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El primer trimestre del coronel Tellechea

Posted on: abril 12th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

Han transcurrido más de 90 días desde que llegó el coronel Pedro Rafael Tellechea a la presidencia de Pdvsa. La auditoría técnico-administrativa a la gestión de Asdrúbal Chávez al frente de la empresa estatal petrolera desde abril de 2020 hasta diciembre de 2022 fue la excusa para sacar del negocio a la banda del exministro Tareck el Aissami, que se enriqueció con el manejo de la venta y el transporte, la facturación y el cobro, y el pago de compromisos y reciclaje del flujo de las exportaciones petroleras. También sirvió para justificar la situación deplorable en la cual se encuentran las arcas del Estado.

 

 

El relato de “Venezuela se arregló” quedó al desnudo. La intervención del Estado en el mercado cambiario para sostener el valor del bolívar frente al dólar empezó a hacer aguas en abril del año pasado y ya a partir de agosto la caída era libre. Para enero de 2023 la devaluación era equivalente a 395%, con respecto al año anterior. El mes pasado se notó una desaceleración con relación a febrero. Sin embargo, el daño acumulado ya había generado las condiciones para el reclamo de reivindicaciones salariales. Los tres últimos meses fueron de protestas diarias.

 

 

El monstruo de la hiperinflación se asomaba nuevamente y aterrorizaba a Maduro. Pensaba que lo tenía controlado con la desmonetización del bolívar, si dejaba circular el dólar como medio legal de pago. Los bodegones, la actividad nocturna, los conciertos, la construcción, los negocios de alta gama, los restaurantes eran los símbolos del madurismo que intentaba hacer creer que “Venezuela se arregló”. Su expresión máxima fue el retorno al crecimiento del producto interno bruto que se había derrumbado 80% desde que Superbigote asumió el poder en 2013.

 

Ocurrió que un día de febrero Maduro se despertó y encontró que la bala de plata de la supuesta dolarización, usada para domar la hiperinflación, ya no le permitía seguir manteniendo la estructura de la burbuja porque no ingresan suficientes divisas por las exportaciones de materias primas y productos refinados. Algo insólito porque el usurpador de Miraflores es considerado un “mago de la economía” y además fuera de serie. “Debería dar clases en Harvard sobre cómo se administra un país”, afirmó su hijo, Nicolás Maduro Guerra.

 

 

No podía creer que le estuviera pasando de nuevo la subida descontrolada de los precios. Por ello anunció hace tres semanas que limpiaría “plenamente” la estatal Pdvsa de mafias corruptas con “medidas draconianas” y a través de una “reestructuración al más alto nivel”. Sin embargo, guarda un silencio aturdido ante la falta de presentación ante la justicia de El Aissami -¿en braga anaranjada?- y el señalamiento de Asdrúbal Chávez como corresponsable de lo ocurrido en la industria petrolera.

 

 

No hay manera de que Nicolás Maduro y Delcy Rodríguez desconocieran lo que sucedía. Junto con Tareck el Aissami y Asdrúbal Chávez eran los responsables de las operaciones que se realizaban en el negocio petrolero. A fin de calcular la disponibilidad financiera en la ejecución del presupuesto nacional se efectuaba una reunión semanal de conciliación de cuentas entre El Aissami y Rodríguez, como ministros de Petróleo y de Finanzas, respectivamente. Juntos revisaban las cifras para elaborar el informe de los ingresos que recibe el Estado por la venta del petróleo y productos refinados que posteriormente se enviaba al Ejecutivo, al  jefe de la Hacienda Pública, que no es otro que Maduro.

 

 

En el caso del Estado mafioso venezolano, el seguimiento es mayor porque su funcionamiento depende de la mezcla de las divisas obtenidas por las exportaciones de petróleo y productos, las actividades ilícitas y las remesas.

 

 

Desde que Pdvsa fue sancionada por la administración estadounidense en 2019, el cobro de sus exportaciones se realiza en dólares y euros cash, o criptomonedas. Por lo que el lavado del dinero de la corrupción y de las actividades ilícitas se hace de la misma manera. Recordemos que, desde la época de Hugo Chávez, Venezuela se convirtió en una gran lavadora de capitales, utilizando a Pdvsa, entre otros.

 

 

El régimen de Maduro “necesita un mínimo aproximado de 300 millones de dólares mensuales en efectivo para cumplir con el complemento de pago de funcionarios, militares, alta nómina, parlamentarios, diplomáticos, etc.”, según CuentasClarasDigital.org.

 

 

Al comparar el desempeño del primer trimestre de las gestiones del primo de Chávez y el coronel Tellechea, se observa que la venta de dólares de Pdvsa al BCV mejoró en 39% en 2023.

 

 

En cuanto a los ingresos netos por las exportaciones de petróleo se mantuvieron en las dos administraciones. Esto indica que siguen saliendo tanqueros cargados que no generan cash para la estatal petrolera, como son los envíos a Cuba, China y Estados Unidos, equivalentes a 1.002 millones de dólares. Los dos últimos son para pagar las deudas con el Banco de Desarrollo de China y Chevron.

 

Por las exportaciones a las refinerías del golfo de México ingresaron a Pdvsa 216 millones de dólares durante el primer trimestre de 2023, a pesar de la afirmación de que el regreso de Chevron a Venezuela no la autoriza a entregar recursos al Estado.

 

 

Lo crítico en este primer trimestre del año son las Reservas Líquidas Internacionales. Se encuentran en 341 millones de dólares. El BCV les sacó 522 millones de dólares en febrero -el doble del promedio del año pasado-, lo que contribuyó a la venta de divisas a la banca para detener la caída del bolívar frente al dólar. Este es el talón de Aquiles de Maduro. Si las exportaciones de petróleo y hierro no aumentan a 2.000 millones de dólares mensuales, la intervención del BCV en el mercado cambiario para mantener el dólar controlado seguirá siendo deficiente, lo que amenazará el nivel de precios de los bienes y servicios. Y, por ende, reaparecerá de nuevo la hiperinflación con consecuencias en el salario.

 

 

Por ahora, basados en los resultados evaluados del primer trimestre, la situación de las exportaciones petroleras e ingresos es similar en las administraciones de Chávez y Tellechea. No hay sorpresas. Pero sí una narrativa de la lucha contra la corrupción para controlar más el país.

 

 

Los problemas siguen y la gente sabe que no es el bloqueo estadounidense sino el saqueo del madurismo lo que ha causado su desgracia. Que no os engañen.

 

 

Antonio de la Cruz

La cruzada anticorrupción busca afianzar en el poder a Maduro 

Posted on: abril 5th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

 

Conscientes de que la supervivencia del madurismo en el poder está en peligro, en Miraflores decidieron jugársela con una campaña anticorrupción en Venezuela que se llevaría por delante a algunas de sus principales figuras, como en efecto ha sido. Hasta el pasado domingo, “44 sujetos vinculados a las diversas tramas de corrupción que buscaron desfalcar (…) a la economía nacional han sido detenidos”, según el fiscal general de Nicolás Maduro, Tarek William Saab.

