Lo anhelaba desde que era una niña. Soñaba con verse entre libretos, aprendiendo sus líneas, representando todo tipo de personajes en el medio que fuera. Y aunque la vida le dio la oportunidad de cristalizar su deseo en las tablas y la pantalla chica, le quedó pendiente incursionar en el séptimo arte.
«¡Quiero hacer cine! He hecho teatro y telenovelas. Espero que pronto se de. Tengo muchísimos deseos de hacer cine», confesó Mónica Spear (Maracaibo, 1984-Puerto Cabello, 2014) en entrevista a El Universal el 19 de julio de 2013. Lo decía en un momento en el que vivía un episodio profesional y personal muy particular. Había terminado en Miami la grabación de Pasión prohibida de Telemundo y estaba separada de Thomas Henry Berry, padre de su hija Maya, de cinco años.
«Yo ahora estoy llenándome de mí. Estoy feliz conmigo. Una vez que esté completamente recargada, espero encontrar a una persona también recargada y en mi misma sintonía», comentó. Quizás por eso, entre otras razones, fue que no aceptó hacer la novela Nora de Ibsen Martínez, que estrenará Televen este año y cuyo papel protagónico se le ofreció a ella en primera instancia.
Nueve años antes, Spear ya estaba estudiando Arte Dramático en la Universidad de Florida Central, en Orlando, Estados Unidos. «Osmel (Sousa) la conoció en Miami porque se la presentó Mariela Centeno. Mónica trabajaba en Disney como princesa. Él le propuso participar en el Miss Venezuela», cuenta el periodista Iván Dumont, fotógrafo de la organización.
En la edición 51 del concurso de belleza más importante del país, la zuliana de 20 años representó al estado Guárico y se alzó con la corona ante sus compañeras Andrea Milroy, electa Miss World, y Andrea Gómez, Miss Internacional, en un evento que se llevó a cabo el 23 de septiembre de 2004 en el Poliedro de Caracas. Ocho meses después, Mónica viajó a Bangkok, Tailandia, para competir en el Miss Universo, en el que fue seleccionada como cuarta finalista.
Sin embargo, su rostro y cuerpo impactaron de tal manera que recibió varias ofertas como modelo y, finalmente, dos años más tarde, se inició como actriz en RCTV, en El desprecio, y en 2007 protagonizó con Manuel «Coko» Sosa, Mi prima ciela. Luego de esa interpretación, también desempeñó el papel principal en Calle luna, calle sol (2009), La mujer perfecta (2010), Flor salvaje (2011) y Pasión prohibida (2013).
Spear estaba feliz de estar de vuelta en Venezuela. «Yo vivo aquí (en Caracas), para que sepan. No vivo afuera, ésta es mi base», subrayó. Tan grande era su amor hacia su país que su compañero Jencarlos Canela, con quien compartió créditos en su última novela, lo tenía bien presente. «Era una mujer inteligente, valiente, gran amiga, que amaba a su país. La gente le decía: ‘¿Por qué no vas a Los Ángeles?’, y ella contestaba: ‘Yo amo a mi país, amo a mi gente’, entonces, que le suceda esto», declaró en Un nuevo día de Telemundo.
Los últimos días, la actriz recorrió los llanos venezolanos junto a Berry, con quien se reconcilió, y a su hija, única sobreviviente del hecho. «Le fascina pintar. Yo le he preguntado si le gustaría actuar y me dice que no, que ella quiere ser pintora. Lo que le guste, lo que su corazón desee», dijo en aquella conversación con El Universal.
Fuente EU