Al menos nueve personas han muerto en Egipto y otras varias docenas han resultado heridas en varios disturbios callejeros que han tenido lugar durante las últimas 24 horas en la provincia de Qaliubiya y en el centro de El Cairo. La nueva ola de violencia llega después de varios días de relativa calma en la que los simpatizantes del presidente depuesto, Mohamed Morsi, realizaron manifestaciones diarias para pedir su restitución como máxima autoridad del país.
Seis de las víctimas perdieron la vida en la madrugada del martes cerca de la Universidad de El Cairo, que es junto a la mezquita de Rabá al Audawiya el centro neurálgico de las protestas a favor de Morsi. En ambos lugares, se han levantado docenas de tiendas de campaña, y centenares de militantes islamistas han ocupado ambas zonas, mientras que los detractores del ex rais se encuentran concentrados en la plaza Tahrir.
Según la prensa local, los disturbios se iniciaron cuando una manifestación pro-Morsi transitaba por el barrio de Giza y se dirigía hacia la Universidad de El Cairo. Los manifestantes fueron atacados por presuntos detractores del rais depuesto, y al responder estos, se desató una batalla campal en la que se utilizaron pistolas de balines y también munición real. De hecho, un comunicado del ministerio de Sanidad apunta que algunas víctimas murieron por impacto de bala.
Unas horas antes, durante la tarde del lunes, también se produjeron incidentes violentos en la provincia de Qaliubiya y en los alrededores de la plaza Tahrir, que se saldaron con la muerte de tres personas y más de 30 heridos. En el centro de El Cairo, los altercados comenzaron cuando una marcha de simpatizantes islamistas se acercaba a la embajada de EEUU, situado a menos de 200 metros de la plaza Tahrir. Ante el choque entre activistas de ambos bandos, las fuerzas de seguridad intervinieron para dispersar a los partidarios del rais depuesto, que pertenece al histórico movimiento islamista de los Hermanos Musulmanes.
Mohamed al Baradei, el nuevo vice presidente del país, ha sido el primer dirigente en reaccionar a los incidentes. Através de un mensaje en su cuenta de twitter, el premio Nobel de la Paz ha llamado a la reconciliación nacional como única forma de detener el estallido de violencia. “La justicia transicional y la reconciliación nacional basados en la inclusividad son la única opción. Cuanto antes nos demos cuenta, más vidas se salvarán”, reza su texto.
Egipto vive sumida en una enorme inestabilidad desde finales del mes de junio, cuando se iniciaron las movilizaciones populares para derribar al rais Morsi. El tres de julio, las Fuerzas Armadas derrocaron al presidente, suspendieron la Constitución, y anunciaron una hoja de ruta para una nueva transición, la segunda después de la revolución que hizo caer a Hosni Mubarak en febrero del 2011.
Se calcula que en el último mes y medio han perdido la vida aproximadamente 150 personas en enfrentamientos callejeros, la mayoría después del golpe de Estado militar. Aproximadamente, otras 40 personas han muerto en la provincia del Sinaí, donde se ha registrado una intensa campaña de atentados contra las fuerzas de seguridad por parte de organizaciones yihadistas. El norte del Sinai se ha convertido en una especie de santuario para estos grupos extremistas después de la revolució, y como consecuencia del vacío de seguridad que provocó el colapso de la policía.
Fuente: http://internacional.elpais.com/