 

 

Es vox populi que la cabeza de la estructura delictiva en Venezuela, Nicolás Maduro, estaba al tanto de lo que sucedía en la estatal petrolera venezolana, en las empresas básicas de Guayana y en otros sectores de la economía, como la industria cementera. Nada lo ha tomado por sorpresa, así quiera simular que hace pocos meses se enteró de la trama de desfalco que periodistas de investigación venían denunciando desde hace varios años.

 

 

Pero esta lucha anticorrupción que emprendió Superbigote no es nada nueva. Recordemos la actuación de otros dos supuestos paladines en ese terreno.

 

 

Xi Jinping

 

 

Hace once años, cuando llegó a la presidencia de China, Xi Jinping utilizó la lucha contra la corrupción para consolidarse en el poder. Aseguró que el problema estaba tan extendido que ponía en peligro la mera supervivencia del Partido Comunista de China (PCC).

 

 

Los excesos de los funcionarios investigados dentro de la campaña contra la corrupción incluyeron automóviles llenos de lingotes de oro, millones en efectivo dentro del cajón y escrituras de propiedades inmobiliarias por docenas, entre otros. ¿Les suena familiar?

 

 

La cruzada sirvió para fortalecer la autoridad del nuevo presidente. Le permitió acaparar más poder que ningún otro líder desde la época de Deng Xiaoping -el arquitecto de la reforma y apertura de China- en los años ochenta del pasado siglo.

 

 

Según apunta el experto político de la Universidad de Hong Kong Willy Wo-Lop Lam, autor del libro Chinese Politics in the Era of Xi Jinping, Xi “usó la lucha contra la corrupción como una poderosa arma política para castigar a sus enemigos”. Una práctica que, aseguró Lam, se emplea en esa nación desde los años de Mao Tse-tung (1893 -1976).

 

 

La operación anticorrupción de Xi le permitió construir con éxito su propia facción dentro del PCC, desplazando la de Shanghái y la de la Liga Juvenil como la más grande dentro del partido, afirma Lam.

 

 

Para la organización Transparency International, el gobierno de Xi sigue siendo corrupto a pesar de la cruzada que emprendió desde 2012.

 

 

Mohammed bin Salman

 

 

El otro caso en el que se utilizó la purga anticorrupción para tomar el poder fue en Arabia Saudita en 2017.

 

 

Príncipes, ministros e importantes empresarios fueron arrestados, detenidos en un hotel de lujo y acusados de corrupción, mientras sus aviones eran obligados a permanecer en tierra y sus activos confiscados.

 

 

El príncipe heredero Mohammed bin Salman (MBS, como es conocido en el mundo anglosajón), de 32 años de edad para el momento y quien encabezó el comité anticorrupción, estuvo detrás de toda la operación. Las autoridades detuvieron inicialmente a 11 príncipes, 4 ministros y decenas de exministros del gobierno, lo que le permitió a Bin Salman tener el control absoluto del reino.

 

 

No quedó nadie en Arabia Saudita que desafiara el ascenso al poder de MBS, que gobernará durante el próximo medio siglo.

 

 

El príncipe heredero sabía que su ascenso al poder con el programa de reformas encontraría resistencia. En consecuencia, fue implacable al eliminar a cualquier persona o cosa que se interpusiera en su camino. Para ello creó un comité que tenía derecho a investigar, detener, prohibir viajes, congelar haberes, rastrear fondos y bienes de individuos implicados en prácticas corruptas, establecido por decreto real.

 

 

La lucha contra la corrupción resultó popular entre los saudíes que a menudo se quejaban de los abusos de la familia real. El fiscal general del país anunció que se confiscaron bienes por valor de 85.000 millones de euros, que iban a servir para dar un empujón a una economía afectada por la caída de precios del petróleo en 2014.

 

 

Según la organización Transparency International, a pesar de todo, el reino de Arabia Saudita sigue siendo corrupto.

 

 

Maduro & Cía.

 

 

La corrupción es endémica en Venezuela desde hace dos décadas, y las instituciones públicas están casi totalmente controladas por la cúpula del régimen, lo que significa que son incapaces de actuar como control del poder. Con Maduro, Venezuela se ha convertido en la encarnación misma de una cleptocracia, pues funcionarios corruptos de alto nivel y personas conectadas con el régimen malversan y desvían fondos públicos a gran escala.

 

 

En la última década, las élites del madurismo han abusado con éxito de las deficiencias del sistema financiero mundial y han recurrido a colaboradores profesionales en el extranjero para que les ayuden a deslocalizar sus ganancias ilícitas y ponerlas a buen recaudo en lujosas propiedades inmobiliarias, cuentas bancarias e inversiones en el exterior, de la misma forma que lo hicieron las élites del chavismo desde 2002 hasta 2012. Esto ha garantizado que el exsindicalista del Metro de Caracas tenga el poder de llevar a cabo el saqueo de Venezuela sin ningún tipo de control.

 

Conclusión

 

 

El autoritarismo emplea la cruzada contra la corrupción para afianzarse en el poder, acabando con los actores que amenazan su legitimidad. Recurren al escarnio público de los corruptos para que el pueblo se sienta reivindicado en su miseria.

 

 

A Xi le ha permitido ascender al poder eterno. A MBS afianzar su sucesión al trono. Y a Maduro seguir manejando la corporación criminal.

 

 

Los tres han reforzado el régimen del terror con la cruzada anticorrupción, aunque en el caso de Maduro quizás sea más propio decir que reforzará las prácticas que están hoy siendo investigadas por la CPI por crímenes de lesa humanidad. Todos buscan seguir en el poder a toda costa.

 

 

 Antonio de la Cruz

Que nadie os engañe

Posted on: marzo 29th, 2023 by Super Confirmado No Comments

La narrativa del régimen de Nicolás Maduro de que está “pariendo” porque no tiene dinero para “pagar el aumento salarial ni el apresto de las Fuerzas Armadas” debido al desfalco a la industria petrolera –sí, leyó bien, el desfalco, ya no son las sanciones– cometido por un grupo inescrupuloso sin conciencia cívica, ni ética, apátrida, amoral, es la posverdad que ahora quiere imponer.

 

Busca desviar la frustración de los venezolanos por el salario miserable que reciben, tratando de hacer empatía con “quien está pariendo”. Apela a la compasión con la persona “responsable última” de lo que ocurre en Venezuela, desde los crímenes de lesa humanidad de acuerdo con la Misión Internacional Independiente de la ONU para Venezuela hasta la extracción de dinero de las arcas de la nación.

 

 

El resultado de la auditoría realizada por el nuevo presidente de la estatal petrolera venezolana, coronel Rafael Tellechea, ha sido el instrumento para distorsionar la realidad del gran robo del siglo. Porque Pdvsa ha sido la mayor fuente de corrupción desde que la “robolución” llegó al poder en 1999 con Hugo Chávez y continuó a partir de 2013 con su sucesor.

 

 

El ministro de Petróleo y presidente de Pdvsa en tiempos del “comandante eterno”, Rafael Ramírez, reconoció la pésima administración en el documental Petróleo y ruina – El éxodo venezolano de la televisión alemana DW: “Hay que poner las cosas en su sitio, yo sí creo que al menos 30% [210.000 millones de dólares] de nuestros ingresos se nos fueron en manos de la corrupción y del despilfarro”.

