Angustia y desesperanza se refleja en el rostro de los pacientes con posibles fiebres chikungunya o dengue, cuando llegan a los centros de salud y se dan cuenta que hay un considerable número de personas afectadas por la misma enfermedad, por lo que no pueden ser atendidos con la premura que esperan.
Para quienes tienen una fiebre a millón y dolores en la mayoría de las articulaciones, les resulta cuesta arriba tener que esperar más de una hora para ser atendidos, pero no les queda otra opción que aceptarlo.
La situación no es distinta en centros médicos privados como en la red pública ambulatoria, porque los casos de posible chikungunya abundan en distintas zonas del estado. Las recomendaciones médicas son las mismas, acetaminofén, reposo, vitaminas y mucho líquido, con el agravante de que algunos de estos medicamentos no se consiguen en las farmacias.
BEATRIZ ROJAS/Z.D.A.M