La decisión adoptada por el Consejo Nacional Electoral el viernes por la tarde, de no incluir el examen exhaustivo de los cuadernos de votación en la verificación ciudadana solicitada por Henrique Capriles, revela temor a mostrar la verdad, aumentará la debilidad institucional del gobierno de Nicolás Maduro y mellará la imagen del Poder Electoral.
Así lo sostienen Liliana Hernández, representante de la Mesa de la Unidad Democrática ante el CNE y directivo de Un Nuevo Tiempo; Roberto Enríquez, presidente de Copei y Henry Ramos Allup, secretario general de Acción Democrática.
“La medida revela miedo a que se descubra la verdad y un gran temor de que ese mito de que Venezuela tiene el mejor sistema electoral del mundo se caiga. Eso es lo que están protegiendo a cualquier costo”, advirtió Hernández. Ratificó que el siguiente paso será la impugnación ante el TSJ, acción cuyo alcance está siendo acordado por Capriles, el Comando Simón Bolívar y los partidos que lo apoyan y que será anunciada en los próximos días.
“En 2004, cuando Jorge Rodríguez era presidente del CNE, obligó a la oposición a ir a un reafirmazo porque tuvo una duda razonable sobre la veracidad de las firmas y se le concedió. Hoy nosotros no tenemos una duda razonable sino una duda fundamentada en más de 52.000 denuncias con videos, fotos y reportes de incidencias, de manera que tenemos el mismo derecho de revisar los cuadernos”, agregó Hernández.
Advirtió sobre el costo político de la decisión: “El CNE y el oficialismo, que son lo mismo, perderán credibilidad no sólo de los que votaron por Henrique sino quienes apoyaron a Maduro. Lo que han hecho es reforzar la duda sobre la legitimidad del resultado”.
Para la oposición, dijo, el costo será un aumento de la violencia contra sus dirigentes y el recrudecimiento de la persecución a Henrique Capriles. “Al final todo esto nos hace más fuertes y persistentes. Aumenta la convicción de que tenemos razón en nuestro reclamo”. Aclaró que en ningún caso ni la MUD ni Capriles harán llamados a la violencia de ningún tipo.
Sin violencia. Roberto Enríquez sostuvo que con su actuación el CNE le hace un pésimo servicio al fortalecimiento del Poder Electoral. “Se habla de fallecidos que aparecen como electores activos, de la duplicidad de los votos, de los multicedulados. Todas esas anomalías podrían aclararse con una revisión de los cuadernos”, afirmó.
Descartó hechos de violencia instigados por la oposición. “Es un autogol que le generará un gran daño al propio CNE y debilitará al gobierno de Maduro, pero no va a causar violencia de la oposición porque se ha demostrado que el camino es institucional. Sin embargo, como la pradera cuando se incendia, la decisión va a propagar la duda y la incertidumbre, no sólo entre la oposición, sino entre el chavismo”, vaticinó.
Henry Ramos Allup, por su parte, recomendó al oficialismo revisar en su entorno las reacciones a la actuación del Plan República, a los excesos con el voto asistido y a la propia negativa a mostrar los cuadernos. “Nada de esto favorece la legitimidad de Maduro. A los rectores les recomendaría que se preguntaran si su decisión goza de respaldo popular”, exhortó.
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