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Ok, ¿el alcohol y la vida sexual van o no?

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Ok, ¿el alcohol y la vida sexual van o no?

Muchas mujeres y hombres han usado -desde tiempo inmemorial- el alcohol como recurso para vencer la timidez a la hora de hablar y compartir con el sexo opuesto. De hecho, las primeras o segundas citas siempre van acompañadas de una botella de vino, una copa de champagne o -en el más osado de los casos- un vodka.

 

A nadie se le ocurriría planear ese primer encuentro en un desayuno o un picnic. Aceptémoslo: los estándares sociales giran alrededor del alcohol para todo tipo de celebraciones, como cumpleaños, bodas, Navidad, Año Nuevo, ascensos y graduaciones. Semana tras semana, para muchos, los viernes son la excusa perfecta para llegar a un bar, y mejor aún si es acompañados.

 

Pero el alcohol no sólo es considerado el alma de la fiesta, también es visto como un afrodisíaco desde épocas antiguas. Si nos ubicamos en el año 405 AC, podemos citar a Eurípides: “Si el vino se acaba, será el final del amor, el final de todo placer en la vida de los hombres”. Pero Shakespeare afirmó que aunque el alcohol “provoca el deseo”, también “acaba afectando el desempeño”.

 

Hoy en día aún creemos en el poder del alcohol para inducir placer. Una reciente encuesta de psicología en Estados Unidos, con 20.000 personas entrevistadas, encontró que dos de cada tres mujeres y uno de cada dos hombres creen que el alcohol provoca deseo sexual. Pero, ¿es verdaderamente un afrodisíaco?

 

Mitos y verdades

 

«El alcohol reduce el deseo sexual en los hombres pero no en las mujeres»

 

Falso. La intoxicación inhibe el flujo de sangre en los genitales de hombres y mujeres. Lo anterior es aún un misterio. Investigadores sospechan que el alcohol adormece el sistema nervioso periférico, el cual incluye las terminaciones nerviosas en el pene, el clítoris y la vagina. Normalmente estos nervios hacen que las arterias y los órganos sexuales se relajen, permitiendo que la sangre y el deseo sexual fluyan.

 

«Se necesitan cinco o más tragos antes de que el alcohol inhiba el deseo»

 

Falso. Estudios con hombres y mujeres demuestran que incluso una leve intoxicación puede interferir con el deseo sexual. En estos estudios, después de dos o tres tragos, la erección empieza a decaer. Las mujeres no se quedan atrás; después de uno o dos tragos, el volumen de flujo de sangre en la vagina decrece y los órganos se vuelven lentos.

 

«El alcohol relaja las inhibiciones sexuales»

 

Verdadero. La “Teoría de la desinhibición” sugiere que el alcohol mitiga las funciones cerebrales avanzadas, incluyendo las que controlan el impulso y la inhibición. Esto probablemente no sorprende a la mayoría de los bebedores. Pequeñas cantidades de alcohol inhiben los mensajes cerebrales que normalmente manipulan los deseos sexuales y relajan las inhibiciones. Es decir, en pocas palabras, suprimen la timidez. En grandes cantidades, sin embargo, el alcohol inhibe el sistema nervioso central, hasta el punto en que la erección y la eyaculación se vuelven cada vez más difíciles.

 

«La idea de beber puede ser más poderosa sexualmente que beber en sí mismo»

 

Verdadero. La fe en el alcohol como afrodisíaco puede ser más importante que su poder químico. Según estudios, los hombres que creen que han consumido alcohol, pero que no lo han hecho, se sintieron más excitados sexualmente que quienes estuvieron conscientes de no haber ingerido nada.

 

«Las bebidas alcohólicas son probablemente la mayor razón por la que la gente no usa condones»

 

Falso. Una encuesta reciente sobre las experiencias de más de 2.000 personas concluyó que no hay relación entre la bebida y el descuido con los métodos anticonceptivos.

 

«El abuso del alcohol puede causar infertilidad a largo plazo»

 

Verdadero. Puede causar infertilidad en hombres y mujeres, y la ingesta moderada puede afectar la fertilidad en las mujeres. Asimismo, un consumo exagerado puede afectar la erección, reducir la movilidad de los espermatozoides y bajar el nivel de testosterona. Ciertos estudios determinaron también que en las mujeres el abuso de alcohol puede interferir con la función sexual, la menstruación y, en las embarazadas, con el desarrollo normal del bebé por nacer. // IPP

 

Fuente: EM

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