 

 

En esta ocasión, la agencia de noticias Reuters se hizo eco del “gran golpe a Maduro”. Informó el pasado martes 21 de marzo –un día después de que Tareck el Aissami hiciera pública su renuncia en un tweet– que “la cifra en cuentas por cobrar de la estatal petrolera venezolana llegó a 21.200 millones de dólares luego de recurrir a terceros casi desconocidos desde hace tres años [2020 -2022]” –período que corresponde a Asdrúbal Chávez en la presidencia de Pdvsa y a Tareck el Aissami como ministro de Petróleo–.

 

 

Veamos los números.

 

 

Artículos Destacados00:2301:12 Everything You Need To KnowAbout The Guyana-VenezuelaBorder Dispute – LaPatilla.comLa producción de petróleo para el período 2020-2022 tuvo una fuerte caída en junio de 2020. Se desplomó 420.000 barriles/día con respecto a enero de ese año, según las fuentes secundarias de la OPEP.

 

 

Una causa fundamental fue que la administración Trump sancionó el brazo comercializador de Rosneft con sede en Suiza en febrero, lo que ocasionó un desajuste en las exportaciones de petróleo venezolano y por ende en la producción. En consecuencia, los patios de tanques tenían poca capacidad de almacenamiento para recibir nueva producción.

 

 

Una vez sorteada la situación con brokers piratas, la producción empezó a registrar de manera sostenida pequeños incrementos hasta alcanzar 666.000 barriles/día en diciembre de 2022. Por supuesto, el suministro de diluyentes –naftas, condensados, crudos livianos– por parte del régimen de los ayatolás permitió mejorar la producción de los crudos extrapesados de la faja petrolífera del Orinoco.

 

 

Exportación de petróleo

 

 

Las exportaciones están fuera de control estadístico. La variación proviene porque el crudo sancionado venezolano, al ser utilizado para mantener una organización criminal en el poder, se vende en el mercado negro.

 

 

Los tanqueros que usan para trasladar el crudo tienen los transponder apagados para que las autoridades marítimas no sepan su trayectoria y destino. Los armadores les cambian los nombres. Los registran en otros países. Los pintan con otros colores. Además, transfieren la carga en alta mar a otros buques (STS).

 

 

Esto ha hecho de la venta del crudo venezolano una actividad diaria, sin planificación. La asignación de las ventanas de llenado de los tanqueros en los puertos venezolanos a dedo para distintos propósitos que van desde la “solidaridad con Cuba”, pago de la deuda con el BDC, Banco de Desarrollo de China-Fondo Chino, hasta la cancelación a importadores –precio del crudo con descuentos– de bienes que buscan el comprador y transporte de forma aleatoria. Todo se justifica por las sanciones estadounidenses y la Ley Antibloqueo.

 

 

Las exportaciones no han variado desde 2020. Se han ubicado en un promedio diario de 487.000 barriles.

 

 

En un ejercicio para determinar los cargamentos de petróleo que no reportaron ingresos (pagos directos) a Pdvsa –los de Cuba por solidaridad entre los pueblos y los de China para el pago de capital e intereses del préstamo por petróleo al BDC-Fondo Chino– estos representaron 53% de las exportaciones totales para el período 2020-2022, 22.976 millones de dólares.

 

 

Es decir, que Cuba recibió embarques de petróleo equivalentes a 2.705 millones de dólares aproximadamente. Y China cobró con crudo 9.331 millones de dólares, de los cuales 4.672 millones de dólares fueron para el servicio de la deuda y el excedente a la cuenta de Pdvsa en el BDC.

 

 

La premisa para los cálculos es: envíos a Cuba y China (BDC) de acuerdo con TankerTrackers.com; precio del barril de Merey promedio año según la OPEP; volumen de exportación remanente tiene un descuento de 20% en 2020, 30% en 2021 y 40% en 2022.

 

 

La diferencia con el monto total de la auditoría ordenada por Tellechea es de 9%, que para el objetivo de trabajo es aceptable desde el punto de vista ingenieril.

 

 

Divisas al BCV

 

 

Durante la administración de Asdrúbal Chávez, Pdvsa entregó al Banco Central de Venezuela 4.500 millones de dólares, equivalente al 19% de los ingresos totales.

 

 

Otros

 

 

Si tomamos en cuenta que 3.000 millones de dólares equivalentes en venta de crudo fueron para fondear la criptomoneda petro, según el medio Últimas Noticias, restan 3.500 millones de dólares (15%) sin información.

 

 

Sin embargo, el presidente de la empresa, Asdrúbal Chávez; la ministra para la Economía y Finanzas, Delcy Rodríguez; y el presidente de facto de Venezuela saben todos los pormenores de los movimientos de los buques en Pdvsa. Y por supuesto el ministro de Petróleo, Tareck el Aissami, con su red criminal.

 

 

Según Rafael Ramírez, entre los que tuvieron tanqueros se encuentran Alex Saab y Álvaro Pulido, quienes han manejado el negocio de la importación de alimentos conocidos como cajas CLAP.

 

 

Conclusión

 

 

La narrativa del régimen de Maduro de que está “pariendo” porque no tiene divisas para pagar el aumento salarial ni el apresto de las Fuerzas Armadas por el desfalco de Pdvsa “que acaban de comprobar” es entonces una vil mentira.

 

 

No tiene porque la cleptocracia ha saqueado a Venezuela. La industria petrolera no da para más. No tiene ni tendrá ingresos por exportaciones petroleras suficientes para mantener secuestrado el país. Es hora de acabar con la red de criminales corruptos y recuperar lo que nos han dejado de nación.

 

 

Que nadie os engañe.

 

Antonio de la Cruz

Maduro usa de nuevo la lucha contra la corrupción con fines políticos

Posted on: marzo 23rd, 2023 by Lina Romero No Comments

 

 

La ola de protestas diarias de los maestros y otros trabajadores del sector público, desde que comenzó el año, a causa de los salarios de hambre de 6 dólares mensuales y el mensaje transmitido no solo a estos manifestantes, sino también a los oficiales subalternos de las Fuerzas Armadas, de que no hay dinero para aumentar los sueldos, han llevado a Nicolás Maduro a una nueva cruzada contra la corrupción con fines políticos.

 

 

La última vez fue contra Rafael Ramírez, expresidente de Pdvsa y exministro de Petróleo de Hugo Chávez, en 2017. El Ministerio Público le abrió una «investigación penal» por unos documentos que lo incriminaban “como socio directo en operaciones de intermediación de compra-venta de petróleo». En esa ocasión fueron desplazados 65 funcionarios de la petrolera estatal. Eulogio del Pino y Nelson Martínez, ambos exministros de Petróleo y presidentes de Pdvsa, fueron detenidos.

 

 

La estrategia de Maduro fue responsabilizar a la corrupción de Ramírez en la industria petrolera de la inflación acumulada de 852,60% en 2017 y la caída del producto interno bruto de 56%, con respecto 2013.

 

 

El escenario económico le era adverso para enfrentar la elección presidencial de 2018. Por lo que debía responsabilizar a otro del desastre económico que atravesaba el país bolivariano. Era tal la situación que adelantó los comicios que usualmente se celebran en diciembre para el mes de mayo.

