Hay que respetar las normas y principios del derecho internacional que son la base del respeto entre los pueblos. La presencia del Ministro Jaua en Brasil ha generado una protesta de las autoridades brasileñas, celosas del manejo de las relaciones diplomáticas y el respeto al principio de no intervención en los asuntos internos de otro Estado.
Según reseñan las agencias internacionales, el Canciller del Brasil Luis Alberto Figueiredo expresó su “malestar” al representante diplomático venezolano en Brasilia por la visita que el Ministro de las Comunas de Venezuela realizó sin previo aviso a ese país. Vale destacar que según el propio Jaua, su visita la hizo en su condición de Vicepresidente del gobierno y Ministro.
El Ministro debe dar una explicación, primero y ante todo, a los venezolanos. Es asunto delicado la suscripción de acuerdos de cooperación con organizaciones como el Movimiento de los Sin Tierra, que podrían constituir una “injerencia en los asuntos internos”.
A lo anterior se suma la violación a las normas internas cometida por una empleada personal del Ministro al introducir ilegalmente un arma al país por lo cual fue detenida e imputada por tráfico internacional de armas, y el supuesto acto de corrupción de utilizar aviones del Estado por personas en actividades distintas a los del interés público.
Como corresponde a un país que respeta el estado de derecho, el pluralismo y la separación de poderes, el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff habrá de dar explicaciones sobre las actividades realizadas en Brasil por el ministro venezolano.
Una vez más la improvisada diplomacia venezolana deja muy mal parado a nuestro país y al gobierno de Nicolás Maduro como lo revela las repercusiones comunicacionales internacionales que el incidente ha generado.
NOTA DE PRENSA