El pasado domingo 19 de mayo falleció Gustavo Ramayo, estudiante de arquitectura en la Universidad Central de Venezuela (UCV) de 26 años, herido durante las manifestaciones de 2014 en contra del Gobierno Nacional.
Las manifestaciones de 2014, iniciadas con el movimiento llamado “la salida” dejaron un total de 42 muertos, de acuerdo con las cifras del Ministerio Público; además de 3.306 manifestantes detenidos y 973 heridos, entre los que estaba Gustavo Ramayo.
La inhalación de gases lacrimógenos, disparados por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y la Guardia Nacional, alteró de manera permanente la capacidad respiratoria de Ramayo, quien fue diagnosticado con el síndrome hepatopulmonar, una condición que se caracteriza por bajo nivel de oxígeno en la sangre, disnea e hipoxemia. Desde ese entonces el joven respiraba con la ayuda de una bombona artificial. Sin embargo, su enfermedad se complicó al mismo tiempo que se acentuaba la crisis económica en el país.
En abril de 2018 Ramayo inició una campaña en la plataforma Gofundme para recaudar fondos para realizarse una intervención quirúrgica. Durante las primeras semanas de mayo de este año, estuvo en terapia intensiva en la clínica La Floresta en Caracas y sus familiares solicitaron con urgencia donantes de sangre de cualquier tipo. Ramayo necesitaba una prótesis vascular a nivel de la vena aorta, a través de la arteria yugular.
El nombre de Gustavo Ramayo se suma al de los 265 venezolanos que han perdido la vida a manos de los cuerpos policiales y militares en contextos de protestas, según datos del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) y Provea.
El Carabobeño
