La Policía moldava recurrió al gas lacrimógeno para frenar una manifestación opositora que intentó acceder a la plaza central de la capital moldava con la intención de impedir el paso de los militares.
Los principales partidos de la oposición moldava se sumaron a la acción “No tengo miedo” organizada por una conocida abogada, Anna Ursaki, que llamó a sus compatriotas a salir a la calle para “expresar su protesta contra el régimen criminal que ha permitido el robo de 1.000 millones de dólares de las reservas” nacionales.
Pese a todas las controversias, por el centro de Chisinau desfilaron unidades de elite de cinco países extranjeros, la mayoría de ellos entre los más férreos oponentes al Kremlin, al que acusan de llevar a cabo una política agresiva hacia sus antiguas zonas de influencia en Europa del Este.
Desde hace varios meses la oposición moldava se manifiesta periódicamente en Chisinau para exigir la destitución del presidente del país, Nicolae Timofti, la disolución del Parlamento y la convocatoria de nuevas elecciones.
La crisis política que vive Moldavia estalló el año pasado debido a un escándalo multimillonario de corrupción que salpicó al Gobierno.
EFE