comments

 

 

 

Durante mucho tiempo hemos escuchado hablar del fulano “bloqueo” de los Estados Unidos contra la isla de Cuba. Para unos, la causa de todos los males del pueblo cubano, para otros, una excusa de los Castro para justificar el estrepitoso fracaso de su modelo comunista. Lo que no imaginamos es que años más tarde seríamos nosotros quienes estaríamos escuchando, de boca de la mafia que controla momentáneamente el poder, que también somos víctimas de un “bloqueo del imperialismo yankee”. Un discurso que no tiene ningún tipo de credibilidad en lo interno, pero que internacionalmente pudiera generar algunas solidaridades, sobre todo en gente mal informada y predispuesta a todo lo que involucre a los Estados Unidos.

 

 

He leído en redes sociales a europeos que hablan de un supuesto “bloqueo” a Venezuela desde el año 2000. La ignorancia sobre la situación venezolana no tiene límites y hay quienes hasta dictan conferencias y escriben artículos sin tener la mínima idea sobre lo que aquí pasa. Incluso hoy, cuando la administración del presidente Donald Trump ha aprobado medidas destinadas a la protección de activos de la República por solicitud del presidente, Juan Guaidó, Venezuela continúa vendiendo petróleo a los Estados Unidos y, en boca del propio usurpador, recibiendo “dinero cash”. Sí, los americanos son uno de los pocos que pagan por la cada vez deprimida producción de petróleo venezolana, pero aún así hay quienes se atreven de hablar de un tal “bloqueo”.

 

 

 

Este discurso no solo uno lo encuentra en algunos ciudadanos del mundo, sino que también se refleja en ciertos medios de comunicación y agencias de noticias que producto de su animadversión contra Trump, han asumido una cobertura tendenciosa y poco ética de la crisis venezolana. Estos medios deben entender que no se tratan ni de Trump, ni de derechas ni de izquierdas, sino de una nación que tiene 20 largos años luchando por su libertad y que nunca antes había estado más cerca de alcanzarla. Se trata de una lucha del mundo libre contra una dictadura que asesina cada día a miles de venezolanos.

 

 

Las calamidades del venezolano no tienen tres o cuatro años, vienen del propio momento en el que al chavismo se le pasó por la mente abrazar el moribundo modelo socialista y comenzó los ataques contra la propiedad privada, a través de las expropiaciones, la nacionalización de empresas y los controles que hicieron cada vez más difícil producir en Venezuela, incentivando así la creación de la más grande red de corrupción en la historia de nuestro país. Una mafia que se enriqueció producto del negocio de los dólares y las importaciones, mientras el pueblo se hundía cada vez más en una profunda miseria. Ya durante los años 2006-2007 se manifestaban los primeros signos de la escasez, cuando la obtención de productos como el azúcar y la leche se hizo cada vez más cuesta arriba. Escasez en plena bonanza económica, con un petróleo que superaba los 100 dólares. Habría que ser bien incompetente para quebrar a un país en la época en que recibió sus mayores ingresos. Eso solo lo logró el socialismo.

 

 

El verdadero bloqueo ha sido el que ha impuesto durante años el régimen chavista contra los venezolanos, ese que tiene su origen en el momento en que empezaron a elegir por nosotros cuándo y qué debíamos comer y que hoy, en su ocaso, se manifiesta en una imagen que le ha dado la vuelta al mundo: unos containers que atravesados en plena frontera impiden el ingreso de la ayuda humanitaria. Este bloqueo criminal se ha traducido en miles de muertos, pero hoy gracias a la comunidad internacional y a la decisión de un pueblo de levantarse después de tanta humillación asistimos a su fin. Vamos bien Venezuela porque vamos a triunfar.

 

 

Brian Fincheltub

@BrianFincheltub

Fincheltubbrian@gmail.com

Creyeron que nos habíamos rendido

Posted on: enero 19th, 2019 by Laura Espinoza No Comments

 

 

 

Creyeron que nos habíamos rendido. Que la desilusión se había apoderado de nosotros. Que la frustración nos había hundido en la desesperanza. Pensaron que el miedo nos había inmovilizado para siempre. Que la represión había hecho de nosotros unos genuflexos incapaces de levantar nuestras voces, de protestar frente a la injusticia, resignados a lo que jamás ningún ser humano podría resignarse: a vivir esclavizados. Se olvidaron de nuestra propia naturaleza, pero también del sentido de libertad que siempre ha orientado la historia de la humanidad. Nadie sobre la tierra nació para vivir atado a las cadenas de la opresión y por más fuertes que estas sean siempre terminan rompiéndose por la fuerza del tiempo o de las circunstancias.

