Laura Jiménez duró dos meses sin presentar su menstruación. La irregularidad en su ciclo era algo con lo que había aprendido a vivir desde niña. Catorce días después, la fatiga y un examen de laboratorio determinó su estado, tenía 10 semanas de embarazo. La escasez de anticonceptivos orales se ha convertido en un problema en Venezuela. Las fallas en la distribución, que afecta el 70 por ciento de los medicamentos que se expanden en el país, es una situación con el que ahora deben lidiar las mujeres.
Ya no hay muchas opciones, las marcas desaparecen drásticamente del mercado. Juliana Guerra, ginecóloga, explicó que su celular no deja de sonar. «Las pacientes me llaman desesperadas desde las farmacias porque no encuentran las pastillas que necesitan, ya yo no sé qué recetar». La preocupación ha llevado a las mujeres y hasta a las más jovencitas a elegir otros métodos que ayuden a reducir significativamente la posibilidad de la fecundación. Estas muchas veces se escapan de las posibilidades económicas de algunas pacientes.
Gasto mayor
Para Alejandra Hernández, una maestra de 28 años, las alternativas que le ofrece su médico representan un gasto mayor al que ella tiene pautado para cada mes. Su médico le propuso usar el Implanon. «Aunque a final de cuentas, si sumo la inversión mensual de las pastillas -que no encuentro- y lo comparo con cualquier dispositivo que al que puedo optar en mi consulta de rutina, vale la pena. Pero siempre he tomado pastillas, es lo que conozco, para mí es lo más cómodo».
Ángel Pulgar, especialista en obstetricia y ginecología, informó que tanto el Implanon como el anillo vaginal pueden adquirirse en las farmacias. «Con estos métodos no hay problema, están disponibles en el mercado». Aseguró que aunque el 90 por ciento de las mujeres en el mundo utilizan anticonceptivos orales, ya no es una opción en Venezuela. «Cuando una mujer le suministra la misma dosis al cuerpo durante dos o tres meses y luego la cambia, puede generar trastornos menstruales. Pero es importante que entiendan que cuando falla el método es por error de la paciente».
Métodos confiables
Ángel Pulgar, especialista en obstetricia y ginecología, compartió algunos de los métodos a los que han optado las marabinas en busca de la infertilidad. Estos son los que según el especialista se practican a diario en las consultas. Indicó que todos son confiables:
Implanon: Es una varilla plástica que se inserta de manera subcutánea en la cara interna del brazo de la mujer. El dispositivo libera de forma regular hormonas que inhiben la ovulación. Una de las ventajas es que es discreto, no tiene que inyectarse ni tomarse vía oral. Entre las contraindicaciones, puede provocar sangrado intermenstrual, es decir sangrado entre una menstruación y, en algunos casos, causar amenorrea (ausencia de la menstruación).
Nuvaring: Es la marca comercial del anillo que se coloca dentro de la vagina una vez al mes, en cuya superficie están a las hormonas que se van liberando de manera progresiva. Estas son las mismas que contienen las píldoras: Estrógeno y progestina. Su efectividad es de tres semanas, una vez se cumpla el período se retira, la mujer recibe el período menstrual y posteriormente vuelve a instalarse. Su costo varía entre 200 y 300 bolívares. No se debe utilizar si se sospecha de algún embarazo.
Mirena: Es la marca comercial de un dispositivo intrauterino que libera una hormona llamada levonorgestrel, que se encuentra en algunas pastillas anticonceptivas. Esta hormona se libera en pequeñas cantidades. Es insertado dentro de la cavidad uterina. Su tamaño es de 3,2 por 3,2 centímetros. Se debe cambiar entre tres y cinco años. Según los médicos tiene un costo de entre tres mil y cuatro mil bolívares.
Inyectados: Se utilizan por vía parental o intramuscular. Se inyecta la ampolla en el glúteo, una vez al mes.
Preservativos o condones: Aunque el producto también escasea de los anaqueles, los expertos aseguran que sigue siendo una alternativa para evitar embarazos no deseados mientras la mujer no encuentre las recetadas por su médico. Siempre y cuando sean bien utilizados y mientras lo tolere tanto el hombre como la mujer. «Cuando alguno de los dos deje de soportarlos, dejará de ser una opción. «Depende su uso es su efectividad, a algunas pacientes le produce irritación y a otras flujo», dijo Pulgar.
Por Andrea Terán / Maracaibo / noticias@laverdad.com
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