logo azul

Oficialismo y oposición imprimen carácter nacional a las elecciones locales

Categorías

Opinión

Oficialismo y oposición imprimen carácter nacional a las elecciones locales

A casi un mes semanas de las elecciones municipales, el oficialismo resalta la figura del fallecido líder de la revolución, portavión infalible de más de 15 procesos electorales, decretando el 8D día de la lealtad a Chávez, mientras que la oposición lucha por sacar más votos a nivel nacional así no logre la mayoría de los representantes a las alcaldías, tal como ocurrió en los comicios parlamentarios de 2010. Para los analistas políticos, Heiber Barreto y Luis Salamanca, tales acciones demuestran la intención de ambos bandos de convertir unos comicios locales en unas elecciones nacionales.

 

Barreto, quien lleva el programa Golpe de Timón en la web Aporrea, señala que están en contienda dos criterios para evaluar el resultados de las elecciones: el de la oposición, «que señala que será una especie de plebiscito, y el otro bando que dice que son elecciones municipales, y entre los dos criterios la verdad es que técnicamente son elecciones municipales pero el oficialismo contribuye a que se convierta en un plebiscito porque lleva a las municipales a Chávez. Es el candidato preferido que ha postulado el chavismo para estas municipales y les queda muy cuesta arriba quitarse de encima el carácter plebiscitario que quiere imprimir la oposición en este proceso».

 

Los electores, complementa el profesor Salamanca, se enfrentan esta vez a un doble razonamiento: el local, con los problemas específicos de cada población, y el nacional porque sus problemas locales, como la inseguridad y el desabastecimiento, son también nacionales y todo en medio de una polarización política que se mantiene desde 1999. «Todas las elecciones desde 1999 para acá son una medición de fuerza entre el chavismo y la oposición y hoy en día entre bloques de partidos, el PSUV necesita el apoyo de sus aliados para ganar, por ejemplo». Salamanca, autor del libro «Por qué vota la gente», indica que por más que se quiera convertir los comicios en un plebiscito realmente deben analizarse como lo que son: unas elecciones municipales.

 

Chavismo contra chavismo

 

Los analistas están de acuerdo en que el caso del chavismo era necesario afincarse en la figura del presidente Hugo Chávez (con día de la lealtad, jornadas especiales y hasta decir que una imagen de su rostro apareció en el metro) en esta campaña en vista del descenso de la votación socialista desde 2007, y por la división que se observa en las filas revolucionarias en cuanto a las candidaturas, luego de la suspensión de las primarias de abril. Aunque coinciden en que en la oposición también hay división, nunca como ahora en las filas chavistas se evidencian tantas candidaturas paralelas que podrían repercutir en una disminución más abrupta de los votos revolucionarios.

 

Otra medición que hace Barreto es que en estos comicios se va a enfrentar el chavismo contra el chavismo, y la oposición vs. la oposición, «porque en muchos casos van con las bases divididas y con grandes muestras de descontento», sin embargo, es el chavismo quien tiene más las de perder por ser poder «y porque nunca había estado tan dividido».

 

Barreto discrimina entre 4 tipos de candidatos principales en estos comicios: candidatos oficiales de la oposición, candidatos rebeldes de la oposición, candidatos oficiales del chavismo y candidatos rebeldes del chavismo «y en este caso el reacomodo de la bases lo hacen partidos como Juan Bimba y Vanguardia Bicentenaria Republicana de Joel Acosta Chirinos que están capializando esa rebeldía en la revolución». Sobre esta situación, dice, habría que hacer el análisis luego de que el CNE de los resultados electorales.

 

Sin poder de unificación

 

El politólogo Salamanca señala que para disminuir las posibilidades de derrota en el chavismo ante los conflictos internos cada vez más evidentes «se trata de exprimir al máximo la imagen de Chávez como símbolo para tratar de producir un efecto electoral en sus dos grandes bloques, el voto duro, permeable a la crisis del país, y el voto blando, que le gustaba Chávez pero no el PSUV, y se ve ante la situación de que están gobernando aquellos por los que nunca hubieran votado».

 

«Al no estar el portaviones los conflictos se multiplican internamente ante la ausencia de la mano de hierro que los mantenía unidos por la fuerza de su autoridad, y entonces los grupos se desatan en función de ver quien interpreta mejor el legado de Chávez, hay una lucha allí entre los que se consideran más puristas que los demás. El presidente Maduro no ha podido cohesionar esas fuerzas «, agrega Salamanca al destacar que esas riñas pueden repercutir negativamente en la votación del 8D.

 

El profesor universitario señala que también hay que considerar «el papel de los resentidos». Indica que hay alcaldes del PSUV que no fueron ratificados para estos comicios y que no se sentirán motivados para trabajar por la campaña o, incluso, que trabajen en contra para tratar de demostrar que él fue el que debió estar ahí para repetir, y ese es un efecto que se puede producir en diversas alcaldías», dice Salamanca.

 

«El PSUV, que es el partido más importante, se viene desinflando y esas rencillas internas van a profundizar la pérdida de votos en los comicios del 8D», finaliza Salamanca al referirse a elementos como la tendencia histórica en la caída del voto chavista, la falta liderazgo en la revolución y las divisiones que «provocan oposiciones internas en el mismo chavismo».

 

Fuente: El Universal

Comparte esta noticia:

Contáctanos

Envíe sus comentarios, informaciones, preguntas, dudas y síguenos en nuestras redes sociales

Publicidad

Si desea obtener información acerca de
cómo publicar con nosotros puedes Escríbirnos

Nuestro Boletín de noticias

Suscríbase a nuestro boletín y le enviaremos por correo electrónico las últimas publicaciones.