La tenista hispano-venezolana Garbiñe Muguruza, uno de los focos de atención de Roland Garros tras eliminar a la gran favorita Serena Williams, afronta la reválida el martes en los cuartos ante la rusa Maria Sharapova, una tenista que ha sido una de sus referencias durante su carrera.
Aunque en su ‘presentación’ ante los medios tras vapulear a Serena en una hora y cuatro minutos dijo que su ídolo de niñez había sido la suiza Martina Hingis y que más tarde tomó como referente a su víctima de la segunda ronda, por razones físicas la estrella a la que más puede asemejarse su tenis es Sharapova.
La rusa de 27 años, que saltó a la fama a los 17 al ganar Wimbledon, mide 1,88 metros y pesa 59 kilos (guía de la WTA). La caraqueña, de 20 y que está viviendo su explosión internacional en el actual Roland Garros, mide 1,82 y pesa 73 kilos.
Estas condiciones las hacen dos jugadoras de ataque, con posiciones muy adelantadas y dispuestas a terminar los puntos lo antes posibles con tiros potentes y profundos. En su tenis no hay especulación y les cuesta defender en el fondo de la pista debido a su altura.
De hecho, Muguruza siempre se ha definido como una tenista de la escuela rusa, de la que Maria Sharapova es uno de sus principales exponentes, a pesar de haberse criado deportivamente en Estados Unidos.
«La he seguido mucho. Las dos somos altas con brazos largos por lo que he intentado parecerme un poco, ser agresiva y luchadora. Siempre te intentas fijar de las mejores para arañar cositas», dijo Muguruza el domingo tras eliminar a la francesa Pauline Parmentier en octavos de final.
Ante la tenista local Muguruza completó el círculo. Tras explotar ante Serena en la Suzanne Lenglen, bajó de los cielos para ganar en tercera ronda y en la pista 7 a una tenista de su generación, la eslovaca Anna Schmieldova, de 19 años y otra de las promesas del circuito, que había eliminado a la otra Williams, Venus.
Luego llegó en octavos su bautismo en la Philippe Chatrier, ante una francesa llegada de la calificación que contó con el apoyo de todos los aficionados. «Estaba nerviosa porque el público la iba a animar a ella y es lo más normal del mundo. Nunca había estado en la central y estaba impresionada, me sentía pequeñita», dijo Muguruza.
Superadas las dos pruebas, vuelve al punto de salida, enfrentarse a una de las grandes dominadoras del circuito, pero con una diferencia, vencer a Sharapova la sitúa en la pista directa hacia el título, a dos partidos de levantar el trofeo.
«Voy a jugar, yo no tengo nada que perder, todo que ganar, a aprovechar, ponerme delante y decirle que yo también la puedo ganar. Pero es una gran jugadora, será un partido muy peleado y complicado», dijo Muguruza, 35º en la clasificación de la WTA.
En el único enfrentamiento entre ambas, hace un año en Roma, la rusa impuso su experiencia ante la caraqueña.
Sharapova, por su parte, señaló tras eliminar con dificultades en octavos a la australiana Samantha Stosur en tres sets que hace dos años que escucha cosas buenas sobre Muguruza.
«Está jugando su mejor torneo de Grand Slam y tiene mucha confianza. Será un gran desafío para mí, pero me encantan este tipo de partidos», dijo sobre la tenista afincada en Barcelona.
Además de Muguruza, la española Carla Suárez, su compañera en el torneo de dobles y la 14ª favorita del cuadro individual, también jugará su partido de cuartos el martes.
En su caso competirá con la canadiense Eugenie Bouchard, de 20 años y una de las grandes promesas del circuito femenino, a la que ganó en su único duelo, en Wimbledon-2013.
En caso de victoria de ambas, habría una semifinal hispano-venezolana en Roland Garros. AFP