La progenitora de un hombre identificado como Rafael Martínez Agüero se mantenía con lágrimas en los ojos, al identificar el cadáver su hijo frente al Instituto de Medina Legal en Cúcuta, Colombia.
El venezolano apenas llegaba a los 25 años de edad y fue hallado con un tiro en la sien, en la zona fronteriza y que separa a Villa del Rosario de San Antonio del Táchira, justo el 23 de septiembre del año 2017, reseñó La Opinión.
Hasta el viernes de la semana pasada, el cuerpo no era identificado, pero hace unos días la madre ratificó su identidad, tras enterarse por la prensa del hallazgo.
“Era un joven de contextura gruesa, no era tan flaco como lo encontré o lo vi en las fotos”, explicó la señora, que no quiso identificarse.
Narró además que el 7 de diciembre su hijo empacó unas pocas pertenencias y ropa, para ir a emigar a Colombia. Destacó que “en primera instancia estaría en Cúcuta, donde laboraría vendiendo productos venezolanos para ahorrar dinero”.
No obstante, se conoció que el objetivo del joven era ir a Medellín o Bogotá, donde lo aguardaban unos amigos.
Desde primeros días de diciembre hasta el 23 de ese mes, madre e hijo sostuvieron llamadas constantes, en las cuales el sujeto dijo que su familia estaba “espléndidamente”.
Pero lo que dejó atónita a su criadora, es que el chico apareció flaco, con barba desalineada, vestía ropa deportiva y se presume, que fue cubierto con su misma camisa antes de ser asesinado.
Cabe destacar que, Martínez tenía tres hermanos, era papá de un hijo y esperaba otro. Además, la mujer detalló a los medios de aquel país que aspiraba a ser entrenador físico o profesor de deporte, tal como su tío, quien labora como árbitro profesional.
Finalmente parientes, allegados y amigos, expresaron que su homicidio pudo haber sido producto de una “equivocación” por confundirlo con uno de los miembros de los carteles de la cercanía.
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