La ciudad es famosa por sus rascacielos, sus puentes, el Central Park, la Estatua de la Libertad… y también por sus tiendas de dulces.
Dylan’s Candy Bar
Un megastore dulce creado por Dylan Lauren, hija del diseñador Ralph Lauren, e inspirado en la película «Charly y la fábrica de chocolate». Son 1.400 metros cuadrados en tres pisos repletos de dulces, caramelos, chocolates y todo lo que imagine, con más de 4.000 items. Dicen que es la tienda dulce preferida por las celebridades (Madonna o Janet Jackson, entre otras). Su vidriera adapta la decoración a las películas del momento, y la tienda también ofrece ropa: remeras, gorras, pijamas o almohadas con forma de chocolate. También hay, junto con “cosméticos comestibles” y joyería para grandes y chicos, un bar y una cafetería. Abrió en 2001, y tuvo tanto éxito que pronto se expandió a Union Square, Long Island y otras ciudades de los Estados Unidos. La original está en la esquina de 3a Avenida y calle 60.
M&M’S World Candy Store
Es una de las tiendas más famosas, no sólo porque la marca está en todo el mundo sino porque se ubica en pleno Times Square, que hierve de gente las 24 horas. Da la bienvenida un M&M gigante desde una gran pantalla en la fachada. Con 2.200 metros cuadrados en tres pisos, es como un “templo” para los amantes de la marca, con millones de bolitas de colores diferentes, una estatua de la mascota verde de M&M vestida como la Estatua de la Libertad, un área para niños fanáticos de las carreras de NASCAR, remeras, tazas, dispensers y decenas de productos de merchandising, además de un «escaner» de clientes que les dice qué color de M&M le corresponde. En el 1600 de la avenida Broadway.
Hershey´s Chocolate World
Desde la tienda anterior apenas tiene que cruzar a la vereda de enfrente para zambullirse en otro imperio del azúcar, aunque en este caso de chocolates. Además de ser recibido con un chocolate de regalo al ingresar, en el Hershey´s Chocolate World puede encontrar toda la enorme variedad de chocolates de la marca, en todas sus presentaciones, y a precios bastante atractivos.
También puede llevarse un envoltorio personalizado de la famosa barra de chocolate, o crear una mezcla propia de sus favoritos. En el 1593 de Broadway Av.
Economy Candy
Puede que por fuera no le llame la atención por su toldo rojo que pasa un tanto desapercibido en el desordenado colorido del vecino Chinatown, pero dentro es otra cosa: golosinas del techo al piso, de chupetines a caramelos, chocolates, chicles o lo que busque. Es increíble que en poco más de 60 metros cuadrados pueda caber tanto sabor. Y el gran encanto del lugar son sus golosinas “vintage”, especiales para nostálgicos, con esos packagings que hacen suspirar a los que cuentan algunos años, y de distintos países, muy difíciles de encontrar en otros lugares. Bombones belgas o caramelos japoneses de té verde suman exotismo a un dulcerío imperdible. En 108 Rivington St.
IT´S Sugar Candy Store
Seis tiendas en Manhattan, dos Brooklyn y otra en Queens hacen de It’s una cadena de dulzura. La más céntrica está en el museo Madame Tussauds, en pleno Times Square, pero todas tienen esos caramelos de formas y colores tan originales, como los pollitos o las “gomitas” gigantes, como esos osos que le llevaría meses saborear. Porque las versiones “extralarge” son una especialidad de It’s. También hay camisetas, almohadas, libretas, cartucheras o lapiceras de distintas marcas golosas.
Sockerbit
En el corazón de Greenwich Village, este “terrón de azúcar” (eso significa el nombre) destaca por su impoluto interior blanco decorado por un arcoiris de coloridos dulces, aunque la variedad es mucho menor que en otros: unos 150. La gran especialidad, sin embargo, es una: las tradicionales smågodis (que significa “dulces” en sueco, y es que la marca es originaria de Suecia). De ese país también llegan a la tienda helados de sabores como arándano rojo y limón, o el más americano de malvaviscos. En el 89 de Christopher St.
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Sugar Shop
Cuando cruce el famoso Puente de Brooklyn para recorrer Brooklyn Heights, no cometa el error de no continuar unas cuadras más hasta el barrio de Cobble Hill para llegar a esta tienda elegante, de espíritu vintage y familiar. Una impecable exhibición en un negocio totalmente blanco hace que sus cientos de productos luzcan perfectos, desde las tabletas de chocolate retro a los originales caramelos de agua salada. 254 Baltic St., Brooklyn.
Papabubble
La dejamos para el final porque su tienda tradicional, en 380 Broome St. cerró, pero promete una nueva en breve, por lo que habrá que estar atento a la web para saber dónde ir a conseguir su gran especialidad: los caramelos artesanales, verdaderas obras de arte para sus fanáticos. Cuando reabra, podrá ver a los artesanos trabajando en vivo y hasta pedir caramelos personalizados, que podrá llevar en envases de vidrio. Tal como sucede en varios países, porque aunque Papabubble nació en Barcelona en 2004 buscando “recuperar la magia de los auténticos caramelos artesanales”, pronto se expandió a Amsterdam, Tokio, Beijing, San Pablo y, claro, Nueva York.
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