La verdad es que por más que planifiques, muchas mujeres terminan ganando más peso de lo que se espera durante el embarazo. Se considera saludable engordar entre 25 a 35 libras, y mujeres con bajo peso puede ganar hasta 40 sin dejar de estar en el rango saludable. Ya más de eso significa sobre peso.
Muchas mujeres todavía tienen la mentalidad de ‘comer por dos’ o que como no tienen que preocuparse por la línea de su cintura, esto es una carta abierta a comer lo que les plazca sin preocuparse del peso acumulado.
Y luego viene la realidad y la frustración. Lo que ganaste no se fue el día que diste a luz, sea natural o por cesárea, y ahora cuentas con menos tiempo para tratar de perder esas libras ganadas.
No todo es como en la TV
La tv y revistas no ayudan, muestran a celebridades que salen a los dos días de estar en maternidad con ropa talla 4 (porque están «gordas») y al mes mostrando un bikini con abdominales marcados. Y la verdad es que es difícil para las nuevas madres recuperar el peso antes del embarazo.
La buena noticia es que sí es posible recuperar o hasta mejorar tu forma pre-bebé. La mala noticia es que requiere mucha paciencia.
¿Por qué mi estómago no se ve igual?
Empecemos por el útero. Este aumenta para dar apoyo al crecimiento fetal, pero después de dar a luz, se contraerá durante la lactancia o por su cuenta para recuperar su tamaño normal por al menos en seis semanas. Tu vientre puede permanecer «suave» y sin forma durante las seis primeras semanas de haber dado a luz. Y eso es totalmente normal.
Además las fibras musculares de la pared abdominal se alargan para acomodar el crecimiento del bebé. Técnicamente estas no vuelven del todo a su lugar original. El proceso de reacomodo puede tomar de tres a seis meses antes que la pared abdominal se reduzca a su tono normal.
Lo mejor es tener expectativas razonables y lo mejor que puedes hacer es no preocuparte por hacer miles de abdominales para esa zona, por lo menos hasta después de 4 meses del parto.
Lo que sí puedes hacer es ejercicios para todo el cuerpo y que trabajen tu core (o centro) de manera particular. Ejercicios como pilates, hacer sentadillas, tomar clases de baile te ayudan con ese propósito. Fortalecer tu núcleo te llevará a endurecer esa zona de manera más rápida sin centrar toda la energía ahí.
Pero recuerda siempre preguntarle a tu médico antes de empezar cualquier rutina de ejercicios después de tener el bebé. Date un tiempo razonable y combina el ejercicio con una dieta saludable. Recuerda que las dos van de la mano.
Fuente: iMujer