El expresidente del Gobierno español Adolfo Suárez, político decisivo para impulsar la transición a la democracia, falleció ayer en Madrid a los 81 años tras dos días de agonía en los que todos los sectores políticos y sociales expresaron reconocimiento a su labor.
La enfermedad neurodegenerativa que le tenía apartado de la vida pública desde 2003 tuvo una evolución negativa en los últimos días, que Suárez pasó en una clínica de Madrid, hasta ocasionar ayer su muerte.
Su hijo mayor, Adolfo Suárez Illana, anticipó el viernes pasado por la mañana la noticia conocida ayer, ya que apuntó que el fallecimiento de su padre era inminente e incluso dio el plazo de 48 horas.
En estos dos días de agonía del expresidente (1976-81) hubo un aluvión de elogios por parte de la clase política y desde el ámbito sindical y empresarial hacia quien dirigió desde la jefatura del Ejecutivo el proceso por el que España dejó atrás la dictadura de Francisco Franco (fallecido en 1975) e implantó un sistema de libertades.
Suárez propició el consenso, favorecido por la actitud de unos dirigentes políticos que hace casi cuatro décadas comprendieron que debían renunciar a parte de sus postulados para conseguir una convivencia democrática, y que se plasmó en la Constitución de 1978.
El Rey lo recuerda
El rey Juan Carlos, que por sorpresa designó presidente a Suárez en 1976, subrayó a través de un mensaje difundido por la Casa Real que el fallecido fue un «colaborador excepcional» para implantar la democracia en España.
«Mi gratitud (hacia Suárez) es honda y permanente y mi dolor es grande», dijo el monarca, para quien Adolfo Suárez fue un hombre de Estado, alguien «que puso por delante de los intereses personales y de partido el del conjunto de la nación española».
El actual presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, lamentó el fallecimiento de Suárez y subrayó la «grandeza histórica» de su acción y su condición de «hombre de concordia».
Los expresidentes democráticos José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero unieron su voz al elogio unánime que llegó desde toda España para honrar al político centrista que gobernó España en años más difíciles, en los que el terrorismo y la crisis económica mantuvieron en permanente zozobra a la sociedad española.
El cuerpo de Suárez es velado hoy en capilla ardiente en el Congreso de los Diputados, donde permanecerá durante 24 horas para que pueda recibir el homenaje de los ciudadanos. A esa capilla ardiente tienen previsto acudir mañana tanto los reyes Juan Carlos y Sofía como los príncipes de Asturias.
El martes, Suárez será enterrado en la catedral de Ávila, provincia limítrofe a Madrid en uno de cuyos municipios nació en septiembre de 1932.
Solidarios
Mandatarios y gobiernos del mundo expresaron su pesar por la muerte de Adolfo Suárez, a quien señalan de ser el promotor de la demoacracia española.
Se decretaron tres días de luto oficial, que inician hoy, en los que las banderas de los edificios institucionales ondearán a media asta.+
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