Johan Santana ha tenido que sortear numerosos obstáculos a lo largo de su carrera, pero su tenacidad, determinación y constancia siempre han sido más fuertes y le han permitido triunfar. Anoche, el serpentinero mostró una vez más de qué está hecho al lograr uno de sus objetivos: regresar al beisbol profesional.
Con una recta que llegó a rozar las 90 millas por hora, Santana lanzó dos innings perfectos por los Navegantes del Magallanes en lo que fue su primer juego oficial desde el 17 de agosto de 2012, cuando participó en su último partido con el uniforme de los Mets de Nueva York. No sin antes agregar un poco de drama en su regreso a los terrenos.
Pocos minutos después de que «El Gocho» saliera al terreno a calentar su brazo en el bullpen de la izquierda del estadio José Bernardo Pérez, la lluvia apareció y puso en vilo a los 13.423 aficionados que se dieron cita en el coso de la avenida Michelena.
El terreno estaba lleno de agua y la posibilidad que se cancelara la presentación del zurdo estaba latente.
Tres horas más tarde, a las 10:20 pm, la emoción se desató en las tribunas.
Al ritmo de la canción Venezuela, Santana trotó hacia el montículo junto al resto de sus compañeros de la nave y luego de hacer los pitcheos de preparación soltó un strike ante Yangervis Solarte para iniciar el encuentro en medio de la algarabía de la afición.
Diecisiete pitcheos fueron suficientes para que Santana retirara a los seis bateadores de los Tigres de Aragua a los que se enfrentó. Y, aunque no pudo mantenerse por mayor tiempo en el juego debido a la cantidad de lanzamientos que hizo entre los calentamientos y los dos episodios, el zurdo mostró control total de la situación.
«Todos debemos sentirnos satisfechos con la actuación de Johan», dijo su padre, Jesús Santana. «Si no llovía lo hubiéramos visto lanzar más fuerte y cómodo. Pero será en la próxima apertura».
Santana sin dudas cumplió y el Magallanes lo premió con una victoria 10-2.
Johan está de vuelta.
Foto: AVS Photo Report.
Fuente: El Universal