Las parejas altamente individualizadas pueden ver su independencia y sus experiencias separadas como una fortaleza. La práctica de celebrar una luna de miel por separado es reciente y se debe a los cambios culturales que se han desarrollado con respecto a tener una pareja. Hoy en día aún pesa mucho la carga social y los enamorados siguen apegándose perdiendo su individualismo, pero hay un porcentaje que sí lo disfruta.
Aunque pocos, hay parejas a las que sí les gusta viajar por separado para no pasar todo el tiempo juntos, y les anhela regresar a contar las experiencia que vivieron a su pareja.
La independencia e individualidad como fortaleza
Irene, por ejemplo, voló a Canadá en 2016 mientras su esposo la pasó en Francia, según informa el New York Times. Sin embargo, hay un asunto que llama la atención de los terapeutas de pareja, y es que la mujer también mencionó que en ese momento «ninguno de los dos quería estar donde estaba el otro».
«Nosotros regresamos a Dublín llenos de historias, charlando de nuestros viajes y realmente encantados de volvernos a ver para compartir los recuerdos: fue la perfecta luna de miel imperfecta». Irene O’Brien, 37 años.
En este caso, la idea de viajar solos ya no es gratificante y valiosa, está más enfocada a la obsesión por el trabajo y se debe tener cuidado. Por otra parte, si no es así, las parejas altamente individualizadas pueden ver su independencia y sus experiencias separadas como una fortaleza en su relación, explica Lisa Marie Bobby, directora clínica de un centro de asesoramiento psicológico EU.