 

 

Hace un año la vendetta contra Ramírez resurgió porque el exministro de Petróleo de Chávez decidió enfrentar la reelección de Maduro en 2024, estableciendo diferencias claras entre el chavismo y madurismo.

 

 

En ese momento, Tareck el Aissami, ministro de Petróleo de Maduro, fue el instrumento que acusó a Ramírez de “vinculación con las irregularidades y las tramas de corrupción más graves ocurridas en el año 2012 que compromete el patrimonio de Pdvsa”. El “megarrobo” sería de 4.850 millones de dólares, según el también vicepresidente del área de Economía del régimen. Asimismo, El Aissami pidió al fiscal general –el poeta de la revolución–, nombrado por la asamblea constituyente madurista, una investigación exhaustiva y el trámite de la orden de captura internacional contra Ramírez.

 

 

Maduro usó el mismo modus operandi en las elecciones regionales de 2013.

 

 

Supuestamente, acababa de ganar la elección presidencial contra Henrique Capriles en abril, por lo que los comicios de diciembre eran la prueba de fuego para demostrar que había ganado en buena lid.

 

 

Ese año, el recién proclamado Maduro enfrentaba múltiples dificultades económicas, como la escasez, la elevada inflación y la depreciación del bolívar. Los controles de divisas aplicados por su régimen dificultaban las importaciones. Obligó a los importadores a fijar el precio de sus mercancías de acuerdo con el tipo de cambio en el mercado negro, lo que generó altos precios y corrupción.

 

 

Para revertir la posible derrota, Maduro ordenó en cadena nacional de radio y televisión la ocupación de la red de tiendas Daka por parte del régimen y que todos los productos se pusieran a la venta de inmediato a precios justos: “que no quede nada en los anaqueles, que no quede nada en los almacenes”.

 

 

El Dakazo se enmarcó en la narrativa de la “guerra económica”. Un relato que empezó a usarse con fuerza por voceros del oficialismo a partir de agosto de 2013, responsabilizando al sector privado y a Estados Unidos de la escasez y la inflación.

 

 

Aquella fue, entonces, la respuesta de Maduro a “los culpables” de los males del país: los usureros y especuladores, los enemigos que desataron la “guerra económica contra el pueblo de Venezuela”.

 

 

Diez años después, con una elección presidencial en puertas, la narrativa se mantiene. La corrupción es la razón por la cual no hay dinero para aumentar los salarios. La única responsable de la desaparición de 3.600 millones de dólares correspondientes a una serie de cargamentos de petróleo que salían del país sin el debido pago a la estatal petrolera, según Reuters.

 

 

Los resultados de la auditoría ordenada por el nuevo presidente de Pdvsa, coronel Pedro Tellechea, son utilizados para develar la compleja trama y establecer los culpables del robo millonario a la estatal petrolera. El Aissami se ve obligado a renunciar, mientras son detenidos por la Policía Anticorrupción Joselit Ramírez, superintendente nacional de Criptoactivos; el diputado Hugbel Roa; el coronel Antonio Pérez Suárez y 20 ejecutivos de la Gerencia de Comercio y Suministros, además del teniente coronel José Agustín Ramos, director de Seguridad de la Faja Petrolífera del Orinoco.

 

 

Es vox populi en el país que en el saqueo a Pdvsa participaban en diferente grado lo que se conoce como las mafias del madurismo: Rodríguez, Flores, Maduro Guerra, Camimpet y El Aissami.

 

 

Entonces, ¿qué pasó? Que ahora no hay divisas para incrementar los salarios y alguien tiene que asumir la culpa. Y no va a ser Nicolás Maduro como “cabeza de la línea de mando”. Son las “mafias que se incrustaron en Pdvsa y en la Sunacrip”, entre otras.

 

 

El lunes en la noche afirmó que la dirección nacional del PSUV ha asumido una “posición vertical, frontal, absoluta contra la corrupción”.

 

 

Por supuesto, vuelve con que el enemigo externo es el imperialismo y el interno la cuarta república. “Este es un frente que lo indigna a uno, no solo soportar la persecución del imperialismo, sino tener que enfrentar la corrupción de quienes quieren darse grandes lujos, ¡desvergonzados! Es un frente indignante, donde tenemos que unir fuerzas y esfuerzos. Tengan la fe y la confianza absoluta de que aquí tienen guerreros contra las corruptelas y las mafias. Tenemos que estar aplomados, de pie, que nadie baje la guardia en esta batalla, caiga quien caiga”.

 

 

Maduro necesita rescatar la conexión con las bases del PSUV para enfrentar la elección presidencial. Le tocó en esta ocasión dar la cabeza de uno de su círculo íntimo, porque El Aissami es para Maduro lo que fue Ramírez para Chávez. Son cómplices de las fechorías que han hecho juntos.

 

 

Maduro usa de nuevo la lucha contra la corrupción con fines políticos.

 

 

 Antonio de la Cruz

Venezuela: un país con miedo

Posted on: marzo 15th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

Nicolás Maduro y sus secuaces tienen miedo de ir a una elección presidencial porque pueden salir del poder y en consecuencia ser juzgados por crímenes de lesa humanidad —si son hallados culpables— en la Corte Penal Internacional de La Haya o, en su defecto, cualquier tribunal de la justicia universal.

 

 

Los factores democráticos tienen miedo de concurrir a la elección presidencial porque estaría diseñada para no ser libre, justa, competitiva y verificable. Continúan por parte del régimen los presos políticos, el bloqueo al canal humanitario y las inhabilitaciones a varios dirigentes desde hace más de seis años.

 

 

La gran mayoría de los venezolanos también tienen miedo. Además, sufren de depresión, ansiedad y ataques de pánico. Porque cada día son más pobres, desnutridos, dependientes de la dádiva que les impone la situación social inducida, más la hiperinflación y el desempleo. El mejor ejemplo son los 7 millones de venezolanos que han abandonado el país. Están huyendo como último recurso para preservar la vida, a pesar de los altos riesgos de la travesía.

 

 

Estados Unidos, la Unión Europea y el resto de los países que reconocieron el gobierno interino (2019 -2022) apoyan la elección presidencial como el mecanismo para resolver la crisis política en Venezuela porque la lucha es democrática. Apuestan por una salida pacífica que incluiría la resistencia no violenta.

 

Adicionalmente, busca la comunidad democrática internacional que el nuevo Poder Ejecutivo tenga legitimidad de origen. Y, además, cree que si las fuerzas opositoras se unen, Maduro será derrotado. Supone que las fuerzas democráticas venezolanas enfrentan un autoritarismo electoral y no una dictadura absolutista, al mejor estilo de la nicaragüense que el papa Francisco comparó recientemente con la “hitleriana”.

 

 

El reciente informe de Freedom House, «Freedom in the World 2023«, encontró drásticos descensos de la libertad —10 indicadores de derechos políticos y 15 de libertades civiles— en los últimos 10 años en Nicaragua (-32) y Venezuela (-24) . Los países con mayor caída en la región.

 

 

Entonces, ¿cómo la nación venezolana puede superar los miedos para la restitución de la democracia? Esos mismos miedos fueron los que paralizaron la búsqueda de la solución negociada en México.

