La tragedia se convierte en agenda política. Casi dos semanas han transcurrido desde los asesinatos del diputado oficialista Robert Serra y su compañera María Herrera, y aunque poco se sabe de las investigaciones policiales, los señalamientos, el discurso violento y las hipótesis de “ataques políticos” han surgido por parte de las principales autoridades del Ejecutivo venezolano.
“Macabra encomienda”, “días peligrosos”, “paramilitarismo”, “violencia fascista” e incluso “guerra civil”, son algunas de las palabras utilizadas por voceros del Gobierno de Nicolás Maduro para referirse al caso Serra. A juicio de Jesús Castillo Molleda, politólogo, el Gobierno busca reforzar la solidaridad del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) hacia sus dirigentes.
“Por primera vez dentro del PSUV ocurre algo muy fuerte que también afecta a la juventud del partido, la cual es muy importante en estos momentos políticos. Lo ocurrido, el Gobierno lo utiliza de dos maneras, primero, hacia la defensa de los líderes de la revolución y la otra para fortalecer un sentimiento de solidaridad a lo interno de las filas de partido, que bastante falta que les hace en estos momentos”.
El especialista resalta que de confirmarse la hipótesis de un homicidio político, el principal beneficiado sería el Ejecutivo. “No cabe la menor duda que le van (el Gobierno) a sacar toda la punta política posible al caso Serra, porque eso reforzaría el mensaje de que la ‘oposición quiere acabar con la revolución’; esto generaría rechazo no solo del chavismo, sino incluso de la misma oposición”.
Para Mariana Bacalao, analista político y profesora universitaria, la postura asumida por el oficialismo, deja al descubierto la intención de deformar una tragedia personal y llevarla al plano político. A juicio de la experta, el uso de un “lenguaje de odio” busca generar confrontación.
“Quizás lo más grave es ese interés de las autoridades del Ejecutivo nacional por profundizar las heridas, utilizando un discurso que incita al odio, enfrentando a unos con otros, haciendo casi imposible reencontrarse en eso que ellos mismos llaman paz nacional. Pero eso no es lo que quieren los venezolanos”.
Molleda agrega que el riesgo de una implosión social por el tema país, sigue latente para el Ejecutivo, “más aún con un escenario económico en el que a medida que se acerca la época decembrina se perfila más complicado, entonces para el gobierno es muy oportuno que en este momento apele al miedo hablando de guerra civil, de grupo irregulares y violentos”.
Lluvia de señalamientos
• El presidente Nicolás Maduro señaló a Álvaro Uribe Vélez, ex presidente de Colombia, de ser el autor intelectual del diputado Serra. Llamó a la oposición venezolana política a una “gran rectificación” en sus posturas ante el paramilitarismo.
• Elías Jaua, vicepresidente del Gobierno para el Desarrollo Territorial, aseguró que la muerte del parlamentario es producto de “la violencia fascista en su afán de provocar la guerra civil”.
• El diputado oficialista Freddy Bernal pidió a la Fiscalía una investigación contra el legislador opositor Carlos Berrizbeitia, quien en una sesión de la Asamblea Nacional dijo que la bancada oficialista “tiene los días contados”, al referirse a las elecciones del próximo año.
La Verdad/ Verónica Albarrán