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Natalia Lafourcade puso de pie al Carnegie Hall y grabó un disco en vivo

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Natalia Lafourcade puso de pie al Carnegie Hall y grabó un disco en vivo

La cantante mexicana Natalia Lafourcade puso el jueves de pie al público del Carnegie Hall neoyorquino en varias ocasiones, en un concierto que representaba su vuelta a las tablas tras cuatro años y que le sirvió además para grabar un disco en directo.

 

 

 

 

Fue una noche mágica para Lafourcade, que estuvo acompañada por leyendas como el norteamericano David Byrne o la cubana Omara Portuondo, además de su amigo Jorge Drexler, y que le hizo darse cuenta del inmenso cariño que despierta en Nueva York: antes de cantar una sola nota, solo por salir al escenario, el público -que abarrotaba los 2.800 asientos del Carnegie Hall- ya se puso de pie y la recibió con un largo aplauso.

 

 

 

 

 

La primera parte del concierto estuvo dedicada a presentar su nuevo disco, De todas las flores, que salió este viernes y se trata de su primer disco de material propio desde hace siete años, después del exitoso Hasta la raíz, premiado en 2015 con un Grammy y que representó su salto a la popularidad en toda Latinoamérica.

 

 

 

 

 


Contó la artista -que permaneció sentada en esta primera parte- que tras aquel disco necesitaba retirarse a su natal Veracruz a dar «atención a mis jardines», pero entonces sobrevino la pandemia y eso la obligó a prolongar su retiro, hasta hacerla sentir «miedito», pero el hecho de crear sus propias canciones la había «ayudado a renacer».

 

 

 

 

 

Aunque el público estaba ganado casi de antemano, le costó conectar con temas de corte intimista -sin ecos mexicanos- que le son todavía desconocidos, pero cuando Lafourcade informó de que estaba grabándose un disco en directo, la sala se vino abajo.

 

 

 

 

 

Fue al final de esta presentación cuando la cantante invitó a salir al escenario a David Byrne, que a sus 70 años sigue siendo el epítome de la elegancia y que se marcó varios pasos de baile con ella al son del tema «Muerte».

 

 

 

 

 

 

Repertorio de raíces


La segunda parte del concierto fue un repaso de los grandes éxitos que Lafourcade, de 38 años de edad, ya suma tras ocho discos a sus espaldas, y la banda de doce personas que tocó con ella pasó a sonar mucho más latina, con mayor presencia de la percusión, las maracas o el acordeón.

 

 

 

 

 

 

También la cantante se había cambiado de ropa y llevaba una túnica verde pastel que le permitía moverse con mucha más agilidad en el escenario.

 

 

 

 

 

 

Ya cuando entonó «Lo que construimos» el público le demostró su devoción entonando la letra junto a ella, pero eso no era nada: cuando hizo su aparición la cubana Omara Portuondo (92 años) todos los espectadores volvieron a ponerse en pie y aplaudieron largos minutos, sobre todo después de que las dos cantantes interpretaran «Veinte años».

 

 

 

 

 

 

 

Luego hizo su entrada el uruguayo Jorge Drexler, amigo de Lafourcade, con quien cantó «Ya no vivo por vivir», de Juan Gabriel, y «Quiéreme como a mi me gusta», de nuevo con el público en pie y dando palmas.

 

 

 

 

 

 

 

En la recta final, Lafourcade cantó «Hasta la raíz» -con la que animó al público a cantar «para que quede grabado» y «En mi tierra veracruzana», donde consiguió poner a todos a dar palmas al ritmo del particular son jarocho de aquella tierra, y terminó el recital con «Y tú te vas», con el público fuera de sus asientos y agolpándose frente al escenario con la esperanza de dar la mano a su ídolo.

 

 

 

 

 

2001

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