 

 

En nuestro país las circunstancias están dadas para que ciudadanos, instituciones legítimas, fuerza armada y comunidad internacional empujemos en una sola dirección hacia la liberación de nuestra nación, pero los políticos no debemos equivocarnos, esa gente que vemos en las calles no sale por nosotros, salen por ellos mismos, por sus hijos que tienen años sin ver, por sus nietos que han visto crecer por Skype; salen por sus víctimas, los asesinados por la dictadura y el hampa. Salen a pesar de todo, salen por Venezuela. Su apoyo no es un cheque en blanco a la dirigencia, es una exigencia para que actúen esta vez con coherencia, con firmeza, dejando los egos y las rivalidades en el pasado. Ser firmes no es hablar fuerte y golpeado, es entender que el momento actual lo único que demanda es cambio de régimen y democracia.

 

 

Los venezolanos estamos demostrando que no estamos dispuestos a esperar más y que seremos los protagonistas de nuestra propia liberación. Ser protagonistas no significa que podamos solos. Sabemos que frente a un pueblo que se levanta, la dictadura no tiene más defensa que sus armas. La fuerza armada está llamada a bajar sus armas y no disparar contra el pueblo, pero también a hacer cumplir la Constitución y hoy cumplir la Constitución es desconocer a un régimen ilegítimo que ha secuestrado el poder, expulsar a los invasores y proteger nuestras riquezas hoy saqueadas por las mafias y los grupos irregulares.

 

 

Pudo haber miedo, frustración y muchas veces desesperanza, pero lo que jamás ha habido ni habrá en este pueblo será resignación. Aunque la dictadura creyó que sería más fácil, no solo imponerse, sino aplastar a lo que quedaba de rebeldía en este país, no tomaron en cuenta un detalle: por nuestras venas corre algo más que sangre, en cada venezolano dentro o fuera del país, corre el espíritu de libertad y democracia que cuando despierta no hay nada ni nadie que pueda apagarlo.

 

 

Fincheltubbrian@gmail.com

@Brianfincheltub

El dictador acorralado

Posted on: enero 12th, 2019 by Laura Espinoza No Comments

 

Si en tiempos en los que el chavismo no solo dirigía los hilos de la política regional, sino que era referencia mundial de la izquierda, usted hubiese dicho que llegaría el día en el que sus aliados se contarían con una mano y sobrarían dedos, nadie lo hubiese creído. El fallecido Hugo Chávez hizo de su política exterior un medio eficaz para comprar lealtades y apoyos que le permitieron durante largo tiempo recibir a cambio silencio, complicidad e impunidad frente a las tempranas violaciones de derechos humanos que padecimos los venezolanos desde los propios inicios de la peste roja. Algo que Maduro no pudo lograr, no porque le faltaran intenciones, sino dólares.

 

 

La situación de aislamiento internacional de la dictadura madurista no tiene precedentes recientes en Latinoamérica. De allí la desesperación del dictador y su mafia en buscar apoyos, una labor infructuosa que precariamente logró aglutinar a tres dictadores, un títere y el representante de un Estado que no existe, Osetia del Sur, un nombre que la mayoría de los venezolanos apenas leen por primera vez. Es así como esta gente pretende decirle al mundo que sí gozan de legitimidad y reconocimiento mundial. Imaginen, es tal el desprestigio de Nicolás Maduro que ni siquiera Daniel Ortega, quien goza de todo menos de buena imagen, quiso fotografiarse con él. Pero no descartemos nada, quizás lo hagan en el futuro en una ciudad holandesa muy conocida por otros violadores de derechos humanos.

 

 

El aislamiento internacional, aunque coloca a la dictadura en aprietos, no impide, por ahora, que sigan secuestrando el poder, sobre todo cuando la cúpula madurista ha demostrado que poco le importa cuánto o mucho sufran los venezolanos si ellos conservan el “mando” en Miraflores. Las acciones que ha emprendido la Asamblea Nacional en aras de asumir la representación del pueblo como único poder legítimo frente al mundo y los venezolanos deben ir acompañadas del esfuerzo de la comunidad internacional para facilitar no solo el reconocimiento diplomático, sino el acceso a los fondos saqueados y bienes de la república que no pueden seguir siendo dilapidados por una mafia.

 

 

En este sentido, confío en el valor y la determinación de Juan Guaidó, quien más allá de presidir la Asamblea Nacional, representa a una generación que no tiene nada que perder porque le han robado todo, incluso el miedo. Los próximos días son decisivos y aunque el país exige acciones rápidas, cada acción demanda que se tiendan puentes con factores dentro de la Fuerza Armada Nacional y el chavismo para abrirle paso con la fuerza del pueblo, el acompañamiento del mundo y el rol institucional de nuestros militares a una transición que permita el renacer de nuestra Venezuela y la recuperación de nuestra libertad.

 

 

 

Fincheltubbrian@gmail.com

@Brianfincheltub

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