La misión de la ONU en Mali, la Minusma, condenó «enérgicamente» el atentado con vehículos kamikazes perpetrado este sábado contra un aeropuerto de la ciudad de Sevaré, en el centro del país, que dejó al menos 10 civiles muertos y que también se dirigió «en dirección al campo de la Minusma».
En un comunicado, la misión indica que entre los diez civiles fallecidos y 61 heridos había desplazados internos que vivían en las proximidades y que durante el ataque hubo disparos dirigidos contra las instalaciones de la ONU.
En un comunicado, el Gobierno maliense informa de que el atentado, en el que 28 presuntos terroristas fueron abatidos, ocurrió pasadas las cinco de la madrugada con «vehículos kamikazes» que intentaron atacar el complejo aeroportuario.
Fuentes de las autoridades locales explicaron a EFE que explotó un vehículo de unas diez toneladas cargado con explosivos cuando se disponía a entrar en el recinto del aeropuerto, cerca de un puesto de la Gendarmería.
El aeropuerto que se disponían a atacar los terroristas es utilizado tanto por la fuerza civil como por la militar, y también por la misión de la ONU en Mali, la Minusma.
La explosión del vehículo destruyó parte de los edificios aledaños, según las fuentes, que afirmaron que se escucharon tres fuertes detonaciones seguidas de intensos disparos.
«Estos ataques son inaceptables. Atacar a los civiles es contrario a los principios humanitarios y constituye un atentado grave al derecho internacional que protege a los civiles en tiempos de conflicto armado», dice en la nota el jefe de la Minusma, El-Ghassim Wane.
La misión de la ONU presta así «todo el apoyo necesario a las autoridades malienses para llevar a cabo las investigaciones requeridas» e identificar a los autores de la matanza.
La misión más peligrosa de las desplegadas por la ONU
En el comunicado, la Minusma «reafirma su compromiso de continuar apoyando a Mali en su búsqueda de la paz y de la estabilidad» y presenta sus condolencias a los familiares de las víctimas.
La Minusma, presente en Mali desde 2013, es la misión más peligrosa de las desplegadas en todo el mundo por la ONU, y suma hasta diciembre del año pasado 182 muertos en actos hostiles, casi siempre víctimas de la actividad de grupos yihadistas.
A 1 de marzo de este año, mantenía en el país a 12.237 efectivos militares y 1.598 policiales, así como 1.790 civiles.
EFE