El organismo señala que no cuenta con una sede apropiada.
La crisis tocó a la puerta de la Oficina Nacional contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo (Oncdoft) en 2013.
El informe de gestión de esta dependencia del Ministerio de Relaciones Interiores reconoce que sufren diversas fallas que complican el cumplimiento de su delicada misión.
«La ausencia de una plataforma tecnológica y la carencia de los sistemas de análisis inteligentes de datos que permitan cruzar información proveniente de los entes de tutela, organismos internacionales, así como el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat), y la Superintendencia de Bancos y otras Instituciones Financieras (Sudeban), entre otros, dificulta y retarda las labores diarias e impiden respuestas a tiempo», admiten en su memoria y cuenta del año pasado.
El organismo señala que ni siquiera tiene una sede «acorde a las necesidades y funciones» que ejecuta. En este momento, acotan, operan en una «vivienda familiar» que les cedió la Oficina Nacional Antidrogas.
«La carencia de personal calificado, a causa de baja remuneraciones e incentivos, rotación elevada de personal que en su mayoría tiene carácter de comisión de servicios y la insuficiencia en materiales y suministros para el personal», son otros de los obstáculos que enfrenta el cuerpo adscrito al despacho del mayor general Miguel Rodríguez Torres.
La Oncdoft consumió 2.310.950,75 bolívares, equivalente a 82,19% del presupuesto total que le aprobaron en 2013, que se remontaba hasta los Bs. 2.811.679. Sin embargo, en el informe de gestión registran que solo completaron 46,25% de los objetivos que se trazaron, que incluían facilitar la cooperación entre las instituciones que combaten la delincuencia organizada.
Fuente: EU
Pedro Pablo Peñaloza