El doctor Daniel Slobodianik ha visto casi de todo en su consultorio. Este médico cirujano ha operado a 30 pacientes en lo que va de año por complicaciones tras el uso de biopolímeros.
A su práctica profesional han llegado mujeres y hombres afectados por inyecciones de «aceites para bebés y silicona de ferretería usada para sellar ventanas».
Apunta que, en la mayor parte de los casos, los pacientes fueron atendidos por esteticistas y cosmetólogos y «algunos» médicos en consultorios y clínicas poco confiables. Las consecuencias son devastadoras: glúteos ennegrecidos a causa de la necrosis, inflamaciones grotescas, heridas abiertas, bultos y otras lesiones.
Slobodianik ha desarrollado un procedimiento experimental de cirugía abierta, que aún no aparece en libros de medicina, pero que permite retirar algunas cantidades de la sustancia. El método permite realizar la extracción de la mayor parte de la sustancia de glúteos y espalda «para que el paciente pueda tener mejor calidad de vida».
La operación consiste en hacer una larga incisión que cruza de izquierda a derecha la parte baja de la espalda, justo arriba de los glúteos. Se coloca un instrumento similar a un cepillo metálico que permite romper las pequeñas cápsulas endurecidas -como metras- en las que el cuerpo transforma el líquido viscoso. Después se lava y se limpia el área. En ocasiones también es necesario cortar y retirar parte del tejido afectado.
«En el mejor de los casos se logra retirar el 75% de los biopolímeros. Pero no hay tratamiento para curar definitivamente los daños. El grado de éxito depende del tipo de paciente, la cantidad de sustancia y el tejido que se encuentre alrededor de esta», explica este especialista que añade que la espalda es el área por excelencia a donde migra la sustancia.
100% de los pacientes corre el riesgo de padecer complicaciones y enfermedades, asegura. El tiempo en el que aparecen los síntomas varía y, aunque los primeros tres años son cruciales, ninguna está a salvo.
Contraindicado. Las afecciones por el uso de biopolímeros pueden incluso llevar a la muerte. Algunos medicamentos y tratamientos paliativos están contraindicados, afirma Slobodianik.
«Los tratamientos con láser, la carboxiterapia, los masajes y ultrasonido no ayudan y lo que hacen es empeorar la situación. La extracción a través de cánulas usadas para liposucción lo que hacen es regar más la sustancia porque utilizan el calor», explica.
Jesús Pereira, presidente de la Sociedad Venezolana de Cirugía, afirmó esta semana a ÚN que hay «pautas de tratamiento», las cuales dijo cambiaban de acuerdo al paciente.
Pereira considera que no es recomendable la extracción de biopolímeros «a menos que el producto se salga» a través de una fístula: «Es igual de peligroso cuando se colocan (los biopolímeros) que cuando se retiran». Hay etapas en las que aparecen zonas oscuras, mientras otros pacientes exhiben enrojecimiento, afirma.
Pereira expone que, en el peor de los casos, la sustancia empieza a brotar por orificios múltiples: «Es aquí cuando los pacientes están más propensos a contraer infecciones severas». En estos casos se debe retirar todo el tejido afectado y los pacientes pueden quedar mutilados. «Siempre van a quedar secuelas. Esto es un problema de salud pública», sentenció.
Fuente: ÚN