Cada año, desde nuestro nacimiento, el día de nuestro cumpleaños nos sentarnos delante de una torta para soplar tantas velas como años cumplimos. Aunque no antes de pedir un deseo, pero ¿por qué soplamos las velas? y ¿por qué solemos pedir un deseo?
Como sucede la mayoría de las veces, no se conoce el momento exacto en que surgió esta tradición ni su porqué, aunque existen diversas posibles explicaciones.
El origen se encuentra en la Antigua Grecia donde se tenía la costumbre de ofrecer unos dulces redondos a Artemisa, la diosa de la Luna, representando el ciclo lunar completo. Encima de los dulces se colocaban velas encendidas que los adeptos soplaban para que el humo ascendiera hasta la diosa. Aunque antes de apagarlas, cuenta la leyenda que se debía pedir un deseo para que el humo lo transportara hasta la diosa y ella lo hiciera realidad.
Otra explicación dice que la tradición de soplar las velas surgió durante el cumpleaños de Alejandro III de Macedonia. Al no tener electricidad en aquella época, sus criados utilizaron las velas para alumbrar y adornarlo todo alrededor del bufete.
También existe otra leyenda que cuenta que el círculo de velas formaba parte de un ritual que protegía al homenajeado de los malos espíritus durante un año. De modo que, el fuego y la luz representaban la vida y, por tanto, el tener velas en la tarta de cumpleaños simbolizaba un llamamiento a la continuación de la vida para seguir con la tradición muchos años más.
Con la consolidación del cristianismo, la tradición de celebración del cumpleaños soplando las velas se consideró pagana, ya que la costumbre popular cristiana era celebrar y festejar los días de la muerte de los santos y no su nacimiento.
Sin embargo, con el paso del tiempo y la decisión de la Iglesia de marcar la fecha del nacimiento de Cristo, la cual posteriormente se consideró el inicio de la Navidad, la sociedad recuperó la celebración de los cumpleaños y su tradición especial.
Aunque éstas son algunas de las explicaciones más difundidas, existen otras muchas. Sea como sea, actualmente, el soplar las velas de la tarta de cumpleaños es una tradición extendida y practicada por gran parte del mundo.
Además, hay pequeños aspectos en ese momento que suelen repetirse como que te canten el cumpleaños feliz, que instantes antes de que soples las velas alguien te recuerde que debes pedir un deseo o que después de ello te aplaudan. Y, aunque se pueda ser algo escéptico sobre si realmente el deseo se cumplirá o no, uno mismo decidirá qué hacer, puesto que puede que el día menos esperado ese deseo se haga realidad.
Fuente: Eslamoda