 

 

Hace cinco días, Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Maduro y jefe de la delegación negociadora en México, mostró pánico cuando afirmó: “Mientras el candidato del PSUV —en alusión a Maduro— esté amenazado de muerte porque Estados Unidos ofrece por su captura 15 millones de dólares y el Estado venezolano tenga represados en el exterior 30.000 millones de dólares, producto de las sanciones internacionales, 60% de las cuales son mantenidas por el gobierno de Joe Biden, no habrá ningún acuerdo con la oposición para una elección libre, competitiva, democrática y creíble”.

 

 

Maduro, dos días después, quiso aclarar mostrando su miedo de no ser reconocido internacionalmente otra vez como un mandatario legítimo. Dijo: “Me vale medio lo que opine el imperialismo, la derecha o Europa del proceso democrático venezolano (…) en 2024 vendrán las elecciones presidenciales, el pueblo votará, elegirá y, el 10 de enero de 2025, el presidente electo se juramentará y seguirá el curso de nuestro país, en paz,

 

 

Por el lado de las fuerzas democráticas, el precandidato de Primero Justicia a la primaria, Henrique Capriles Radonski, advirtió este lunes que la elección presidencial (…) no será “papaya” sino muy compleja. “No la van a poner fácil. Estamos enfrentando una dictadura del siglo XXI, un régimen que unos días se comporta de una manera y otros días de otra”.

 

 

María Corina Machado, precandidata de Vente Venezuela a la primaria, afirmó ayer en el medio El Debate de España: “Mi propósito es recuperar la confianza y este proceso de primarias nos permitirá recuperar y reenergizar los vínculos con los aliados convencionales y no convencionales. (…) No estamos luchando contra una dictadura tradicional, sino contra una organización del odio y la maldad, que se ha dedicado a la destrucción sistemática e intencional del país”.

 

 

En ambos bandos está el miedo presente. El que lo gestione mejor superará al otro.

 

 

Por ahora, Maduro y sus compinches buscan paralizar al elector que no aguanta más la realidad de pobreza —más de 80% de la población—, motivando la abstención. Sabe que si lo logra somete a las fuerzas democráticas sin luchar. Si no lo logran, irán tras el encarcelamiento de los líderes opositores, acusándolos de terrorismo y conspiración o de incitar la injerencia extranjera en los asuntos internos. Como lo hizo Ortega en la elección presidencial de Nicaragua 2021.

 

 

Las fuerzas democráticas enfrentan el miedo alertando sobre el enemigo que enfrentan, una dictadura.

 

 

Cada uno de esos 7 millones de venezolanos que se fue del país afronta el miedo con un sueño: “Lograr un mejor futuro para él y su familia”. Es esa aspiración la que le da la valentía y el coraje para cruzar selvas y superar las adversidades. Esa visión debe ser materializada en Venezuela, donde hoy un altísimo porcentaje rechaza a Maduro y sus compinches.

 

 

Un sueño que se transforma en acción, en sintonía con los necesitados, los desposeídos, a través de un lenguaje sencillo y claro, “el bravo pueblo que el yugo lanzó”.

 

 Antonio de la Cruz

 

Venezuela: el país más impune de las Américas

Posted on: marzo 8th, 2023 by Lina Romero No Comments

 

Después de 34 años del gran estallido social conocido como el Caracazo, las causas que lo originaron siguen más vigentes que nunca. El deterioro económico de la población y el fortalecimiento de la corrupción durante los últimos 4 gobiernos democráticos se ha profundizado en los 10 años de madurismo.

 

 

Los índices publicados recientemente, como los de Democracia y de la Percepción de la Corrupción, indican que la Venezuela de Nicolás Maduro está en el último lugar entre los países de la región americana.

 

 

En el primer informe mundial Atlas de la Impunidad, publicado hace 12 días por Eurasia Group y el Chicago Council on Global Affairs, el país vuelve a ocupar el último lugar del continente americano y el 11º peor puesto dentro de los 197 evaluados en 5 dimensiones claves: la violación de los derechos humanos, la falta de rendición de cuenta de los gobiernos (gobernanza), uso de la violencia en conflictos internos y externos (conflictividad y violencia), falta de equidad en la economía (economía) y la degradación medioambiental.

 

 

Estas dimensiones se basan, en gran medida, en el trabajo de otras investigaciones que han hecho lo mismo, como el índice del Estado de derecho y la libertad en el mundo, el Índice mundial de libertad de prensa y el Índice de libertad económica, entre otros. El atlas utiliza 67 fuentes de datos independientes, creíbles y comparables para elaborar la puntuación de cada país.

 

 

David Miliband, exministro laborista de Asuntos Exteriores del Reino Unido (2007-2010), y un grupo de distinguidos académicos y destacados políticos vienen discutiendo que, aunque la lucha por la democracia es real, dividir el mundo en democracias y autocracias no refleja aspectos claves del equilibrio de poder mundial.

 

 

Proponen la impunidad, el ejercicio del poder sin rendición de cuentas cometiendo crímenes sin castigo, como una mejor categoría porque muchos países que no son democracias salieron bastante bien evaluados en este índice, al ejercer el poder con responsabilidad y ofrecer un gobierno razonablemente eficaz y justo a sus ciudadanos.

 

 

En el continente americano, la Venezuela de Maduro, el Estado fallido de Haití y la Nicaragua de Ortega ocupan los tres peores lugares como los países donde existe más impunidad.

 

 

El informe establece que en Venezuela la impunidad es muy común. La alta puntuación general de 3,61 se debe en “gran parte al gobierno autoritario de Maduro, que ha intensificado la represión incluso mientras adopta un enfoque más pragmático de la economía. Venezuela se encuentra entre los cinco países con peores resultados en la dimensión de gobernanza sin rendición de cuentas -por detrás de Corea del Norte y por delante de Myanmar-, algo que es poco probable que cambie en un futuro próximo”.

 

 

Agrega que es poco probable que Superbigote acepte unas elecciones presidenciales competitivas en 2024, dados los altos costes personales asociados a la pérdida del poder. Entre ellos se incluye la perspectiva de un enjuiciamiento internacional en respuesta [a los supuestos crímenes de lesa humanidad cometidos por Maduro y sus secuaces].

 

 

En este estudio, Venezuela vuelve a liderar lo peor, es decir, es el país más impune del continente americano.

 

 

Al comparar el desempeño en cada eje de los tres países más impunes de la región, Venezuela, Haití y Nicaragua, encontramos que el gobernado por Maduro tiene el peor desempeño en gobernanza, derechos humanos, economía y conflictividad. Solo es superada por Haití y Nicaragua en impacto ambiente. Un eje que habrá que revisar en futuras ediciones por la destrucción del Amazonas.

 

 

En conclusión, según los resultados del atlas y los índices, Maduro tiene una lucha contra el tiempo para continuar ejerciendo el poder. Porque todo indica que su desempeño lo viene colocando en el último lugar del continente. Una y otra vez.

 

 

En consecuencia, si los factores democráticos se alinean y deciden que “el consenso es la primaria” tendrán otra oportunidad para salir de la dictadura. Lo contrario servirá para que el exmetrobusero -marginal según el chavista Rafael Ramírez- siga ganando tiempo para evitar su derrota. Lo intentó con los actos de celebración del Caracazo hace dos días. Buscó construir la narrativa de que el Estado democrático del momento reprimió con fuerza a la población civil. Trata de evitar la apertura del juicio por supuestos crímenes de lesa humanidad en la CPI. Pero, si a sus números me remito, lo tiene cuesta arriba.

