El hecho de que siempre hayas hecho algo de una determinada manera no quiere decir que ése sea el único y mejor modo de hacerlo. Y si no, recuerda lo mucho que cambió tu vida, para bien, cuando te convenciste de que los vaqueros bajísimos de cintura no eran lo tuyo, dejaste de salir con chicos castigadores o por fin comprobaste que con una línea ADSL tu conexión de internet ya no iba a pedales. Pues, atención, porque ignorar las reglas convencionales del amor puede ser igual de liberador o más…
1-Regla vieja: No seas celosa. Muchas mujeres creen que si manifiestan sus celos estarán dando la imagen de posesiva e insegura. Y cuando otras coquetean con su novio, optan por apretar los dientes y hacerse las pasotas para demostrar así que están muy seguras de su relación.?
Nueva regla: Marca tu territorio. Hacer como que la cosa no va contigo puede volverse en tu contra, ya que es posible que tu chico se tome tu falta de celos como apatía y poco interés en la relación. Evidentemente, no necesitas emular a Glen Close en Atracción Fatal cada vez que él tenga algún contacto con otra mujer, pero es bueno que especifiques lo que te molesta. Si no te hace gracia que su amiga flirtee con él o el hecho de que mencione a su nueva compañera de trabajo a todas horas te causa desconfianza o malestar, díselo. Pero, ojo, así como marcar tu territorio no tiene nada de malo, intenta que tus comentarios no hagan referencia al comportamiento de tu chico para que no parezca que tratas de controlarlo. Por ejemplo, no es lo mismo decirle «no me gustó el modo en que te agarraba» a «si le das tanta coba es normal que acabe sobándote de la forma en que lo hace». Deja entrever tu genio en dosis moderadas y tu chico lo interpretará como una muestra de amor y proximidad. Para él será un gesto claro de que te inquieta la posibilidad de perderlo y deseas a toda costa proteger vuestra relación.
Mitos Sexuales en la cama
2-Regla vieja: No te vayas a la cama enfadada. En los momentos de tensión es preferible que hables, hables y hables porque, según te han dicho siempre, hablando se resuelven los conflictos. ?
Nueva regla: Deja la situación en «stand-by». Discutir en el momento más acalorado no es tan buena idea y puede empeorar la situación. Entre otras cosas porque cuando se fuerza un tema se puede acabar hablando sin pensar muy bien lo que se quiere decir, lo cual hace que aumenten las posibilidades de que ambos digáis cosas indebidas o injustas de las que acabaréis arrepintiéndoos.
Y las probabilidades se multiplican si la discusión se produce a última hora del día, cuando ambos estáis cansados. Por eso, muchas veces es mejor irse a la cama rumiando el problema, ya que así te estás dando tiempo para reflexionar, averiguar lo que es importante y recuperar la racionalidad que el enfado suele volatilizar. Para zanjar la discusión de forma momentánea sin que la situación empeore, dile algo como «estoy muy enfadada y necesito tiempo para estar a solas y pensar».
Por supuesto, si es él el que pide un receso, concédeselo en vez de insistir en diseccionar el problema hasta llegar a la raíz del mal. Con un «mañana después del trabajo hablaremos sobre esto», le das a entender que no pretendes escaquearte ni le estás dejando con la palabra en la boca. Un tiempo muerto para los dos os vendrá bien para hablar sobre ello sin que os domine la pasión del enfado. Y hasta puede que, después de analizar la situación, te des cuenta de que era una tontería y no merecía la pena discutir por ello.
3- Regla vieja: Si coqueteas con otros chicos, eres infiel Los hombres no tienen ningún problema a la hora de observar a otras mujeres o incluso de flirtear un poco con alguna de ellas. En cambio, rara es la chica que no se come la cabeza si siente que hay otro varón que le hace tilín. Algunas creen que eso es engañar a sus novios o que es una señal de que algo va mal en su relación. Y, al final, experimentan cierta culpa por tener un ligue ilícito que es más fantasía que realidad. ?
Nueva regla: Un ligue inocente puede revitalizar tu relación. La emoción que produce una atracción clandestina puede ser pura adrenalina para tu relación de pareja. ¿Por qué? Porque te sientes tan sexy y atractiva como cuando estabas soltera y tu novio te encontró irresistible. Si te sientes tan bien contigo misma, acabarás transmitiendo buen rollo y vuestra relación ganará unas dosis de energía y aventura.
Es normal que de vez en cuando experimentes química psíquica y sexual con otras personas, y sentirte culpable cuando eso ocurre es, desde nuestro punto de vista, un ejercicio inútil. Sólo porque te sientas atraída por alguien (incluso si se convierte en objeto de tus fantasías) no quiere decir que vaya a suceder nada en la práctica. Mientras no cruces la línea de la infidelidad real, no tienes razones para autocensurarte por tus pensamientos.
Fuente: Cosmopolitan