Mientras la afición coreaba ‘Messi, Messi’, Neymar cazó en el área un balón servido por Luis Suárez y se inventó probablemente su mejor jugada desde que fichó por el Barcelona. En un periquete, le puso un sombrero de espaldas a Costa, quien venía de cometer el penalti previo al 2-0, y alojó la pelota, sin dejarla botar, en el palo largo de Aréola, cuya actuación fue notable a pesar del abultado marcador que encajó en el Camp Nou.
Tras el alarido ante semejante obra de arte, el público culé sacó algún pañuelo blanco y pasó del ‘Messi, Messi’ al ‘Neymar, Neymar’. Sin duda, fue un premio merecido para el genio de Mogi das Cruzes, que ayer volvió a demostrar su gran poder de decisión en ausencia del 10, al que por otra parte nunca va a discutir. De hecho, sólo intenta que su baja por lesión, que ya lleva casi un mes y medio de vigencia, se note lo menos posible. Y eso, para el Barça, es una joya.
Pero no sólo del talento de Neymar bebe el Barça a falta de su mejor futbolista. Si bien el atacante brasileño se ha situado Pichichi de la Liga durante la baja de Messi (11 tantos tras 11 jornadas), sus números goleadores generan poca envidia en Luis Suárez, líder de la plantilla en minutos disputados y segundo clasificado en el apartado goleador con nueve goles en Liga. Ambos artilleros echan de menos a su amigo Leo, líder del tridente más prolífico de la historia del fútbol, aunque a la vez han aprovechado dicha circunstancia para afinar un dueto que llegará al Clásico dispuesto a dar rienda suelta a toda su complicidad. Se dice rápido, pero entre uno y otro han marcado 20 de los 23 goles que lleva el Barça desde que cayó Messi. En Liga, el duopolio es total: 16 de 16 en seis choques.
Neymar inauguró y cerró la cuenta del Barça contra el Villarreal, mientras que Suárez aportó su primer tanto desde los 11 metros con la camiseta culé. No es el charrúa un gran experto en tirar penaltis, pero ayer no dudó en aprovechar el regalo de Ney, que era quien venía lanzando las penas máximas. Minutos después, Luis, igualmente generoso, asistió al 11 en la jugada más bonita del partido. Con Messi bien atento en la grada, ambos entonaron un ‘Amigos para siempre’ mientras Munir y Sandro se hartaban de hacer desmarques para nada.
90 minutos pese a la amarilla
A colación, llamó la atención que Luis Enrique decidiera meter al canario en sustitución de El Haddadi con 2-0 en el marcador, ya que Clos Gómez había amonestado a Suárez y a Neymar. Sobre todo el brasileño corría riesgo de tarjeta roja, lo cual podía apartarle con vistas al Clásico. Por suerte para el espectador, se quedó para cerrar su particular show.
Fuente: Marca