 

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 Antonio de la Cruz 

 

¿Será la elección presidencial el fin de Maduro?

Posted on: marzo 1st, 2023 by Super Confirmado No Comments

El anuncio de las primarias por parte de los factores democráticos para el 22 de octubre de este año vuelve a presentar el dilema de la conveniencia de participar con un candidato unitario en la próxima elección presidencial para enfrentar a Nicolás Maduro, quien ha ejercido el poder de manera autoritaria desde 2013 y no cuenta con la legitimidad de origen después de los comicios de 2018.

 

 

La participación de María Corina Machado en las primarias opositoras genera esperanza –lidera las primeras encuestas por su coherencia– en los venezolanos que rechazan al régimen de Maduro y las condiciones de miseria en las cuales viven actualmente. Su propuesta para sacar de la pobreza a los sectores populares y derrocar la dictadura deberían permitir una mayor identificación con su candidatura, pues las ideas y la sociología son determinantes en una elección. Además, hoy, el voto es más emocional que racional por la influencia que ejercen las redes sociales en la era de la posverdad.

 

 

Un ejemplo reciente fue la elección presidencial en Brasil. El voto por Lula resultó mayoritariamente de los sectores populares y afrodescendientes –arrasó en el noreste del país–. Mientras que el de Bolsonaro vino de la población mayoritariamente blanca que vive en el sur y de la clase media. La ideología no fue determinante en el resultado final. La identificación de Lula como “el padre de los pobres” –la pobreza tiene color en Brasil– fue clave para obtener su tercer mandato, a pesar de haber sido condenado por corrupción pasiva y lavado de dinero.

 

 

Por otro lado, John Magdaleno propone en un video divulgado por las redes que “la participación electoral con otros elementos puede abrir la compuerta del cambio”. Para esto la mayoría de los venezolanos –cansados del madurismo– debe: involucrarse en el cambio político a través de los partidos, movimientos, sindicatos y ONG; expresarse, es decir, una voluntad colectiva de lucha; organizarse, articularse y coordinarse estratégicamente entre los más diversos sectores sociales –espíritu de cooperación y colaboración mutua, incluidos los dirigentes– para articular la movilización social; salir a votar masivamente; estar dispuesto a defender su voto, con testigos y miembros de mesa y movilizándose de forma estructurada no violenta; y, por último, contar con una operación política que le reduzca los costos de salida a los factores de poder que respaldan al régimen de Maduro hasta un punto determinado.

 

 

En el caso de Maduro, el triunfo en una elección presidencial “libre, justa y competitiva” representa recuperar la legitimidad de origen para conectarse con los casi 60 gobiernos democráticos que los desconocieron en 2018. Es el fin de las sanciones económicas estadounidenses. Vuelve a tener relaciones bilaterales con Estados Unidos, los países de la Unión Europea, Japón, Australia, Reino Unido y acceso a la banca internacional con las limitaciones que representa –pago de la deuda externa–.

 

 

Su proyecto político, “pacto de élites”, tendría viabilidad porque coexistiría el autoritarismo competitivo con las organizaciones criminales, al mejor estilo del gobierno mexicano de López Obrador.

 

 

Dentro de este escenario de una elección cuasi libre, justa y competitiva, Maduro buscará escoger el candidato opositor, dividiendo a las fuerzas democráticas. Asimismo, reforzará la narrativa a través de las redes sociales de que las sanciones estadounidenses son las responsables de la crisis socioeconómica que afecta a 80% de los venezolanos, manipulando la información. Usará a sus aliados internos, las organizaciones criminales, para asegurar la votación a su favor en las áreas bajo su control. La ingeniería electoral continuará construyendo los mecanismos para desmotivar el sufragio. Aislará el voto de los venezolanos en el extranjero porque los 4.500.000 electores que integran la diáspora es indudable que ejercerán ese derecho en su contra y eso representaría una segura derrota del PSUV.

 

 

Las condiciones objetivas de la elección presidencial en 2024 muestran que la mayoría de la opinión pública venezolana se concentra en el eje positivo de la democracia y el libre mercado, según la Ventana de Overton elaborada por David Moran. La ventana “se ha desplazado notablemente en tres oportunidades: 2003 al 2011 –cuando se dieron las victorias de Chávez–, del 2011 al 2019 –triunfo de Henrique Capriles Radonski en 2013 y la elección parlamentaria de 2015– y del 2019 a la fecha”.

 

 

Por supuesto que la elección presidencial también estará influenciada por factores externos como el resultado de la guerra Ucrania-Rusia.

 

 

Si Putin gana la guerra, el mundo tal como lo conocemos desaparecerá. Los aliados occidentales abandonarán a Estados Unidos. Junto con Rusia, Irán, China y todos los déspotas, con el deseo de rediseñar el orden mundial, se unirán contra Washington, todos a la vez.

 

 

En ese escenario a Maduro le importará poco no tener legitimidad de origen. Si ocurre lo contrario, que Occidente gana la guerra, Maduro tratará de alinearse con los países del eje democrático. Y, por lo tanto, negociar una salida si pierde la elección presidencial.

 

 

Si todos los factores contra el madurismo se alinean en la elección de 2024, veremos el fin del régimen. Si sucede lo contrario, si se dividen y los electores no salen a votar masivamente, el escogido por Cuba seguirá en el poder y Venezuela por el camino de la debacle que ha significado la era de Superbigote.

 

 

Hoy la probabilidad más alta está del lado de su salida.

 

 

Amanecerá y veremos.

 

 

Antonio de la Cruz

¿Será la elección presidencial el fin de Maduro?

Posted on: febrero 22nd, 2023 by Super Confirmado No Comments

 

El anuncio de las primarias por parte de los factores democráticos para el 22 de octubre de este año vuelve a presentar el dilema de la conveniencia de participar con un candidato unitario en la próxima elección presidencial para enfrentar a Nicolás Maduro, quien ha ejercido el poder de manera autoritaria desde 2013 y no cuenta con la legitimidad de origen después de los comicios de 2018.

 

 

La participación de María Corina Machado en las primarias opositoras genera esperanza –lidera las primeras encuestas por su coherencia– en los venezolanos que rechazan al régimen de Maduro y las condiciones de miseria en las cuales viven actualmente. Su propuesta para sacar de la pobreza a los sectores populares y derrocar la dictadura deberían permitir una mayor identificación con su candidatura, pues las ideas y la sociología son determinantes en una elección. Además, hoy, el voto es más emocional que racional por la influencia que ejercen las redes sociales en la era de la posverdad.

 

 

Un ejemplo reciente fue la elección presidencial en Brasil. El voto por Lula resultó mayoritariamente de los sectores populares y afrodescendientes –arrasó en el noreste del país–. Mientras que el de Bolsonaro vino de la población mayoritariamente blanca que vive en el sur y de la clase media. La ideología no fue determinante en el resultado final. La identificación de Lula como “el padre de los pobres” –la pobreza tiene color en Brasil– fue clave para obtener su tercer mandato, a pesar de haber sido condenado por corrupción pasiva y lavado de dinero.

