Un portavoz gubernamental asegura que las rehenes serán liberadas el próximo lunes en Chad, pero los insurgentes islamistas aún no lo han confirmado
Seis meses y millares de muertes después, el pequeño pueblo de Chibokcomienza a despertar de su pesadilla. El Ejército de Nigeria ha confirmado este viernes un acuerdo de alto el fuego con la milicia islamista de Boko Haram, así como la próxima liberación de más de 200 niñas que mantenía en su poder. Precisamente, esta semana se cumplían seis meses del secuestro de las jóvenes, raptadas el pasado 14 de abril de una escuela de Chibok, al noreste del país africano.
«Se ha cerrado un acuerdo de alto el fuego entre el Gobierno federal de Nigeria y Jama’atu Ahlis Sunna Lidda’awati wal-Jihad [Grupo para la Predicación y la Yihad, más conocido como Boko Haram]», aseguraba el jefe del Estado mayor del ejército nigeriano, Alex Badeh. Un acuerdo que fue confirmado por el primer secretario de la Presidencia, Hassan Tukur. Sin embargo, ésta no sería la primera vez que las relaciones públicas (o el exceso de celo por comunicar acuerdos todavía no cerrados) ponen en un brete al Gobierno de Abuya.
A finales de septiembre, el portavoz de Defensa nigeriano, Chris Olukolade, aseguraba que un terrorista identificado con el nombre de guerra de Mohammed Bashir, y quien ejercía de «doble» de Abubakar Shekau, líder de Boko Haram, había fallecido durante un enfrentamiento con las fuerzas armadas. De igual modo, el responsable del Ejército nigeriano confirmaba la muerte de Shekau tiempo atrás. Sin embargo, evitó detallar cuándo se produjo el deceso del «excéntrico líder de Boko Haram».
Pese a ello, tan solo una semana después de que el Ejército nigeriano anunciara su muerte, el yihadista reaparecía en un vídeo propagandístico para desmentir su deceso. «Aquí estoy, vivo. Solo moriré cuando Alá tome mi aliento», reconocía Shekau en la grabación distribuida por la milicia islamista, donde asevera que la facción rebelde ha establecido un «califato» en las ciudades bajo su control.
Desde que comenzara la mediática campaña por la liberación de las jóvenes de Chibok (el lema «Bring back our girls» parece ya un simple recuerdo), tan solo cuatro de las jóvenes secuestradas han logrado huir de sus captores. Y este hecho es clave: huyeron, no fueron rescatadas por las Fuerzas Armadas del país africano.
La mano negra
Ya en noviembre de 2012, el grupo armado había establecido sus primeras demandas para iniciar conversaciones de paz con el Ejecutivo y poner así fin a una sangría humana que, entonces, amenazaba la estabilidad del país africano. Entre las principales reclamaciones del grupo rebelde se encontraba que ambas partes se trasladaran a Arabia Saudí para desarrollar el armisticio, que el exmandatario Muhammadu Buhari se involucrara en el proceso, así como la detención inmediata de Ali Modu Sheriff, exgobernador local (y acusado de ser la mano negra detrás del grupo en sus comienzos).
De igual modo, a mediados del pasado año, Boko Haram rechazó la idea de una amnistía contra sus miembros por parte del Gobierno de Nigeria, a quien acusó de cometer «atrocidades» contra la comunidad musulmana. En aquel entonces, el presidente, Goodluck Jonathan (quien se enfrenta a elecciones generales el próximo mes de febrero), apostó por la creación de un equipo de expertos para valorar la viabilidad de un perdón público al grupo islamista. No obstante, y a pesar de los miles de muertos ocasionados por los rebeldes, la milicia prefirió optar por el victimismo.
«Sorprendentemente, el Gobierno nigeriano habla de otorgarnos una amnistía. ¿Qué mal hemos hecho? Por el contrario, somos nosotros los que deberíamos dar el perdón», aseguró entonces en un comunicado Abubakar Shekau, el enigmático líder de la milicia.
Fuente: ABC.es
EDUARDO S. MOLANO / CORRESPONSAL EN ACCRA