El presidente Barack Obama lleva este viernes un mensaje de pesar y consuelo a las familias de las víctimas de la matanza en una universidad de Roseburg, Oregón, pero no todos en esta región conservadora ven la visita del presidente con simpatía.
Según la Casa Blanca, Obama se va a enfocar en hablar con las familias de los ocho estudiantes y un maestro que murieron en la matanza y va a dejar para otro momento y lugar su mensaje sobre el control de armas, que no es popular en esta región del país.
No obstante, un grupo de ciudadanos que ven intenciones de sacar provecho político a la visita, planea recibir al presidente con manifestaciones de protesta.
Y es que la población en el condado Douglas, donde se ubica la Universidad Comunitaria Umpqua, está acostumbrada a las armas de fuego: para la cacería, para el tiro al blanco y para protegerse.
El pensamiento generalizado en el área es que la solución a las matanzas es que haya más gente con armas, no menos.
Incluso el pastor de la iglesia evangélica Garden Valley, Cragi Schlesinger, cuestionó “el hecho de que la universidad no permitiera la presencia de guardias armados en el campus» porque «no hubo nadie que pudiera parar a este hombre”.
Horas después de conocerse la matanza, el presidente Obama, visiblemente molesto, dijo que los pensamientos y las oraciones ya no son suficiente y que la nación necesita cambiar sus leyes sobre el control de armas.
Pero al referirse a las protestas planeadas para recibir al presidente, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest dijo que los manifestantes no tienen nada que temer.
“El hecho es que el presidente ha dejado claro que la meta de su visita es pasar un tiempo con las familias de los que han sido profundamente afectados por esta terrible tragedia”, subrayó Earnest.
La reunión con las familias, a diferencia de otras matanzas, será privada.
Fuente: Voa Noticias