 

 

Por otro lado, John Magdaleno propone en un video divulgado por las redes que “la participación electoral con otros elementos puede abrir la compuerta del cambio”. Para esto la mayoría de los venezolanos –cansados del madurismo– debe: involucrarse en el cambio político a través de los partidos, movimientos, sindicatos y ONG; expresarse, es decir, una voluntad colectiva de lucha; organizarse, articularse y coordinarse estratégicamente entre los más diversos sectores sociales –espíritu de cooperación y colaboración mutua, incluidos los dirigentes– para articular la movilización social; salir a votar masivamente; estar dispuesto a defender su voto, con testigos y miembros de mesa y movilizándose de forma estructurada no violenta; y, por último, contar con una operación política que le reduzca los costos de salida a los factores de poder que respaldan al régimen de Maduro hasta un punto determinado.

 

En el caso de Maduro, el triunfo en una elección presidencial “libre, justa y competitiva” representa recuperar la legitimidad de origen para conectarse con los casi 60 gobiernos democráticos que los desconocieron en 2018. Es el fin de las sanciones económicas estadounidenses. Vuelve a tener relaciones bilaterales con Estados Unidos, los países de la Unión Europea, Japón, Australia, Reino Unido y acceso a la banca internacional con las limitaciones que representa –pago de la deuda externa–.

 

 

Su proyecto político, “pacto de élites”, tendría viabilidad porque coexistiría el autoritarismo competitivo con las organizaciones criminales, al mejor estilo del gobierno mexicano de López Obrador.

 

 

Dentro de este escenario de una elección cuasi libre, justa y competitiva, Maduro buscará escoger el candidato opositor, dividiendo a las fuerzas democráticas. Asimismo, reforzará la narrativa a través de las redes sociales de que las sanciones estadounidenses son las responsables de la crisis socioeconómica que afecta a 80% de los venezolanos, manipulando la información. Usará a sus aliados internos, las organizaciones criminales, para asegurar la votación a su favor en las áreas bajo su control. La ingeniería electoral continuará construyendo los mecanismos para desmotivar el sufragio. Aislará el voto de los venezolanos en el extranjero porque los 4.500.000 electores que integran la diáspora es indudable que ejercerán ese derecho en su contra y eso representaría una segura derrota del PSUV.

 

 

Las condiciones objetivas de la elección presidencial en 2024 muestran que la mayoría de la opinión pública venezolana se concentra en el eje positivo de la democracia y el libre mercado, según la Ventana de Overton elaborada por David Moran. La ventana “se ha desplazado notablemente en tres oportunidades: 2003 al 2011 –cuando se dieron las victorias de Chávez–, del 2011 al 2019 –triunfo de Henrique Capriles Radonski en 2013 y la elección parlamentaria de 2015– y del 2019 a la fecha”.

 

Por supuesto que la elección presidencial también estará influenciada por factores externos como el resultado de la guerra Ucrania-Rusia.

 

 

Si Putin gana la guerra, el mundo tal como lo conocemos desaparecerá. Los aliados occidentales abandonarán a Estados Unidos. Junto con Rusia, Irán, China y todos los déspotas, con el deseo de rediseñar el orden mundial, se unirán contra Washington, todos a la vez.

 

 

En ese escenario a Maduro le importará poco no tener legitimidad de origen. Si ocurre lo contrario, que Occidente gana la guerra, Maduro tratará de alinearse con los países del eje democrático. Y, por lo tanto, negociar una salida si pierde la elección presidencial.

 

 

Si todos los factores contra el madurismo se alinean en la elección de 2024, veremos el fin del régimen. Si sucede lo contrario, si se dividen y los electores no salen a votar masivamente, el escogido por Cuba seguirá en el poder y Venezuela por el camino de la debacle que ha significado la era de Superbigote.

 

 

Hoy la probabilidad más alta está del lado de su salida.

 

 

Amanecerá y veremos.

 

 Antonio de la Cruz 

El realismo mágico de los gobiernos latinoamericanos y caribeños

Posted on: febrero 1st, 2023 by Super Confirmado No Comments

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) celebró su VII cumbre la semana pasada en Buenos Aires, Argentina, nación que ostenta la presidencia pro tempore del grupo. Participaron 15 mandatarios, aunque acudieron delegaciones de 33 países de los 35 que integran la Organización de Estados Americanos.

 

 

Después de analizar de forma exhaustiva la Declaración de Buenos Aires, el expresidente de Costa Rica Miguel Ángel Rodríguez califica su contenido ―para él 100 puntos de consenso y 11 declaraciones especiales― sencillamente como otro “ejercicio del ilusionismo latinoamericano”.

 

 

La lista de deseos incluye: “La integración de América Latina y el Caribe, la paz, la cooperación internacional, el multilateralismo, el respeto a la integridad territorial, la no intervención, el desarrollo sostenible, la pandemia y su recuperación, la pobreza, la desigualdad, las cadenas de valor internacional, la volatilidad de precios de los alimentos, la inflación, la posible recesión mundial, los camélidos, las políticas de salud, la transición energética, los riesgos naturales, la ciencia y la tecnología, la transformación digital, las tecnologías de información y comunicación, las brechas en contra de las mujeres, las desigualdades de géneros, la violencia doméstica y la inequitativa distribución del trabajo de cuidados, la participación de las juventudes, los derechos de las personas afrodescendientes, las lenguas indígenas, la educación, la discapacidad, la cultura, la cooperación entre academias diplomáticas y en materias espacial y nuclear, la corrupción”.

 

 

En Latinoamérica y el Caribe existe la creencia de que con la simple declaración sucede la acción, sin hacer la tarea para conseguirlo.

 

 

La praxis política latinoamericana y caribeña está llena de estos deseos.

 

 

Un ejemplo fue la declaración de Pedro Castillo cuando disolvió el Congreso de Perú. Pensó que el solo anuncio a través de un mensaje emitido en cadena nacional lo disolvería. No hizo el trabajo político para lograrlo. Y al final dio un golpe de Estado.

 

 

Algo similar ocurrió con el anuncio de Nicolás Maduro del incremento de la producción petrolera el año pasado. “Este año vamos a 2 millones de barriles diarios llueva, truene o relampaguee. Este año recuperamos la producción petrolera de la mano de la clase obrera”. La realidad fue que no ocurrió. La producción promedio/año en 2022 fue de 716.000 barriles diarios, según las cifras oficiales del Ministerio de Petróleo de Venezuela reportadas a la OPEP. Un año después, Maduro no tiene la producción ni los ingresos en divisas necesarios para resolver las protestas populares a lo largo y ancho del país, que reclaman salarios justos en dólares.

 

 

Otro anuncio fue el de Gustavo Petro sobre el cese del fuego bilateral con el Ejército de Liberación Nacional y otros grupos armados por un período de seis meses el 31 de diciembre de 2022. Resulta que fue un anuncio unilateral, sin acuerdo. En el comunicado que después hizo público, el ELN advirtió: «Solo se cumple lo que se discuta y se acuerde en la Mesa de Diálogos en la que participemos». Los negocios ilícitos que los elenos manejan en Venezuela ―alrededor de 5.000 millones de dólares al año― determinarán la factibilidad de la paz total de Petro y no su deseo político de terminar con las acciones del grupo terrorista.

