Es un ultimátum. El 1 de enero todos aquellos propietarios extranjeros que regenten una peluquería, una panadería o una tienda de souvenirs deberán echar el cierre o de lo contrario serán detenidos.
Es la última medida tomada por el Gobierno de Robert Mugabe, el hombre que a sus 89 años dirige los destinos de Zimbabue desde hace más de tres décadas. Su ministro de Juventud, Indigenización y Empoderamiento económico, George Magosvongwe, anunció esta semana una vuelta de tuerca más a los planes de ‘indigenización’ de la economía.
Primero fueron las grandes compañías internacionales, que se vieron forzadas a ceder el 51 por ciento de su accionariado a inversores locales; ahora les llega el turno a los pequeños emprendedores, en su mayoría nigerianos y chinos, que poseen tiendas de alimentación, productos o servicios.
Según la ley de Indigenización y Empoderamiento Económico, todos los comerciantes foráneos deben abandonar los «sectores reservados» a la población local. Se trata de todas las empresas relacionadas con la agricultura y la producción de tabaco y lácteos, transportes, peluquerías, salones de belleza, tiendas de alimentación y ropa, agencias inmobiliarias, de publicidad o de marketing.
«Puedo confirmar que aún hay muchos negocios no indígenas en los sectores reservados y hemos establecido un límite hasta el 1 de enero para que cumplan con la ley», dijo Magosvongwe a los parlamentarios tras una reunión del comité de indigenización en Harare.
«Estamos poniendo en marcha medidas para garantizar el cumplimiento, en el caso de que no se atengan al ultimátum», añadió el ministro, en palabras recogidas por el diario estatal Herald.
Otro golpe más
Los planes del Gobierno pueden suponer aún otro golpe más para la economía zimbabuense, en declive desde que en el año 2000 se puso en marcha la expropiación de miles de explotaciones a los granjeros blancos.
La situación desató la escasez de alimentos, una inflación superior al 150.000 por ciento y un desempleo del 80 por ciento, que Mugabe atribuyó a una conspiración de los gobiernos occidentales para derrocarle.
Los negocios extranjeros serán reemplazados por comercios de empresarios locales, pero resulta complicado que las nuevas tiendas puedan suplir las necesidades de la población a corto plazo.
Robert Mugabe, que logró la reelección el pasado en julio de este año con la indigenización como punto estrella de su programa, ha tomado la nueva medida en un intento de satisfacer a su electorado, a pocos días de la celebración del Congreso de su partido, el ZANU-PF (Unión Nacional Africana de Zimbabue – Frente Patriótico), marcado por las tensiones por la batalla por su sucesión.
Fuente ABC