Muere «Manitas de plata», un gigante de la guitarra gitana

Muere «Manitas de plata», un gigante de la guitarra gitana

Ricardo Baliardo, nació el 7 de agosto de 1921 en la casa rodante de su familia. Fue su tío quien lo alentó en el camino de la música y que le puso el apodo que acompaño en toda su carrera artística al considerado sucesor de Django Reinhardt.

 

«Manitas de plata», uno de los artistas más grandes de la música gitana y flamenca, falleció el miércoles a los 93 años en la casa de salud del sur de Francia donde terminó sus días sin un clavo el genial guitarrista que vendió millones de discos, reseña Afp.

 

El virtuoso había perdido autonomía y vivía en una casa de salud desde agosto pasado. «Mi padre murió de viejo, rodeado por sus familiares», dijo su hija Françoise, que era además su tutora.

 

El guitarrista gitano, cuyo verdadero nombre era Ricardo Baliardo, nació el 7 de agosto de 1921 en Sete, en la casa rodante familiar. Su padre criaba caballos. Pero fue su tío quien lo alentó en el camino de la música y que le puso el apodo que lo acompaño en toda su carrera artística: «Manitas de plata».

 

Sucesor de Django Reinhardt, «Manitas de plata», que no sabía leer ni escribir y firmaba con mayúsculas, actuó en los principales teatros del mundo.

 

Triunfó 14 veces en el Carnegie Hall de Nueva York en 1965. «Mi mejor recuerdo», solía decir. Luego fue el Royal Albert Hall de Londres. «Hubo cuatro veces siete mil espectadores», bromeaba.

 

Todo partió de las peregrinaciones a Saintes-Maries-de-la-Mer, la reunión que congrega a los gitanos en la Camarga (región del sureste francés) desde principios de los años 1960.

 

Durante mucho tiempo no quiso oír hablar de viajar, pero el fotógrafo Lucien Clergue termina convenciéndolo de ir a tocar a Nueva York, luego de que los norteamericanos viajaran hasta el sur de Francia para grabarlo.

 

Su último concierto fue en 2010, con la apertura de la Feria de la vendimia de Nimes. Lo acompañaron una treintena de guitarristas. Desde entonces dejó de tocar, vivía sentado en su sillón, vistiendo pantalón negro y camisa roja. «Estoy enfermo», lanzaba de inmediato y con mirada triste a sus visitantes. Pero otras veces le volvían las ganas, tomaba una guitarra y frente a un grupo de privilegiados dejaba correr sobre las cuerdas sus dedos endurecidos por el reuma.

 

«Manitas de plata», que vivía como un playboy y salía a conquistar mujeres al volante de su Rolls Royce, admitió 13 hijos. Mantenía a toda su tribu (mujeres, niños, tíos, sobrinos), es decir unas 80 personas. Deja 80 álbumes grabados y 93 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo.

 

Pero al final de su vida ya no le quedaba nada. Fue amigo de Pablo Picasso, a quien llamaba «Papá», de Salvador Dali y de Jean Cocteau. Vivía en el caos de su apartamento minúsculo de La Grande Motte (Hérault) frente al mar, rodeado de una muchedumbre de objetos, incluyendo siete guitarras y un disco de oro quebrado. No estaba nunca solo porque siempre hubo una joven a su lado para acompañarlo. La última se llamaba Nathalie.

 

«Vivía en La Grande Motte desde hacía varios años. A veces salía a tomar algo en los bares de la costa pero estaba cada vez más débil», comentó el alcalde de la ciudad Stephan Rossignol.

 

«Manitas de plata» afirmaba que nunca ahorró dinero y admitió haber tenido algún problema con el fisco, que le siguió exigiendo reembolsos hasta el final de su vida.

 

 Fuente: El Universal 

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