Italia registró 5.372 casos de coronavirus en las últimas veinticuatro horas, una cifra que no se producía desde el mes de marzo, en los peores momentos de la crisis, según los datos divulgados hoy por el Ministerio de Sanidad.
Este aumento supone más del doble de las infecciones detectadas hace solo una semana (2.499 el 2 de octubre) y confirma la tendencia al alza de los últimos días.
Pero por otro lado en la actualidad también se hacen muchas más pruebas diagnósticas que en el mes de marzo y que hace unas semanas y hoy se practicaron unas 129.500, un récord, lo que permite hallar más positivos.
En total en el país se han contagiado 343.770 personas desde que se desató la crisis, el 21 de febrero, con los primeros casos autóctonos.
Los muertos fueron 28 en el último día, en línea con las cifras de estos días, lo que eleva el balance provisional a las 36.111 víctimas mortales.
Aunque la mayor parte de los enfermos con la COVID-19 permanece aislada en sus domicilios con síntomas leves o sin ellos, crece el número de hospitalizados, que ya superan los 4.000 (190 más desde ayer), y también de aquellos pacientes que requieren cuidados intensivos (387 en todo el país, 29 más que el jueves).
Las regiones más afectadas por la pandemia en Italia siguen siendo Lombardía, Véneto y Emilia Romagna (norte), si bien crecen los casos en otras del sur como Lacio, cuya capital es Roma, o Campania, cuya capital es Nápoles.
En el Lacio ya se han endurecido las medidas de seguridad en la provincia de Latina, muy próxima a Roma, y por ejemplo se prohíben las fiestas y reuniones con más de seis personas.
Por su parte el presidente de Campania, Vincenzo De Luca, ha amenazado con confinar la región si continúa esta tendencia y se pierde el equilibrio entre nuevos contagios y dados de alta.
El asesor del ministerio de Sanidad italiano para las cuestiones relativas a la pandemia, Walter Ricciardi, adelantó que se están pensando nuevas medidas anticontagio ante el aumento de los casos en los últimas semanas.
Los medios creen que se podría aplicar un posible toque de queda para los restaurante y locales, así como reducir el número de personas que pueden asistir a fiestas privadas.
El Gobierno italiano ha obligado a llevar la mascarilla en todo el país también en espacios abiertos. EFE