Este fin de semana, los neoespartanos recorrieron varios locales comerciales en busca de los productos de la cesta básica que escasean. El domingo desde muy temprano comenzó la odisea de los insulares en el supermercado Unicasa, ubicado en la avenida Bolívar, donde se vendieron varios rubros.
Miguelina Guerra, residente del sector Playa Moreno, manifestó que llegó al centro comercial AB a las cinco de la mañana y hasta las ocho de la mañana no supo qué compraría. «La verdad es cuestión de suerte pues no sabía si venderían algo. Pero gracias a Dios compre café, arroz, harina de maíz, cloro y detergente».
Para la venta de estos productos se necesitó el apoyo de la Policía del estado Nueva Esparta pues la cantidad de personas que se presentó al supermercado colmó el estacionamiento posterior de ese centro comercial en el municipio Maneiro.
Para Lucila Angarita, de Costa Azul, la compra no fue tan placentera pues denunció que fue limitada, a pesar de la necesidad de muchos. «Compramos lo que a ellos les provocó vender. Estas colas que debemos hacer casi a diario no se nos van a olvidar al momento de votar. Necesitaba comprar leche, pero eso es más difícil de encontrar que el hijo de Lindbergh».
El resto de los supermercados en los municipios Mariño y Maneiro se mostraron más tranquilos. A pesar de esto, muchos usuarios reportaron que son varios los productos que no pudieron adquirir en su compra semanal.
Claudia Ríos, habitante de Pampatar, explicó que el único rubro escaso que logró comprar en el Central Madeirense fue un pote de mayonesa. «Al menos logré comprar mayonesa, porque hace unas semanas adquirí de una marca extraña en 150 bolívares».
A pesar de que en Farmatodo, también en la avenida Bolívar, no vendieron productos de aseo personal la mañana de ayer, un grupo de 30 personas se encontraba en su estacionamiento a la espera de alguna señal que los alertara de la venta.
Luisa López, residente de Villa Juana, municipio García, agregó que no consigue leche o harina de trigo para realizar los postres que comercializa para mantenerse. «Con el sueldo mínimo de la pensión no me compro ni mis medicinas. Yo vivo de mis tortas y sin harina de trigo no hay tortas ni ‘billuyos’. Esta situación con los alimentos se debe normalizar por el bien de todos los venezolanos».
Miriam Marcial, habitante de San Antonio, pidió a los políticos hacer una cola para comprar alimentos y así puedan sensibilizarse con el pueblo para buscar estabilizar la economía.
Mario Guillén Montero
SOL DE MARGARITA
