¿Qué tipo de políticas públicas se diseñan en Miraflores o en los despachos de las oficinas ministeriales llenos de burocracia? ¿Cuál es el plan económico chavista que se está aplicando actualmente y por el cual Nicolás Maduro asegura que se ha visto una recuperación milagrosa del país? ¿Quién es el encargado de sacar las cuentas en la Tesorería de la nación para repartir responsablemente los ingresos?
Estas preguntas serían pertinentes si lo que tuviera Venezuela fuera un gobierno real. Pero lamentablemente solo es un grupo que tomó el poder y que lleva más de 20 años atornillado y disponiendo de los fondos que son de todos los venezolanos. Si se empieza por la macroeconomía, hay que poner en perspectiva que para el cierre de 2021 las reservas de oro del país, con lo que se respalda el dinero, eran apenas 79 toneladas, 19 toneladas menos que 2020. Ya por allí se puede tener una idea de cómo van limpiando la olla porque, por supuesto, no se sabe a ciencia cierta adónde fueron a parar.
Maduro habla de la recuperación de la producción petrolera, pero los números indican que en enero los ingresos por la cuenta del crudo cayeron 23%, por lo que deben estar preocupados por el flujo de su caja chica, porque para eso es que utilizan Pdvsa. No importa si los productores, los transportistas, los ciudadanos se quedan sin gasolina, para ellos lo primordial es obtener divisas. Tampoco pueden sacarlas de las industrias básicas de Guayana, porque ellos mismos se dieron a la tarea de desmontarlas, y lo que antes era un gigantesco complejo productivo ahora trabaja a 6% de su capacidad. De allí no van a obtener mucho dinero.
Pero no es que hayan dejado de llenarse los bolsillos, porque cada cierto tiempo aparecen noticias como la del Credit Suisse, que descubrió al menos 25 cuentas con 273 millones de dólares cuyos titulares están vinculados al esquema de sobornos de Pdvsa. El periódico alemán Süddeutsche Zeitung publica nombres bastante conocidos del entorno de Hugo Chávez. Solo revisaron 18.000 cuentas, pero por allí el lector puede darse una idea de lo que han sacado del país.
Estas noticias contrastan con la burla del anuncio del depósito de 7 bolívares de la pensión para los jubilados. Debería darles pena informar semejante depósito que solo representa una erogación de 18 millones de dólares anuales, es decir, una miseria. El economista José Guerra lo compara con los 1.500 millones al año que el Banco Central de Venezuela le inyecta a la economía para mantener amarrado el dólar. Deben estar haciendo fiesta porque el precio oficial se acerca al 4,30 famoso.
¿Qué hace un pensionado con 1,5 dólares mensuales? ¿Qué hace una familia si la canasta alimentaria de enero casi llegó a los 450 dólares? Esas son las respuestas que deben exigirse al gobierno chavista. Es cierto que en el país pasan tantas cosas que es muy fácil desviarse de lo importante, pero no se puede dejar de llamar la atención sobre la peor de las realidades, la gente está muriendo de hambre. Es la solución de la crisis humanitaria compleja la que debe marcar la pauta de la lucha. Lo demás son discusiones superfluas.
Editorial de El Nacional
