No hay que extrañarse por el hecho de que el jefe del régimen se desdiga. A principios de año aseguró que 2021 sería el año de la digitalización de la economía, aprovechando 70% de las transacciones que se hicieron de manera electrónica en 2020. Lo dijo como que si el asunto hubiera sido parte de una política de Estado y no de su ineficiencia para controlar la hiperinflación que se ha tragado la moneda nacional.
Ahora salen con el lanzamiento de tres nuevos billetes con los que no se compra ni un paquete de harina de maíz precocido. ¿De dónde los sacaron? Porque lo más seguro es que hayan costado mucho más de lo que representan. Son más o menos como del juego de Monopolio, porque se sabe que el Banco Central lo que hace es inyectar dinero inorgánico a la economía. No tiene respaldo alguno, mucho menos si el oro lo van sacando del país a pedacitos.
Este lanzamiento de nuevos billetes debería ir acompañado de otras medidas, pues es mínima la porción de la población que en realidad usa los bolívares, sobre todo tomando en cuenta que los bancos solo dan 400.000 diarios, que a veces no alcanzan ni para el pasaje urbano. Si a eso le sumamos las semanas de cuarentena radical y que los cajeros automáticos no funcionan, ¿para qué hacer un anuncio de este tipo?
Los nuevos billetes no vienen a solucionar ningún problema. La economía venezolana sigue viviendo la peor de las distorsiones del planeta. Hay personas que tienen por lo menos tres años sin ver un bolívar y todos saben que está muerto. Lo que se anunciaba como una necesaria reconversión monetaria para este año quedó, como siempre, en veremos. Y es lo mejor, pues el equipo económico del régimen es incapaz de aplicar medidas coherentes para tratar de mejorar la realidad.
De todas maneras, el venezolano con su viveza ya le quitó tres ceros a la moneda. Primero, los comerciantes informan los precios en dólares, y si por casualidad el cliente le pregunta el monto en bolívares, hablan de miles, nunca de millones. Ya se sabe que el bolívar nada compra y nada vale.
Por lo pronto, con un billete de cada uno de los nuevos no se compra un dólar y pasarán a ser los fantasmas de la moneda nacional.
Editorial de El Nacional