 

 

Cuando comparamos con la reunión anual del Foro Económico Mundial de Davos (Suiza) la semana pasada, a la que asistieron más de 50 jefes de Estado y 60 ministros de Finanzas, varios de Comercio y varios de Asuntos Exteriores, observamos un encuentro para entablar diálogos constructivos y con visión de futuro y facilitar la cooperación entre los sectores público y privado que permitan alcanzar la prosperidad de las naciones. Los temas tratados fueronla globalización, la digitalización y la democratización. Diametralmente opuesto a las discusiones en la Celac.

 

 

El expresidente Rodríguez señala que en Buenos Aires se propusieron pocas acciones. Fueron nuevas reuniones para seguir aprobando generalidades. Los temas como la libertad, el Estado de Derecho, los derechos humanos, solo fueron mencionados en términos generales de apoyo. No se habla de los presos políticos, las violaciones del derecho a la vida y a la libertad de sus ciudadanos.

 

 

Los gobiernos latinoamericanos y caribeños que perciben de manera natural y cotidiana la alteración de la realidad con acciones fantásticas parecen destinados a plagar sus países de miserias, en nombre de la libertad, la paz, la autodeterminación de los pueblos y la democracia. Recordemos que ese realismo mágico, tan propio de la región, como ya hemos visto, no construye bienestar material, ni saca de la pobreza al pueblo.

 

 

 Antonio de la Cruz

 

La protesta debe tener un fin político también

Posted on: enero 25th, 2023 by Super Confirmado No Comments

 

El resurgir de las protestas populares a lo largo y ancho de Venezuela este mes señala que 80% de quienes rechazan el régimen de Nicolás Maduro está agotado de vivir con un salario miserable. No alcanza para nada. Sus acciones obedecen al propósito de tener una vida digna y al miedo de estar condenados a ser miserables en su propia patria.

 

 

Durante 25 años, el chavismo-madurismo se ha mantenido por el deseo de ejercer el poder, de proteger su dinero, de vengarse del “imperialismo yanqui”… Lo que quieran, pero es un deseo y solo después están los argumentos.

 

 

Actualmente, para mantener unidos y movilizados a sus seguidores, Maduro ha reiterado que las sanciones internacionales son las únicas responsables de la profunda crisis económica y de la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores.

 

 

El poder no se mantiene solo por la fuerza, tiene que mover la obediencia de las bases. Algo que también sucedió en la Alemania nazi, en la Cuba “revolucionaria” y ahora en la China de Xi.

 

El pasado lunes, la razón de la contramarcha oficialista fue: “¡Hoy el pueblo de Venezuela está en la calle contra las sanciones!”.

 

 

En lo político, tenemos una dinámica en extremo emocional, que genera polarización. Por ejemplo, las fuerzas democráticas no han logrado tener una emoción positiva (gozo, gratitud, serenidad, esperanza, orgullo, diversión, inspiración, asombro y de amor) asociada a los logros de los 40 años de democracia, permitiendo que el control cognitivo oficialista se imponga con la posverdad “revolucionaria”. Porque el modelo económico de la V República colapsó, sobre todo desde que Maduro tomó el poder en 2013. Y en lo político sigue la tiranía.

 

 

Después del cuarto trimestre de 2014 hubo 24 trimestres consecutivos de contracción económica, culminando en el primer trimestre de 2021, cuando se observó un pequeño crecimiento económico. Pero ese impulso perdió fuerza a partir del segundo trimestre de 2022.

 

Es cierto que las sanciones económicas a la estatal petrolera Pdvsa en 2017 incidieron en la caída de la producción petrolera, pero para ese momento la economía venezolana ya había entrado en una profunda crisis a consecuencia de la política de expropiaciones masivas, con sus efectos perniciosos sobre la producción nacional, incluyendo la petrolera; la política de alto endeudamiento irresponsable y gasto público desenfrenado e ineficiente; la política intensiva de control de precios y control de cambio, y los altos niveles de corrupción gubernamental.

 

 

Según las fuentes secundarias de la OPEP, la producción de petróleo de Venezuela era de 2.359.000 barriles diarios cuando Maduro ocupó Miraflores en 2013. Para el momento que Pdvsa fue sancionada en 2019, el bombeo de crudo estaba en 792.000 barriles diarios. Una caída de 1.567.000 barriles diarios (66%), sin sanciones económicas. Actualmente, la producción de petróleo del país se ubica en 685.000 barriles diarios. En consecuencia, las sanciones estadounidenses a Pdvsa han causado un desplome de la producción de 107.000 barriles diarios equivalente a 14%. Por lo tanto, la crisis socioeconómica que atraviesa el país no fue originada por el cerco de Estados Unidos a la estatal petrolera venezolana de 2019. Además, Pdvsa siguió exportando crudos a China, la India, Singapur y Europa.

 

 

Hay un hecho político. El triunfo de las fuerzas democráticas en las elecciones parlamentarias de 2015 terminó con el fin del interinato el 5 de enero de 2023. Por lo tanto, el dolor por la oportunidad perdida para restituir la democracia en Venezuela no debe generar una desincronización de la política opositora respecto de las realidades sociales y económicas del país. Los dirigentes políticos de los partidos que integran el G-4 no están aprendiendo a la velocidad necesaria para acompañar el resurgir de las protestas sociales. A la que grita “Venezuela está en la calle”, luchando por sobrevivir.

 

 

En ese sentido, los políticos deben aprender al menos a la misma velocidad con la que cambia el entorno nacional y geopolítico. Y para avanzar en la salida política, a mayor velocidad. En este entorno cambiante es esencial la inteligencia contextual o situacional para tener un mejor control ante nuevos escenarios de gran incertidumbre y complejidad, alineando las tácticas con los objetivos para crear estrategias inteligentes en situaciones nuevas. Porque la solución a la crisis económica es política. Mientras la tiranía siga, las inversiones necesarias para reconstruir el país no llegarán. Continuará la economía del saqueo para que puedan cobrarse las deudas las empresas y la banca internacional, y para enriquecer a la casta política.

 

Un ejemplo de que sí se puede lograr un cambio en el escenario político fue la suspensión del viaje de Maduro a Argentina para asistir a la Cumbre de la Celac. Las acciones de los grupos de derechos humanos, los dirigentes políticos argentinos y la diáspora venezolana lograron esta victoria. La justicia universal fue la clave.

 

 

Los políticos del G-4 están siendo desbordados por las fuerzas sociales, los gremios. Para algunos, la solución está en volver a la normalización con el régimen, lo que no genera confianza para restituir la democracia. Los partidos tienen que poner en marcha sus propios procesos de aprendizaje de convertir la lucha para sobrevivir en un cambio político. Pero no solo los políticos tienen que aprender. También los ciudadanos debemos hacerlo. Porque somos los guardianes de los poderes últimos de la sociedad. Si no están lo bastante instruidos como para ejercer su control con un criterio justo, el remedio no consiste en quitarles autoridad, sino en exigirles que estén a la altura de la lucha social.

 

 

Las protestas para sobrevivir deben ser políticas también. Si no lo que estamos haciendo es correr la arruga.

 

 

 Antonio de la Cruz

 

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