Los masajes eróticos tienen una de sus versiones más calientes en la masturbación a un hombre con los pies. Hacerlo no sólo relaja o excita, dependiendo de cada persona o circunstancia, sino que tiene un tremendo potencial para disfrutar de una relación sexual de un modo distinto.
En efecto, la estimulación de las zonas erógenas con las manos puede sustituirse por otras zonas del cuerpo, como la boca, los senos y hasta los pies, provocando al mismo tiempo placer para la mujer.
Aunque nos pueda parecer extraño, en realidad los pies se sirven perfectamente para mover el prepucio y conseguir el mismo efecto que con las manos. ¿Pero, por qué hacerlo? Se trata de una posibilidad más, que podemos utilizar con la intención de probar cosas nuevas, simplemente o, por ejemplo, para poder disfrutar de los pies sin necesidad de ser fetichistas.
Rozar los genitales masculinos con uno o dos pies, en sí mismo, resulta agradable como caricia erótica. También existe la posibilidad de ponernos crema en los pies para que resbalen con más facilidad. Una vez embadurnados, basta con rodear el pene erecto con ambos dedos gordos y realizar un movimiento ascendente y descendente para realizar la masturbación.
Cómo se hace
La idea es hacer movimientos como si fuera la mano, no solamente de arriba a abajo, sino también en todos los sentidos si así lo deseamos. Hay que emplear ambos pies a la vez, o sólo uno en ocasiones, alternándolos a placer, siempre suavemente, jugando con el miembro de forma rítmica para que el placer vaya en aumento. Eso sí, hay que tener cuidado con la presión que se ejerce, evitando los movimientos bruscos.
Algunos amantes fetichistas disfrutan con caricias sobre el pene desnudo realizadas con los pies calzados, bien con botas, zapatos de tacón, etc., con cuya punta se roza el pene, si bien podría ser poco higiénico. Por lo demás, es una opción sexual más, totalmente personal.
Fuente: Sexólogos.net